-¡J…Jinki!-
-Key… Me alegra que estés bien…-
-¿Qué… Porqué…-Kibum aún no lograba reaccionar ante el estado del pelilargo, pero su madre que se encontraba detrás de él al ver a Jinki les hizo entrar, jalando al mayor hacia la sala sin darle tiempo a siquiera sacarse los zapatos.
-Pobresillo, iré por las lociones, Kibum tráele una toalla cariño.-
-S…Sí madre…-Aún sin dejar de ver al jadeante invitado corrió en búsqueda del recado antes de sentarse en el sofá a su lado, y entre quejas del castaño le ayudó a quitarse los borsegos y parte de sus húmedas ropas, notando los raspones y heridas superficiales por todo su cuerpo.-¿Dónde estabas Jinki?...-
-En la plaza, buscándote, creí que te encontrabas en medio del revuelo de los rebeldes…-
-¿Y…Yo? ¿Por qué estaría en… Espera ¿revuelo?-
-Sí, el odio hacia el Capitolio está incontrolable…-El mayor se limpió un poco su trabajado torso con la suave toalla, y Kibum allí notó el escultural cuerpo del contrario, tragando forzadamente cuando la mirada del pelilargo se encontró con la propia.-Oye ¿tanto te gusto? No me veas así, me siento violado~ -
-¡J…Jinki! Mi madre puede escucharte y pensará cualquier cosa… Además, no comprendo por qué te encuentras tan lastimado…-El rubio carraspeó antes de quitarle la toalla y comenzó a limpiarle él, fingiendo no haberse babeado por el mayor unos minutos antes.
-No me molestarí… Au… De cualquier forma, es porque los agentes han tratado de calmar al pueblo, pero son muchos rebeldes creo… Cuando supe del caos he ido a buscarte porque había escuchado que estabas allí pintando… Me alegra saber que ouch… Te encuentras bien.-
-Eres un idiota, me puedo defender solo… Aunque no estaría en problemas…-
-¿Por qué te has puesto a pintar en la plaza? Me da curiosidad… Todos estaban muy emocionados…-
-Oh, yo…-Kibum recordó la imagen del mayor con Fénix y suspiró agradecido de que su madre apareciera con diferentes medicinas que curarían al mayor prácticamente al instante. Untó lentamente las cremas sobre las heridas del otro ante sus quejas, y la mayor anunció que le prepararía un té medicinal a Jinki, dejándoles a solas nuevamente.- Bien… Debo colocarte esto cada tres horas, deberías quedarte a dormir…-
-No es necesario, puedo hacerlo solo pequeño chico capitolio, de veras… Será mejor que regrese a casa…-
-No puedes negarte a una infusión invitada por mi madre, además es mi culpa que te encuentres de esta manera… Permíteme ayudar…-
-De acuerdo, pero sólo porque es agradable verte de esta manera de … ¿Enfermero? – Sintió sus mejillas arder ante la broma del mayor y suspiró con una corta risa, intentando cubrirse su rostro con sus cabellos teñidos antes de reincorporarse.-¿Dónde vas?-
-Parezco más tu niñero, iré por ropas para que puedas cambiarte en el cuarto de baño.- Sin dar muchas vueltas regresó momentos después para llamar al mayor, le había preparado la tina con aguas termales y pétalos que ayudarían a mejorar el estado de su rojiza y herida piel. Le advirtió a su madre que Jinki demoraría un poco para que no preparase aún el té y se sentó a conversar con ella un rato, algo preocupado por su padre que aún no regresaba. Cuando el invitado apareció en la cocina con una de las pocas camisetas realmente grandes y sus únicos pantalones de pijama que no eran rosados, suspiró sonriendo cálidamente.-¿Te sientes mejor? – Inquirió cuando su madre colocó la tibia infusión sobre la mesa, pero cuando iba a servir uno no medicinal para su hijo, la puerta de casa se abrió y sin dudarlo la mujer corrió a recibir a su esposo.
-Sí, lo estoy… Gracias Kibum… Pero insisto en que debería ir a casa, aquí moles…- Ambos se voltearon al escuchar al hombre de la familia subir las escaleras hablando con su esposa realmente frustrado por algo.
-No, pero creo que será mejor ir a mi habitación. Deberías llamar a tu madre para que sepa que te encuentras a salvo.-Notó algo de inseguridad por primera vez en el pelilargo, por lo que carraspeó ligeramente.-Además no hemos pasado mucho tiempo juntos y debes contarme qué tal ha ido con Fénix…-
-Oh…-
El castaño tomó su taza entre ambas manos antes de reincorporarse para obedecer y seguirle hacia su cuarto, una vez allí llamó a su vecina, la única que poseía línea de teléfono en toda la calle para que le avisara a su madre. Luego Jinki bebió el té rápidamente al estarse enfriando, y ambos notaron cómo el silencio reinaba fuera del cuarto; de seguramente sus padres ya dormían, por lo que Kibum se sentó en la cama, palpando a su lado hasta que su invitado obedeció y se acomodó allí.
-Cuéntame de su cita~ realmente quiero saber…-
-Te he dicho que no tenía una cita con Fénix.-
-Pero si ella se encontraba en tu casa hoy y-
-Espera, espera ¿qué hacías tú en mi hogar? Te he dicho que me apena conozcas mi precaria casa, que entra en solamente tu armario…-Kibum al notar lo que había dicho de más carraspeó.-Kibum ¿es por esto que en la semana…. Espera ¿realmente piensas que Fénix me gusta?-
-Tú lo has dicho… ¿Qué ha pasado esta semana Jinki? No comprendo…-El rubio enarcó ambas cejas, intentando desviar el tema, pero parecía que era imposible. Sabía que el pelilargo no dejaría pasar algo tan fácilmente.
-¿Qué hacías hoy en esa zona del Distrito Key?-
-Pues… Deseaba darte una sorpresa, tú querías que pintara algo en tu habitación ¿no?... Pero como noté que estabas con ella no quise molestar y…-
-Pero me refería a un cuadro, un dibujo… ¿Has estado casi en peligro por mi culpa? Oh vaya, Kibum…- El mayor con algo de esfuerzo estiró su brazo para tomarle por los hombros y le apegó a su cuerpo, el menor sin dudarlo se recostó contra él, entrecerrando sus ojos mientras insistía entre susurros que podía defenderse solo.-Te lo he dicho alguna vez, eres muy adorable cuando quieres Key; y algo ingenuo, pero eso solo contribuye a que seas aún más tierno, pero ser inseguro no servirá de nada… Creí que eras diferente, tal vez un poco más fuerte… ¿Ahora comprendes porqué debo cuidarte?-
-Los medicamentos haces que delires, será mejor descansar por hoy…-El dueño de la habitación observó hacia todos lados antes de reincorporarse.-Yo dormiré allí en el sofá, buenas noches…-
-Espera, tu cama es del tamaño de un lago, ambos podemos dormir aquí. Además estaré muy lejos luego para las medicinas~ -El mayor le observó con una traviesa sonrisa antes de escabullirse entre las mantas, dejándole ver que no tendría mucho espacio para negarse, por lo que obedeció acostándose en el otro extremo de su mullida y perfumada cama. El otro parecía olisquear una de sus almohadas ya que agregó.-Esto huele realmente a ti, es lo mismo si estás allí o un poco más cerca…- Kibum intentó ignorarlo, dándole la espalda pero el pelilargo con una corta risa se apegó a él abrazándole por detrás antes de susurrarle al oído con su tibio aliento mentolado debido al té.-Buenas noches Key…-
-B…Buenas noches Jinki…-El de mechas de colores colocó la alarma que sonaría cada tres horas desde un mando sobre su mesa de noche y suspiró al sentir la masculina nariz del menor rozándose con su nuca en cada relajada respiración; el mayor realmente se había dormido.
Durante la noche no despertó al mayor para cambiar sus vendajes en las pocas heridas que eran más profundas y parecían cicatrizar, pero cuando haría el tercer turno en la entrada mañana, mientras se encontraba sentado a su lado untando lentamente la loción sobre su abdomen, sorpresivamente Jinki le tomó ambas manos, sentándose frente él; haciendo así que gritase realmente agudo mientras se sobresaltaba, terminando de bruces en el suelo junto a una sonora carcajada del contrario.
-¡Buenos días Key~! No sé qué poseen tus medicinas modernas, pero me siento mucho más vital que antes~ -
-Buenos días para ti también…-Se reincorporó quitándose los mechones de colores de su rostro y le dedicó una cálida sonrisa al verlo tan emocionado, suspirando cuando la imagen de la televisión frente a ellos se explayó sobre la pálida pared, enseñando a los ganadores de los Juegos y cómo había sido la final.-Oh…-Al ver la escena de las bayas, sonrió ladino girándose hacia su invitado.-¡¡Realmente se amaban!! ¡¡Me debes una comida~~!!-
-¿Qué? ¡Claro que no! De seguro es aún ficticio~ -
-¡Que no! Casi han muerto ambos por amor ¿no crees que es realmente triste pero romántico?-
-Eres muy sensible Kibum, pero me niego a darte la razón ¡Tú deberás cocinar para mí~! Todo es un guion, un espectáculo.-
-Eres un mal perdedor… Esperaremos a que comience la gira de la victoria el próximo año y le pediré a mi padre que nos permita conocerlos; y verás como deberás preparar una cena y postre con intereses por el tiempo que habrá pasado.-
-Kim Kibum, tenemos un trato.-Cuando el pelilargo, completamente despeinado, le dedicó una ladina sonrisa estirando su mano aún envuelto entre las mantas, estrechó la misma mientras se sobaba el trasero con la otra gracias a la caída.-Ah, lo siento~ por asustarte…-
-Eso no importa, pero no cambies el tema ¡deberás preparar tu especia….- Kibum sintió un helado cosquilleo recorrer su cuerpo mientras abría enormemente sus rasgados orbes, y un fuerte jadeo escapó de su interior ¿qué demonios eral o que estaba haciendo? No importaba cuánto le gustase el mejor y cuántas excusas utilizara para tenerlo cerca; apostar a consta de vida de personas inocentes, niños incluso más pequeños que él era aberrante.-Oh por dios…-Se sentó en el borde de su cama tomándose el rostro con ambas manos.
-¿Qu…Qué sucede? ¿Te encuentras bien?-Por el movimiento a su lado supuso que el pelilargo gateó hasta sentarse a su lado, realmente preocupado en el tono de su voz.
-¿Qué demonios estamos haciendo? ¿Apostando sobre la vida de unas pobres almas? Qué horror… Ambos parecemos del Capitolio, Jinki…-
-Oh… Kibum yo… No lo veo de esa forma, nosotros simplemente pensábamos en que su amor era verdadero, no en que ganarían… Hey…-Cuando se negó a mirarle, el contrario le tomó con sus rechonchos dedos por el mentón, obligándole a que sus miradas se encontraran mientras le dedicaba una sonrisa.-Eres el alma más tranquila y pura de por aquí, y estoy casi seguro que de todo Panem, no pienses algo así… Aunque te gusten las cosas de moda, no te hace para nada una persona del masivo Capitolio, eres único y ellos jamás estarán siquiera a tus talones…-
-Dices incoherencias… Debería botar todas mis revistas, mi guardarropas e incluso mis lentillas de colores…-
-Hey~ … ¿Por qué? La esencia de la persona se refleja en cómo es, y tú eres una persona que a pesar de vivir rodeado de un gris asfaltado y aislado de la sociedad siempre se quiso a sí mismo y con lo que tuvo a su alcance se identificó con una imagen colorida y alegre, porque en el fondo eres un chico feliz que lucha constantemente por encontrarse… Y presiento que poco a poco lo haces… No bromeaba al decirte enfermero ayer…-
-Jinki… Jamás podría estudiar medicina aquí, eso sería imposible.-
-Pero tienes la posibilidad de ir al capitolio… Y luego de recibirte regresar a ayudar a todos por aquí… Sé que la moda te gusta por lo que podrías aprender de ambas cosas ¿no?-Las suaves palmas de sus manos comenzaron a acariciar su rostro al no haberle soltado aún.
-N… No iré al Capitolio al terminar la escuela. Es una locura-
-¿Por qué lo dices…?-
-Porque estaré solo…-
-Bueno… Harás amigos, además ya has estado bastante solitario durante toda tu vida ¿no?-
-Sí, pero ahora es diferente…-
-¿Qué es diferente Key?- No estaba en qué momento sus voces eran cada vez más bajas, convirtiendo su conversación en casi inaudibles susurros, además de que el mayor parecía encontrarse curiosamente más cerca.
-N… No estarían mis padres…-
-Oh…-Notó algo decepción en el contrario, por lo que agregó con un ligero carraspeo.
- No estarías tú.-
-Kibum…-
-¿Si?-
-No preguntes.-
-¿Qué no deb…-
Key se sorprendió cuando el mayor le jaló apenas aún de su sostenido rostro y unió sus labios por escasos segundos, sintiendo los mullidos y gruesos belfos del mayor adueñarse de los propios con ligeros movimientos y succiones mientras le abrazaba con fuerzas hacia sí.
¿El té de su madre le hacía delirar acaso?
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