—Sasuke, cuántas veces te he dicho que no quiero marcas en mi cuello —alegó Sai, avergonzado por el nuevo chupetón—. Y menos en mi abdomen —murmuró, colocándose su ropa de ANBU.
El de cabellos rebeldes solo suspiró. Tenía todo derecho a dejar marcas en lo que es suyo, y eso implica en Sai y en su abdomen que siempre iba al aire, siempre, y molestaba. Todos los días Sasuke dejaba una nueva marca por su cuerpo y era regañado como un niño pequeño por haber hecho una atrocidad.
—Me voy —dijo Sai, disponiéndose a irse por la puerta—. Lo digo de verdad Sasuke, no me quiero enojar.
Sasuke solo se fue tras de él. Los dos tenían hacían misiones a la misma organización, pero de diferentes maneras. Sasuke como un tradicional ANBU y Sai como miembro de la Raíz, a espaldas del Hokage; serían un largo malditamente largo, para Sasuke especialmente.
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—Claro que sí, Naruto —aceptó Sai—. Pero, no te puedo decir nada.
—Sai, ¿somos amigos, no? —preguntó Naruto con ojos brillosos—. Además, soy el nuevo Hokage y me tienes que obedecer.
—Nadie obedecería a un Hokage como tú, Naruto —le apuntó Sai con los palillos—. Y ya te dije, yo soy el nuevo líder de la organización, que nos hablemos es sorpresa para muchos.
—¡Eso no tiene nada que ver-ttebayo! —alegó Naruto, haciendo un puchero—. Sai, por favor...
—No.
Naruto alegó nuevamente, diciendo lo importante que era que las organizaciones debían estar unida para cualquier evento o consecuencia y eso daba que la Raíz también entraba. Sai solo le ignoraba, cual era imposible por parte; todo cambio cuando sintió unos brazos alrededor de su torso.
—Hola, dobe —dijo Sasuke, apoyando su mentón en el hombro de Sai.
—¡Teme! ¿Qué haces aquí-ttebayo? —preguntó confundido, Sasuke nunca venía a estas 'reuniones'
—Vine a llevarme algo que es mío —sonrió de lado.
En ese instante Sai y Sasuke desaparecieron dejando a un Naruto completamente molesto y aburrido, mientras Sasuke había aparecido con Sai en un callejón, algo oscuro. Sai se apoyó en la pared y solo ignoró el hecho de que Sasuke existiera.
—Sai, puedes dejar de estar enojado conmigo —ordenó Sasuke, pero Sai no le respondió—. ¿Tanto te enoja una simple marca?
—S-sí... —respondió un Sai avergonzado.
Sai se iba a marchar nuevamente, cuando su espalda golpeó fuertemente la pared. Iba a decir algo, hasta que Sasuke lo abrazó, tal vez había sido algo duro pero él se lo busco. Sai correspondió el abrazó y estuvieron así un largo tiempo.
—Te amo —le murmuró Sasuke en su oído.
—Y-yo también... —respondió Sai.
Después de unos minutos se iban a separar, pero antes un quejido que dolor había salido de los labios de Sai al sentir los dientes de Sasuke mordiéndole nuevamente su blanco cuello, pero fue de esas mordidas que dejan marca por siempre y un hermoso moretón, que no iba a desaparecer así de fácil. Sasuke empezó a morder todo el cuello de Sai, mientras lo seguía abrazando.
—Sasuke, suéltame...
—Es un abrazo —respondió Sasuke, dando una mordida en la clavícula del chico.
—¿Qué tipo de abrazo es esto, uhg? —otra mordida en su hombro.
—Un abrazo que durará por siempre —sonrió—. Un abrazo a mordidas.
Sasuke puede ser muy innovador.
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