Capítulo 6. Mi objetivo a erradicar…
Buscar la felicidad es sólo otro pretexto para ser aún más infelices...
Me di cuenta de ello, cuando creí volverme a enamorar, quizás Kevin llenaría el vacío que dejó Dante, cuando por segunda vez en la vida iba a declararme, vi como él llego con mariachis a la mansión donde yo vivía, vestido elegantemente, con un gran ramo de flores y un gran anillo, ante mi mirada vaga y completamente libre de sorpresa alguna, vi cómo se le declaró a mi prima Gwen, me morí de la ira al verlos, estaban tan felices que su brillo comenzaba a fastidiarme, el muy hijo de puta no fue a proponerle noviazgo, fue directamente al grano, y como ella es boba le dijo que sí, mi padre se puso tan contento que organizo la boda, ¡todo lo había pagado él!, el miserable parece que quisiera a todo el mundo menos a mí, ya que después de que mamá murió, nunca me volvió a regalar nada, en la ceremonia de celebración, los vi a ellos completamente eufóricos, su diversión era mi agonía, no es que odiara a mi prima, bueno no del todo, solo que desde que pretendió ser mejor que yo le cogí cierto fastidio en aquel verano con mi patético abuelo hace ya varios años…
Así que no me aguante mis celos y frustración y les sabotee la fiesta, quizás haya sido un infantil y un arrogante, pero si las cosas no salían como yo quería entonces que el mundo se ajustara a mis caprichos, adquirí el mejor laxante y los mejores medicamentos para vómito, los mezcle con la ayuda de “Materia Gris” uno de mis aliens más inteligentes, el pastel, los aperitivos, los cocteles, ¡Todo! Quedo impregnado, cuando dieron el primer brindis, todos comenzaron a expulsar por ambos lados su alimento, obvio que yo también debí ingerir un poco de aquello, si era el único que no sufría de los terribles efectos de la droga mezclada, de seguro sospecharían de mí, la pobre de mi prima arruinó su vestido, Kevin quedo hecho un fiasco, y pues yo… me aplique el antídoto a escondidas, todo para que los efectos no fueran tan mortíferos sobre mí, Gwen salió llorando como una mártir de la cena que tanto le había costado a mi padre y a su dinero, yo la seguí y la consolé, con mis lágrimas de cocodrilo la convencí de eliminarme de la lista de sospechosos, manipular era mi fuerte, ella estaba asquerosa, tuve que abrazarla y con ella refregarme de un poco de vomito que cubría su espalda, mi pequeña venganza estaba cobrada, pero en fin… después de eso se fueron de luna de miel, de seguro los malditos la están pasando de puta madre, espero que no me refrieguen de su felicidad, porque si intentan hacerlo de seguro tomaré nuevas medidas drásticas…
Nadie se burla de Ben Tennyson…
Después de ingerir solo un poco de comida que me preparó Dante, vi como tiro el resto de las sobras a la basura, el maldito ya no se fiaba de mí, por lo que volteó la silla y tenía vista al resto de la inmunda casa donde este criminal me tenía preso, me dijo que me vigilaría debido que estaba 100% seguro que yo había matado a su “novia”, bueno eso fue lo que dijo y pues obvio no le creí, vi que el sitio era algo tosco, bueno, por no decir repugnante, era la típica guarida de un criminal, - todos son iguales-, solté aquellas palabras al viento, noté que su atención era mía y aquello me gusto…
_ ¿Cómo?- me preguntó mientras limpiaba la fascinante vajilla donde había servido mi cena tipo gourmet, y nótese el sarcasmo…
_ Que todos son iguales- le comente, ¿acaso era sordo?...
_ ¿A qué te refieres?-, me cuestiono mientras seguía con sus labores “domesticas”…
_ A que todos los criminales son unos sucios que les importa verga si el lugar donde viven parece la casa de los Picapiedra- le comente aquello con cierta cizaña…
_ Mira niño- se refirió a mi señalándome con un cucharon empapado de espuma, aquello me pareció gracioso, - no pienso aguantar tu grosería, así que o dices algo interesante o te parto la cara- me amenazo la sabandija esta, - ¿te quedo claro?- me cuestiono como si fuera mi padre cuando se enoja…
_ No soy un niño- le dije aquello con determinación, note que sonrió de lado, como si estuviéramos en una feria del humor, por favor, yo no era el chiste de nadie…
_ Pareces uno- exclamo como si en realidad lo fuera, ahora estaba más decidido a quedarme, ¡pero para ver como la luz de su vida se desvanece en mis manos!, el tipejo este se estaba burlando de mí, menuda mierda, asesinarlo se había convertido en mi prioridad, ¿acaso estaba mal eliminar aquello que te incomoda?, no lo creo, puede que yo sea un oficial de policía de alto rango, puede que la agencia de mi padre me haya preparado para ser un tipo de héroe, puede que el destino me haya dado el Omnitrix para que la vidas de los demás se prolongaran cuando las salvaba de todo peligro, pero nada me obligaba a comportarme de la manera correcta, yo sabía quién era, yo sabía lo que me molestaba, así que no iba a seguir el típico y aburrido protocolo de “buena persona” eso dejémoselo a Chris, a él le gusta eso, en cambio a mi… no es que me diste ser parte del bando de los malos …
No quise hablar más con Dante, por lo que el silencio domino el sitio, aquel marginal se recostó en su triste cama para ver una Tablet, que de seguro no era de marca según criterio personal porque no veía el logotipo de la manzanita tan característico de los dispositivos finos y de clase, el canalla había olvidado algo importante… muy importante, ¡y eso era dejarme ir al baño!, por dios, estaba asqueado, había ensuciado mi ropa de marca y el olor parecía un suicida silencioso, el muy patán me dio de comer y de seguro sintió el olor, además no me había bañado, el día había estado caluroso, iba a ordenarle que por lo menos dejara asearme, de repente se puso de pie, algo no le agradaba, algo le indicaba su Tablet como para que pusiera esos gestos de fastidio…
_ Nos vamos- dijo aquello como si mi opinión no valiera nada, de todos modos nada lograba con un cabeza dura…
_ ¿Qué?- le cuestione algo incrédulo, - ¿A dónde vamos a ir, a tu mansión?-, trataba de molestarlo, se notaba que este cuchitril era lo único que tenía…
_ Nada de eso princesita…- el muy imbécil ya se había tomado la confianza de ponerme apodos, voltee mis ojos como si aquello me resbalara, - tus amigotes vienen en camino, por lo que calculo que dentro de 10 minutos estarán acá, bueno, si siguen a esa velocidad constante-…
_ Wow- dije aquello con cierto tono de ironía, - no sabía que eras un genio-, aquellas palabras le fastidiaron, se acercó a mi rostro y me diviso con aquellos iris color plata, ¿Por qué me recordaban tanto a mi antiguo amor?, - por suerte tengo esto y gracias a la vida que por lo menos te callaré por un rato-, el imbécil me mostro una cinta de aluminio lo suficientemente gruesa para tapar mi boca, - a ver si por fin cierras el pico niño-…
_ QUE NO ME DIGAS…, no complete mi frase, ya que cubrió mis labios con aquella cinta del demonio, note como observo todo con cierta nostalgia, como si hubiera pasado buenos momentos en este basurero, soltó una carcajada simple y prosiguió a desatarme, ¿acaso se había dado por vencido?...
Aquella pregunta fue un tanto estúpida, cuando me puse de pie trate de darle una patada, pero, no sabía que por estar todo el día en la misma posición, mis músculos estaban paralizados, caí al piso nuevamente, estaba débil y lo mucho que podía hacer era relajar mi cuerpo, Dante mi miro desde lo alto, se puso un cinturón muy raro, ¡qué mal gusto tenia!, se sentía superior el hijo de la gran puta, le mostraba mi peor cara, una llena de odio, una de la cual le advertía que si se metía conmigo le iba a ir mal, de alguna manera todos terminaban igual, bueno excepto Chris, ya tenía suficiente con su pasado…
Ese criminal me ató como una momia, estaba atrapado, me cargo entre sus brazos y vaya que aquello me pareció muy varonil además de marginal, le dio una patada a la puerta de “su casa”, camino tranquilamente hacia el desierto, bueno en realidad no lo era, en Alemania no hay desiertos, lo digo porque el ambiente era demasiado seco, el paisaje se asemejaba a Arizona que estaba en Estados Unidos, escuche que silbaba una canción, se veía sereno, como si diera un paseo, se adentró en el sitio carente de humedad, el suelo árido, los típicos cactus que adornan el sitio, él iba como si tuviera un destino fijo, como si tuviera un plan, ¿me pregunto que sería?…
_ Pesas igual que una princesa- me dijo aquello como si fuera un chiste, ¿Cómo iba a pesar tan poco si tenía un cuerpo de muerte?, gran espalda, buenos brazos, un abdomen de envidia, unas piernas de futbolista, de seguro estaba drogado y por eso no sentía mi peso, yo estaba preparado para lanzarle uno de mis comentarios más venenosos, el más súper destructor, pero, por suerte suya, estaba nuevamente amordazado y no podía pronunciar silaba alguna…
Dante llego a una colina, no muy lejana, se sentó en ella y me hizo a su lado, vi como dos motos llegaban al sitio donde este perdedor me tenía, no podía distinguirlos, aquel me puso sobre los ojos unos binoculares, ahora todo se veía claro, ¡Era Chris!, mi amigo del alma me había encontrado, también note que estaba acompañado de un rubio muy alto, además de apuesto si me lo preguntan, Dante retiro los binoculares de mis ojos, los puso sobre los suyos y de su bolsillo sacó un pequeño rectángulo con un botón en el centro, me sorprendí un poco y lo maldije… porque sabía exactamente lo que era aquello…
La explosión de aquel cuchitril además de parecerme hermoso me intrigo, ya que mi amigo estaba allí, Dante me tomo en brazos nuevamente y corrió lo más que pudo para adentrarse a la zona seca, aquella carente de agua, cuyo suelo estaba erosionado y se notaba a leguas la falta de agua…
Me sorprendió su físico, porque trotó conmigo en brazos por más o menos veinte minutos, estaba cansado, ¡además su sudor estaba comenzado a recaer sobre mí!, ¡qué asco!, me tiro como un costal de papas, el polvo me fastidio un poco, vi como trataba de componerse, estaba algo agitado, se acercó a mí y de un tirón retiro la cinta de aluminio… sin piedad alguna…
_ AUCH, ESO DOLÍO CABRON- le grite aquello con furia, de seguro mis cachetes estaban colorados ya que me ardían, ¿Cómo podía ser tan animal?…
_ No te quejes, pareces una nena-, exclamo aquellas palabras tan trilladas un poco estresado, - bien, creo que si caminamos 10 minutos más llegaremos a mi segunda guarida-…
_ ¿Caminar?, le cuestione cuando era obvio que no podía hacer tal cosa, si tan solo me desplazara un metro ya era todo un milagro…
Ese bastardo saco una navaja, me asuste un poco ya que la dirigió hacia mí, de seguro me apuñalearía, cerré mis ojos nos sin antes recordar como mi abuelo murió, jamás me había sentido tan feliz, su muerte fue un respiro para mi vida, como la liberación del alma, odiaba mucho a ese vejete…
A los pocos momentos, Dante desató todos los nudos que me retenían, se puso de pie y sacó una cantimplora con agua, bebió un poco y me ofreció de aquel elixir tan vital como si ya tuviéramos algo de confianza, pobre tonto…
_ No gracias, ni las fortunas ni las penas las compartiría con alguien como tú- parece que le dio igual mis palabras, la guardo en un pequeño bolsillo que colgaba de su cinturón, respiro hondo, miro el horizonte cubierto por la luz de la luna y sonrió un poco, ¿tenía actitud aventurera?…
_ Andando, me ordeno, como si el idiota no cayera en cuenta del error tan fatal que había cometido, y por supuesto ese había sido desatarme de aquella soga tan estresante…
_ ¿No crees que esta sería mi oportunidad para huir?, le cuestione pero parece que ya conocía la respuesta…
_ Vete si quieres-, me dijo aquello con toda la calma, - pero si te alejas a más de 30 metros de mí, explotaras como un petardo, y pues eso me gustaría verlo-, su confesión me aterro un poco, ¿explotar?, ¿a qué se refería el mugriento este?...
_ ¿Qué acabas de decir?, le pregunte como si hubiera escuchado mal…
_ Veras princesa, además de desarmar tu Reloj, le implante una pequeña pero destructiva bomba, la sincronice con mi cinturón, si te alejas pues… reventaras-, era obvio, Dante Sparda es un criminal de elite, no se le escaparía nada, - así que puedes marcharte si quieres, pero no te escaparas de mi tan fácil-…
Mi sangre comenzó a hervir, ¿Cómo se atrevía hacerle eso a mí Omnitrix?, me fui encima de él, si por lo menos no podía escapar, le daría una golpiza, caímos sobre el suelo cubierto por polvo, yo estaba encima de ese maldito, le dirigí un puñetazo hacia su rostro, pero parece que lo retuvo con su mano derecha, hice lo mismo con la otra pero se defendió al instante…
Cruce mirada con ese marginal, le daba a entender mi infinito desprecio, él hacía lo mismo, le escupí en la cara, al menos eso no lo podía esquivar, ese gesto tan cordial de mi parte le molesto tanto que con su fuerza bruta, giramos sobre la playa sin océanos, ahora él estaba arriba, sostenía mis manos con la suya, su ceño estaba fruncido y me escupido a mí, tal cual yo lo había hecho…
_ QUE ASCO-, le grite aquello para luego darme un cabezazo sobre mi nariz, se puso de pie mientras yo me estaba muriendo del dolor, el jodido este me había roto el tabique, comencé a sangrar, pero Ben Tennyson no es de los que se rinde tan fácil, me levante rápidamente, aproveche que estaba distraído y le di una fuerte patada en su entrepierna, yo era un hombre y sabía perfectamente que ese era nuestro punto débil…
Se agarró aquello con ambas manos, había dado en el blanco, sonreí de lado mientras la sangre se escurría de mi nariz, al menos estaba conforme, aquella patada la había ansiado desde que desperté, y por fin pude complacerme, trate de limpiarme con mi camisa, total, más sucia no podía estar, sentí que la hemorragia se detuvo, note como se incorporó, no es que mi ataque tuviera efecto toda la vida, vi como nuevamente me enfilo con sus iris plata…
_ Alcánzame si puedes niño- el tipo sonrió de lado, aquel bastardo comenzó a correr como desquiciado, supe su objetivo, era obvio, si se alejaba a más de 30 metros yo explotaría, no podía permitir eso, no le daría el gusto, no abandonaría este mundo, no sin antes… cobrar venganza de todos aquellos que me han defraudado alguna vez, tuve que seguirlo a regañadientes…
De todas formas Dante se había salido con la suya, pero… por esta vez…
Así que después de correr como un imbécil detrás de él, llegamos a lo que era una especie de meseta, un poco intrigado me seque mi sudo y él hizo lo mismo, nos quedamos viendo la elevación de roca en frente de nosotros…
_ Bien, hemos llegado- ¿llegado?, ¿A dónde?, porque si pensaba que me quedaría junto a él a dormir sobre una meseta preferiría que la bomba que tiene mi reloj acabara conmigo…
_ ¿A caso estas bromeando?- le pregunte aquello con cierto fastidio…
_ No- me dijo con seguridad, vi como busco algo sobre el suelo seco, al rato y mientras yo esperaba un poco impaciente, vi como abrió una puerta que conducía a un sitio subterráneo, ¿estaba loco?, ahora si prefería morir…
_ No pienso ocultarme como una rata, creo que eso te corresponde a ti- le dije aquello dando a relucir que era un sucio y miserable prófugo de la justicia…
_ No te estoy pidiendo permiso, te estoy mandando- aquellas palabras me recordaron a mi padre, toda la juventud me exigió, pero no me dio nada a cambio…
_ Oblígame- le respondí a lo que el chisto algo estresado, si sabía que yo era así de fastidioso, no debió cometer tal delito…
Me sorprendí un poco cuando note que su cabellera comenzó a tinturarse de plata, lo último que recuerdo fue cuando estiraba su cuello de un lado a otro y me noqueo de un puñetazo…
Cuando desperté no porque haya descansado sino porque el hijo de perra me baño con un balde de agua fría alegándome que debía tomar una ducha, me le fui encima a lo que por carencia de alimento no fue mi gran defensa, la sabandija me metió en un cuarto, la cerro con llave y desde el otro lado me comento algo un tanto peculiar…
_ Usa toda el agua que quieras, esta viene de una fuente subterránea, hay jabón líquido para que te limpies- yo estaré analizando la guarida- al parecer el tipo tenía algo de humanidad, pero eso no le exoneraría de matarlo cuando tuviera mi oportunidad, así que idee un plan…
Primero y aunque me muriera del asco, comería todo lo que me ofreciera, debía recuperar fuerzas y tratar de vencerle, lo segundo es convertirme en diamante y rebanarle el cuello, lo tercero es quitarle el cinturón y usarlo hasta salir de esta pocilga, y cuarto era hacerme la victima ante todos y a la vez el héroe por haber capturado a Dante Sparda, pensadas las cosas tome mi baño, me quite la ropa completamente sucia y la deja a un lado, no sabía cómo lavarla, para eso tenía a las tontas de las empleadas que se desvivían por mi padre, y bueno, de seguro que por mí también, lo que más me molestaba era que ahora todo lo tendría que hacer yo, trate de liberar cierto estrés dejando todos esos problemas a un lado, me asee y después use la toalla que me dejo ese idiota, la puse sobre mi cintura y me acerque a un pequeño espejo que había…
Me vi reflejado en él y note que la edad me estaba madurando cada vez más, trataría de que mi plan saliera a la perfección, después de todo, Dante Sparda es un criminal del cual uno debe cuidarse, si lograra salir de aquí sería feliz, pero recordé algo que aprendí justo cuando el amor de mi vida me había confesado que se escaparía con una maldita mujer y eso era que…
Buscar la felicidad es sólo otro pretexto para ser aún más infelices...
Continuará…