Finalmente el día llegó. Ya era 18 de diciembre y yo aún no me decidía. Antes de que me digan algo, no estuve holgazaneando el día de ayer, también me la pasé meditando, pero simplemente seguía sin decidirme. Aunque por lo menos ya tenía algo en mente, si no se me ocurría otra cosa iría a comprar “eso” y se lo daría a Matthew en la tarde.
Realicé toda mi rutina mañanera y me despedí para después salir de mi casa rumbo a la escuela. Independientemente de lo del aniversario y todo mi estrés que esto ha conllevado, estoy algo aliviado porque hoy me entregan mis calificaciones y además es mi último día de clases antes de salir de vacaciones. Aaaah, eso es tan hermoso, tendré más tiempo para leer y hacer algo productivo. Aunque lo más probable es que Miranda se la pase metida en mi casa o viceversa (No porque yo quiera, sino porque me obligaría a ir a verla). Aunque… no sería algo tan malo al fin y al cabo mi héroe vendrá y será genial pasar un rato con él, e incluso todo el día jajajaja ¡Definitivamente sería grandioso!... ¡Ya veo venir el bullying hacía Miranda! ¡¡JAJAJAJA!! ¡Se hará justicia! ¡Ya tendré quien me proteja de nuevo! ¡JAJAJAJAJA!
-¡Hola Drake!- Mientras caminaba escuché que me saludaban felizmente. Lo primero que hice fue confundirme sin detener el paso. Conforme me fui acercando pude divisar mejor a la persona.- ¿Miranda?....- Exclamé inseguro y comencé a cuestionarme. ¿Era en serio?, debo de estar oyendo y viendo mal. De seguro y ya estoy alucinando.
-¡Drake!- Escuché otra voz. Esa última si fue inconfundible, era la voz de Matthew. Eso significaba que esa cosa que me estaba hablando si era Miranda… ¡JODER! ¡¿QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO AQUÍ?! ¡ES EL FIN DEL MUNDO! Y lo peor… ¡ES EL FIN EL MUNDO Y LOS ÚLTIMOS DÍAS DE MI VIDA ME LA PASE ROMPIÉNDOME LA CABEZA PARA PODER DAR UN REGALO!
-¡¡AAAAAH!!- Grité mientras veía como se aproximaba esa mujer rara…bueno…Si es que le podía decir así. Posiblemente era otra criatura, tal vez un alíen o un zombi…no un zombi no creo… no hablan…Eso significa que… ¡Es un alíen! ¡Aún tengo tiempo para ir a mi casa e ir a buscar mi Kit de emergencia contra un ataque alienígena!
Traté de darme la vuelta para comenzar a correr de regreso a mi casa pero pude ver que se aproximaba más hacía mí, lo cual hizo que entrará en pánico y… pisara una de mis agujetas del zapato, me callera al suelo y que, muy probablemente me destrozara mi bello y hermoso rostro.
-¡Drake!- Escuché que ambos gritaron al mismo tiempo.
-Agh.- Me quejé mientras trataba de levantarme y abrir los ojos. No pasó mucho tiempo para que pudiera sentir unas manos tratando de ayudarme.
-¿Drake estas bien?- Habló Matthew mientras me veía sumamente preocupado y me tomaba de las manos para jalarme de ellas y que así pudiera pararme de nuevo. Yo estaba a punto de contestar sarcásticamente pues no había caído exactamente en un campo de flores… ¡sino en una bendita calle llena de rocas y vidrios de quien sabe qué cosa!
-Oh… no creo…- Miranda señaló a un punto de mi cara mientras miraba fijamente sin parpadear.- Le está saliendo sangre por ahí y por ese otro lado le saldrá un moretón o un “chipote” por el golpe.
-¡Drake no te mueras!- Gritó Matthew y me abrazó fuertemente.
-N...No…agh...me…voy…a...morir…-Traté de decir pero Matthew me estaba apretando muy fuerte lo que impedía que hablara bien. Le di unas palmadas en la espalda para que se tranquilizara pero me apretó aún más fuerte.- Si…me...nhg…sigues apretando así…agh…me…matarás.
-¡Waaaah!-Me soltó rápidamente.- No te mueras.- Hizo un extraño puchero en su cara, a lo que yo no pude resistirme y le revolví el cabello. Joder, como es que a veces puede verse tan tierno.
-Como sea.- Dejé a un lado su hermosa cabellera…ok aquí si exageré demasiado. Es que tan suave y sedoso que… cof…cof… Ya mejor olvídenlo, terminaré peor.
Como decía, después de eso me crucé de brazos para ver directamente a Miranda.- Todo esto es tu culpa, maldito alíen.- La señalé con el dedo índice.
-Drake… es muy temprano para que empieces con tus cosas raras.- Se puso una mano en la cabeza fastidiada mientras suspiraba hondo.- Y mira que yo venía de buen humor ahorita.
-Revela tu verdadera identidad. ¡¿Quién eres y que hiciste con la loca de Miranda.- Le dediqué una mirada acusadora a esa “cosa”.
-¿Loca?- Me asesinó automáticamente con la mirada.- Drake… sigue con tus payasadas y juro que le enseñó las fotos a Matthew de cuando éramos chicos y te dejabas hacerte colitas en el cabello.- Ok, si es Miranda, me arrepiento de haber dudado de ella y su “extraño” comportamiento mañanero.
-¡¡JAJAJAJAJAJAJAJA!!- Ese idiota se estaba muriendo de la risa.
-¡Cállate!- le dediqué a ese tarado una cara de pocos amigos y al instante dejó de reírse, claro que solo fue por unos segundos ya que no pudo contenerse y volvió a explotar en risas.- ¡Miranda esas intimidades no se cuentan!- Estaba a punto de salir corriendo para que no fueran testigos de mi vergüenza.
-Mira, para que veas que estoy de buen humor…- Esa mujer rara comenzó a hablar.- Toma…-Me estiró una mano obsequiándome algo.- Es una paletita.- Sonrió…bueno eso creo, llámenme loco pero eso me pareció a un gesto gatuno o algo parecido.
-No esta envenenada, ¿verdad?- Acerqué mi mano temerosamente para poder sostener el dulce.
-Claro que no.- Rodó los ojos.- Tengo más…- Inmediatamente comenzó a buscar en su mochila hasta sacar dos más de los dulces.- ¡¡Matt!! ¡Toma!- Exclamó eufóricamente.
-¡Yeeeei! ¡Jajajaja!- Ese idiota contestó de la misma manera.
-Ya relájate amargado, sonríe por lo menos al final del semestre.- Decía mientras le quitaba la envoltura a la paleta.- Es viernes y para variar ya salimos de vacaciones.- “Vacaciones”, ahora todo tenía sentido en este mundo, la actitud de Miranda era por esa razón, ya estoy más tranquilo. Con suerte y esa mujer rara no me fastidiará tanto hoy.- Además andas muy paranoico últimamente, aliens aquí aliens allá….
-¿Un alíen te saludara?... jajajaja- Bromeó Matthew haciendo referencia a la película de stuart Little.
- Jajajajaja.- Miranda comenzó a reír.
-Ja…ja...ja…que gracioso.- Me puse en marcha para ir camino a la escuela mientras me limpiaba la cara con las mangas.
-¿Así de amargado es todo el tiempo?- Le susurró esa mujer rara a Matthew.- Incluso cuando ustedes…- Al escuchar esas palabras me sonrojé automáticamente. Esa mujer aparte de loca era una maldita pervertida, así que quien sabe que cosas vergonzosas saldrían de su boca en ese momento.
-¡¿Cuándo nosotros que?!- Volteé rápidamente a verlos. Pude observar como Miranda sonreía pícaramente y ese idiota se estaba comenzando a sonrojar.- ¡No te empieces a imaginar cosas raras, Miranda!
-Pero… ¿Por qué te alteras tanto?- Me miró curiosa.- ¿Qué “tanto” han hecho ya?- Puso esa sonrisa de nuevo.
-¡¿Eh?!- Matthew se tapó la cara con las dos manos avergonzado. Miranda ahora me observaba de manera maliciosa y con una ceja alzada.- Bueno…este….-Ese idiota comenzó a balbucear cosas sin sentido
-¡¡QUE NO HEMOS HECHO NADA!!- Exclamé más que avergonzado y con las mejillas completamente rojas. Me acerqué de nuevo a donde estaban ellos y comencé a empujar a Matthew por la espalda para que avanzara.
Después de eso seguí evitando a Miranda por un rato más hasta que se le ocurrió hablar sobre alguna otra estupidez. Pero sin embargo quiero que quede claro que ese idiota y yo ¡No hemos hecho nada malo!... digo… por si tenían la duda, además por culpa de esa mujer rara se pueden llegar a malinterpretar las cosas.
Como sea todo el transcurso fue normal. Aunque yo estaba demasiado tenso, ya que Matthew no había mencionado nada sobre nuestro aniversario. Lo que me ponía a pensar aún más. Que tal y me daba algún obsequio en la escuela y entonces yo tendría que disculparme porque aún no tenía el suyo, lo cual haría que dé la impresión de que soy un maldito sin corazón que olvidó su aniversario y además sería tachado como “un mal novio que compraría un regalo de último minuto para hacer sentir mejor a su pareja”.
Mientras yo estaba peleando conmigo mismo, hacía caso omiso a todo lo que sucedía a mí alrededor. Hasta que sentí como alguien jalaba delicadamente de mi manga, cosa que hizo que regresara al “mundo real” y dejará mis pensamientos por un lado.
-¿Matth?- Hablé en tono de pregunta, un poco perdido. ¡Demonios le dije Matth!...agh… se me escapó. No es como si yo quisiera llamarle de la misma forma en la que todos lo hacen, porque… porque… ¡soy original y por eso le llamó por el nombre completo!.... además me rehúso a ser parte de la multitud. Lo sé soy todo un rebelde total, todo un malote. Solo me falta mi chamarra de cuero negro y mis lentes oscuros para hacer juego con toda esta maldad y rebeldía que tengo dentro de mí.
-Me dijiste Matth…- Una gran y hermosa sonrisa de felicidad iluminó su rostro.
-Shh… no lo grites.- Le tapé la boca por unos segundos mientras hacia un ademan con mi dedo índice en señal de que hiciera silencio.- ¿Qué pasó?- Pregunté mientras veía como mis compañeros entraban poco a poco al salón.
-Tengo que decirte algo importante…- Me miró entre una mezcla de seriedad y algo de vergüenza. ¡Oh, demonios!, de seguro me hablara sobre lo de hoy y yo no estoy listo psicológicamente… ni tampoco tengo el regalo ahora mismo.
Yo… mejor dicho algo se me debe ocurrir en este mismo instante para evitar este momento incómodo. Tiene que ser inteligente y creíble…
-¿Oye sabías que los elefantes no pueden saltar?- Perfecto Drake, eres el mejor… ¡¿Joder no se me pudo ocurrir algo mejor?! ¡Entré en pánico!
-¿Qué?- Me vio con una cara de auténtica confusión, a lo que yo sonreí nerviosamente. Él observó mi cara por unos segundos y luego comenzó a reír -¡Jajajajajaja!- Y así fue como de pronto esa extraña tensión que yo sentía en el ambiente se iba desapareciendo. Digo “tensión”… bueno pues porque al menos yo estaba bastante nervioso y a punto de salir corriendo y esconderme en un arbusto.- No… ya en serio…- Dejó de reír y se preparó para hablar.
-¿No es interesante lo de los elefantes?, a lo mejor y hablan de eso en clase.- Debo de evitarlo a toda costa, ya cuando salgamos de la escuela compraré el obsequio, se lo llevaré a su casa, me disculparé por todo esto y le diré cuanto lo quiero. Mientras tanto… ¡FINGIRÉ DEMENCIA!
-Pero nos toca matemáticas.- Me dijo un sin entender nada.
-Perfecto.- Contesté mientras me dirigía a mi lugar y el me seguía, después de todo se sienta alado de mi.- Los elefantes se cuentan… ya sabes… Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña como veía que resistía fueron a llamar a otro elefante…- Aún no puedo creer que estoy diciendo semejante estupidez, ya hasta le canté una canción infantil.- …Y así puedes contar muchos elefantes.- Seguí hablando como si fuera lo más normal del mundo.
Las clases hasta el receso fueron así, cada vez que el intentaba decirme algo, yo agarraba mi libro o mi libreta y lo quedaba viendo como si fuera lo más interesante del mundo. Y vaya que es agotador fingir eso, es más estaba tan concentrado en parecer concentrado que me perdí todo lo de la clase; un consuelo es que como es el último día ya no es tan importante…creo. Aunque aun así es malo que yo no haya puesto atención.
Por otra parte, dejando todo el estrés de un lado. El día está agradable, hace frío y para mí eso es bastante bueno. Además parece que todos están más relajados que de costumbre, tanto profesores como alumnos. Supongo que el inicio de las vacaciones hace maravillas.
Justo antes de que me diera cuenta, ya habían tocado para el receso, y como era costumbre iría con ellos dos la cafetería…bueno… de seguro la colada de Alexa se aparecería por ahí, pero ya qué.
Nos sentamos juntos en la mesa de siempre y a los cinco minutos llegó ella. Tomó una silla de quien sabe dónde y se sentó con nosotros mientras tenía una sonrisa de niña buena en el rostro.
-¿Qué piensan hacer en vacaciones?- Preguntó Alexa.
-Evitar a mi hermano, leer mangas ver muchos animes y ver como se matan en los fandoms.- Miranda le contestó mientras estaba entretenida en su celular.
-¿Fandoms?- Matthew y yo dijimos al unísono sin comprender de lo que hablaba Miranda. Alexa solo recargó su barbilla en una de sus manos y se puso a escuchar.
-Fandoms…ya saben…- “Explicó” mi amiga como si fuera lo más normal del mundo.- Como el de Free… Makoharu, RinHaru, SouMako, SouRIn…- En ese momento azotó las manos en la mesa y se nos quedó viendo con cara de psicópata. Nosotros tres solo dimos un respingo por su actitud.- Pero casi nadie tiene inconvenientes con el ReiGisa.- Nos señaló a todos con su dedo índice mientras mantenía los ojos entre cerrados.- El ReiGisa es amor, El ReGisa es vida.- Después de eso se sentó lentamente en su silla y volvió a estar como si nada en su celular. Mi amiga, está loca.
- Bueno, yo haré cosas más normales….- Estaba comenzando a contar cuando fui interrumpido.
-En otras palabras se encerrara en casa como un viejo ermitaño.- Esa mujer rara se burló de mí y me sacó la lengua para luego ponerse a reír.
-¡Claro que no!- Protesté.-…Bueno…no tan así, pero si estaré en mi casa leyendo o pasando un rato con mi hermanita.- Volteé mi rostro indignado. Ese idiota solo se puso a reír y Alexa se me quedó viendo con una sonrisa burlona.
-Si quieres podemos salir un día Drake.- Dijo Alexa mientras se peinaba lentamente su cabello con sus manos.
Miranda al oír eso se sorprendió e inmediatamente abrió sus ojos como platos. De un segundo a otro se acercó a la mesa y recargó sus brazos mientras me veía de la misma forma, como si estuviera esperando que alguna respuesta saliera de mi boca.
-Bueno… pues…- Trataba de formular alguna respuesta. Aunque creo que un “No, gracias”, sería lo mejor que podía contestar… o tal vez un… “Sí estaría bien…algún día”. Obviamente rechazándola porque ese “día” nunca iba a llegar ya que por lo general cuando se dice eso, nunca se ponen de acuerdo las personas y lo dejan como un plan al aire y ya. Aunque esta última opción no se escuchaba tan fea.
-Jajaja.- La risa de Matthew llamó mi atención. Pues no sé escuchaba como siempre, es más, podía jurar que parecía fingida.- Sería bueno salir “LOS 4”- Por alguna razón hizo énfasis en “los 4”.- Pero parece que yo ya tengo planes para todas las vacaciones, así que creo que tendrás que salir solo con Drake y con “MIRANDA”.- Nuevamente recalcó el nombre de mi amiga.
-¿Ya tienes planes?…-Pregunté tratando de parecer indiferente, pues obviamente ¡Estaba completamente interesado por saber con “quien” tenía planes”. No estoy celoso, solo quiero estar informado…eso es todo.
-Algo así…- Contestó Matthew mientras sonreía nerviosamente. ¿Y a este que mosco le picó?
-Es hermoso…- Miranda comenzó a hablar.- Hace un mes que una de mis OTP se volvió real… porque no pasa así con todas…-Un extraño aire de nostalgia rodeó a mi amiga.
-¿Qué?-Le pregunté.
-Nada… estaba hablando sola, no es algo que entenderían ustedes…-Nos volvió a señalar.-…simples seres mortales.
-Loca.- Yo ni me inmuté.
-¡Cierto!-Exclamó Matthew al mismo tiempo que chocaba su mano izquierda con su puño derecho. Como si se hubiera dado cuenta de algo.
-¡Al fin me das la razón! Desde hace tiempo te estoy diciendo que Miranda está loca.- Bromeé y esa mujer rara me dedicó una Mirada asesina. Alexa soltó una carcajada, cosa que hizo que mi amiga dejara de ponerme atención e inmediatamente comenzó a verla de reojo. Conociendo a Miranda, en este momento era más que obvio que disimuladamente le estaba haciendo un Fatality con la mirada.
- Jajaja…No no es eso- El siguió hablando como si nada. Yo en esos momentos estaba considerando ponerle una correa o algo a mi amiga, en una de esas y se le pegaba la locura….y bueno… tendríamos a una Miranda Ferreira castigada por la dirección de la escuela y a una Alexa Bustamante internada en algún hospital.- Drake… es sobre hoy, tengo que decirte algo muy importante.-En ese momento me alarmé y me levanté de golpe.
-¡Galletas!- Dije lo primero que se me vino a la mente al mismo tiempo que chasqueaba mis dedos. Ellos me quedaron viendo extrañados.- Se me antojaron unas galletas, iré a comprar unas.
-¿Tu, galletas y a esta hora de la mañana?- Mi amiga me miró incrédula y con una ceja alzada.
-Q… ¿Qué?...se…se me antojaron.- ¡Rayos!, tengo que salir de aquí sin que nadie sospeche. Tartamudeé demasiado, espero ser convincente.
-¡No me digas que estas embarazado!-Me… ¿me regañó Miranda? ¡Oye espera un segundo!
-¡¿Qué yo qué?!- Hice un lado la silla y puse una mano en mi pecho. Estaba… ¿impactado?.... Algo está mal es esta conversación…
-Si ya decía yo, que algo raro se traían ustedes desde que les dije lo de la mañana.- Esa mujer rara estaba dramatizando las cosas haciendo poses raras con sus manos y viendo hacia el infinito.
-¿Embarazado?- Alexa me miró de pies a cabeza.- ¿Eso es posible?
-Pues la ciencia ha avanzado mucho así que…-
-¡Cállate Miranda!, ¡Que ciencia, ni que nada!- Le grité a esa loca y rápidamente busqué a Matthew con la mirada. ¿Qué demonios estaba haciendo?, Necesito apoyo de inmediato.
-Pero si ya dije que no hemos hecho nada.- Él se levantó y trató de calmarla mientras movía sus manos de arriba para abajo y reía nerviosamente. Claro que también tenía un leve rubor en sus mejillas.
-…un momento…- Habló la única de nuestra mesa que aún seguía sentada.-….-Parecía estar pensando. Creo que eso es algo bueno, me pregunto: ¿Desde cuándo es que no usa su cerebro?, a lo mejor tanto tinte y los kilos de maquillaje se lo han atrofiado.- ¡Ustedes dos!...- Saltó de su silla, azotó las manos en la mesa con cara de espanto y se nos quedó viendo a mí y a Matthew. Creo que ya lo había dicho, pero ahora lo compruebo. Eso golpear la mesa, se lo contagia Miranda a medio mundo.- ¿Son novios?…-Esto último lo susurró.
-Si… ¿No lo sabías?- Contestamos nosotros tres como si fuera lo más normal del mundo. Mi amiga veía a Alexa con una sonrisa burlona, supongo que ya estaban a mano…creo…no sé, no entiendo a las mujeres.
-Sabía que estabas saliendo con alguien…pero…- Lo miró a él a los ojos con el ceño fruncido.-…pero… Drake.- Ahora me clavó la mirada a mí.
-Pues claro, si no fuera por Matth, Drake se muere solo.- Habló la que se hace llamar “mi mejor amiga”.
-¡Oye!- Protesté enojado.- Eso no es cierto… hay más de una persona que me quiere.
-Drake…cuantas veces te he dicho que tu mamá no cuenta.- ¡Es una maldita! -¡¡JAJAJAJAJAJAA!! Y…comenzó a reír como psicópata.
-No puede ser…perdí contra un chico…dos veces… ¿eso es posible?-Un aura depresiva rodeaba a Alexa. –Tal vez es el maquillaje…o el tinte…me pintaré el cabello de nuevo…-Esas fueron las últimas palabras entendibles que se le oyeron salir de su boca, ya que después de eso solo comenzó a balbucear cosas sin sentido.
-Oigan, en serio necesito decirle algo a Drake…- Matthew lucía desesperado.
-Y todo empezó por culpa de unas jodidas galletas…-Suspiré.
La mesa estaba hecha un completo caos, era pura bulla. Esa mujer rara no dejaba de reír como psicópata, Alexa se lamentaba y hablaba sola y Matthew trataba de calmarlas aunque sus intentos eran inútiles. Cada quien estaba en su mundo, lo que unas galletas pueden ocasionar, es más ni siquiera las iba a comprar solo quería huir de ahí. De cualquier forma eso haré, me escabulliré lentamente de la cafetería y me iré a esconder a mi salón.
-¡Oh, cielos! No puede ser, he olvidado mi cartera.- Sí, muy posiblemente eso fue la peor actuación de mi vida, pero ya que.- Creo que la dejé en el salón.
-Yo te ayudo a busca…-Al parecer Matthew me escuchó. Pero para ese momento yo ya había tomado de los hombros a Alexa.
-Alexa acompáñame.- Sonreí falsamente. Ella solo asintió con la mirada algo perdida.
Al salir del lugar, observé como a lo lejos Miranda me veía confundida y Matthew inflaba los cachetes y se sentaba en la silla con los brazos cruzados. ¡Agh! ¡Maldición! ¡Sabes que te quiero idiota!... pero no quiero que pienses que soy mal novio o algo por el estilo.
Al llegar al salón, fuimos directamente a mi lugar y suspiré algo frustrado. Al menos el aula estaba vacía, todos estaban en los alrededores de la escuela, después de todo era receso.
-¿Y bien?- Alexa me veía enfadada.- Busca tu dinero y vámonos.
-¿Estas enojada?- Pregunté al no poder evitar ver la mala cara que tenía.
-No…- Se cruzó de brazos indignada.
-Okey…- Es obvio que está enojada ¿Por qué lo niega?
-Hum…-Se quejó de nuevo.
-¿Segura que no estás enojada?- Ni sé porque le sigo preguntando.
-¡Ya te dije que no!- Alzó la voz.- Ahora busca tu cartera o lo que sea.
-Ah…hablando de eso…jejeje.- Me rasqué nerviosamente la nuca.- Mi cartera está en el bolsillo del pantalón.
-¡¿Y PARA QUE RAYOS VENIMOS PARA ACÁ?!- Mis tímpanos vibraron horrible. Vaya que esta tipa si que tiene una “vocecita”.
-Porque quiero evitar a Matthew hasta la salida.- Contesté sin tratar de alterarme y gritarle de la misma manera que ella lo hizo.
-Si no lo quieres solo díselo y termina con él.- Volteó rápidamente su rostro hacía un lado. Yo estaba perplejo.
-No digas tonterías, no tengo pensado terminar con él.- Traté de disimular mi vergüenza pasando mi mano derecha en mi rostro.- Me costó demasiado…todo…esto.- Claro que no dije algo tan cursi como: “Jamás pensaría terminar con él, porque lo quiero demasiado como para vivir sin su molesta presencia. Mi vida simplemente sería aburrida sin sus estupideces. Es un idiota.” Pero es lo mismo, se entendió.
-¿Y entonces porque lo estás evitando?
-Por qué hoy cumplimos un mes y aún no le he comprado un regalo, y de seguro pensará que lo olvidé o algo por el estilo.
-Si la persona con la que estoy saliendo, se olvidará de mi aniversario. Ya lo hubiera botado.- Habló muy “divamente”- No permito que nadie me trate así.- Se hizo su cabello para atrás con su mano.
-No sé si se supone que ese comentario deba hacerme sentir mejor.-
Por unos minutos nos quedamos en un silencio incomodo hasta que ella decidió hablar de nuevo.
-No sabía que eras gay….- Dijo sin verme a la cara.
-¡No lo soy!- Exclamé inmediatamente, como me es costumbre.
-¡Y entonces porque andas con él!- Se acercó más a mí, hasta que quedamos los dos parados frente a frente.
-Es…es…es complicado.- Tartamudeé nervioso. Mis mejillas comenzaban a calentarse.- Es que él es lindo...tierno…y… ¡¿Por qué tengo que estar diciéndote esto?!- Le grité de nuevo.
-¡Porque yo te lo pregunté!- Apretó sus puños con fuerza.
El silencio reinó de nuevo en el lugar, y ahora los dos nos mirábamos furiosos. Perdimos la poca paciencia que ambos poseíamos.
-En…entonces…- Volvió a hablar.- ¿Te enamorarías de cualquier persona que fuera linda y tierna?- Sus mejillas de decoloraron lentamente.
-¿Eh?-Fue lo único que salió de mi boca. Aunque era más que obvio que no me enamoraría de cualquiera, Matthew es especial para mí.
-D...Drake…- Balbuceó para luego mirarme a los ojos. Se abrazó a sí misma. Infló sus cachetes que eran adornados por ese leve color rojizo y finalmente puso cara de cachorrito a medio morir.- ¿Cualquier persona linda y tierna?- Volvió a repetir con tono más dulce, a comparación de la voz chillona con la que siempre habla.
-Alexa…-La miré a los ojos sorprendido y lentamente puse mi mano derecha en su frente.- ¿Tienes fiebre? Si te sientes mal, es mejor que vayas a la enfermería, ¿No crees? - Hablé con un tono desinteresado y le señalé con mi mano izquierda la puerta.
-…- De pronto quito la expresión que tenía y me dedicó una mirada asesina. ¿Y ahora que hice?- ¡¡ERES UN ESTÚPIDO!!
-¡¿QUÉ?!...- Le iba a decir más cosas pero sentí como su mano chocó fuertemente contra mi mejilla; efectivamente, me había dado una cachetada. Y para acabarla salió corriendo del salón.
“¿Y a esta que mosco le picó?”, me preguntaba mentalmente mientras permanecía con mi mano en el lugar en el que me había golpeado.
Pero bueno, eso no duró mucho ya que tocaron el timbre para regresar a clases, y además no me importaba mucho. Pero un me dolía mi hermosa cara.
-¡Drake!- Me asusté al escuchar la voz de Miranda. Al parecer ya habían llegado esos dos al salón.- ¿Dónde te habías metido?- Sentí como unas manos me jalaban violentamente.
-Je…encontré mi billetera.- Con la mano libre la saqué de mi pantalón y se la mostré.
-¿Por qué no te quitas la mano de la cara?- Matthew sonaba algo molesto. Agh, no lo culpo. Lentamente la quité y ellos dos rápidamente notaron la marca de la cachetada.
-¿Qué te pasó?- Preguntaron los dos al unísono.
-Alexa me dio una cachetada…- Dije por lo bajo y sin cruzar miradas. Ellos dos fruncieron el ceño al mismo tiempo, pero solo Matthew cambió su expresión por una de preocupación, se acercó a mí y lentamente pasó su mano por mi mejilla. Y Miranda….bueno, ella seguía enojadísima.
-No me duele....mucho.- Tomé la mano de Matthew y le sonreí. Aunque la verdad es que no aguantaba el dolor, ¡¿Por qué la mano de esa tipa dolía tanto?! ¡Creo que hasta traía un anillo puesto!
Tuve que resumirles la historia a los dos para que entendieran porque esa desquiciada me había golpeado, pero omití algunos detalles. Al finalizar mi relato, ellos dos se comunicaron con las miradas como si entendiesen algo que yo no, pero no le di importancia.
Esto se está volviendo jodidamente complicado, creo que sería más fácil decirle las cosas a Matthew y disculparme después.
Al término de la escuela, yo ya me sentía más aliviado. Había sobrevivido todo el día, solo me faltaba conseguir su regalo y se lo llevaría en la tarde a su casa. Todo iba a salir de acuerdo al plan. Como siempre Miranda era la que iba hablando mientras los dos escuchábamos. El ambiente estaba un poco más tranquilo pues Alexa no se había aparecido por aquí. Lo más probable es que siga enojada por quien sabe qué cosa.
Finalmente al llegar a la salida, me despedí de ellos y me fui rumbo a la florería de mi madre. Ambos tenían cara de confusión, y Matthew se quedó con la boca abierta como tratando de formular torpemente algunas palabras. No le di importancia, ya que yo tenía “algo” que hacer.
En el transcurso decidí ponerme mis audífonos y escuchar música. Había pasado tiempo desde que no caminaba solo después de salir de la escuela. Hasta se sentía raro, me faltaba la presencia de esos dos, en especial la de ese idiota… ¡Pero nunca lo admitiría!
-Hola…mamá…- Entré al local y hablé con la mirada baja.
-¿Hijo?...- Parpadeó muchas veces como creyendo que yo era algún tipo de ilusión mística o algo así. ¡¿Tan raro es que su hijo la venga a visitar?!- No me digas que trataste de cocinar y se incendió la casa, le dije a Naomi que te cuidara.- Mi madre decía preocupada desde el mostrador mientras que las dos empleadas que se encontraban acomodando las flores se aguantaban la risa.
-¡¡MAMÁ!!- Grité todo sonrojado.- ¡No quemé la casa! Y… ¡¿Le dijiste a Naomi que me cuidara?! ¿¡Qué pensará ahora de su hermano mayor!?
-Ya, ya.- Mi madre hizo un ademán con su mano para que me calmara.- No grites en mi florería, ahuyentaras a los clientes.- Me reprendió mi madre.- No hagas pucheros…quien es mi bebé.- Se acercó a abrazarme fuertemente.
-¡¡MAMÁ!!- Volví a gritarle mientras me retorcía como gusano en sus brazos. Las dos señoritas de no más de 26 años estaban riéndose a todo pulmón. Mi madre me esta avergonzando frente a la sociedad, ¡Qué horror!- Luego porque no me aparezco por aquí, a la próxima no vengo.
-No me amenaces…- Me miró con una mirada penetrante, de esas que solo hacen las madres que hasta te hacen sentir un escalofrío y luego sonrió. ¡Qué miedo!
-Quería…quería comprar unas flores…- Mi madre me soltó de inmediato y me sonrió pícaramente.
-Ya veo…- Dijo con un tono de voz burlón.- Y bien señor cliente, ¿Qué tipo de flores le interesan? ¿Son un regalo para alguien?...- Traté de evitar su mirada para que no me descubriera, pero ella ya sabía toda la verdad.-… ¿no es así?
-Si mamá…- Respondí inflando mis cachetes como niño chiquito. ¿Por qué no me puede tragar la tierra?, esto es demasiado vergonzoso.
-No sabía que Drake estaba saliendo con alguien.- Una de las chicas dijo impresionada.
-¿Verdad que sí?- Contestó mi progenitora.- Ni yo me lo creo, con lo amargado que es mi hijo.
-¡¡MAMÁ!!- Por qué mi madre me hace bullying ¡¿Por qué?!.... ¿Además porque nadie cree que se posible que yo salga con alguien? ¿Tan raro es?- Mamá, las flores…- Volví a repetir al sentirme ignorado.
-¡Oh, cierto!- Sonrió de nuevo y se acercó a su mostrador.- ¿Cuáles vas a querer?
-No lo sé….no sé de flores… ¿Unas que se vean bonitas?...- ¿cuántas veces tengo que decir que no se de flores?, me podrían dar a escoger entre un cactus y una rosa, y escogerá cualquiera porque son plantas. Aunque… ¿Al cactus se le tiene que echar agua?, ¿no verdad? ¿Eso significa que son autosuficientes e inmortales?... ¡¿Y entonces como se cuida a un cactus?! ¡El señor cactus es un hombre muy valiente que sacará adelante a su esposa cactus y sus pequeños “cactucitos”! ¡No necesita de nadie!....ok… ¿Cómo demonios llegué a eso ultimo?
-Todas las flores de aquí son bonitas, Drake.- La voz indignada me sacó de mis pensamientos. Creo que soy la única persona que se pierde pensando en cactus.
-…un Cactus…- Tenía que decirlo, llevaba mucho rondando por mi cabeza. Mi madre se dio una palmada en la cara en forma de decepción.
-Drake…te adoro hijo, pero no sé qué te vieron…-Suspiró.- ¿No se te ocurre otra opción?
-Mmm… es que siempre le termino regalando camelias...es repetitivo…pero tampoco quiero un ramo grande ni nada de eso….- No creo que el dinero me alcance.
-¿Unas rosas?- Me preguntó.
-¿Son esas rojas que salen en todos lados?
-Sí, Drake…son esas…- Creo que con cada palabra que salía de mi boca, la decepcionaba más.- Iré por ellas.
-¡Wah!....No…- Dije en seco.- Iré a comprar otra cosa y en un rato vengo a buscarlas…si no las mataré de alguna u otra forma.
-Como quieras.- Mi madre me sonrió.- Con que no se te olvide, todo está bien.
-Sí, mamá.- Respondí como niño chiquito regañado.
Pagué las flores y me despedí de mi madre. Ahorita mismo iré a almorzar algo en el parque y luego me dirigiría a comprar lo único que me faltaba: Unos chocolates.
Flores y chocolates, algo bastante común. Pero para una persona como yo, es lo mejor que se me pudo ocurrir.
Pasaron las horas y en menos de un abrir y cerrar de ojos ya eran las 7 de la noche. El cielo ya estaba oscuro y la luz de las estrellas lo adornaba hermosamente. Había bastante frío, lo bueno es que tenía mi abrigo en mi mochila. Sí, no había ido a mi casa desde que salí de la escuela.
Al menos ya tenía todo listo, aunque decidí guardar los chocolates y las flores en mi mochila, porque… ¡Toda la gente chismosa me estaba viendo de pies a cabeza! ¡¿Es que nadie puede caminar tranquilo por la calle?! .Solo espero que no se aplasten.
Sin más comencé a caminar a la casa de Matthew. Pensé en mandarle mensaje, pero eso arruinaría la sorpresa.
Iba bastante tranquilo y con la música de mis audífonos a todo volumen. ¿Conocen esa sensación cuando se sienten en un videoclip musical por la canción de fondo?, pues algo así me sentía en esos momentos….Bueno no tan así como John Travolta en el inicio de la película de “Fiebre de sábado por la noche”. Pero era genial.
Al momento de llegar en la glorieta que estaba en dirección a la casa de ese idiota, me senté en una de las bancas que estaban cerca. Para ser exactos, en la misma en donde me estuve con Alexa el otro día. Decidí sacar mi celular y me di cuenta que tenía más de diez llamadas perdidas. Alarmado me puse a revisarlas porque pensé que tal vez serían de mi hermanita o de mi madre, sin embargo me encontré con la sorpresa de que eran de Matthew.
Bajé mi celular y lo puse en mis piernas, quería pensar en la razón por la cual me marcó tantas veces. Obviamente comencé a preocuparme, ¿Qué tal si le había pasado algo malo?
De un salto me levanté de mi asiento y guardé mi celular, definitivamente tenía que verlo ahora mismo.
Justo cuando iba a caminar me pareció ver una silueta conocida que pasaba por el centro del pequeño parque de la glorieta. El individuo iba soplando sus manos, como si tátara de calentarlas con su aliento, y no lo culpo, hay bastante frío. En el hombro tenía una mochila negra y en la mano derecha jalaba una maleta de ruedas azul. Vestía una gran chamarra color beige, unos pantalones de pana cafés oscuros y unos tenis negros.
Me quedé un momento apreciando como caminaba, más bien, me lo quedé viendo a él. Sentía que lo conocía de un lado….
Y lamentablemente así era…
No era nada más, ni nada menos que Matthew.
En ese momento me paralicé y mis ojos se abrieron como platos. Tenía una maleta… ¿Por qué?... no me digas que se va ir de este lugar… ¿No, verdad?
Mis manos comenzaron a temblar al igual que mis piernas, una extraña sensación se apoderaba de mí.
¿No me digas que tú también te irás?... para eso me estabas llamando… para eso…
Mis pensamientos eran un caos, pasaban un montón de conclusiones y cosas al mismo tiempo que no podía simplemente enfriarme la cabeza y pensar claro. Se me hacía difícil asimilarlo ¿él también se iría?, la primera persona a la que le fui capaz de escribirle una carta… también se fue como si nada.
Ahora que recuerdo, Matthew me estuvo diciendo todo el día que teníamos que hablar y que era importante, ¿Es que acaso se trataba de esto?
Ella también me dijo que quería hablar conmigo…al día siguiente llegó a mi casa apenada para decirme algo importante, y como si fuera arte de magia…o de una simplemente una corazonada Yo ya lo sabía con solo ver su rostro, tenía que irse. Se lo dije en voz alta y tratando de fingir indiferencia…como si fuera lo más normal del mundo. Sofía solo me sonrió dulcemente, me abrazó y se fue dejándome en la entrada de mi casa con la puerta abierta. No podía hacer nada, ni siquiera me esforcé en detenerla.
¿Será que estoy condenado a que las personas que quiero se vayan?...
Lo sé… son pensamientos muy estúpidos, tal vez no sea cierto y Matt tiene las maletas por una razón diferente y solo estoy exagerando…pero… en verdad me siento mal, soy pesimista casi por naturaleza y en esta situación… lo soy el doble o tal vez el triple.
Poco a poco un nudo se me formó en la garganta y sentí un pinchazo en mi pecho. Quería afrontar las cosas con tranquilidad, pero…
Simplemente no puedo….
En verdad me siento triste… en verdad lo necesito. No quiero que se vaya… no puedo dejar que MI idiota se vaya.
Sin pensarlo mucho más, corrí hacía el y como pude lo abracé fuertemente por la espalda.
-¿¡Drake?!-Exclamó sorprendido.- ¿Qué haces aquí?...justo iba a verte…yo…-
-No me dejes…-Lo abracé fuertemente, tanto como pude. Me siento tan patético, pero juro que esta vez… por más que intento… no puedo guardar la compostura.
-¿Eh?- Se sorprendió demasiado al escuchar mis palabras.
-La…la… maleta…- Susurré con mi voz entre cortada.- Por favor no me digas que te vas de aquí… ¿Qué voy a hacer si te vas?...- Sentí como algo frío resbalaba por mis mejillas.
“Tú… idiota… no me dejes.” Era lo único que pasaba por mi mente.
-Oye Drake…-Se volteó algo espantado.- E…. ¿Estas llorando?- Al verme su rostro dibujo una expresión de genuina aflicción. Pasó lentamente sus manos por mis mejillas tratando de limpiarme las lágrimas, sin embargo, poco a poco comenzó a hacer pucheros hasta terminar llorando de la misma forma que yo.- No llores…me haces llorar…- Dijo entre sollozos.
-¡Hey!- Exclamé preocupado por lo que yo había causado.- No…no…no llores…- lo abracé fuertemente.
-Es tan triste verte llorar…-Me dijo mientras se aferraba a mi espalda.- No me gusta…tu nunca lo haces…es raro… y me pone muy triste…- Sus palabras me pusieron inmensamente feliz por alguna razón.
-oye…-Traté de hablar.
-No me voy a ir a ninguna parte…no te voy a dejar… yo te quiero demasiado…-Escondió su cabeza sobre mi pecho, yo le miré anonadado.
-Y…y… ¿las maletas?-Pregunté algo confuso.
-Mis padres me obligaron a ir a visitarlos durante las vacaciones…Pero voy a regresar…-Se separó de mí y me miró a los ojos.-Te lo traté de decir toda la mañana pero por alguna razón me estuviste evitando.- Infló sus mejillas tiernamente. ¡¡SOY UN IDIOTA!!... si escucharon bien… esta vez yo soy el idiota aquí.
-Bueno…-Me rasqué avergonzado la cabeza.-…entonces no te irás…-Sus mejillas llamaron mi atención y comencé a secar sus lágrimas con mis dedos al igual que él lo había intentado hace un momento.
-No…- Me sonrió dulcemente.-… ¡oh!… por cierto…-Comenzó a buscar algo en su mochila.- Toma…- Me extendió una caja de regalo que había sacado.-… Feliz aniversario de un mes…- Yo acepté sorprendido el obsequio y comencé a abrirlo.
-¡Woow!, ¡Unos audífonos!- Sonreí ampliamente como niño chiquito, para inmediatamente darle un abrazo rápido y luego soltarlo para admirar la hermosura de los audífonos. Creo que remplazaré los que tenía por los que me acaba de regalar.
Cundo iba a comenzar a probarlos recordé que yo también tenía un regalo para él.
-Yo también…- Busqué instintivamente mi mochila.- ¡JODER! ¡LA DEJÉ EN LA BANCA!- Grité y salí corriendo a donde estaba sentado.
-Jajajaja.- Matthew comenzó a reír mientras veía cómo iba y regresaba lo más rápido que mis piernas me lo permitían.
-Agh…aquí esta.- Saqué las flores y la caja de chocolates. Para mi fortuna, las dos cosas se encontraban intactas.-… Sé que no es mucho… ni tan genial como lo que tú me regalaste, pero… ¡AAAH! ¡¿Por qué lloras de nuevo?!- Grité alarmado.
-Oh…- Lucía sorprendido y tocó sus mejillas.- Supongo que estoy feliz.- Me sonrió tiernamente.
-¿No importa que no sea nada del otro mundo?- Giré mi rostro y me puse a rascar mi cabeza.
-Jajajaja.-Rió-…Claro que no, lo que sea que me regales estará bien para mi…. Por el simple hecho de que tú fuiste el que me lo obsequió.- Al terminar de decir eso último, los dos quedamos exageradamente sonrojados, tanto que parecíamos tomates.
Sin más lo abracé fuertemente y le di un beso en la frente.
-Drake te quiero mucho….-Me susurró.
-Yo también…- Dije algo avergonzado y finalmente decidí darle un beso en los labios. Al fin y al cabo, no lo veré durante las vacaciones, ¿no?
Después de eso, me quedé un rato platicando con él en la banca en donde estaba sentado anteriormente.
Me dijo que tendría que pasar navidad y año nuevo con sus padres ya que ellos no querían que Matthew se quedara solo en el pueblo para estas fechas. Yo me tranquilicé, al fin y al cabo él no se iría.
En fin, llegué a mi casa bastante tarde, como pasadas las 11 de la noche. Le tuve que explicar a mi madre en donde andaba, pero como siempre terminó sonriendo cuando le dije que estaba con ese idiota.
Subí a mi cuarto sin hacer mucho ruido ya que Naomi estaba dormida. Luego tomé un baño y me fui a dormir con una sonrisa en la cara.
Hoy fue un día bastante extraño, pero al final no fue tan malo como pensé que iba a ser. Pero aun así me siento algo patético por terminar llorando sin razón alguna. Creo que hoy yo fui el idiota..puff…