—Esto es… tengo mucha flojera…
Me quejaba en mi cama, debatiéndome sobre si levantarme y hacer algo productivo o seguir acostado ahí, aunque muy probablemente no pudiera volver a dormir.
Habían pasado varios días de mis vacaciones, ya era miércoles. Aunque no puedo decir que se hayan ido volando, admito que de alguna forma han sido un poco aburridas… ¡Y no necesariamente porque ese idiota no estuviera aquí!...digo, quería aclarar…Puedo divertirme sin él.
Como sea, los días se me iban: leyendo, escuchando música, hablando con mi hermanita y ayudando en la casa.
Incluso la otra vez “terminé viendo” películas con Naomi y mi madre. Para ser exactos, eran “Bajo la misma estrella” y “Love Rosie”.
Digo que “terminé viendo”, porque en realidad solo estuve mirando los primeros 10 minutos y me aburrí, así que comencé a vagar en mis pensamientos un rato; Aunque al final me dormí…
Cuando desperté ellas dos estaban con pañuelos y los ojos rojos e hinchados. Solo me limité a verlas con una ceja alzada. No entiendo como este tipo de películas pueden hacerlas llorar.
Creo que tengo que buscar algo más para entretenerme, tal vez me ponga a ver alguna serie de televisión como “American Horror History” o “Doctor House”. ¡Yo que sé! Solo algo para pasar el rato.
—No lo puedo creer... — Una voz se escuchaba al otro lado de la puerta de mi habitación. Decidí ignorarla y taparme los oídos con ayuda de mi almohada.
—No sé de qué te sorprendes, ya lo venías venir. — Otra voz resonó.
Y en menos de un segundo la puerta se abrió de un gran portazo.
— ¡Despiértate Bella Durmiente! — Maldición… ¿Es que nunca puedo dormir ni estar un rato en paz?
— ¡Miranda Indulgencia Ferreira, te estoy hablando! —
— ¡No me digas así, Gustavo!—
¿Gustavo?... ¿había oído bien?...
Me senté rápidamente en la cama para verificar aquello. Me froté los ojos y lo primero que pude divisar fue a esa mujer rara con los brazos cruzados y a Gustavo parado a unos metros de distancia de ella.
¡Era verdad! ¡Mi héroe había regresado!
—Contéstame Miranda—Veía con el ceño fruncido a su hermana menor.
— ¿Qué quieres que te diga? —Volteó su rostro al lado contrario. —Estoy segura de que muy dentro de ti lo sabías.—
—No creen que es muy temprano para pelear— Comenté buscando mi celular y ver la hora, eran las 10 de la mañana. ¿Qué?...Para mí sigue siendo temprano, al menos en vacaciones.
—Drake…—Él suspiró hondo mientras se pasó las manos por la cara frustrado. — ¡Tienes idea en lo que se gasta su dinero esta loca! —Gritó señalando a mi amiga, ella solo rodó los ojos.
— No tengo idea— La verdad es que me convenía no saberlo, no quiero traumas por culpa de esa mujer rara. Me levanté de mi cama y comencé a arreglarla en lo que ellos seguían su discusión.
— ¡Tiene su habitación repleta de mangas yaoi! —Gustavo se revolvió el cabello desesperado.
— ¡Y tú tienes la tuya llena de videojuegos! — Se defendió.
—Touché.... — La miró aceptando su “derrota” y luego se sentó en mi cama.
—De cualquier forma…—Definitivamente tenía que ayudar a mi héroe que se encontraba en apuros. Me siento como Robin ayudando Batman— Los mangas son esas cosas que trajiste en bolsas la otra vez… ¿no?, en ese caso creo que tienes muchos.
— ¡Nunca se tiene suficientes mangas yaoi, Drake! — Se acercó a mí y me apretó las mejillas con sus dos manos al mismo tiempo que me veía fijamente. — ¿Me escuchaste?... Nunca— Esto último lo dijo con un tono de… ¡Psicópata!
—Estás enferma— Se quejó.
— ¡Gustavo, admite que te gusta el yaoi!— Exclamó Miranda.
— ¡Estás loca, claro que no! —
— ¡Fundashi de closet! —
— ¡¿Qué soy qué?! —
En ese momento decidí ir a buscar ropa, agarré la primera que vi y fui a cambiarme rápido al baño, parecía que tardarían bastante tiempo discutiendo.
Y así fue… salí como a los 15 minutos ya “presentable” (Pues traía ropa del diario para estar en mi casa) y ellos dos aún se seguían gritando un montón de cosas.
— ¡Ahora dices que no, pero bien que te leíste el primer tomo de Junjou Romantica!— Le gritó Miranda.
— ¡Shh! No lo digas en público— Gustavo nervioso, hizo un ademán de silencio con su dedo.
— ¿Qué leíste? —Pregunté curioso y me dirigí a poner mi pijama en la ropa sucia.
— ¡Nada!— Movía su mirada de un lado a otro evitando el contacto visual.
—Jajaja solo porque quería ver que le pasó a Misaki— Ella se burló y una gran sonrisa se dibujó en su rosto.
—Da igual…a…además… me salté las partes “feas” — ¿“Feas”? ¿A qué se refería Gustavo con eso? ¿Qué tipo de cosa andaba leyendo?...mm tal vez haya sido de terror o algo por el estilo. Sigo diciendo que no entiendo nada, pero…aun así ya extrañaba esta sensación, creo que esto solo me pasa cuando se juntan los dos Ferreira jajaja…
— ¿Te refieres al hard? — Le sonrió de manera pervertida.-Mi vida…eso no es nada jajajaja…-
— ¡Ya dejemos de hablar de esto que me perturbo! — Gustavo se masajeó las sienes.- ¿Cómo te ha ido Drake?, Ya ni te saludé apropiadamente—Suspiró
— ¡No te hagas el loco Gustavo! — Sí…definitivamente Miranda estaba muy pero muy alterada.
—¡YA!...¡Solo tenía curiosidad por ver cómo era un manga yaoi!...¡¿Qué acaso no puedo tener curiosidad?!
—Cierto…—Hablé poniéndome una mano en la barbilla.- A todo esto, nunca me han dicho que es el…yoai, yaoi o como sea…—Esa mujer rara se la pasaba mencionando eso a cada rato y yo, a estas alturas aun no sabía la lo que se refería…y bueno, hasta mi héroe tuvo curiosidad ¿Entonces porque yo no?
Las expresiones que pusieron esos dos fueron completamente distintas, Gustavo parecía que había visto un fantasma y Miranda estaba conteniendo su euforia.
—Pues es…—Estaba listo para escuchar su explicación, cuando mi héroe corrió desesperado a taparle la boca.
— ¡No le digas! ¡El merece tener su mente pura! —
—Te das cuenta de que él hace yaoi— Miranda le miró con la ceja alzada y él se detuvo.
—Cierto…—Entrecerró los ojos y se perdió unos segundos en sus pensamientos.
— ¿Yo? — Me señalé sorprendido.
—Como sea, te lo explicaré de una manera fácil y sencilla— Esa mujer rara sonrió— Banana + Banana= lemon, es fácil. — Él solo suspiró y se dio un golpe en la cara con la palma de la mano. ¿Cuántas veces ya había suspirado en menos de media hora?, pobre.
— ¿Un coctel de frutas? — Dije confundido.
—Bien ya no tiene caso seguir con esto — Gustavo se puso detrás de mí, me tomó de los hombros y me comenzó a empujar para que avanzara fuera de la habitación conduciéndome así poco a poco hacía el piso de abajo. — ¿Así que ya estás saliendo con Matthew?
La pregunta me dejó en shock por un momento e inmediatamente me sonrojé.
—S…Sí —Contesté avergonzado.
— ¿A todo esto donde está él? —Preguntó — Pensé que estaría aquí metido.
—Te dije que se fue de vacaciones — Miranda contestó por mí —No lo digas frente al niño que casi se corta las venas con canciones de “Panda” y “Ricardo Arjona” por no tener al amor de su vida cerca jajajaja…
— ¡Claro que no! — Exclamé enojado.
Mientras bajábamos las escaleras escuché varias voces en el comedor. Eran mi madre y Naomi, pero… también se oía una tercera voz que no reconocía, a juzgar por el tono que tenía, podría ser una mujer, pero no tenía ni idea de quien se trataba.
Apresuré el paso hasta que, efectivamente, me encontré con ellas dos sentadas de un lado de la mesa bebiendo lo que aparentemente era café. Al otro extremo se encontraba una chica, que a mi criterio, no pasaba de los 25 años. Tenía un cabello completamente lacio color castaño que le llegaba hasta un poco después de los hombros; su piel era de tonalidad morena clara. Vestía una blusa de manga larga color amarillo pálido, unos jeans azules junto con unas botas largas color marrón y también llevaba un montón de accesorios como: pulseras, collares e incluso unos lentes de sol que traía en forma de diadema.
Me quedé bastante sorprendido, era bastante bonita y yo parecía un vagabundo con las ropas que me había puesto, no contaba con que hubieran visitas. Inmediatamente me di la media vuelta pero terminé chocándome con Gustavo.
— ¿A dónde vas? — Me preguntó con aire divertido.
—A vestirme de manera decente que parezco vagabundo, me puse ropa para estar en mi casa no contaba con que hubiera visitas—Susurré para evitar ser escuchado.
—No te preocupes por eso— Sonrió ampliamente.
Me puse completamente nervioso y comencé a ver a todos lados hasta que mi mirada se encontró con la de Miranda, por alguna razón ella se veía completamente molesta, con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Me dio un enorme escalofrió y una parte de mi supo que no sería buena idea tratar de pasar por donde estaba esa Mujer rara, por lo que, ya resignado, decidí ir a saludar a la joven, yo tenía que mostrar bueno modales por lo menos, ¿No?
—B….Buenos días. —.
Al momento que terminé de hablar, la chica me clavó la mirada y me vio de pies a cabeza, gracias a esto pude apreciar detenidamente su rostro, traía un notable maquillaje y unos ojos verdes penetrantes.
Gustavo me miró con un brillo en los ojos y puso una mano sobre mi hombro mientras que con la otra señalaba a la castaña.
— Drake… ¡Te presento a mi novia!— Tardé en analizar eso unos segundos y luego le observé confundido y con los ojos abiertos como platos. —Jajaja—Rió— Se llama Natalia Salvatierra—.
—Mucho gusto.... ¿Drake? — Me saludó, sin embargo no me mantuvo la mirada por mucho tiempo y se volvió a sentar como si nada.
— ¿Es en serio? — Seguía boquiabierto, Mi madre, Naomi y Gustavo rieron; al parecer yo era el último en enterarme de la noticia.
—Sí— Contestó con tono cortante Miranda y luego se sentó en una de las sillas del comedor.
Acto seguido los dos hicimos lo mismo, claro que mi héroe se sentó a lado de su… novia… ¡wow! Es completamente raro decirlo.
— ¿De que tanto han estado hablando? — Preguntó él entusiasmado.
—Sobre cómo le va en sus estudios, la arquitectura parece interesante— Comentó mi madre mientras le daba un sorbo a su café.
—Creo que es hora de servir el desayuno antes de que se enfríe— Naomi se levantó de la mesa y se dirigió a la cocina.
—Yo te ayudo—. Me ofrecí como voluntario, no podía dejar que mi hermanita lo hiciera todo ella sola.
Ambos estábamos en la cocina buscando los platos que usaríamos cuando se escuchó el sonido de una silla arrastrarse.
—Yo también ayudaré— Y acto seguido, mi amiga ya se encontraba a lado de nosotros.
Servía cuidadosamente la comida en los platos mientras mi hermanita me los pasaba uno por uno, en ese momento sentí una respiración en el cuello, cosa que hizo que me recorriera un escalofrío por todo el cuerpo; comencé a voltear poco a poco como si de una película de terror se tratase.
—Necesito hablar contigo— Era Miranda, y tenía una cara completamente sería, de esas que pone solo cada mil años. Creo que es hora de pedir un deseo.
— ¿Qué quieres? — Pregunté fingiendo indiferencia.
—Naomi puedes comenzar a llevar los platos a la mesa, yo le ayudaré con esto a Drake— Mi hermanita solo la miró confundida pero optó por hacerle caso. Una vez que se fue volvió a hablar— Es sobre la novia de Gustavo. — Eso captó completamente mi atención.
—Espera a que termine de servir esto, solo me faltan dos—
— ¡Pues apúrate! ¡¿Qué esperas?! — ¡¿Quién se cree esta mujer rara para gritarme?! Además… ¡¿No se supone que vino a ayudarme?!
Una vez que acabé, llevé los platos a la mesa. Avisé que regresaba en un momento y fui a la cocina con Miranda.
— ¿Sobre qué es? — Le miré curioso.
—Su novia no me agrada— Soltó sin más, con un gesto parecido a un puchero. Aquella expresión hizo que yo soltara una leve carcajada.
— ¿Acaso estas celosa?, no te preocupes, siempre serás la hermanita pequeña de Gustavo— Me burlé.
—No…¡No seas idio…— Rápidamente se tapó la boca con sus dos manos, era más que obvio que si hacía escandalo todos vendrían a ver… o tal vez no… ya saben, todo el tiempo se la pasa gritando, ya debe ser normal. Respiró profundo y volvió a hablar—Es obvio que no estoy celosa…—.
— ¿Segura?, porque pareces una pequeña niña que cuida a su hermano mayor— En ese momento le miré imitando una de las miles de caras que pone cuando me molesta y sonreí maliciosamente— Todo este tiempo pensé que no te importaba Gustavo, que curioso que saliera todo lo contrario— La cara de mi amiga se tornó completamente roja, como pocas veces lo he presenciado. ¡Demonios! dejé el celular arriba, esto ameritaba una foto.
—No es eso… ¡Además tu eres igual de tsundere que yo!—Se defendió—…No…eso está mal… ¡Tú eres el tsundere aquí, no yo!... Como sea—Al decir esto último volvió a susurrar— Vigila a esa tipa, se comporta de lo peor, estoy segura de que tiene aires de diva como la arrastrada esa de Alexa, ni siquiera te ve a los ojos cuando habla. —
En ese momento pensé que Miranda estaba exagerando las cosas, aunque me puse a pensar en el escaso contacto visual en el momento que la saludé. Pero tampoco me apresuré a sacar conclusiones rápidas, supongo que eso hizo que mi amiga tachara a la novia de Gustavo como una “creída” o algo parecido.
—Si te hace sentir mejor, estaré atento— Le dije ya dispuesto a salir de la cocina, ella solo hizo una mueca.
En ese mismo instante llegó Gustavo.
— ¿Sucede algo? — Preguntó algo preocupado. — Llevamos esperándolos como 10 minutos.
—No pasa nada—Contestamos Miranda y yo al unísono al mismo tiempo que nos dirigíamos a nuestros asientos y comenzábamos a comer.
El desayuno se pasó entre risas de Gustavo, de mi mamá y de Naomi. Miranda tenía cara de que mataría al primero que se le pusiera en el camino y yo veía de reojo a Natalia, a decir verdad está ultima parecía aburrida… o no sé… buscaba algo con la mirada y parecía ansiosa por irse. En realidad llegó un momento en el cual hizo caras al probar por primera vez la comida, ¿Puede que no le gustará la comida de mi madre? ¿O incluso tal vez Miranda no estaba loca ni estaba imaginándose conspiraciones?
Por un momento me puse a pensar sobre si Natalia era mala persona, sería una lástima considerando que mi héroe se ve tan feliz a su lado.
No sé qué pensar de esto… pero algo me comienza a preocupar.
Limpiamos la mesa mientras Gustavo y su pareja llevaban a mi madre a su trabajo; quien lo diría pensé que descansaba hoy, aunque parece que aviso a la florería que llegaría un poco tarde.
—Drake me quedaré aquí a vivir, así que ve preparando un colchón o algo para que duermas porque yo estaré en tu cama— Dijo muy quitada de la pena.
— ¡Estás loca Miranda! —Le grité por semejante estupidez que había dicho. Además… ¡¿Por qué tendría que ser yo el que buscará un lugar para dormir?!
—Se puede quedar en mi habitación, entramos en la misma cama— Comentó inocentemente Naomi.
—…No le des ideas…—Hice una mueca al sentirme de alguna manera traicionado por mi pequeña hermanita.
— ¡PERFECTO! — Exclamó esa Mujer rara.
—Miranda… pero… ¿por qué te quieres venir a vivir aquí? —Preguntó confundida. Demonios ¿cómo se lo explicaría?, las paranoias de Miranda no podía perjudicar la mente de mi hermanita, tal vez a ella si le había agradado Natalia y mi amiga solo le iba a meter cizaña en la cabeza.
—Pues…— Comencé a balbucear en lo que se me ocurría algo. En ese momento esa mujer rara se paró frente a ella con las manos en la cadera.
—Pues llega un momento en el cual tu hermano mayor consigue pareja, muchas veces puede ser agradable como tu cuñado, alias “El niño lindo que no está aquí y que Drake extraña con toda su alma pero es demasiado tsundere para admitirlo”…— Con solo escuchar el nombre de Matthew mi corazón se aceleró de una manera jodidamente rápida, tanto que dolía. Detestaba este sentimiento, desde el principio de los tiempos nunca he podido controlarlo ni hacer nada contra el, rayos… eso sonó como narración de película. — Y otras veces son como la tipa esa que sale con mi hermano en estos momentos— Puso una gran sonrisa falsa en su rostro.
— ¡Miranda! — Le di un pequeño golpe en la cabeza.
—¿Por qué te desagrada? — Naomi parecía un tanto angustiada. —No parece mala persona.
—No sé… tal vez porque me recuerda a esa tipa que acosa a tu hermano… y siempre me han caído mal ese tipo de personas…y…es confuso…-Dio una pobre explicación de lo que pasaba por su cabeza al mismo tiempo que hacía un conjunto de extraños ademanes.
—Espera… ¡¿QUIÉN TE ACOSA HERMANITO?! — Gritó sumamente alterada mientras me veía con los ojos abiertos como platos— ¡¿Matt lo sabe?!
— ¿Saber qué? — ¿De aquí a cuando se alteraba tanto mi hermanita?… creo que no he estado conviviendo últimamente con ella.
—Que esa…esa… “mujer” — Naomi parecía tratar de contener “malas palabras” — ¡¿Por qué quiere interferir entre su relación?!
—Yo ni siquiera…—
— ¡Ves! ¡Naomi también lo piensa! — Ahora la que se alteró fue Miranda— ¡Alexa es una arrastrada! —
— Técnicamente… Naomi no le dijo arrastrada a Alexa— Comenté pero ellas dos comenzaron a balbucear más cosas sin sentido— ¡Como sea! ¡Yo no pienso separarme de ese idiota!... — Un silencio inundó la habitación y ambas me observaron atentas con una extraña sonrisa en la cara, sentí como poco a poco mi rostro comenzaba a hervir— Así…así que basta con lo de Alexa… además, ¡¿Cómo llegamos a ese tema?!
Me hice el loco y me fui a la cocina para tratar de evitarlas, sin embargo hasta allí se escuchaban sus gritos. En serio que me hacen decir cosas vergonzosas, aunque no miento… no quiero separarme de ese idiota, rayos eso fue muy cursi, lo dejaré por la paz, basta de pensar en eso y más… porque no está aquí y no lo puedo ver.
Terminamos todo y nos fuimos a la sala a ver la tele, los tres estábamos sentados en el sillón viendo el programa con más trama en el mundo, en la cual el protagonista es de buen corazón y muy positivo que le gusta ayudar a sus amigos, y que además tiene una casa muy peculiar pero aun así ama vivir en ella con su mascota y…ok ya, nos quedamos viendo “Bob Esponja” porque era lo único que encontramos entretenido a pesar de haber varios canales.
Escuché que tocaban la puerta y rápidamente me levanté para ir a abrirla. Me encontré con mi héroe parado con una gran sonrisa en el rostro y con su novia a lado.
—Vine por la vaga de mi hermana— Comentó. — Mi madre quiere que le vayamos unas cosas para la comida en el mercado, ¿Quieren venir con nosotros? —.
—Le preguntaré a Naomi— Regresé al sofá y le comenté a mi hermanita sobre la invitación de Gustavo, ésta acepto de inmediato moviendo tiernamente su cabecita mientras sonreía felizmente.
—Vayan ustedes, yo quiero ver como la roca de “Patricio” gana la carrera de mascotas—.Miranda se encontraba sentada o mejor dicho, desparramada en el sillón con la mirada perdida en la televisión.
—Has visto ese capítulo infinidad de veces— Rodé los ojos.
— ¿Y?... — Ni siquiera se molestó en voltearme a ver— Tú te quejas a cada rato, todos los días del año, ¿pero yo no puedo ver este capítulo de Bob Esponja otra vez?, ¿Dónde está la igualdad en este mundo? —
—Loca— Me di un golpe con la palma de mi mano en la cara, tomé el control y le apagué la tele. —Vamos, no te puedo dejar en mi casa, eres capaz de destruirla mientras no esté, o…lo más posible es que cuando regrese la hayas quemado. — Me hizo una mueca y se levantó del sillón para dirigirse a la entrada.
De mala gana logré sacar a Miranda de mi casa.
Finalmente cerré la puerta de mi hogar y me subí al carro de Gustavo. Él iba en el volante y Natalia en el asiento del copiloto. La loca de mi amiga estaba a mi lado con los brazos cruzados y Naomi al otro extremo en la ventana.
Bien, al menos saldré un rato a entretenerme, es curioso que justo de eso hablaba en la mañana.