Capítulo 30. Mi propiedad…
Odio ser tan sexy, pero alguien debía serlo ya que es difícil ser humilde cuando se es el mejor en todo, y por supuesto que no eres tú, soy yo y mis altos estándares de calidad al fin y al cabo, cuando veo mi grandeza me pregunto si Dios dejo algo para los demás…
Recuerdo que una vez, varios miembros del equipo de investigaciones de la jodida comisaria de mi estúpido padre habían armado una salida para ir a una feria de atracciones que se presentaba en la capital Alemana, Chris no estaba, pues había ido a reconocer una misión y ese día me había quedado solo en la oficina con el papeleo, además, esos hijos de puta no me habían invitado…
Como me jodía eso…
Organizaba los putos papeles, estaba harto de llenar formatos indicando la hora, lugar y causa de la muerte de la gente, ¿si ya estaban bajo tierra, que sentido tenía darles importancia?, estaba de mal humor como para variar, cuando tocaron la puerta de mi oficina, me sorprendí, no esperaba visitas, le di permiso para que pasara…
A veces deben verme en persona para saber que son inferiores a mí…
“Trabajas muy duro Ben”, me dijo Piers, no hizo falta verle a la cara, su voz la conocía ya por mucho. “No trabajo duro, trabajo a mi manera”, le dije dándole a entender que para los demás algo difícil, para mí era pan comido…
Pff, por favor, soy el gran Ben Tennyson…
“¿Qué diablos quieres?”, le cuestione, el chisto un poco nervioso ya sabía que andaba de mala leche, ¿tanto le gustaba a ese tipo?, pues era obvio que todos estaban tras de mí en esta pútrida comisaria, pero a veces me sorprendía de mí mismo por el impacto que generaba en los idiotas…
Ya saben… como para no perderme interés…
Alce mi vista, pues no obtenía respuesta por parte de ese cretino, mis hermosos iris esmeralda lo enfilaron con molestia, en frente de mí, me mostró dos boletas para ir a la dichosa feria de mierda, tenía una gran sonrisa que disimulaba con dificultad, yo no aparta mi gesto de pocos amigos…
¿Porque la gente me encabronaba tan fácil?...
“¿Qué coño es eso?”, le pregunte dándole tiempo para que se marchara, “Son boletas para la feria”, me respondió, “Ya sé que son boletas para la puta feria”, le contra-ataque, ¿me estaba tomando por idiota?, “¿Quiero saber que pretendes con ellas?” le pregunte, es solo tragó saliva en seco, le puse nervioso y eso me agradaba…
Pero el maldito no decía ni una silaba…
“¿Pretendes que vayamos a esa maldita feria de artistas miserables que solo tratan de sacarle una estúpida risa a la estúpida gente para llenar sus patéticas existencias de pacotilla?”, le cuestione, pronto me levanté de mi silla y me acerque a él, estaba claro que Piers era más alto que yo…
Pero no más peligroso…
“¿y… bien?”, le cuestione, estaba molestándome el jodido interrogatorio que le estaba aplicando, el tipo solo asintió, continuaba con sus nervios, yo le mire a los ojos y trate de buscar algo más para atacarle, quería, al igual que todos en esta comisaria, destruirlos completamente…
Que pérdida de tiempo…
“Aishh”, me queje, recordé que esta noche no tendría planes con nadie, pues a mis amigos del bar los asesine con mis propias manos por hablar mal de mí, y pues…
No quería quedarme en casa humillando a las sirvientas, a veces me hartaba ser tan repetitivo…
“Acepto tu triste proposición de muy mala gana”, le dije mientras lo pensé, a lo que una gran sonrisa apareció en su rostro, debía reconocer que ese castaño era guapo, y pues, podría joderle la noche a alguien. “¿En serio Ben?”, me cuestionó sin creérselo, parece que estaba dispuesto a que lo rechaza por millonésima vez, yo le comprendía, saldría con alguien tan perfecto y maravilloso como yo…
Y ese era privilegio de pocos por no decir de nadie…
“Te recogeré a las siete, comeremos palomitas, algodón de azúcar, manzanas acarameladas, iremos a todas las atracciones que quieras, montaña rusa, ciclón castillo del terror…”, bla bla bla, yo solo tome un vaso con agua mientras le veía hablar, parecía un estúpido niño estrenado juguete nuevo, “También podría ganar un osito de peluche para ti”, me dijo a lo que rápidamente me voltee con mi ceño fruncido, le mire con mi peor cara y él se calló al instante…
Como me impongo ante los hombres…
“No quiero un jodido oso de peluche”, le dije como si fuera la única verdad, “Me joderías si tratas de hacer eso”, le comente mientras el solo me miraba, ¿acaso era masoquista?, “Iremos y ya”, le comente, “No es necesario armas planes, odio las ferias, odio las atracciones, odio el algodón de azúcar, odio la montaña rusa, odio el castillo del terror, odio la gente y sobre todo, odio a los pútridos niños que andan de aquí para allá con sus juguetes, entrometiéndose en la fila y armando un alboroto por cualquier cosa”, le confesé aquello, “Solo iré contigo porque no tengo nada mejor que hacer, ¿quedo claro?” le cuestione a lo que él se sorprendió, solo asintió de nuevo y salió de mi oficina no sin antes confirmar la hora…
Después de eso estrelle el vaso contra la puerta…
Un oso de peluche, ¡ja!, por favor, no necesito más putos peluches, solo tengo dos y con eso me basta, uno que obtuve en la misión del Tíbet, el solo recordar cómo les dispare a esos niños me relaja un poco, y el otro lo tengo en casa muy bien cuidado, ya que me lo regalo Dante de San Valentín cuando tenía 15 años, no porque fuera mi pareja, lo hizo porque no tenía una y ese día había necesitaba un amigo…
Maldita sea, me había puesto sentimental…
Después de volver a ser el hombre con personalidad de titanio del cual estaba muy orgulloso, Piers vino por mí a la hora acordada, fuimos en su camioneta Ford Raptor F-150, no es que fuera un auto de lujo como los Ferrari que manejo, pero al menos tenia clase, en el camino estuvimos cayados, estaba de mala leche y él estaba nervioso, me estresaba mucho este ambiente de mierda, pero total…
Mejor le hubiera rechazado y hubiera dedicado mi noche en matar a alguien que odiara…
Cuando llegamos al sitio, Piers se alegró muchísimo, parece que le gustaban esos lugares, “Vaya Ben, esto será genial”, me dijo mientras poso su brazo sobre mi hombro, yo estaba cruzado de brazos y trataría de ser muy tolerante…
Vería hasta donde llegaba mi paciencia…
Entramos al sitio y comenzamos a recorrer varias atracciones, mi cara de amargado y poca sorpresa no desapareció ni en un solo momento, pero ese tal Nirvans la estaba pasando de lujo, aquello solo me encabronaba más, cuando nos bajamos de los carros chocones, en se ofreció en ir por unas sodas y palomitas, yo me opuse rotundamente, esas mierdas solo desfigurarían mi precioso cuerpo, “No te preocupes mi amor, yo te querré igual” me dijo con una confianza que me pareció un descaro, ¿su amor?, ¿!Desde cuando lo era!?, me beso la frente y haciendo caso omiso a mis exigencia de marcho, yo le dije que esperaría en este sitio ya que detestaba las colas…
En realidad lo detesto todo…
Le di la espalda a ese convencido, después de que se fuera pronto, un puesto algo lejos me llamo la atención, se llamaba la “Medium” y pues poco a poco me fui acercando atraído por ese anuncio tan brillante, cuando cruce la tienda, me encontré con una vieja espantosa de pelo rubio que se hacía llamar Teresa Caputo, estaba sentaba en una silla rarísima por decir fuera de moda y sobre la mesa una estúpida bola de cristal brillaba tanto que me dejaría ciego…
“Te estaba esperando Ben Tennyson”, me dijo la tipa, yo fruncí mi ceño, “Lo siento señora, no creo en embaucadoras”, le dije mientras le mostré mi dedo medio y le di la espalda, “¿Acaso ese tal Piers te molesta, o te sientes solo porque tu amigo Chris se marchó para una misión?”, me detuve cuando me dijo aquello, “¿Acaso me ha estado espiando zorra?” le pregunte, me sentía ofendido…
Aparte de embaucadora, era una puta espía…
La rubia explotó a carcajadas, ¿estaba siendo su burla acaso?, fumo un cigarrillo y me miro con lastima, aquello me puso furioso, me dijo que me sentara y así lo hice…
Veamos que más tiene esta malnacida…
“Tu vida está llena de lujos, eres alguien de buen futuro y tienes un mundo por conquistar”, comenzó con su adivinanza, “Señora…”, le dije incrédulo, “No necesito que me diga lo que ya sé”, le comente, pero ella alzo su dedo índice indicando que me callara…
Aquello me encabronaba aún más…
“Tienes todo lo que quieres, pero no lo que necesitas”, me dijo mientras deje que hablara, “A pesar de todos tus lujos,, tu dinero y tu fortuna, eres más duro que la piedra, eres obstinado, no tienes humanidad, no sientes lastima por nadie, solo te quieres a ti mismo, eres un egoísta y tu alma esta marchita, eres feo por dentro y tu corazón solo sirve para odiar y despreciar a quienes te quieren, debes cambiar pronto o la oscuridad te llevara por…”, tan rápido como me sentía insultado, había tomado la vela que estaba en la mesa y se la había clavado en el ojo, la presión fue tanta que comenzó a gritar, se puso de pie angustiada y la llama de la vela rozo la tela de la tienda, pronto el lugar comenzó a consumirse por la llamas…
¿Cómo se atrevía?...
Era la primera persona que me decía tantas cosas horribles, ¿Qué estaba feo por dentro?, ¿Qué mi alma esta marchita?, ¡por favor!, soy el más precioso ser que ha existido, que existe y que existirá, mi alma deslumbra por su bondad, carisma y compasión, me quede para ver como esa embaucadora trataba de timarme, pero no lo logro…
Nadie lo ha hecho…
Mientras salía de la tienda tranquilamente ignorando los gritos de esa estúpida vieja, las llamas se hicieron notar y pronto el fuego se extendió por los hilos que conectaba a las demás tiendas, como eran fabricadas con tela de mala clase, el fuego consumió el largo trabajo de familias que Vivian de esto, pronto, una gran sonrisa producto de la agonía de los demás se hizo presente, luego grandes carcajadas y por último, comencé a girar con los brazos estirados, ¡Era precioso!, ¡una obra de arte!, la gente comenzó a gritar angustiada y los que no sobrevivieron murieron calcinados, los bomberos llegaron pero como siempre no sirvieron para nada, mi alíen “Frio” hubiera apagado todas las llamas, pero no me daba la gana ayudar a los demás…
Lo detestaba completamente…
Cuando me encontré con Piers en la salida, estaba tan eufórico, tan feliz que lo tome de las mejillas y le di un fuerte beso, no pensé divertirme esta noche así que le agradecí. Le dije que me llevara a casa, necesitaba llegar a mi cuarto y ver las noticias para terminarme de reír, él lo hizo, cuando llegamos quiso entrar pero yo se lo negué, se despidió de mí y yo fui cumplir con mi deber, después de todo…
Me había salido con la mía…
Y todo porque no creí que una feria sería tan divertida, habían muerto muchas personas detestables y lo más seguro es que varias familias se quedaron en la ruina, no me importaba en lo más mínimo, deberían de sentirse halagadas, después de todo…
Se habían sacrificado para mi diversión…
Saliendo de aquel recuerdo tan maravilloso, me encontraba en la limosina con Dante, ese pequeño suceso había venido a mi mente cuando vi una feria en la ciudad, quería divertirme y quemarla con todos adentro, pero ahora estaba casado con un cretino que odiaba y que por supuesto estaba a mi merced…
Al menos no todo eran dolores de cabeza…
Pues Sparda sabía perfectamente que cuando a mí se me antojara tener sexo con él, debería cumplir como un hombre a cambio de mi silencio, después de todo teníamos un pacto de caballeros. Notaba su frustración y su molestia, yo solo me divertía con ella, a veces le miraba de re-ojo para luego burlarme despacio, el gruñía con furia y yo continuaba con el Champagne, el chofer nos llevaría al aeropuerto, pronto llegaríamos así que…
Era hora de fastidiar…
Mientras disimulaba estar entretenido con la ciudad a través del cristal, mi mano izquierda se iba lentamente hacia él, pronto lo tome del muslo, cuando lo agarre, subí poco a poco, no notaba alguna reacción negativa por su parte, así que me dirigía por encima de su finísima tela del pantalón hacia su miembro…
Sabía perfectamente lo que hacía…
Cuando estuve cerca, lo agarre con toda la extensión de mi palma, pronto presione mi mano y pude sentirlo sobre la tela, sonreí pues sabía que eso le encabronaba, sin apartar mi cara de la ventana, gire mis iris hacia donde ese cretino se ubicaba, pronto presionaba aún más aquella zona y Dante solo miraba la ventana de su lado de la limosina, su ceño fruncido me indicaba que no le gustaba en lo absoluto, pero a mí me estaba fascinando…
No me valía acabar con su orgullo, quería su hombría hecha trizas…
El conductor paró el coche, nos indicó que ya estábamos en el aeropuerto internacional, Dante al saberlo, se bajó en el instante, me dejo a medio terminar, ¿Cómo se atrevía?...
Me desquitaría por tal osadía…
Me baje de la limosina, a ambos nos habían preparado un equipaje, estábamos vestidos como los recién casados, ese marginal vestía un traje muy elegante debía admitir, se veía guapo, pero al fin de cuentas era el mismo patán, yo vestía un conjunto de mujer arábica, como era la “Reina” estaba cubierto de joyas y piedras preciosas, quería quitarme esta mierda, quería utilizar camisas y pantalones, yo no era una mujer, pero en este caso debía comportarme como tal…
_ Oiga usted- me llamo la atención un guardaespaldas del rey, - ¿no va ir tras el Sultán?- me cuestiono como si me estuviese mandando, yo me detuve a medio paso y me di la vuelta para encararle, me acerque y el tipo no quitaba su expresión de aburrimiento…
_ ¿Se está refiriendo a mí?- le cuestione con una voz un poco delgada, el tipo me miro con fastidio, - ¿acaso no sabe quién soy?- le cuestione mientras me quitaba la tela que cubría mis labios…
_ Usted es una de las tantas esposas que va a tener nuestro rey, no es que vaya a ser la gran cosa- me dijo mientras yo fruncí mi ceño…
Pronto le escupí en la cara, la saliva se comenzaba a derramar por su mejilla, él se sorprendió, quería matarme pero se detuvo, a lo que yo le provoque…
_ Para usted, soy su real majestad, la dueña de la mitad de este maldito reino, soy Ben Tennyson, la dueña de su destino y de ese cretino al que llaman Rey, por si no se había dado cuenta, usted es solo un jodido asalariado que vive de la realeza, es una pútrida persona que ha fracasado y se tiene que conformar cuidándole la espalda a los demás, mire estos ojos y trate de recordarlos, porque me encargare de que no vuelva a ver el próximo ocaso de esta tierra maldita- le comente mientras le di la espalda, este estúpido país estaba lleno de estúpida gente que no merecía más que la mano de la muerte, camine rápidamente, este jodido traje me estaba incomodando, varios guardaespaldas me seguían, ¿Dónde diablos estaba Dante?...
Cuando uno de mis nuevos subordinados me indicaba el camino, a lo lejos vi a ese criminal coqueteando con una azafata de manera muy personal, yo gruñí rápidamente, no porque me dieran celos, eso es de perdedores, sino porque se le veía feliz y yo no quería eso…
_ Está casado zorra- exclame interrumpiendo su conversación, lo tome del hombro, la chica se apeno machismo, pidió disculpas por no saber y se alejó avergonzada, - estúpida maldita, la mataré- exclame entre susurros, cosa que ese marginal escucho perfectamente, pronto me enfilo con sus ojos y me dedico una mirada asesina…
_ El hecho de que tengamos un trato no quiere decir que no me pueda llevar a quien yo quiera a la cama- me grito en nuestro idioma, como los demás hablaban árabe, poco o nada fue lo que entendieron…
De inmediato le cachetee, aunque quería partirle la cara, no podía, ¿Cómo se atrevía?, no me iba a insultar delante de toda esta chusma, el tipo retrocedió y me enfilo aún más ofendido con sus iris plata a medida que se sobaba su parte afectada que pronto se tornó colorada, gruño nuevamente y camino solo por la cabina para entrar al Avión privado seguido de sus 8 guardaespaldas, yo me quedé estupefacto, pues esto había parecido una escena de celos y peor aún…
Una escena de recién casados…
_ ¿Algún problema mi Lady?- me cuestiono uno de mis guardaespaldas, yo tenía quien me cuidara la retaguardia, al fin de cuentas, yo también era de la realeza árabe…
_ Nada…- le conteste de mala gana mientras trataba de tranquilizarme, nos quedaban muchas horas de viaje hacia El Cairo, por lo que respire profundo y camine unos pasos más…
Cuando lo hacía, me detuve y gire, llame a uno de mis súbditos, el tipo rápidamente obedeció…
_ ¿Qué desea mi reina?- me cuestiono mientras le señalaba la tipa tan atrevida que había ocasionado todo este espectáculo…
_ Quiero que la mates en estos instantes, y si no obedeces yo te matare a ti- le deje en claro las reglas del juego, el tipo trago saliva…
_ Se hará como diga su majestad- me dijo mientras le señalo al resto del equipo de guardaespaldas que le siguieran, continúe con mi camino un poco más satisfecho por el servicio mientras escuche los gritos de esa tipa, eso le enseñaría a no encariñarse con lo ajeno…
Mi palabra era su mandato…
Al menos podría rescatar algo de ser la Reina de Arabia Saudita, cuando llegue al avión, me senté al lado del soberano, según las mentiras de ese marginal, los reyes tomarían su luna de miel en tierras Egipcias, así que nadie nos molestaría y el país quedaría gobernado por los secuaces de ese imbécil…
Debía reconocer que era un buen plan…
No sé para qué diablos me llevaría a ese sitio, pero de todos modos sabría cuidar de mí mismo, ya que los inútiles de Chris y Piers no lo habían logrado, debería tomar cartas en el asunto, el Avión comenzó a despegar, por la ventanilla observaba como iba corriendo por la carretera, como me hubiera gustado matar a más gente…
Para la próxima será…
Varios guardaespaldas nos acompañaban, yo estaba enojadísimo y Sparda también lo estaba, no nos dirigíamos la palabra, ese idiota se la paso hablando con sus súbditos, se la estaba pasando de maravilla mientras ignoraba mi culo olímpicamente, cada risa me fastidiaba, ¿acaso era una pequeña venganza por lo que le hice en la limosina?, de ser así…
No sabía con quién estaba tratando…
Después de varias horas de vuelo, Dante y los demás tomaban cerveza, disfrutaban de la atención de las dos camareras, tanto que Sparda beso a una delante de mí, a manoseo su culo y se deleitaba con sus tetas a medida que mis súbditos y los de él gritaban alegres, yo no despegaba mi vista del horizonte, no hacía falta verlo, sabía que lo gozaba, apreté mis puños, ¿Por qué debía aguantar algo así?
¡Yo soy Ben Tennyson y de mi nadie se burla!, ¡Nadie!...
Me levante y todos se callaron, mientras el silencio se hacía presente, me metí al baño del avión, cerré la puerta tan fuerte que casi se rompe, me senté en la taza y buscaba dentro de este puto vestido una pistola, simule perfectamente el llanto de una mujer dolida, necesitaba distraer a todos afuera mientras seguía buscando…
Pero maldita sea…
¿Se me había caído y no me di cuenta?, estaba seguro que la había guardado en alguna parte, me esculcaba pero no obtenía ningún resultado, pronto, escuche que alguien toco la puerta y me detuve mi llanto engañoso…
¿Quién coño era?...
_ Hey Ben, ¿te sientes mal?- ¡era Dante!, ¿Qué diablos quería?, - lo siento si lastime tus sentimientos princesita, no debí portarme así contigo, reconozco que no te he tratado del todo bien, me sacas de quicio y tienes complejos que no soporto, pero debes entender que a mí me gustan las chicas, no quiero que te hagas ideas equivocadas conmigo- me dijo en nuestro idioma, ¡La encontré!...
_ ¿Quién se quieres hacer ideas contigo imbécil?- exclame mientras Salí del baño sin el traje de doncella, todos se impresionaron al ver que no era una mujer sino un hombre, le dispare rápidamente a las dos jodidas azafatas, a los 15 guardaespaldas que nos acompañaban se helaron al ver mi verdadero yo…
_ Es precioso…- decían unos, - es hermoso- decían otros, ¡coño!, ¡por supuesto que lo era!...
Rápidamente encendí mi Omnitrix y “Fuego” se encargaría de explotar el avión, en pocos segundos, sobre el cielo, el avión reventó con todo su potencial, seguido de eso, Dante y yo caíamos en el vacío, yo estaba en mi forma de alíen y Sparda tenía su cabello blanco…
De seguro había activado sus superpoderes…
Cuando impactamos contra las dunas de arena, sabía perfectamente que estábamos en Egipto, unas pirámides se observaban a lo lejos, trate de levantarme pero me había dado un buen golpe, a pocos metros, ese idiota se levantó como si nada, con su traje finísimo hecho añicos me miro furioso…
Ahora yo le dañe su fiestecita…
Pronto mi insignia en el pecho comenzó a tildarse roja, lo que quería decir que este Reloj aún tenía sus averías, me transforme a humano y esa era la oportunidad de ese marginal, me tomo del cuello de mi camisa, por supuesto que me había cambiado antes…
_ ¿Estás loco niño?- me grito ese tipo,-¿no tienes algo de humanidad?-, se fue encabronando, - ¿Por qué los mataste?- me cuestiono indignado…
_ Porque… me… dio… la… gana…- le respondí, no le temía, sus iris plata me enfilaban y mis esmeralda le hacia la guerra, sabía que no podía hacer nada, si me había traído hasta el culo el mundo era por alguna razón…
Nos quedamos en silencio, él tenía mucha fuerza y todavía me tenía a 15 centímetros del suelo, a veces recordaba al viejo Dante, el tipo de mi infancia me traía loco, pero ahora, solo quiero que este sujeto a mi soberana voluntad…
_ Deja en paz al chico, cualquiera diría que estás enamorado de él- exclamo una voz muy quisquillosa, la de la tipa rubia que no dejo de perseguirme un día antes del matrimonio, esa tal Ashley…
Ambos giramos y estaban los 6 miembros del alto mando mirándonos con seriedad, ¿Cuándo habían llegado?, y… ¿Cómo nos habían encontrado?, Dante me soltó y los saludo a todos, tanto León, Ada, Ashley, Matt, Jill y Claire le recibieron con los brazos abiertos, se notaban que se querían mucho…
Matar ese vínculo sería un deleite…
_ Brother, me impresiona el modo en que llegaste- exclamo ese tal Scott Kennedy, - explotar un avión para avisar tu llegada- completo la frase…
Todos rieron, ¿acaso le daban el crédito a ese tipo?, ¡esa había sido mi obra de arte!, me enoje pero Ashley me dio un gran abrazo, pronto la empuje y cayo de culo en la arena tal y como lo había hecho la primera vez que se nos conocimos, no quería amigos, nunca me habían hecho falta…
Todos rieron aún más, inclusive esa tonta tipa…
_ ¿Ves esas pirámides a lo lejos?- me cuestiono Matt mientras me tomo por los hombros, me señalaba con su brazo y su dedo índice enfatizaba la zona…
_ ¿Qué tiene de especial?- le pregunte mientras trataba de zafarme de su agarre, ¿acaso, también le gustaba a este pelele?, me parecía un descarado por acercarse sin mi autorización...
_ Es el hogar de Dante, te sorprenderás con su interior- me comento alegre, ¿así que ya habíamos llegado?...
Pronto acelere el paso un poco más, me encontré con Sparda a mi lado mientras caminábamos, todos se quedaron callados, parece que no querían perderse lo que le iba a decir…
_ Pronto veremos si tienes palabra de honor…galán- le dije mientras me adelante otro poco, la cara de curiosidad no se despegó de los demás, Ashley corrió sobre ese marginal a preguntarle lo que eso significaba, Dante puso una cara de pocos amigos mientras yo caminaba delante de él pero en reversa, le sonreía satisfactorio, había ganado un premio y debía cobrarlo…
_ Maldito…- me dijo sin quitarme la vista de encima, mi arrogancia desvió sus malos deseos, no era necesario que todos supieran que lo primero que haría sería meterme en sus aposentos y obligarlo a que cumpla una pequeña promesa, las cosas podrían tornarse fastidiosas, tediosas y crueles en algunas ocasiones, pero a la final daba lo mismo, siempre me salía con la mía y por supuesto que esta no sería la excepción, después de todo…
Odio ser tan sexy, pero alguien debía serlo ya que es difícil ser humilde cuando se es el mejor en todo, y por supuesto que no eres tú, soy yo y mis altos estándares de calidad al fin y al cabo, cuando veo mi grandeza me pregunto si Dios dejo algo para los demás…
Continuará…