Capítulo 16. El dolor del silencio…
Si hay algo que he aprendido, es que el odio es más inteligente que la piedad, que la justicia misma es preferible aún a la misericordia, que si uno va por el mundo con mirada amistosa, hace buenos enemigos.
Recuerdo que hace un año, cuando pronto seria San Valentín, la comisaria estaba súper emocionada, yo en realidad no lo comprendía pues las secretarias pedían a gritos salir con los agentes, ¡vaya zorras!, mi padre decidió decorar el sitio con corazones rojos y rosados, ornamentaciones y demás basura. Cuando llegue a mi oficina, cerré la puerta y desístale toda esa mierda, no quería nada de esas gilipolleces, no había nada que celebrar pues yo no tenía a alguien, las chicas querían salir conmigo ya que me llegaron muchas cartas, yo no me molestaba en leerlas y en la hora del almuerzo cuando todos estaban presentes las quemaba, les decía que eran unas patéticas busconas que solo merecían la soledad por el resto de sus vidas, los tipos me observaban con mucho odio y las chicas también, yo les argumentaba que cuando subiera al mando todos perderían su empleo, me encargaría de convertir su vida en una pútrida realidad, nadie podía protestar ante mis palabras, como los viles subordinados de mi padre debían quedarse callados y esperar a que los insultara…
Al fin y al cabo era el legítimo heredero…
Aquella era la rutina del almuerzo, pues la cafetería era grande y había mucho personal, a veces me burlaba de los aseadores, otras veces de los vigilantes y por supuesto que de los agentes también, nadie se me escapaba y no me importaba si me odiaban o no, sabían que yo y solo yo tenían derecho a echarles en cara lo fracasados que eran. Observaba sus miradas de resentimiento y pues eso me alentaba a continuar con el Show debido a que su frustración era una completa diversión para mi…
A escasos dos días, y como siempre, recibía más y más cartas, yo me situé en el centro de la cafetería y llame la atención de todos, tome cinco al azar y comencé a leer la primera, era de una tal Rebecca Chambres, la chica por lo que la gran mayoría de agentes chorreaba la baba, se ruborizo cuando mi hermosa mirada seguida de todos los trabajadores la persiguieron, yo me digne a caminar entre las mesas para llegar a la suya, ella me observo y pues yo la analizaba con mis iris esmeralda, todos estaban en silencio y atentos a la situación, la chica me sonrío un tanto cínica, “Hola Ben…”, fue lo que dijo a lo que yo fruncí mi ceño pues eso me había molestado…
¿Por qué la gente cree que tiene el poder suficiente como para dirigirme la palabra?...
Después de escupirle en la cara y de caer al suelo por la gran bofetada que le di, todos los hombres se alarmaron, se enfurecieron y estaban a punto de golpearme pues yo había atentado contra una “Dama”, los retuve con mi elegante mirada libre de miedo alguno debido a que no ellos no sabían con quién estaban tratando, con mi dedo índice les indicaba que estaba prohibido hacerle algo al hijo del dueño de sus sueldos, todos apretaron sus puños y se quedaron quietos, “recoge a esa estúpida, no quiero que sus tontas lagrimas ensucien el piso de mi cafetería…”, le ordene a una de las chicas compañeras de mesa de la tal Rebecca, “bien, continuemos con la lectura de las cartas…” dije mientras todos se quedaron en silencio nuevamente…
Yo siempre me imponía, un verdadero rey debe hacerlo, sino la muchedumbre acabara con tu reinado…
“Piers Nirvans…”, leí el nombre del dichoso enamorado, todos se sorprendieron y lo miraron al unísono, estaba a ocho mesas del sitio donde había reprendido a la chica, me acerque lentamente mientras leía su carta de amor en voz alta…
Como amaba que los demás quedaran en ridículo…
“A pesar de que nadie lo sabe, quiero que sepas que estoy enamorado…” continuaba mientras todos soltaban murmuros y carcajadas, “me gustaría que me dieras la oportunidad…”, la estúpida carta era muy larga, no iba a leer todo eso, Piers estaba sentado y me miraba con mucho miedo, yo lo observaba con mi elegancia digna de un Tennyson, “te quiero y bla bla bla, más y más palabrería que no funcionara en mi señores…”, dije como si fuera el anfitrión de una fiesta, todos se burlaron a lo que ordene que se callaran, obedecieron como los perros falderos del dinero de mi padre, “¿Y bien Piers, que tienes que decir al respecto?”, le di la oportunidad de hablar a lo que el tipo no podía pronunciar palabra alguna…
Como me impongo entre los hombres…
No es que le diera la oportunidad de decir algo, el tipo solo agacho su mirada y note que había generado vagos sentimientos en ese hombre, ¿acaso estaría decepcionado?, ¿dolido?, ¿furioso?, en realidad no me interesaba. Me gire y todos los trabajadores de la comisaria me observaron, su rencor era tanto que los hacía dignos de corresponderles, “Aprendan que todos son basura y que nadie se quedara conmigo, ya sea por amor o por dinero”, les comente mientras me dirigía hacia la puerta, “son lo suficientemente patéticos y fracasados todos y cada uno como para siquiera llamarse mis empleados”, abrí la gran puerta y me gire nuevamente, “espero que no se les olvide imbéciles”, cerré la puerta y fui a mi oficina a almorzar…
Aquellos tristes empleados no eran merecedores de que los acompañara, soy tan valioso que las mismas estrellas se quedarían sin valor si las compararan conmigo…
Tuve ese viejo recuerdo cuando vi a Piers algo angustiado, ahora estaba apuntándole a Dante mientras el cretino ya tenía su cabellera plateada, yo le apuntaba con mi nueva amiga, pues creo que la Magnum revolver debería de hacer algún daño…
_ Yo de ustedes no me fiaría de esas armas-, exclamo el marginal muy confiado, si tan solo mi Omnitrix funcionara este maldito ya estaría en los infiernos, a la espera de mi llegada…
_ Dante Sparda, en nombre de la agencia Alemana contra el terrorismo, quedas detenido- exclamo Piers, yo chiste y pues ese imbécil también, ¿era un chiste no?, pues era obvio que Dante no lo capturaría ni el mismísimo diablo…
_ Cállate Piers, estas quedando en ridículo-, le advertí, como siempre debía defender la imagen de los demás…
Aunque a veces me encargara de arruinarla…
_ Creo que no comprendes la situación chaval, mira, yo no quiero matarte, pero tampoco me iré sin Ben, así que tú eliges-, Exclamo el hijo de perra, ¿desde cuándo me había convertido en una opción?, la respuesta era obvia, él debía morir por mi causa, debido a que un Tennyson como yo vale más que un tonto agente…
Ante la impaciente mirada de Dante y Piers que no se movía, yo dispare, el marginal no se lo espero, pues recibió el impacto en su pecho y una vez más me halagaba porque mi puntería estaba de puta madre, Dante cayó al suelo a lo que mi “Rescatador” reacciono, le disparo varias veces mientras se acercaba, yo lo seguía algo incrédulo, el cuerpo del maldito tenía varios impactos, las piernas, los brazos, su pecho quedaron manchados de sangre…
Aquello era hermoso…
Yo me acerque pues Dante no respiraba y esa era la mejor parte, lo abofetee, y le escupí en la cara, ¿acaso lo habíamos matado?, no lo sabía, pero en ese momento me sentía feliz…
_ Hijo de puta, eso mereces por tratar de cometer imprudencias como secuestrarme cabron- le dije enfilándolo con mis iris esmeralda, no me pude contener, me senté en su pecho y le di varios puños en su cara…
Reía como un lunático, el desgraciado estaba muerto y pronto seguirían Kevin y Gwen, me abriría paso hacia la fortuna y encerraría a aquellos que algún día me pusieron un dedo encima…
Arremetía con su sexy cara, pues debía admitirlo, este criminal era guapo, pero por supuesto ya no valía la pena…
_ ¿Terminaste Ben?-, me cuestiono el pesado de Piers, yo me detuve, lo mire furioso a lo que ese imbécil entendió que mucho nunca es suficiente…
No me dijo nada más, golpee a Dante un poco seguido de una euforia que me dominaba, me detuve después de 15 minutos y no comprendía porque el Cabron no tenía ningún morado, ¿acaso golpeaba como una niña?, no lo creo ya que hacia boxeo y me había enfrentado a verdaderos mastodontes, tome mucho aire y exhale, pues ya estaba cansado, quizás sea hora de marchar…
Me levante, volví a mirar a Dante y le di una patada en el abdomen, su cuerpo solo se movió sin más, creo que eso sería todo, Piers me miro algo sorprendido…
_ ¿Qué pasa?-, le cuestiono molesto, - ¿Acaso quieres ser el próximo o qué?-, le pregunte porque su mirada de bobo me estaba provocando…
_ Para nada-, me dijo como si me tuviera miedo, aquello me gustaba porque sabía que siempre dominaría en cualquier lugar y en cualquier situación…
_ Vámonos- le ordene a lo que el otro se negó, eso me molestaba, si quería que fuéramos algo estaba yendo por muy muy mal camino…
_ Es mejor que esperemos, podemos llevarnos el cuerpo de Dante para que lo revise la policía científica-, aquello me parecía buena idea, porque primero no se me había ocurrido a mí y segundo porque se le había ocurrido a él…
_ Vaya- le dije algo sorprendido, - después de todo algo de cerebro si tienes…
_ Tengo que lucir así si quiero conquistarte-, me dijo a lo que aquel comentario no me gusto, - Ten-, me entrego un tipo de comunicador…
_ Tendrás que hacer más que eso si tan solo quieres llamarte mi amigo imbécil, además…- le dije mostrándole el aparato, - ¿para qué coño me das esta mierda?- le cuestione, no esperaría que fuera su secretaria…
De repente, ambos presentimos que el “cadáver” se movía, su mano tomo el tobillo de mi estúpido rescatista y lo lanzo sobre las mesas a 8 metros de donde estábamos…
_ Vaya princesita, después de todo pegas como una damisela-, yo me quede… me quedé estupefacto, ¿Acaso ese marica de Dante era inmortal?, yo me asuste pues se levantó escupiendo algo de sangre, sus heridas no sanaban pero es como si no las tuviera, yo me moleste por su comentario, obvio que yo no pegaba como mujer…
_ Maldito…- le dije mientras le apunte con mi magnum…
_ Hey, yo conozco esa pistola, es de Jake-…
_ Era de ese estúpido incrédulo- le corregí, ahora esta nena era mía…
_ Así que tu si los mataste-, me dijo a lo que yo solo le puse cara de obviedad, ¿acaso no había visto mi maravillosa firma escrita con sangre sobre la pared de esos tontos?...
_ Por supuesto estúpido, ¿Quién más lo haría?-, parece que a Dante no le gusto mi confesión, pues apretó sus puños y me miro con odio, yo estaba acostumbrado a eso pues siempre les correspondía…
El cretino dio unos cuantos pasos hacia mí y no sé porque mi cuerpo reaccionaba y daba dos pasos atrás, a veces me sentía estúpido…
_ ¿Me tienes miedo?-, me cuestiono mientras continuábamos con ese ridículo juego, pues la distancia entre ambos era la misma, solo que él se desplazaba hacia mí y yo me alejaba…
_ Vete al carajo, por supuesto que no-, mis manos temblaban, ¿Por qué demonios hacían eso?, yo era el gran Ben Tennyson, este maldito me intimidaba con su mirada, ¿acaso era otro de sus poderes?...
_ ¿Por qué tiemblas?, me interrogo a lo que yo vine a dar contra una pared…
_ ¿Quién tiembla?- le pregunte a manera de desafío, no debía mostrar debilidad ante nada…
Yo baje el arma, Dantes estaba a 30 centímetros de mí, el tipo se acercó un poco y yo solo voltee mi rostro mostrándole mi mejilla, pude sentir su respiración sobre mi cuello…
_ Te hare pagar por haber matado a mis amigos- me susurro, yo cerré mis ojos y el imbécil ese no se retiraba, ¿Por qué estaba tan cerca?, aquello me molestaba demasiado, estaba invadiendo mi maldito espacio personal…
_ Se lo merecían, no sabes cuánto disfrute aniquilarlos-, le confesé con el peor de mis tonos, no permitiría que él llegara más lejos, yo siempre debía imponerme y ser quien tuviera la ultima palabra…
_ Te arrepentirás-, me dijo furioso, aquello me pareció muy marginal…
_ No lo creo-, le dije a lo que apunte con mi magnum sobre su corazón, - ¿tus últimas palabras desgraciado?- le pregunte mientras gire mi cara, ahora nuestros labios estaban a escasos 5 centímetros, mis iris esmeralda competían con sus iris plata…
_ Si… esa Magnum se le acabaron las balas- yo abrí mis ojos como platos y mire mi pistola, Dante aprovecho el despiste y me golpeo la cara, yo caí al suelo, aquello había dolido, se acercó a mi como un gladiador cuando gana una pelea, - ¿tus últimas palabras princesita?- me pregunto mientras estiraba su cuello de un lado a otro…
_ Disculpa…- exclamo una voz molesta pero familiar, al parecer había tocado la espalda de Dante y él otro tonto se volteó, - No permitiré que le hagas daño-, exclamo el mediocre de Piers, pues ya lo había hecho, ¿Por qué la gente se las daba de héroe si de villano se vive de puta madre?...
Mi ex subordinado le propino una golpiza a Dante, parece que no fue la gran cosa pues el criminal se tambaleo un poco…
_ ¡Dale con más ganas!- le dije para animarlo, pues sabía que estaba perdido si peleaba contra Dante…
Ambos tratamos de noquearlo, pues él se daba de golpes contra ese malnacido y yo rompía todas las sillas del bar contra su espalda, ¡nada funcionaba!, ¿acaso ese hijo de puta era Hulk?, yo me exaspere, sabía que no le haría nada a Piers, por lo que me aleje…
Me dirigí a la zona de licores, el puto de Piers estaba herido, ¿Por qué estaba rodeado de gente inútil?, vi como lo alzo del cuello, le propino un cabezazo y quedo semi-inconsciente, yo me acerque y le estampille una botella del mejor brandi, uno de marca “conde de Garvey”, no pretendería que tomara una de marca barata, que asco seria…
Parece que golpearlo con cristales formaba algo de su punto débil, pues el imbécil tambaleo un poco y cayo de rodillas, mire las escaleras, debía huir, y dejar a Piers, después de todo ¿Qué es una simple vida de agente contra el terrorismo comparada con la de un gran Tennyson como yo?, obvio que no tenían punto de comparación, yo era por más valioso que cualquier cosa…
_ ¡Ben llama a Chris!-, grito el tonto de Nirvans, ¿Chris?, no comprendía, yo subía al segundo piso, debía esconderme y contactarlo, quería saber si aún respiraba ese chico con suerte…
Marque y pues el puto móvil sonaba, ¿Por qué la gente no es oportuna cuando más lo necesitaba?, a veces me daban ganas de matarlo también, pero no es que fuera tan mala persona, ¿o sí?...
_ Diga!!!-, ¿Cómo que diga?, ¿Por qué siempre contestaban así?...
_ ¿CHRIS?... maldita sea, estas vivo!!!-, le dije algo emocionado, al menos había alguien de clase que todavía estaba buscándome, porque de seguro el resto de la comisaria estaría feliz por mi secuestro, aquello me hastiaba, creo que organizaría un gran banquete y envenenaría todo lo que fuera comestible, así me desharía de todos ellos de una buena vez…
_ ¿Ben?-, ¿Cómo que Ben?, ¿acaso no reconocía mi hermosa voz?
_ Mierda Chris… ¿Dónde estás?... necesito tu ayuda…-, le dije algo frustrado, me metí a uno de los cuartos y no tenía ventanas, maldita sea esta taberna de porquería…
_ Joder Ben!!!… dime ¿dónde estás?...-, me pregunto preocupado, me gustaba que lo hicieran, ya que reconocían lo importante que era para todos…
_ Nos encontraras si sigues por ese camino y encuentras un bar… rápido!!!... Piers está herido… el criminal de pacotilla lo hirió por querer hacerse el jodido superhéroe…- le comente a lo que escuche como alguien subía al segundo piso, no sabía qué hacer, Dante era como un Superman pero más amigos muertos y no hacía falta nombrar el magnífico ser que se encargó de que eso pasara…
_ ¿Dónde está Sparda?..., me cuestiono a lo que puse cara de tonto, ya le había dicho que en el bar, ¿acaso creía que estábamos jugando a los policías y ladrones?, a veces me provocaba matar a mi mejor amigo y no es que estuviera hablando de mentiritas…
_ Está buscándome en este bar… le di un botellazo en la cabeza… y esta medio mareado… ni siquiera con el vidrio más grueso que encontré pude derribarlo…- le comente a lo que note como varias puertas se habrían y se cerraban, definidamente era Sparda, yo puse cara de fastidio, ni me imaginaba probar sus pútridos desayunos de nuevo, no habría peor tortura que esa…
_ ¿Ya pediste ayuda?, me pregunto a lo que yo me escondí debajo de la cama, quizás no fuera mala idea hacerlo…
_ Este puto lugar no tiene comunicaciones, tuve suerte al contactarte…- le dije escuche como la puerta de al lado se cerraba, ahora seguía esta, ¡Maldita sea mi suerte!, esta era una pesadilla o el karma que me tiene envidia, no tolera verme feliz y por supuesto que sabe que matando a alguien es que lo soy…
_ Ben!!! Aguanta que ya vamos para allá…- me dijo muy agitado, ¿Por qué siempre decían la misma mierda?, cuando era obvio que siempre llegaban tarde a la escena del crimen, yo era agente y sabia de estas cosas, anqué debo confesar que solo salvaba gente que me agradara y como los odiaba a todos, era lo mismo encontrarse con el bandido que con migo, a la final morían de todos modos, yo siempre me excusaba con que había llegado tarde…
_ Mierda!!! El imbécil me encontró…-, le dije a lo que solté el teléfono, de seguro Chris aún estaba en la línea…
_ No huyas de mi princesita… tú me perteneces-, dijo a lo que me enfurecí, ¿Por qué creía que era suyo?, no lo comprendía…
Apreté el barrote de hierro que encontré, rodé para salir de la cama y golpee su espinilla, parece que le dolió, porque se arrodillo, yo aproveche para ponerme de pie, abrí la puerta y lo que escuche fue un disparo, seguido de una hemorragia en mi rodilla…
Caí, pues el maldito me disparo…
_ HIJO DE PUTA, MALNACIDO, DESGRACIADO, RATA DE MIERDA, ME LAS PAGARAS-, le grite pues el dolor era inconcebible, me agarre la zona con mis manos, debía retener la hemorragia y mi preciada sangre quedaría sobre este lugar perdido…
_ Así no iras a ninguna parte princesa-, me dijo a lo que me quito mi saco, - no más dispositivos rastreadores-, exclamo a lo que comprendí el motivo de cómo me habían localizado…
_ Duele…- susurre mientras apretaba mi pierna…
_ No seas llorón, solo es un disparo en la rodilla, pareces una nena-, me exclamo, yo le mostré mi peor cara, ¿Cómo quería que reaccionara?, ¿acaso pretendía que me pusiera a brincar de la felicidad?...
El tipo rasgo mi saco de marca, era diseñado y traído desde Paris, parece que el hijo de perra no tenía compasión y la convirtió en un trapo de mal gusto, enrollo fuerte mi pierna y me cargo en brazos, bajamos las escálelas y Piers estaba tirado en plena sala principal, yo me moleste porque había sido un incompetente, al fin y al cabo estaba en brazos de Dante…
Salimos del sitio, el tipo comenzó a correr sobre la nieve, yo tenía mucho frio pues no tenía saco, nos desplazamos por 15 minutos y el tipo parece no haberse cansado en lo absoluto, de seguro usaba drogas como todos los deportistas…
_ ¿Qué planeas hacer conmigo?-, le pregunte de mala leche, una vez más estaba secuestrado de nuevo…
_ Iremos a Egipto, nos reuniremos con el resto de personal-, me comentó, yo chiste algo incrédulo…
_ ¿Crees que soy un puto gato o un maldito perro?, le dije molesto, me trataba como su mascota…
_ Para nada, los perros y los gatos no tienen una lengua tan sucia como la tuya-, me dijo a lo que me quede en silencio, caminó por la nieve conmigo en brazos…
Así no la pasamos y pues pasaríamos del frio a el terrible calor, me recosté sobre el pecho de Dante, parece que no le molesto pues no dijo nada, ¿Qué más podría hacer?, caminar no era opción por lo que huir de él estaba descartado, estaba muy seguro que cometió un error grave cuando me secuestro, pues tenerme como su rehén le saldría muy caro, un Tennyson tan valioso como yo es duro de complacer y fácil de enfadar, note que estaba feliz, y yo estaba resignado, pero no daría mi brazo a torcer, ahora lo había decidido, si no podía huir, convertirá su vida en un desastre, jugaría con lo más valioso que tiene cada hombre y ese es su corazón, al fin de cuentas…
Si hay algo que he aprendido, es que el odio es más inteligente que la piedad, que la justicia misma es preferible aún a la misericordia, que si uno va por el mundo con mirada amistosa, hace buenos enemigos…
Continuará…