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Los trágicos amantes del Distrito 8 por Bubble Tea

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Notas del fanfic:

Historia paralela a la trilogía los Juegos del Hambre... Porque soy demasiado fanática de esos libros  y estoy feliz de que saldrá la próxima película pronto (?)

De igual forma, avisaré cuando los spoilers de quienes no han leído los libros aparezcan para que estén advertidos :)

 

 

   

Notas del capitulo:

Historia paralela a la trilogía los Juegos del Hambre... Porque soy demasiado fanática de esos libros  y estoy feliz de que saldrá la próxima película pronto (?)

De igual forma, avisaré cuando los spoilers de quienes no han leído los libros aparezcan para que estén advertidos :)

   

Parte I

 

Cuando tu padre es un agente de la paz y tu madre una simple costurera que se enamoran en  su lugar de trabajo, naces bendecido por el verdadero significado del amor; y por ello Kibum se sentía el ser más afortunado debido al cálido ambiente en el que vivía, a diferencia de muchas personas a su alrededor

 

Pero él no podía hacer nada para cambiar el destino de los habitantes del distrito 8, además de que él jamás había actuado de manera superior al resto aunque en su hogar fuese de los pocos en los cuales nunca faltaría el pan a la hora de la cena.

 

Los celos naturales que los demás poseían hacia él dejándole de lado le había afectado mucho desde pequeño ya que no había tenido ningún amigo, después de todo los demás agentes que trabajaban allí no habían formado una familia tan lejos de su hogar en el capitolio. Aunque
ahora con 17 años comprendía y no le hacían sentirse tan mal consigo mismo, el rechazo de la sociedad le había hecho convertirse en lo que tanto le trataban: alguien del capitolio que no encajaba, pero sólo en la estética después de todo Key, como era apodado por sus padres, era incluido en la cosecha de cada año como los demás niños y estudiaba en la misma escuela.

Cada mes su padre debía ir al Capitolio por trabajo, y al regresar siempre llevaba consigo algunas revistas, telas especiales y accesorios que él se encargaba de armar  y confeccionar  para adecuarse a la última moda de tan lejana ciudad; aunque sentía cierto rechazo al exagerado maltrato de la piel con cirugías y alteraciones, por lo que sólo llevaba poco maquillaje en su rostro… Le agradaba ser más natural, tal como su bella madre era.

 

 

Faltaba poco para el comienzo de los Juegos del Hambre ya que la cosecha había concluido el día anterior con la chica del distrito 12 ofreciéndose por su hermanita de una manera muy valiente según Kibum  y se encontraba cenando junto a su familia en su lujoso hogar, pero cuando  imágenes de anteriores ediciones dejaban ver el morboso juego que él tanto aborrecía. No comprendía cómo el capitolio veía algo como aquello tan natural luego de ver en las revistas que le obsequiaba su padre o en diferentes canales que sintonizaba; tal vez era por que no tenían lazos cercanos como ellos en los distritos con los niños que eran arrancados de sus familias en contra de su voluntad para divertirles.

Pero, si estaba tan agradecido por la vida que tenía, debía consumir algo obligatorio que sino pondría  a su padre y su oficio en peligro… Pero la familia Kim solía dejar en mudo la sintonía, para que se marcase que en su hogar se veía el obligatorio programa aunque nadie realmente mirase la pantalla al detestar aquél morboso show.

 

-¿Sabes algo padre? Con una población menor a 130 mil habitantes y un bajo porcentaje de niños, me sorprende que yo de veras no he sido llamado en ninguna cosecha… Tan sólo queda el vasallaje 25 y podré continuar con mi vida en paz, soy realmente afortunado si no soy llamado el año entrante…- Kibum se encontraba saboreando sus habichuelas realmente contento por lo que decía que no presenció las miradas encontradas de sus padres antes de que su madre decidiera responder.

-Cariño, creo que es hora de decírselo…-

 

-Habíamos quedado en que jamás lo sabría…-

 

-Pero como notas, tu hijo es muy inteligente para su edad…-

 

-¿Decirme el qué?- Cuestionó el chico con flamantes cabellos decolorados a rubio y rosa a la par que le daba un largo trago a su jugo de calabaza y  esperaba pacientemente a lo que sus familiares deseaban decirle.

 

-Como eres mi hijo,  tu nombre jamás llega a las urnas, el pequeño papel año a año me es entregado a  mí por mis compañeros y yo lo quemo en la hoguera para eliminar evidencias de que no estabas en el sorteo, pero sí apuntado en los registros junto a tu marca de sangre…-

 

Kibum frunció apenas sus labios al escuchar aquello; al final sus compañeros de salón tenían razón de dejarle de lado al ser una persona con aquella suerte. Por un momento se sintió tan sucio que deseó escapar de la industrial ciudad para llegar a los campos que tan lejos quedaban pero que se sentían realmente frescos a las afueras de su distrito, pero sabía que sin algún agente que le acompañase aquello era imposible, por lo que simplemente se levantó de su asiento, conteniéndose de insultar frente a sus mayores y se retiró hacia su habitación; quitándose sus estilosas prendas y se quedó en ropa interior, ocultándose baja las finas mantas y apagó la deliciosa flor mecánica que  perfumaba su habitación para tolerar el fuerte olor industrial al igual que los demás, sintiéndose aun realmente una basura de persona al tener preferencia sobre los demás, algo que había negado toda su vida.

 

Cuando su madre le despertó para el desayuno, se sentó en su cama rascándose el cabello mientras pensaba en cómo había dejado a sus progenitores el día anterior y sintió algo de culpa; después de todo sus padres lo amaban demasiado para poner su vida en peligro, por lo que  en el fondo también les comprendía perfectamente.

Luego de disculparse, afirmó que deseaba trabajar luego de clases ya que se sentía realmente culpable por la diferencia que hacían con él aunque se encontraba agradecido ahora que sabía que podría encaminar su vida sin temor a tener que asistir a los juegos y probablemente perder su corta existencia de alguna manera desopilante y dolorosa. Aunque muy a regañadientes, su padre le permitió que trabajase cuanto tiempo quisiese después de clases en la fábrica más cercana a su hogar al igual que su madre pero en diferentes áreas ya que él deseaba trabajar en la confección y no en la parte administrativa del recinto.

 

 

Aquella tarde fue realmente calmada para él en el instituto, no eran de su clase los niños que habían sido llevados para los juegos, pero sí de su escuela por lo que el clima dentro de la academia era algo agobiante y pesado para todos; sabían que no faltaba mucho para dedicarles un prolongado luto que era merecido por los caídos año a año.

Luego del lúgubre día de estudio, se dirigió  a la fábrica en la cual comenzaría a trabajar y entregó su tarjeta para dar el presente antes de saludar a la cordinadora Shell, quien le indicó dónde y cómo debía hacer su labor antes de dejarle a solas frente a la máquina de coser industrial. Sonrió fascinado al notar que no debería hacer uniformes para los agentes y sí ropa para las personas del Capitolio por lo que realmente contento acarició un poco las telas  que tenía a su alrededor ignorando a los demás trabajadores que siquiera habían le habían observado al ser el nuevo.

 

Luego de dos horas de arduo trabajo se encontraba acabando su tercer falda rosada cuando un fuerte golpe no muy lejos de él le hizo sobresaltar, lanzando varios carretes de hilo a su alrededor mientras giraba su cuerpo hacia el lugar del accidente a diferencia de los demás empleados que continuaban con su labor.

Kibum vio como un chico de musculosos brazos se sobaba un poco la cabeza antes de levantar pesados rollos de tela y se acercó a él algo preocupado.

 

-¿Te encuentras bien?- Cuestionó a la par que levantaba el último tramo de lienzo junto al chico que se apartó el largo y sedoso cabello del rostro antes de dedicarle una amplia sonrisa que le dejó completamente cegado por unos segundos.

 

-Claro que sí, solo he calculado mal a la hora de descargar ¡gracias por tu ayuda! Debes ser nuevo por aquí, la mayoría de esta área parecen realmente ausentes al estar enfocados en su trabajo.-

 

-Así es, hoy he comenzado como costurero luego de mis clases… Mi nombre es Kibum, Kim Kibum…- Se presentó a pesar de lo que significase su apellido pero el contrario pareció no inmutarse al extender su mano y obedeció tomándola para dar una cálida sacudida a modo de saludo.

 

-Es un placer conocerte, yo soy el chico que carga de telas.- Bromeó el muchacho al soltar su mano, sin dejar jamás ese cálido gesto en su rostro que marcaba  aún más sus redondas mejillas.-Y mi nombre es Lee Jinki.-

 

Junto a aquella presentación, ambos regresaron a su trabajo cuando la coordinadora Shell les apresuró para que cada uno continuase su labor o no llegarían a cumplir la meta del día en producción.

 

Pero los arqueados orbes oscuros del, claramente, mayor no se borraron de su mente mientras continuaba cosiendo, deseando poder cruzarlo nuevamente a la hora de salida.

   
Notas finales:

Espero recibir al menos dos reviews de si les interesa o no que lo siga u-u

   

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