Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuestra Última Canción por Hitomi

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

DE QUE ME SIRVE LA VIDA

Él ha muerto.

Esta mañana se acerco a darme el beso de buenos días, me acarició el cabello y dijo algo que no entendí, me susurró al oído: "No seas flojo y despierta". Pensé que fue la frase más sensual que me había dicho alguna vez, pensé en abordarlo y hacerlo regresar a la cama, desnudarlo y volver a marcarlo como "mío".

- No quiero – no sabía si me alcanzo a oír, realmente quería seguir durmiendo, pero sabía que solo lograría hacerlo si él se recostaba a mi lado, necesitaba su cuerpo tibio, su respiración sobre mí oído… - ven aquí – le llamé intentando que volviera a la cama conmigo.

- Sabes que tenemos que trabajar – lo sabía, era consciente, pero acaso no tenía derecho a estar más tiempo a su lado, acaso no merecía unos minutos más poder probar sus labios…

- De acuerdo, ve – si no podía disuadirlo solo me quedaba apoyarlo.

- Harry…despierta, tenemos que ir, nosotros… juntos – siempre que decía ese pronombre para referirse a nosotros como pareja, mi corazón empezaba a latir fuertemente, y ese hormigueo indescriptible en la boca del estomago empezaba a aparecer – te amo – susurro mientras me besaba la frente.

- Yo también te amo Steve – y era cierto, desde que lo vi entrar por la puerta de mi aula en la academia de aurores, lo amé…amé su sonrisa al sentarse a mi lado, amé la forma infantil que tenía de mirarme cuando me le declaré, amé sus labios y la forma como se complementaban perfectamente con los míos, amé la sensación de sus brazos cuando me atraía hacia él, amé la forma sensual de susurrar mi nombre cuando nos fusionábamos en uno, amé el sonido de su risa, amé sus lagrimas cuando no podía esconderlas producto de la emoción. Y amé su forma de ser, virtudes y defectos, aún cuando no le encontré ninguno.

- ¿Entonces vamos? – y ahí estaba su vena de responsabilidad, que también amaba. Porque aunque nadie lo creyera, Yo amaba a Steve McCollen, a ese mago australiano que vino a la academia con el único propósito de poder estudiar al lado del gran "Harry Potter" y que termino calándose en lo más hondo de mi corazón.

Sé que muchos pensaron al inicio que lo nuestro no tenía futuro, que solo era un juego, "amor de estudiante", recuerdo a Hermione y Ron diciendo que me apoyarían siempre, pero lo veía en sus ojos… preocupación, después de todo no querían que salga herido por un loco amor de verano.

Pero después de tres años y tras el anuncio de nuestro compromiso, todos y cada uno habían tenido que tragarse sus "preocupaciones".

Sorprendentemente el primero en enviarme una felicitación por mi compromiso tras anunciarlo oficialmente en El Profeta, fue Draco Malfoy. Aún recuerdo cuando recibí la misiva:

Estimado Potter

Esta mañana leí en El Profeta sobre tu compromiso, y solo quería desearte buena fortuna para ti y tu futuro Esposo.

Que la magia más pura reiné en su hogar y que la dicha viva presente.

Son Mis Sinceros Deseos

Draco Malfoy

Steve había sonreído al leerla "No es tan malo como me contaste Harry", me había dicho. Se le veía radiante al saber que uno de mis "amigos" aprobaba lo nuestro, intenté explicarle que no era mi amigo, que solo era "alguien" a quién juzgue mal, pero que finalmente resulto estar del lado del bien.

Como siempre, no me creyó. Él tenía el fabuloso don para ver la luz de toda persona, siempre me había dicho "no juzgues Harry" "pudo ser un mortífago pero ya no lo es más" y siempre sonreías y me besaba.

Siempre hasta aquella mañana…

- Vamos – no quería levantarme, pero termine haciéndolo solo por ti – voy a ducharme, ¿vienes? – intente seducirte…solo unos minutos más…quería probar un poco más tu cuerpo.

- No se vale hacer trampa, anda apúrate que yo aquí me quedo – por lo menos lo había intentado, pero como siempre fuiste más astuto, te sonreí, te besé y fui a lo mío.

Cuando salí te vi recostado mirando al techo, sonreíste a la nada para luego verme a los ojos, me contemplaste y no pude más que preguntarme que habías visto en mí para que te enamorara así, yo un simple mortal, y tú…un bello y perfecto ángel.

- ¿Listo? – no estabas enojado por mi demora, solo temías llegar tarde, yo lo sabía.

- Ya casi – tome mis cosas rápidamente y te seguí.

Tomamos ese grandioso café en el Callejón Diagon, me constaste que tenías una misión, no podías decirme mucho, pero era sencilla.

- Nos veremos para cenar – me guiñaste un ojo antes de irte con los otros aurores.

- De acuerdo – fue mi última frase antes de verte partir.

Ahora que lo pienso…porqué no dije "te amo" o algo similar, porqué no te di un beso, porqué no te retuve.

No recuerdo la hora, solo sé que cuando menos lo esperaba, casi al terminar la jornada todo el departamento de Aurores se había vuelto un enorme problema, cinco aurores estaban en problemas, habían sido capturados por ex mortífagos, lo único que sabía con certeza es que habían sido desarmados y secuestrados.

¡Una de ellos eras tú!

Nadie me lo quería decir…querían que permaneciera "centrado", querían que no actuará impulsivamente, que mantuviera la calma.

Pero él…él fue el único que me dijo exactamente lo que más temía.

- Potter – me sorprendió verlo entrar tan intempestivamente a mi oficina, yo estaba intentando encontrar el modo de hallar a esos mortífagos, de saber quiénes eran los cinco, tenía que informar a sus casas, podrían ser amigos.

- ¿Malfoy? – qué se suponía que hacía él allí, parecía preocupado, lo noté más pálido, ¿nervioso?

- ¿Qué sabes de McCollen?

- ¿A qué viene la pregunta?

- Potter… ¿qué te han dicho sobre él? – parecía desesperado, lo cual me sorprendió, desde cuando Malfoy preguntaba por ti… cómo si te conociera…¿qué pasaba?

- Está en una misión, ya debe volver

- ¡Maldición Potter, McCollen es uno de los rehenes! – el peso del mundo calló sobre mí, ¿Cómo podía confiar en Draco? Nadie más me había dicho nada, el propio director del departamento me había dicho que tú estabas bien, YO mismo se lo había preguntado ¿Qué estaba pasando?

- ¿Co…cómo estas tan seguro? – no quería saberlo, me aterraba darme cuenta que "mis amigos" los que se suponía estaban de mi lado me habían ocultado la información más valiosa del mundo - ¡Respóndeme Malfoy cómo lo sabes!

- Mi padre – no necesite oír más. Sabía que Lucius no era más un mortífago, pero también sabía que estaba sirviendo de un informante de primera para capturar a los antiguos seguidores de Voldemort.

Salí corriendo, él me siguió. Discutí con el director y termine amenazándole con que si por su causa no te volvía a ver lo destruiría. Salí de su oficina airado, y él sorprendentemente seguía a mi lado.

- Creo que sé donde podemos hallarle – lo miré buscando alguna mentira en sus ojos, pero no había ni un ápice de ella, solo verdad, dolor y preocupación. Recordé tus palabras "creo que deberías tenerle un poco de fe". Pensé que llegado a ese punto no tenía más que perder, lo interrogue y salimos rumbo a donde podrías estar.

Él me ayudo a aparecer, yo estaba tan perdido que me era imposible concentrarme. Llegamos a un bosque oscuro, me indicó que no hiciera ruido alguno, lo seguí.

Te hallamos, en medio de la espesura del bosque estabas junto a cuatro más, quise asesinar a tus captores; estabas con el dorso descubierto, atado a un árbol, tenías marcas de sangre en el pecho y parte del rostro. Te veías cansado, tus ojos estaban cerrados y a penas respirabas.

Estuve a punto de lanzarme sin pensarlo, pero él me detuvo.

- Si te asesinan antes que lo liberes, todo habrá acabado Potter, para ti y para él – cerré los ojos, él tenía razón, no podía ser tan descuidado, no cuando tu vida estaba en riesgo, le miré y note que sonreía como si tuviera una salida ¿se burlaba de mí? – creo que esta vez será mi turno de ayudarte.

- ¿Qué planeas Malfoy?

- Llevar un mensaje

No me quedó claro ello, pero antes que supiera a que se refería, empezó a adentrarse en el bosque y gritar: ¡Estoy Aquí!

A qué se refería y cuál era el genial plan, no lo entendí sino hasta que vi que media docena de mortífagos se lanzaban sobre él y después de propinarle una golpiza lo amarraban a tu lado. "Seis", eso era lo que él había querido mostrarme, no podía atacar sin saber cuántos eran y sus ubicaciones exactas.

- ¡Valla, valla! Miren nada más a quién tenemos aquí – un hombre delgado, cubierto con la característica mascara de los mortífagos hablo mientras posaba su varita sobre la frente de él – el hijo de Lucius…-siseante y con un odio marcado en su voz - ¿cuánto valdría la vida de un Malfoy señores? – los demás rieron estruendosamente, y entonces note que eran más de seis veces, por lo menos cuatro más se unían a la muchedumbre – y dime "Draquito" a ¿qué debemos el honor de tu visita?

- Mi padre – se oía agonizante, una punzada en el corazón me atravesó, él no tenía porque pasar por eso, era como si se sacrificará por ti… ¿cuál era su interés? – me dijo que les diera un mensaje – sonrió como la serpiente que fue, con esa sonrisa de superioridad con la que tantas veces me había visto, como diciéndome que "él" era mejor que yo – los aurores ya vienen para acá, vienen con Potter… - al oír eso algunas voces dieron un silbido que sonaba más como un quejido, un silencio absoluto

- Aunque vengan…no harán nada mientras lo tengamos a él – respondió asqueado el mortífago mientras te apuntaba con su varita

- Morirá – aseguro Malfoy y una punzada mucho más aguda me atravesó – está débil, y no resistirá hasta que él de con su paradero – el mortífago dudo – además, él no está enterado de que lo retienen. Los del ministerio no le han dicho nada – se escucho murmullos asustados entre los presentes – así que si planeas negociar no te servirá de mucho – sonrió y noté su voz más segura que nunca.

- ¿Y qué propone tu padre? – parecía que estaba cayendo en aquella trampa de la cual yo desconocía.

- He traído una poción para restablecerlo, no lo suficiente…pero si para que puedan negociar – el mortífago volvió a centrar su mirada en él – en mi capa, bolsillo derecho – hizo un ademán y otro se acercó y rebusco entre sus cosas. Sacó un tubo pequeño con un líquido verde – Reponilus Vagancy – indicó Draco – eso será suficiente para que se revitalice por una hora – esto último lo dijo un poco más alto… ¿era una señal para mí? – el mortífago pareció considerarlo y después de lo que me pareció una eternidad ordeno al otro dártela.

- ¡Enervo! – despertaste…tus ojos se veían vacíos, te noté confundido y miraste con terror a todos lados, cuando topaste tu rostro con Malfoy lo miraste asombrado pero no dijiste nada, él también te miró, y así se quedaron en un silencio inquebrantable – bebe – ordenó tu captor, miraste nuevamente a Draco y después de un instante bebiste. A los pocos segundos vi que tus mejillas se coloreaban de nuevo y tu semblante se veía mejor, aunque las heridas seguían allí, resplandecientes en medio de tu ser.

- Y sobre ti – el primer mortífago volteó a ver a Draco – ya no me eres necesario – él lo miró con superioridad, era como si estuviera dispuesto a morir – crees que no sabemos que tu padre también trabaja para ellos – lo noté, su mirada se llenó por un segundo de asombro y terror, pero al siguiente volviendo a esa mirada fría, como si nada en el mundo le importará - ¡Avada …

- ¡No! – gritaste sacándome de mis cavilaciones. Corrí

- ¡Experlliarmus! – Desarme al atacante de Malfoy…

Todo ocurrió tan rápido que apenas y recuerdo lo que paso. Mi magia…salió de control, mis instintos me guiaban, logré liberarte, derribe a un grupo de ellos que venían sobre nosotros, me hiciste una seña por él, lo desaté y se paró en frente de ti, como protegiéndote…esa acción me llamo la atención, y entonces en un descuido un rayo te atrapo.

No supe cómo, pero Malfoy intentaba reanimarte, y yo presa del terror lo único que hice fue cogerlos a ambos y transportarlos al único lugar seguro que conocía: Grimmuld Place, nuestro hogar.

Al abrir los ojos, tu cuerpo frío estaba sobre el piso, él te miraba preocupado.

- Potter…lo siento – murmuró y mi corazón se detuvo, lo empuje presa del pánico, lo aparte de tu cuerpo, y te abrace, mis lágrimas caían sin poder detenerse. Sentí su presencia detrás mío, inmóvil. Y yo no podía más que gritar tu nombre ¡Merlín porqué! Si alguien debió de haber muerto, ese era yo…no tú mi amor.


Él ha sido bueno contigo y conmigo, con ambos. Se ha encargado de todo, ha llamado al ministerio, a nuestros amigos, te ha colocado un hechizo para mantener tu cuerpo tibio y en perfecto estado, me ha preparado una poción para poder estar completamente despierto, para que no haya excusa de que me separen ni por un instante de ti.

Incluso ha coordinado el velorio y entierro…pero aún con todo yo solo pienso en ti.


¿Sabes? Hoy no te lo dije, pero te amo, amé cada instante que pasamos juntos, amé la vida que compartimos, y no, no me arrepiento de nada de lo que vivimos. Al menos no me arrepentí de nada hasta hoy, que por un descuido mío te perdí.

Quisiera haber sido yo en ese ataúd, quisiera ser yo al que mañana enterraremos…quisiera seguir a tu lado.


- Malfoy

- ¿Potter?

- ¿Por qué?

- ¿Por qué?

- Por qué, estabas dispuesto a morir por él, ¿hay algo que yo no supiera? – tenía que saber, sé que ya no estás conmigo pero necesitaba confirmarlo. Después de todo su actitud no era usual, y quería la verdad, aún cuando eso implicará que tú y él tenían algo, aún cuando confirmara con ello que también amabas a alguien más…quería…

- No era por él – sus ojos brillaban y me miraba como si fuese lo único que existiera en ese momento – hace tres años fui a tu casa a buscarte, tú no estabas, así que él me atendió….


- Buenas noches, esta ¿Potter? – estaba seguro que le habían dado la dirección correcta, pero no entendía porque le abría la puerta otra persona. Qué él supiera, Harry vivía solo y las únicas visitas que recibía eran Granger y Weasley

- Acaba de salir, pero regresará mañana…misiones de aurores – rodó los ojos el otro mago - ¿quieres pasar? – le sonrió amigablemente.

- Esto…mejor vuelvo mañana – se sentía torpe, le había costado bastante esfuerzo poder sacar el valor para ir a buscar al moreno y ahora no se encontraba – Esto disculpa, ¿tú quién eres? – después de todo era mejor despejarse la duda antes de caer en conjeturas que no lo llevarían a ningún lado.

- Disculpa no me he presentado, soy Steve McCollen, el novio de Harry – fue como si una cubeta de hielo le callera encima, no pudo evitar palidecer y las piernas empezaron a fallarle - ¿te sientes bien?

- Esto…sí, no no es nada – intentó mantener la compostura.

- Eres Draco Malfoy ¿verdad? – Steve lo miro con detenimiento y sus ojos azules no hicieron más que denotar una enorme dulzura – tú estudiaste con Harry en el colegio ¿verdad? – insistió

- Bueno sí – dudó en responder

- ¿Te gusta? – lo tomó por sorpresa, era directo pero no parecía mala persona, después de todo era el novio de Potter, seguro que debía ser alguien de fiar. Asintió. – lo lamento - ¿porqué? Después de todo él le había logrado ganar el corazón del león por el cual había estado prendado durante siete largos años – Pasa, conversemos – le siguió.

- ¿De qué deberíamos hablar?

- De Harry, por supuesto.

- Yo…no tengo nada que decir – se apresuro a decir.

- Primero quiero disculparme – lo ignoro por completo

- ¿Disculparte? No es como si hubieses hecho algo malo

- Sí lo hice, te lo quite, y nadie tiene derecho a romper el corazón de otra persona - lo analizó con detenimiento – sabes, él es algo torpe y usualmente no da el primer paso, me tomo casi un año lograr que se animara – sonrió recordando algo que le hacía feliz – recién llevamos un mes y creo que no debería decirte ello – el rubio lo miró confundido – no quiero seguir lastimándote – enrojeció al darse cuenta que Steve realmente se preocupaba por él – pero creo que es justo que yo de un paso al costado – ello lo sorprendió ¿iba a renunciar a Harry? – no es justo que te quite a alguien si "lo viste primero" – le guiño un ojo, intentando relajar la situación – así tú tendrás el camino libre…

- No – no estaba seguro de porque había dicho ello tan de pronto – no…hace falta – se sentía a punto de llorar, pero debía ser fuerte y justo – si él te eligió a ti, entonces por mi está bien

- ¿Draco estás seguro? – no recordaba haberle dado permiso para que lo llamará por su nombre pero a esas alturas era lo que menos le importaba

- Yo estaré bien si él lo está, solo cuídalo ¿vale? – estaba a punto de desplomarse en medio de su sufrimiento. Steve asintió y al instante él se marcho, no sin antes prometerse a sí mismo que cuidaría de ellos, después de todo si Potter era feliz así, él estaría bien, solo necesitaba verlo feliz.


- ¿Por qué nunca me lo dijeron? – Me sentí traicionado, nunca me gustaron las mentiras, y creí que no me ocultabas nada.

- Fue mi decisión – era como si él se preocupara por cuidar tu recuerdo y debo admitir que me tomo por sorpresa

- Malfoy…yo – no estaba seguro de que iba a decir, solo me sentía vacío, tú ya no estabas y él me acababa de confesar que sentía algo por mí. ¿Por qué tenías que haberte ido?

- Potter, olvídalo, yo solo estoy aquí en calidad de amigo – me miró como midiendo cada palabra, como si pensara que en cualquier segundo lo fuera a golpear – si me dejas, claro está – recordé tus palabras por última vez "no odies a Draco, yo creo que es bueno"

- De…de acuerdo – asentí, intentando con ello hace honor a tu recuerdo, a tus palabras, a tus consejos.

Me despedí de él aún con el alma destrozada, mis amigos intentaron acompañarme a casa, a "nuestro" hogar, sonreí pensando que ya no había un "nuestro", las lagrimas empezaron a descender, y sin darme cuenta me transporte a Grimmuld Place.

Entre y me dejé caer tras la puerta, las lágrimas no han dejado de caer desde entonces, siento que ahora soy yo quién se está muriendo…

"De que me sirve la vida si no la vivo contigo…"


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).