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Los trágicos amantes del Distrito 8 por Bubble Tea

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Notas del capitulo:

Lamento la demora TT-TT

 Parte II

 

 

Durante los siguientes días, mientras Kibum se acostumbraba a su nuevo labor en la fábrica inesperadamente creó  una amistad, la primera para él,  con Jinki. Ya que el que ahora sabía era dos años mayor luego de terminar de repartir los materiales se sentaba un rato en su mesa de trabajo, conversando con él al ser el único “niño” de aquél área.

 

En el último día de semana (y para él de trabajo ya que los demás no descansaban nunca), se dirigió a la salida, extrañado de no haberse cruzado con su nuevo amigo;  el cual era torpe, con una dulce sonrisa, un gran sentido del humor, amante de la naturaleza que jamás había visto debido a vivir en el distrito del cemento y quien vivía solamente con su madre que lo había tenido muy joven de adolescente sin saber quién era su padre. No que a Jinki le molestase, pero así de sencilla era su vida;  el trabajo en la fábrica era lo único que había logrado conseguir luego de terminar con maravillosas calificaciones lo poco que les enseñaban en la secundaria. Oh, su madre trabajaba en otra sección donde se confeccionaban los trajes de los agentes de la paz, no con la ropa del capitolio como Kibum.

 

Mientras aún pensaba en el chico de musculosos brazos y ancha espalda, un sonrojo cubrió su rostro a la par que daba un corto salto en el último escalón de la gran entrada industrial, pero allí se encontró con el mayor fumando un cigarro mientras le observaba de brazos cruzados.

 

-¿Por qué tan adorable hoy, Key? – Escuchar su apodo en una voz diferente a sus padres siempre le hacía sonreír, pero la dulce y melodiosa voz del otro agregaba una acelerada en su pobre corazoncito adolescente.

 

-No tengo idea de qué hablas, buenas noches Jinki…-

 

-Hablo de ese lindo colorcito que parece haber caído de tu tinte rosado, chico capitolio…-Cuando el castaño le tomó por los hombros, Kibum comprendió que su nuevo amigo otra vez le acompañaría hasta su hogar.-y buenas noches para ti también ¿Qué tal las clases y el trabajo hoy?-

 

-Muy bien… ¿Tú trabajas en los fines de semana? Por mí el labor ha acabado hasta el lunes…-

 

-No, otro chico que atiende a clases toma mi lugar al no poder en la semana, ¿Tienes algún plan?-

 

-La verdad no… ¿Y tú?-

 

-Pues con unos amigos tocaríamos en el mercado negro con la banda que tenemos… No es de lo mejor pero podemos utilizar de excusa que los instrumentos están algo viejos…- Ambos dejaron escapar una risa.-¿Crees que tu padre te dejaría venir? Sería divertido…-

 

-Oh… No suena mal, pero como sólo te conocen de nombre lo mejor será que espere hasta que los conozcas…-

 

-¿Le hablas de mí a tus padres?- Kibum le había parecido muy natural aquello pero ahora se dio cuenta que era realmente  patético.-En fin, puedo venir a buscarte antes si quieres…-

 

-T..Tal vez.-Balbuceó el rubio agradecido cuando el mayor retomó el tema solo. Pero luego tuvo una brillante idea.-¿Y si te vienes a cenar ahora? Si no estás ocupado, claro…-

 

-No es mala idea,  la verdad es que mi madre siempre sale los viernes y sábados por lo que suelo cenar solo si la banda está ocupada…-Ante aquello, Kibum decidido se detuvo frente a su hogar y le hizo señas para que le siguiera dentro, jalándole del brazo.

 

No había pensado en que no sólo la fachada, sino que lo que poseía dentro de su hogar era algo que no estaba al alcance de cualquiera, por lo que al voltear a ver a castaño notó como éste observaba maravillado cuánta tecnología, colores, muebles y espacio que había allí dentro.
Por costumbre solían dejar los zapatos en la entrada por lo que le indicó a Jinki que hiciera aquello y tomara unas zapatillas de entre casa verdes que había allí.

 

-¿Madre~~? –Junto al canturreo Key entró en la cocina, saludando a la mujer .-Hoy he traído a Jinki para que le conozcan.-Dijo acercándose a su padre y besó la mejilla de cada uno algo infantil.-Y así que me dejen mañana ir de paseo con él y sus amigos…-

 

-¡Vaya! Agregaré un poco de pasta de arvejas entonces para contarlo también, no creo que sea un mal plan querido.- Ambos voltearon hacia el hombre de casa que suspiró antes de asentir.

 

-De acuerdo… Pero enviaré de encubierto a alguien por ti…-

 

-¡Padre! Ya soy grande…-

 

-Querido, al fin está haciendo amigos de su edad, creo que podemos confiar en éste chico… Por cierto, ¿a qué hora llegará?-

 

-¡Oh! Lo he dejado en la entrada…  Iré a buscarlo…-Algo avergonzado corrió hacia el gran salón dónde el castaño curiosamente pero sin tocar nada observaba todo a mínimo detalle.

 

-J..Jinki lo siento, ven pasa…- Susurró acercándose a él y le dedicó una dulce sonrisa que el otro le contestó.

 

-Tú casa es más extraña que mil demonios, pero es fantástica…-Con una risa cómplice ambos entraron en la cocina y el  invitado se presentó educadamente a sus mayores antes de sentarse a comer con ellos.

 

Durante la cena la pared casi vacía a un lado de ellos se encendió con el conocido himno de Panem sonando cálidamente de fondo. Eso significaba que era la hora de los juegos.

Como Kibum ya había terminado de comer al igual que su invitado pidió permiso a sus padres y se despidió con ellos dirigió junto al mayor a su habitación. Al entrar los colores dorados, rosas y blancos podían notarse por doquier.

 

-Vaya… Cuanto ¿estilo? …-Jinki se sentó sobre el mullido sofá color rosa antiguo y admiró a su alrededor, pero una imagen frente a sí le llamó la atención.-Oh… ¿Te agrada ver los Juegos? Digo, por el oficio de tu padre y eso…-

 

-Oh no, en casa odiamos esa aberración pero por obligación debe estar encendido… Por eso yo en estas fechas lo tengo en mudo…-

 

-Ya veo… de igual forma hoy sólo son las entrevistas,  ¿Podríamos escucharlas? No eran mis amigos, pero de igual forma para escuchar los de aquí…-

 

-Oh…-Sorprendido, aunque notando que era una buena razón por parte del mayor, obedeció sentándose a su lado y subió el volumen, a la par que se abrazaba un cojín al notar a los chicos del Distrito 4  hablar con Caesar, el conductor que alegremente narraba ante los temerosos jóvenes.


A pesar que sus propios compatriotas ya habían pasado, se quedaron prestando atención a los siguientes, y el vestido de la chica del 13, Katniss, le dejó maravillado debido a las chispas; algún día deseaba crear algo como aquello, por lo que se anotó que al menos tendría alguna prenda de su diseñador. Iba a apagar cuando el muchacho, Peeta, comenzó a hablar. Pero al ver su seriedad ante aquella propuesta de amor, dejó escapar un corto jadeo, sintiendo mayor compasión por el chico de rubios cabellos. Inconscientemente se apegó más al cuerpo de Jinki, y éste sorprendido le abrazó, guardando silencio por unos momentos.

 

-Entonces…-El pelilargo tomó el mando para apagar la sintonía y le observó, acariciando su cabello.-¿Acaso lo conoces que te has puesto así?-

 

-L…La verdad no, pero me ha dado mucha pena ¿cuán poca suerte de tu lado tienes para que ella sea tu compañera en algo tan sangriento? Y más encima nunca pudo confesárselo… ¿Crees que al menos logre que ella lo bese hoy?-

 

-Oh Kibum… ¿Te has creído eso?-

 

-¿D...Disculpa?-El rubio se apartó sorprendido, rascándose un poco una e sus mejillas y el mayor simplemente dejó escapar una corta risa antes de contestar.

 

-Está actuado, de seguro que es para un buen sponsor, vamos… Tú sabes bien qué fácil es de manipular a las personas del capitolio…-

 

-¿Me dices cabeza hueca como esas personas que disfrutan de los Juegos?-

-N..No me refería a eso, lo siento…-Se sorprendió de notar en las redondas mejillas de Jinki un pequeño tinte rosado, pero no dijo nada por ello.

 

-Pues yo sí le creo… ¿Sabes? Si es una farsa en algún momento dentro de los Juegos deberán quitarse las máscaras… Te apuesto a que sí la ama… Los sentimientos más puros del corazón no se mienten tan bien, con ese brillo en los ojos…-Aunque no le agradaba el sabor de apostar dónde personas iban a morir le parecía injusto que entre los últimos deseos del chico nadie  prestara atención a sus verdaderos sentimientos.

 

-Hmm…-El castaño se apartó algunos mechones de cabello del rostro mientras se reincorporaba.-Tú has dicho hace un rato que te agrada cocinar… Igual que a mí, por lo que te apuesto una comida.. Quien gane debe ser alimentado por la especialidad del otro… ¿Es un trato?-

 

-Tienes un trato Lee Jinki.- Key sin pensarlo dos veces tomó  su mano, estrechándola con un poco más de fuerza que el día en el que se conocieron, y ambos se reincorporaron cuando el mayor comentó que su madre pronto regresaría de ver los Juegos con sus colegas (obligados en la plaza, por supuesto) y deseaba verla.

 

Luego de que el mayor saludara a sus padres, le acompañó hasta la puerta, cerrando la misma tras de sí al sentir la fresca brisa y se sentó en la escalinata mientras oía con atención una anécdota que terminaba de narrar Jinki sobre su época en el colegio. Cuando éste terminó se inclinó a acomodarle mejor su camisa rosada antes de apartarse con una corta risa encendiendo un cigarro, afirmándole que en el atardecer pasaría a buscarle para ir con los demás de la banda a prepararse…

 

 

Kibum debía admitir mientras veía al mayor alejarse, que de ahora en más sabía que los bajistas eran lo más interesantes sobre un escenario; y aunque aún no había visto ninguno estabas seguro que su favorito era aquél chico con contorneadas piernas que cada vez se convertía en una nebulosa negra a lo lejos.

 

Cuando el agente Pyso estuvo frente a su hogar al estar haciendo su guardia, le saludó educadamente al ser conocido de su padre y Kibum notó que había pasado demasiado tiempo fuera soñando despierto, ansioso por su primer salida oficial con un amigo… Y esperaba pronto poder decirlo en plural.

 

Notas finales:

Con dos reviews lo sigo :3


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