-¡Ya levántate!- Sentí como alguien gritaba y me quitaba la sábana.
-¡Waaaah!- Grité por inercia y me traté de levantar de mi cama con un ágil salto… pero… algo falló y me caí de cara hacia el suelo. ¿Qué?... Me acababan de despertar y obviamente no estaba en mis cinco sentidos, no es nada sorprendente que me haya caído…además, soy yo ¿Qué esperaban?
-Ay, hijo…- Mi madre suspiró decepcionada. Eso en otras palabras, se podría traducir como: “Drake, eres un caso perdido”.
Me puse de pie como pude y tomé mi celular que tenía a un lado de mi cama para poder ver la hora.
-¡¡Mamá!! ¡¡Son las cinco de la mañana!!- Grité indignado, definitivamente era demasiado temprano. ¿Por qué mi madre me hace esto? No por nada tengo una hora estratégicamente establecida para despertarme antes de ir a la escuela. Si duermo incluso un minuto menos, me la pasaré en la mayoría de las clases con sueño y ¡Estaré peor que un jodido zombie! ; y si duermo un minuto más… querré seguir recostado más tiempo y por ende voy a estar haciéndome el tarado un buen rato en mi cama y llegaré tarde.
-Ya hijo deja de hacer caras y metete a bañar.- Mi progenitora se acercó a mi armario y comenzó a buscar mi uniforme. Cosa que no le fue muy difícil pues yo ya lo tenía preparado.
-¡Faltan horas para que vaya a la escuela!- Exclamé ahora un tanto desesperado. ¿Por qué no solo me dejan dormir en paz? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Es que acaso el mundo me odia? Últimamente medio mundo ha venido a despertarme en mi cuarto.
-Exageras Drake, ni es tan temprano- Decía mientras se acercaba a mí y traía mis cosas en brazos.
-Pero…- Traté de protestar pero no pude ya que mi madre me dio la ropa para luego comenzar a empujarme la espalda con las dos manos y así lentamente sacarme de mi cuarto.
-Ya sabes lo que dice el viejo dicho: “El que madruga…- Se quedó unos segundos pensando.-… ¿Les va bien?- Habló con una expresión dudosa en su rostro.
-Mamá… así no va el dicho.- La miré con los ojos entrecerrados con cara de wtf?, y luego suspiré hondo.
-Pues como sea, ahora metete a bañar.- Me dijo y en menos de un abrir y cerrar de ojos ya me había metido al baño con mi uniforme en las manos.- Apúrate hijo, se enfriara tu comida.- Y me cerró la puerta.
-¡¿Eh?!... pero yo…- No tenía caso, mi madre ya se había ido. ¡Waaaaah! ¡Qué manera de empezar el día!... lo único bueno aquí era… que al menos no tendría que cocinar mi desayuno hoy.
No me quedó de otra y me tuve que meter a duchar. Justo cuando abrí resignado la llave de la regadera, escuché a mi madre decir: “¡Ups!, Hijo olvidé prender el calentador de agua. Espera a que lo encienda”. Pero ya era demasiado tarde, la había abierto TODA y solo sentí como litros de agua exageradamente helada… ¡CAÍAN ENCIMA DE Mí!
-¡¡AAAAAAAH!!- Grité a todo pulmón, ya no me quedaba de otra… ¿No?
Estoy más que seguro de que mi grito lo escucharon los vecinos de aquí a dos cuadras, ¡Qué horror! ¿Qué pensará la gente de mí?
Dejando a un lado mi “súper aventura” de hoy en la mañana, o mejor dicho… ¡¡EN LA MADRUGADA!! En serio que no sé qué mosco le picó a mi madre hoy, pero sea lo que sea me siento un poco espantado. No creo que sea nada bueno.
Bajé y al llegar a la cocina pude apreciar la mesa con el desayuno ya servido; eran unos huevos estrellados con arroz y un jugo de naranja. Cuando me senté en una de las sillas, mi madre llegó casi corriendo y se sentó a mi lado con una gran sonrisa en la cara. Yo, por mi parte, la quedé viendo de reojo, definitivamente no quería hacer contacto visual con ella. Algo tramaba.
-Luce rico el desayuno mamá…je...je…je…- Comencé a reír nervioso esperando alguna respuesta suya pero seguía sonriendo. Ahora ya bastante asustado empecé a hacerme el occiso y dirigí mi mirada a todas partes del comedor, hasta que vi a mi hermanita bajar de las escaleras con su uniforme puesto y su cara adormilada mientras se tallaba los ojitos con su manos.
¡¡¡¡Waaaah!!! ¡Pero que linda se veía mi pequeña y tierna hermanita de esa manera!! ¡Es tan adorable!
-¡Ven hija!- ¡Al fin habló mi madre! Aunque seguía con esa cara de felicidad.- Siéntate a comer para que no se enfrié tu desayuno.
Una vez que mi pequeña y linda hermanita adormilada se sentó, todos comenzamos a comer con normalidad. Yo estaba completamente paranoico esperando a que algo pasara….hasta que por fin mi madre hablo.
¡Sabía que tramaba algo!
-¿Y bien?- Me preguntó mi progenitora con una expresión pícara en su rostro.
-¿Qué?-Respondí mientras trataba que la comida que traía el tenedor no se me callera por andar temblando como un Chihuahua.
-No te hagas hijo, si bien sabes de qué hablo.- Después de eso soltó una pequeña carcajada.
-Mamá me estas asustando…-Me encogí de hombros.- ¡¿Quién eres y que le hiciste a mi madre?!- Me levanté de la mesa y azoté mis manos contra ella. Creo que se me estaba pegando otra mala costumbre de Miranda. ¡¡Ven!! Llevo diciendo hace tiempo que ella es la mala influencia que rodea mi vida de pureza y bondad.- ¡Di la verdad! ¡Eres un alíen! – La señalé con mi dedo índice y con una expresión terror.- ¡Llegó la hora! ¡Naomi nos dominaran los extraterrestres! ¡Saca el kit contra ataques de seres espaciales que está debajo de mi cama!
-¿Qué?- Preguntó confundida mi hermanita.
-El kit- Respondí sin quitar aquella expresión de mi cara.- Está alado del kit para un apocalipsis zombie.
-¡Ay, Drake cállate!- Gritó mi madre… (O mejor dicho aquel monstruo del espacio. ¡Ja! Nadie puede engañar al gran Drake Anchevida. Además yo me he preparado para este tipo de situaciones toda mi vida)… decepcionada mientras estrellaba su mano derecha en la cara en señal de frustración.- ¿Por qué eres tan raro hijo?- Suspiró.- Es obvio que soy tu madre… y los alíens no existen.- Me relajé un poco en ese momento, y luego me senté lentamente en la silla mientras observaba a mi “madre” con los ojos entre cerrados pues yo ya estaba alerta para cualquier ataque.
-¿Qué los alíens no existen?- Dije cuando me senté.- ¿Y qué me dices de E.T?- Hablé indignado.
-Drake… hijo, eso es una película.- Mi madre volvió a suspirar hondo.- Los extraterrestres y los fantasmas no existen, te lo he dicho muchas veces.
-Ja, eso dices.- Me crucé de brazos y cerré los ojos. No te preocupes E.T yo estaré aquí para ti cuando me necesites. Yo te ayudaré a regresar a casa.
-Por cierto… porque tienes un Kit de zombies y uno de extraterrestres- Preguntó mi mamá extrañada y confundida.
-Pues para que alguna de esas situaciones se presente, madre mía.- Le contesté con la mayor seguridad del mundo.
-Para zombies y para extraterrestres… ¿Cierto?- Volvió a repetir mientras movía lentamente su cabeza de arriba hacia abajo tratando de asimilar las cosas. ¡¿Qué?! ¿Es tan raro que alguien esté preparado para algún desastre de esta magnitud? , la gente común se prepara para huracanes, terremotos… ¡Ja! , yo soy tan genial que pienso más allá y me preparo para situaciones como estas.
-Si… y también tengo uno para cuando los robots nos dominen.- Le comenté a mi madre mientras hacía ademanes.- ¡¿Quieres verlos?!- Exclamé emocionado.- Están debajo de mi cama.- Me levanté con el objetivo de ir a buscar mis “tesoros”.- iré por ellos, no tard…- Pero no pude terminar de hablar y mi madre me jaló de mi brazo.
-Ya mejor, siéntate hijo.- Movió su mano indicando que me relajara un poco y volviera a tomar asiento; yo le hice caso, total… ella se pierde de ver mis obras maestras que he creado a lo largo de mi vida… ¡Pero algún día! Sé que me serán útiles.
-Mami, ¿Qué era lo que le querías preguntar a mi hermanito?-Habló Naomi rompiendo el pequeño silencio que se había formado hace unos segundos.
-Emm… bueno pues yo…- Mi madre se quedó pensativa.- Ves Drake, hasta hiciste que se me olvidara.- Me dio un pequeño golpe en la cabeza.-…mmm déjame pensar que era…
Y así se quedó mi madre por un par de minutos, hasta que por fin pudo recordar…
-¿Así que ya tengo yerno nuevo?- Dijo mi madre con una sonrisa pícara en la cara, mientras que yo casi me ahogo con el arroz que estaba comiendo.
-¡¿Qué?!- Grité después de tragar toda la comida que… ¡Casi me mata!- ¡Naomi!...¡Tú!...-Iba a seguir diciendo de cosas, pero me volvieron a interrumpir, solo que esta vez fue mi hermanita.
-Hermanito… ya hemos tenido esta conversación- Bajó su cabeza apenada y con las mejillas ruborizadas.- Yo no tengo novio.
-Menos mal…- Dije mientras me tranquilizaba un poco.- ¿Entonces quie…- Me detuve un instante a pensar y luego recordé… o más bien dicho, capté la situación. Mi madre se había enterado de que Matthew era mi novio. Rápidamente la volteé a ver y pude observar esa mirada, sí, esa mirada que pone una madre cuando ya conoce todos tus secretos.
-Drake~- Habló mi progenitora en un tono cantadito.
-¿Quién yo?- Me hice el idiota y comencé a ver a mi alrededor nervioso.
-Desde cuando andas con él.- Mi madre tenía esa sonrisa en el rostro.
-No sé de qué hablas, madre.- Seguía del mismo modo, haciéndome el menso. ¿Cómo le explicaría a mi señora madre todo esto?, no es como si ella no estuviera de acuerdo con la idea, porque es más que obvio que… ¡A ella le encanta la idea de que ese idiota y yo seamos pareja!... y no es como si a mí no me gustase la idea de salir con Matthew… al contrario, lo adoro es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida y… ¡Waaaah! ¡BASTA! Me estoy desviando del tema y si sigo así… ¡Terminaré rojo como un tomate!
-Así que por eso te quedaste a dormir en casa de mi yerno.- Dijo mi madre con una mano en la barbilla como si estuviera descubriendo algún caso al igual que un detective lo hace.- Hijo no sabía que eras tan precoz.- Se tapó la boca e hizo una expresión dramáticamente exagerada, con la que quería dar a entender que… ¡Yo era un maldito pervertido!
-¡¡¿Qué?!!- Exclamó alterada Naomi y me miró como buscando que le diera alguna explicación.
-¡YO NO LE HICE NADA A MATTHEW!- Me defendí mientras mi rostro se iba decolorando poco a poco.
-¿Entonces tu eres el pasivo, hijo?- Preguntó mi madre con auténtica curiosidad. ¡¿Pasivo?! ¡¿Yo?! …y… ¡¿A QUÉ VIENE ESA EXTRAÑA ACTIDUD POR PARTE DE MI MAMÁ?! ¡¡SIENTO QUE ESTOY HABLANDO CON UNA MIRANDA ADULTA!! ¡QUÉ MIEDO!
-¡Oh!…- Naomi parecía sorprendida y estaba cada vez más roja. Parecía que mi hermanita sabía más de lo que yo pensaba. Mi madre y yo la quedamos viendo atentamente. ¡¿Acaso no es muy pequeña para saber ese tipo de cosas?! ¡Está más que claro que entiende a la perfección todo lo que mi madre y yo estamos diciendo! ¡De seguro y sabe más que yo sobre TODO “esto”!… ¡DE SEGURO ES CULPA DE ESA MUJER RARA! ¡Maldita Miranda!
-¡No mamá! ¡No hicimos nada malo!- Grité de nuevo, pero ya desesperado.- ¡Sí! ¡Matthew!...-Hice una pequeña pausa y luego bajé el tono de voz y bajé mi cara sonrojado.- Es…mi… no…no…novio…- Alcé mi vista y pude ver la sonrisa victoriosa de mi madre, de esa manera me estaba diciendo “Te lo dije”. Recordando que ella desde los inicios de los tiempos me estaba diciendo que era gay y que confesara de una vez por todas que amaba a ese idiota…pero… ¡No soy gay!... aunque si quiero a ese idiota… ¡Pero no soy gay!... Es solo que Matthew es especial y por eso lo quiero solo a él… ¡ENTENDIDO!- ¡Pero no le hice nada!- Reiteré -¡Mamá ya deja de hablar como Miranda! ¡Me asustas!
-¡JAJAJAJAJA!- Mi madre soltó una gran carcajada y se levantó de su asiento para luego pararse a mi lado y abrazarme. Yo tuve que levantarme y corresponderle el abrazo, a lo mejor así dejaría de hacerme preguntas “incomodas”.
-Je…je…je...- Comencé a reír nervioso mientras mi madre acariciaba mi cabeza, pero ésta se detuvo luego de unos segundos, se separó de mí y me miró a los ojos.
-Y… ¿Ya lo besaste?- Me quedó viendo de nuevo con esa sonrisa pícara. ¿Cómo es que no se le ha entumido la cara de tanto reír de esa forma? ¡Qué miedo!
-…N… ¡NO!...Por supuesto que no…- Giré mi cabeza rápidamente para evitar verla a los ojos, pero fue demasiado tarde.
-Ya lo besaste, verdad.- Sonrió de nuevo.
-..No…- Cada vez quedaba más rojo.
-¡Ay!, mi bebé ya está grande, ya dio su primer beso. ¡Mi vida!- Y… ¡mi madre comenzó a avergonzarme!
-¡MAMÁ!- Si seguía gritando lo más probable era que terminaría estando afónico.
-Bueno, bueno. Ya te dejo de fastidiar.- Me dejó de abrazar y sonriendo se fue de nuevo a su asiento.
-Qui...Qui… ¿Quién te dijo?- Pregunté curioso. Lo importante aquí era saber cómo demonios se había enterado. ¿A caso mi madre es adivina? ¡Me vengaré de quien haya estado de chismoso!... no es como si me molestara que mi madre lo supiera, pero creo que es algo que yo tendría que contarle personalmente.
-Yo… yo lo siento.- Se disculpó Naomi cabizbaja.- Yo sin querer le dije a mamá que tú y mi cuñado habían venido ayer en la mañana a buscar tu uniforme, hermanito…-Dejó de hablar por un momento.- y…y… también le mencioné que Matt era tu novio.- Mi hermanita lucía nerviosa pues creía que seguramente yo me enojaría con ella. Pero eso es imposible, yo soy incapaz de enfadarme con mi linda y pequeña hermanita.
Iba a decir algo para hacerla sentir mejor, pues era más que obvio que se sentía culpable por todo esto; pero mi madre habló…
-Ya Drake, no te enfades con Naomi.- Habló mi madre mientras buscaba algo en su celular
-Yo no estoy enfadado con ella.- Respondí y vi como mi hermanita comenzó a sonreír felizmente.
-Además, Miranda me mandó mensaje contándomelo todo.- Me enseñó el mensaje de texto que le envió esa mujer rara. Con que eso era lo que estaba buscando en su móvil, ahora todo tiene sentido en esta vida.
-¡¿Por qué tienes el número de Miranda?! Mejor dicho… ¡¿Por qué se mandan mensajes con tanta confianza?!- Es que uno ya no puede hacer nada porque luego la gente chismosa lo grita a los cuatro vientos.
- Una madre solo quiere estar informada sobre las amistades de su hijo.- Contestó mi mamá.
-…- Preferí no decir nada, sentí que todo lo que saliera de mi boca podía ser usado en mi contra.
-Me gustaría invitar a mi nuevo y OFICIAL- Que quedé claro que hizo énfasis en “Oficial”.- Yerno a comer.
-Otra vez mamá- Dije fastidiado pues este tipo de situaciones me terminaban estresando y siempre terminaba avergonzado de una u otra forma.- Apenas hace dos semanas que lo invitaste a la casa a almorzar junto con Miranda, y al final él terminó cocinando.
-Drake…- Mi mamá me quedó viendo con cara de: “No tienes corazón y cada que tienes oportunidad me lo recuerdas”.- Pobre muchachito que tiene que aguantar tu carácter.
-¡Pero así me ama!- Contesté por inercia y sin pensar mucho. Vamos, como siempre contesto cuando es el momento menos indicado.
Después de eso se escucharon las risas de mi madre por toda la casa y de reojo podía observar que Naomi estaba sonrojada y con unos extraños brillitos en los ojos. Algo le hizo esa mujer rara, de seguro le puso un casco de esos que usan para lavarles el cerebro a las personas.
Como sea, luego de eso mi madre me estuvo fastidiando un rato más hasta que llegó la hora de ir a la escuela. Agarré mi mochila y me despedí de mi madre y Naomi.
Aun me quedaba mucho tiempo antes de que tocaran la campana, para ser exactos faltaban como 40 minutos. ¡Es tan hermoso!, no recuerdo desde cuando no salía tan temprano de mi casa, incluso se puede observar como apenas está saliendo el sol de la mañana.
Todo estaba yendo a la perfección, pero en ese momento me pasó una estúpida idea fugaz en mi cabeza, la cual quise ignorar a toda costa… Pero no pude, ¿La razón?, no sé, creo que cada día me vuelvo más idiota. De seguro “él”, ya me contagió.
Pues se preguntaran: ¿Cuál fue la idea?
Digamos que mi lindo cerebro pensó: “¿Y qué tal si vamos a casa de Matthew, y esta vez lo pasas a buscar tú?”
Y ya para que le doy más vueltas al asunto.
Ahora mismo estoy a unos diez pasos de llegar a la puerta de su casa. ¿Será a acaso que el gran Drake Anchevida se está volviendo débil? ¡¡Waaaaaah!!... De alguna manera me siento frustrado por… ¡Hacer esto qué jamás me imaginé que haría en mi vida!... pero por otro lado, me mata de curiosidad saber si se alegrará al verme o si pondrá esa tierna y linda sonrisa que es adornada por sus hermosas mejillas sonrojadas…y… ¡Maldición! … ¡Me estoy volviendo muy cursi! si sigo así…creo que me empalagaré a mí mismo, agh.
Toqué la puerta después de haber pasado por la reja de su jardín. Al momento de que di el segundo golpe escuché como gritó desde lejos diciendo que esperara un poco para que él pudiera atender la puerta. Así que decidí quedarme parado esperando.
-Buenos dia… ¡OH! ¡Drake!- Comenzó a saludar cordialmente antes de abrir la puerta, sin embargo cuando me vio cambió la expresión que traía y se me quedo viendo raro. Creo que se impresionó porque vine por él, lo sé soy genial, soy el mejor novio del mundo…ok no… pero creo que lo sorprendí, oh al menos eso espero.- ¿Qué haces aquí?- Preguntó confundido y ladeando su cabeza de un lado.- ¡¡JAAAAA!! ¡¡Todavía vengo a verlo y me recibe con un: “¿Qué haces aquí?”!!...¡Idiota! ¡Para eso mejor ni hubiera venido!
-Huy, perdón.- Dije indignado.- Todavía vengo a verte y pones esa cara.
-¡Waaaah! ¡Drake! ¡Lo siento!- Empezó a gritar alarmado y haciendo uno que otro puchero.- No te enojes conmigo.
-¡Ah!- Exclamé.- Tranquilo, no estoy enojado je...je...je…- Hice un ademan con mis manos para que se calamara. Aunque yo si estaba un poco molesto (lo sé, no tengo el mejor carácter), pero no quería hacerlo sentir mal.
-¿En serio no estás enojado?- Preguntó algo temeroso de mi respuesta.
-Ya te dije que no.- Me crucé de brazos fastidiado. ¿Cuántas veces tengo que decirle las cosas?
-¡Waaah!, ¡Qué alivio!- En ese instante sonrió ampliamente.
-Vine a buscarte para que fuéramos juntos a la… ¡¡¿POR QUÉ ESTÁS ASÍ?!!- Grité exageradamente alto mientras sentía como mi cara se calentó rápidamente de un momento a otro.
-¿Eh?- Pronunció Matthew confundido.
-¡¡¿Por qué no tienes camisa?!!- Mis ojos inocentes estaban viendo algo que no deberían de ver…o al menos… no aún… ok soné como un gran pervertido con eso último.
-Pues porqué me acabo de salir de bañar y me estoy secando el cabello. Ves- Me señalo la toalla que traía colgando en el cuello.
Traté de voltear mi cabeza para ver a otro lado, pero me quedé abobado observando como una que otra gota que chorreaba de su cabello se iban deslizando poco a poco por hasta que llegaban a su torso. Éste último se encontraba descubierto (obviamente), gracias a eso podía apreciar su delicada piel más detalladamente.
¡Maldición! ¡Se veía jodidamente bien! ¡Agh!
-¡Ponte algo encima!-Volví a gritar, yo ya me encontraba mucho más rojo que antes.-Es…es... esto….- Llegué a un punto en el que me puse tan nervioso que empecé a tartamudear.
-¿Ah?- Matthew me quedó viendo sorprendido, hasta que creo que captó la situación, o mejor dicho, MI SITUACIÓN (Estaba a punto de salir corriendo, aventarme al primer arbusto que viera para esconderme y ocultar mi vergüenza)-¡AAAAAH!- Gritó mientras su rosto se puso igual de rojo que el mío y se fue corriendo a su cuarto.- ¡Entra, no te quedes afuera!- Habló mientras azotaba la puerta de su habitación.
Yo, por mi parte decidí pasar, ni modos estuviera esperando parado allí afuera como estúpido. Toda la gente que pasará por ahí me quedaría viendo raro y yo no quiero eso.
Me quedé sentado como unos cinco minutos. Después de la pequeña espera, Matthew se acercó a mí y aún tenía un pequeño sonrojo en el rostro.
-Lo…lo siento.- Rió apenado mientras se rascaba la nuca.
-No te disculpes conmigo.- Dije desinteresado.- solo… ¡Solo imagínate que alguien más viniera y te viera sin camisa!- Sí, lo sé, de repente me alteré. Pero es que…es que… no quiero que nadie más vea a ese idiota sin camisa. No me agrada para nada la idea.
-¡Jajajajaja!-Ese idiota comenzó a reír con ganas y luego se sentó a mi lado.- No pensé que fueras celoso, Drake.- Seguía burlándose de mí.
-No…No son celos.- Le hablé de mala gana y volteé mi cabeza al lado contrario para que no viera el pequeño sonrojo que se había generado en mi rostro. Por su parte sonrió y me dio un pequeño beso en la mejilla, cosa que hizo que me pusiera más rojo, sin embargo, me giré y se lo devolví… a excepción de que el mío se lo di en la boca.
-Jajaja Está bien…- Fue lo que me dijo después de que nos separamos y me sonrió de nuevo.- Ya es hora de ponernos en marcha para ir por Miranda antes de ir a la escuela.
-Sí.- Contesté. Me levanté y me dirigí a la puerta.- Oye…quería decirte algo.- Me rasqué nervioso mi mejilla con mi dedo índice.
-¿Qué es?- Me preguntó curioso mientras se acercaba a mí, ya que había ido por su mochila.
-Mi…mi…mi madre ya sabe que somos novios.- Solté todo de una vez, para no alargar las cosas.
-¡¿EH?!- Gritó sonrojado y sorprendido, aunque también lucía asustado.- y…y…y... ¿Y qué dijo?-
-Al parecer estaba muy contenta.- Le comenté mientras recordaba todo lo que mi mamá me hizo pasar hace unas horas.
-¡¿En serio?!- Matthew estaba realmente contento, incluso sus ojos brillaban.
-Sí.- Comencé a salir de la casa.
-¡Esto es tan genial!- Cerraba la puerta con una sonrisa de oreja a oreja.- Mi suegra está contenta conmigo, jajajaja- Empezó a avanzar mientras yo me quedé congelado en el lugar que estaba parado.
-Suegra…- Susurré inconscientemente. Aquella palabra había hecho que sintiera una enorme vergüenza, pero también una extraña y gran felicidad me recorría todo mi cuerpo.
-¿Drake, sucede algo?- Él ya estaba como a unos 2 metros y se preocupó porque yo seguía como estúpido ahí parado.
-No, nada.- Sonreí, ya que no podía ocultar este buen ánimo. Y me dirigí a donde estaba Matthew para ponernos a caminar rumbo a la casa de Miranda.
Bueno, supongo que sí, la “suegra” está contenta. Esto es tan raro pero tan bonito a la vez.
El resto del día pasó normal, y casi no sucedieron cosas interesantes… Bueno a excepción de que Alexa se apreció en el almuerzo y se sentó con nosotros, pero no pasó a más; además yo ni la tomé en cuenta. Además de que en algunas clases estuve como zombie porque… ¡No me dejaron dormir en la mañana!
Al salir del colegió nos fuimos los tres caminando como casi siempre, bastante bonito, considerando que los dos días anteriores no lo había hecho. Esta vez hablo sin sarcasmos, de verdad estaba contento de que podía estar con mi amiga y mi novio a gusto sin que intrusos, cof … cof… Alexa…Cof… cof me arruinaran esta parte de mi día y de mi rutina, más que nada.
En mi casa no pasó mucho, pues llegué me cambié y me quedé profundamente dormido. ¿Qué? Como ya había mencionado, arruinaron mi sueño en la mañana, era más que obvio que estaría exhausto. Pero bueno.
No fue un mal día que digamos, al menos… mi madre está bastante contenta con la idea de que Matt sea mi novio.
Y eso… me alegra bastante.