Capítulo 2. Dante Sparda…
Pensé que se me estaba agotando el tiempo, pero dentro de poco me daría cuenta de que apenas todo empezaría…
Me levante de mi cama un poco fastidiado, debo reconocer que mi padre es un completo idiota, desea que me convierta en el más grande agente, no sabe cuanta flojera me da, ¿de qué vale tener una gran fortuna si no puedo degustarla a mi manera?, las sirvientas me animan a que cumpla con mi deber, pues por ser el único hijo de un gran espía y dueño de una comisaria, no se me permite hacer cualquier cosa que ponga en imprudencia el apellido Tennyson, a veces quisiera ser tan libre como el viento, hacer lo que quiera, cuando yo quiera, pero si quiero seguir disfrutando de mis lujos, deberé obedecer hasta el día en que yo pase a ser, como heredero que soy, el dueño y señor de esta y muchas más mansiones que poseo, mi prima Gwen y su marido Kevin has sido mi apoyo, pero desde que se casaron y se fueron de luna de miel, me siento solo, bueno… tengo a Chris, un sabio compañero de trabajo que ciertamente he de reconocer que sin su ayuda no hubiera entrado por “mérito propio”, bueno, así le dice mi padre, aunque creo que no es que haya sido cosa mía…
Me aliste lo más rápido que pude para salir de allí, no quería encontrarme con mi viejo, sabría que me daría la lata por estar en un reventón, tomo las llaves de mi auto deportivo y salgo a toda velocidad, la jaqueca es tremenda y el sol parece un completo taladro sobre mí, maldita sea, cuando tengo estos dolores no puedo evitar recordarlo, aunque solo sepa su nombre, jamás olvidare lo que paso hace 6 años…
*** Inicio del Flashback***
Ben Tennyson, un chico de 15 años, siempre fue un chico malcriado, sus padres le dieron todo lo que quería, su abuelo, Max Tennyson era dueño de la mejor agencia de espías, detectives y mercenarios, cuando su madre murió, pocos meses su padre paso al mando y con eso, se lo llevaron a Australia, queriendo como siempre llevar la contraria, decidió ir a un colegio público, no estaría matándose día y noche en uno privado, después de que a regañadientes su padre aceptara, aquel día se alisto, entraría a primero de preparatoria, cuando se bajó de una gran limosina, todos lo vieron como “el nuevo” peor aún, como el “hijo de papi”, ignorando todo aquello decidió no darle importancia a los comentarios que detectaba a su alrededor, ese día, no entraría a clase, no sería el imbécil que se presenta ante todos…
_ Bien… creo que buscare un lugar para descansar, eso de madrugar es trabajo para los adultos, exclamo mientras buscaba el sótano, a medida que se distraía con su Omnitrix, tropezó con un chico, uno de último año,
El pelicastaño miro hacia arriba, ciertamente aquel tipo era más alto que él, noto unos iris color plata divisarlo denotando un gesto de fastidio…
_ ¿Qué?, exclamo molesto el mayor, le molestaban los críos que no se fijaban por donde iban…
Ahora que lo recuerdo, fue en ese momento en el que me di cuenta que los chicos eran lo mío, aquel tipo que lucía su uniforme algo sucio y desarreglado, sostenía un cigarrillo en su boca, yo no podía pronunciar palabra alguna, mi gran boca me había dado lo que yo quería, pero en aquel entonces, no se manifestó…
_ Na… Nada, respondió el ojiverde, aquel hombre lo tenía intimidado, parecía muy molesto…
_ Mira sabandija, exclamo molesto el pelinegro, lo alzó tomándolo del cuello de su uniforme planchado por sus sirvientas, - no tengo la paciencia como para que críos como tu anden fastidiando, así que desaparece- amenazo sin más aquel desconocido…
Aquellas palabras nunca las olvidare, su aliento apestaba a cigarrillo y a alcohol, aquello me éxito que por primera vez y a la tardía edad de 15 años tuve mi primera erección, que patético era en ese entonces, me aleje lo más que pude de él, use mi Omnitrix y me transforme en XLR8 y hui a casa, necesitaba calmar mi temperatura, me sentía raro y aquel bulto en mi uniforme me comenzaba a doler mucho…
Días después trate de evitarlo, por lo que faltar a clases no era mi opción, en los descansos me dedicaba a verlo de lejos, andaba con una pandilla muy rara, y yo, bueno, no tenía amigos, no los necesitaba, me tildaron “el raro” porque no le hablaba a nadie, ¿Qué necesidad tenía?; de seguro iban detrás de mi dinero, además eran unos inútiles, sonreía cada vez que él lo hacía, parecía un obsesivo y una niña enamorada, porque aunque me costó admitirlo, me enamore de aquel tipo, pero no lo podía evitar, él era por mucho lo que yo quería ser, un alma libre… me la pase medio año en esas, día tras día, me comenzó a ir bien en la preparatoria, era irónico, pero un vago como yo obtuvo las mejores notas, de seguro era por mi genética Tennyson…
Al llegar cierto día de Halloween, le avise a mi mayordomo y a mi guarda espaldas que no fueran a recogerme, usaría mi valioso Reloj para transformarme y ganar la competencia al mejor disfraz, de seguro Cannonball o Diamante me ayudarían a llevarme el premio a casa, cuando Salí de la preparatoria, camine tranquilamente, veía como el resto pedía sus dulces con aquellos disfraces tan ridículos, además de baratos y mal elaborados, daban pena ajena, me adentre a un callejón, nadie podía saber de mi artefacto alienígena que me Heredo mi abuela y que nadie más que ella conocía su poder, apreté, el botón por lo cual el artefacto se encendió, gire la manilla mientras me mostraba cada alíen en el que me podía transformar, estaba a punto de presionar el botón, pero unos golpes provenientes de la parte más profunda del callejón me distrajeron, como era un chico que busca problemas donde no los encuentra, decidí investigar, poco a poco me acerque, no quería que me vieran, me asome y lo vi a él, estaba siendo golpeado por unos chicos más grandes, parecían de otra pandilla…
_ Así que decidiste meterte con la mujer del jefe, ¿eh?, exclamaba un tipo muy grande, no paraba de darle golpes en la cara a aquel tipo tan extraño para Ben…
El de iris color plata lo miro con fastidio cuando este se cansó de golpearlo, le sonrió de lado y le escupió la sangre que retenía en su boca, parecía que aquello no le importaba en lo más mínimo, aquel tipo se vio inmerso en odio, lo arrojo a lo lejos, el mayor no pudo siquiera levantarse, había recibido una gran paliza, le dolían las costillas, de repente vio un resplandor verde a lo lejos, después noto que aquello llamo la atención de todos…
Me había convertido en 4 brazos, si querían meterse con alguien, que ese fuera yo, me acerca a ellos, vi como timbraron ante mi tamaño y mis grandes músculos, les sonreí de lado…
_ Buscan problemas ¿eh?, cuestiono al acto, trataba de ser civilizado, Pff, como si a los 15 años alguien pudiese serlo…
_ No… De... descuida amigo, el problema es con él, escuche que pronuncio con cierta dificultad aquel tipo cuando lo señalo a él, aquello me había encabronado de sobre manera…
_ Los putos problemas que tengas con él, le argumente con una risilla sarcástica, - los tendrás conmigo-…
De inmediato le proporcione un gran puñetazo en su mentón, de seguro le rompí todas las muelas ya que por primera vez, no me medí en fuerza, después de volar por los aires por poco tiempo, cayo con crueldad en un basurero, los demás se fueron en contra mía, los muy imbéciles creyeron que 7 contra 1 era justo, ¡por supuesto que no lo era!, ya que yo tenía la ventaja, trataron de agarrarme por detrás, por el cuello y mis piernas, sus esfuerzos fueron en vano, ya que tome a cada uno y les proporcioné una gran paliza, la misma que le habían dado a él, al asegurarme de que todos quedaran completamente inconscientes, fui hacia donde ese sujeto que habían apaleado injustamente...
_ Veo que solo falto yo, le oí exclamar irónicamente entre quejidos, se veía que estaba en mal estado, creyó que también lo golpearía…
_ No te preocupes amigo, le dije, - tú serás mi protegido-, vi que sonrió de lado, a pesar de que su cara estaba manchada de sangre y de un moretón es su pómulo, no pude evitar sonrojarme, por suerte mi piel era roja, así que no pudo notarlo…
Le ofrecí la mano, bueno, una de las cuatro que tenía, le sonreí como un idiota a lo que él atendió con una igual, tomo mi mano y le ayude a levantarse, tambaleo un poco y cayó sobre mi…
_ Soy un estorbo, ¿no crees?, le escuche decir debido a que por recibir tantos golpes, me imagino que le dio vértigo…
_ Relájate Brother, lo tome con dos de mis brazos y lo subí a mi hombro, estaba nervioso y por fortuna mía, todavía tenía tiempo para que el Omnitrix me devolviera a mi forma humana, bueno eso creía…
_ Lamento que tengas que cargar con este viejo, le oí decir mientras se quedaba dormido, me pasee por las calles como cualquier otra persona, nadie se escandalizo por ver a un hombre de dos metros y medio de color rojo deambular por la calles, nadie diría nada ya que era Halloween, supongo que creían que estaba disfrazado, bueno, después de todo esa era mi objetivo…
_ Por cierto, - trate de llamar su atención, -¿Cómo te llamas?-, le pregunte ansiando saber su nombre…
_ Me llamo Dante, le escuche susurrar, aquello me saco una ligera sonrisa, -¿y tú?-…
_ ¿Yo?, le cuestione sin saber que decirle, note que se quedó dormido mientras caminaba, de veras que la suerte me acompañaba hoy, era el mejor Halloween que mi vida, decidí llevarlo a casa, yo mismo lo dejaría en mi cuarto, allí nadie pondría problema, ya que papa nunca esta y los sirvientes saben que me molesta que me interrumpan…
Y eso fue lo que hice, cuando llegue a mi mansión, salte sobre los muros, me escurrí por los jardines y trepe hasta mi habitación ya tenía experiencia en eso, ninguno de mis subordinados se había dado cuenta, lo deje en mi cama y pocos minutos después, la insignia de mi pecho parpadeo reflejando un color rojo, a los segundos me transforme en humano, tenía la excusa perfecta para cuando despertara, por lo que fui por lo el equipo de primeros auxilios y un poco de comida…
Aquel fue mi error número uno…
Cuando regrese a mi cuarto, vi que Dante estaba despertando, estaba algo confundido y no paraba de blasfemar por los intensos dolores que tenía, se sorprendió cuando vio el tipo de lujos que lo rodeaban, ciertamente mi cuarto era mi orgullo, ya que las mejores cosas me las reserve y no deje que nadie más las tuviera… era un egoísta…, cuando sus ojos se aferraron a mí, note que hizo una mueca de fastidio…
_ ¿Dónde estoy niño?; me pregunto con molestia, aquel tipo era muy impredecible, ¿Dónde está el tipo grandulón que me salvo?-…
_ Te refieres a mi amigo, le dije con tranquilidad, debía ganarme su confianza, - dijo que luego volvería, te trajo gravemente herido, me pidió que te curara-, le argumente tratando de que se creyera mis falsas palabras…
_ ¿Curarme?, no necesito eso imbécil, vi que trato de pararse pero no pudo, por lo que sonreí victoriosamente, siempre tenía la razón…
_ Vez… le recrimine, trate de acercarme con el equipo, me veía como un idiota tratando de rogarle a que se dejara curar, pero estaba enamorado, por lo que es inevitable comportarse de ese modo, escuche que su estómago sonó, note que se avergonzó un poco por lo que mi plan B para congeniar se llevaría a cabo, - te traje esto- le mostré un Sándwich con un batido de chocolate, me lo arrebato de las manos y se lo devoró en un instante, se volvió a recostar sobre mi cama y se quedó pensativo…
_ Anda… le escuche decir, - cúrame- una sonrisa se dibujó en mi cara, accedí al instante, y comencé a quitarle la sangre y limpiarle la cara…
Después de que se quejó varias veces, trato molerme a golpes, y demás cosas torpes que hice porque era la primera vez que hacia aquello, se quedó en mi mansión, lo invite a jugar video juegos y la pasamos de lujo toda la noche, recuerdo que me dijo que iba en último año, que tenía 20 años, que era huérfano porque su padre murió en una balacera y su madre de una depresión, quedado al amparo del gobierno australiano, aquello me bajo los ánimos, se le vea que era un buen chico, era simple y despreocupado…
Después de eso, nos reuníamos con sus amigos en los descansos, al principio no les gusto mi presencia, pero Dante se encargó de que fraternizaran conmigo, se mi hizo raro que nunca preguntara por el tipo que lo salvo, que al fin de cuentas era yo, supongo que lo ignoro, la mayor parte del tiempo la pasábamos juntos, según él me convertí en su hermano menor, yo le entregue mi amistad incondicional…
Aquel fue mi error numero dos…
Llegadas las vísperas navideñas mi padre se ausento porque según él tenía mucho trabajo, patrañas si alguien mu hubiera preguntado, sé que él se consiguió una nueva mujer y adopto un hijastro como su hijo, pasa con ellos todas las navidades desde hace ya 5 años cuando mamá murió, me abandono a mí, su hijo legitimo por irse con ese miserable y esa zorra, mandando sus disculpas a la mierda, mande a llamar a Dante, y después de dos horas apareció, estaba feliz, por lo que se me hacía raro, ya que presentía cosas malas…
_ ¿Veo que estas muy contento?, le cuestione con cierta seriedad, cosa que él no noto y por supuesto me molesto…
_ En realidad lo estoy brother, me comento, - me voy a volar con ella, me prometió que esta noche empacaría sus cosas y nos escaparíamos a Europa, ella y yo, los dos, es como un sueño hecho realidad para mí, estoy muy enamorado de ella- note una gran sonrisa en su hermoso rostros, se tiró en plancha sombre mi cama y en esos instantes sentí que algo se moría dentro mío…
_ ¿Me vas a abandonar?, le cuestione con cierta cizaña, si lograba sembrar algo de culpa en él, quizás lograría que cambiara de opinión…
_ Relájate Ben, rápidamente se acomodó cerca de mí, ya que me había sentado al borde de mi cama, - cuando logre instalarme, te avisare para que me visites-…
Aquellas palabras fueron como una lluvia de diamantes, crudos y filosos que caían sobre mi ingenua personalidad, sentí que me tomo por encima del hombro y me dio un gran abrazo fraternal, uno que para mí era muy amargo…
_ Por cierto, le oí decir, -¿para qué sirve ese reloj tan raro que tienes?-, me pregunto y ante su interrogatorio sonreí de lado, ¿Qué importaba el puto reloj?, suspire tratando de no dejar escarpar una lagrima, no dejarían que me traicionaran, no… delante de él…
_ ¿Sabes dónde está?, le pregunte un tono entrecortado, los sentimientos de impotencia pronto me dominarían, debía actuar rápido…
_ ¿Quién?, cuestiono sin comprender a quien me refería…
_ Ella… tu chica, le dije…
_ Está esperándome en el puente junto a su coche, ¿Por qué?, cuestiono aun sin comprender lo que haría…
_Bingo… susurre para apretar el botón de mi Omnitrix, el observo sorprendido como las imágenes de mis Diez alienígenas se reflejaban sobre mi dispositivo, seleccione el indicado, el que no me fallaría…
_ ¿Qué es eso?, cuestiono alejándose de mí, apreté el botón y mi transformación comenzaba…
_ Fantasmático… exclame típico de toda transformación que hacía, lo mire fijamente, parecía no sorprenderle…
_ Así que después de todo, tú eras el tipo que me salvo aquella vez…
_ SII, ¿ACASO NO LE TIENES MIEDO A LOS FANTASMAS?, exclame con mi voz ronca, típica de aquel alienígena, estaba siendo presumido con mi más grane secreto…
_ No… dijo como si en realidad fuera cualquier cosa…
_ PUES DEBERÍAS… le dije con saña, rápidamente entendió el mensaje, a veces era lento, pero otras veces, no era necesario votar tanta saliva para que entendiera las cosas…
Me aleje hacia la ventana, calcule el tiempo que me demoraría en llegar al puente, pronto una gran espada se interpuso sobre mí y mi objetivo…
_ ¿A dónde crees que vas?, cuestiono con seriedad, lo voltee a mirar y estaba cambiado, tal parece que el tipo tenía algún poder sobrenatural…
_ ¿A DONDE CREES QUE VOY?, le cuestione mientras el mismo dedujo la respuesta…
_ No dejare que le hagas daño alguno, te mandare al infierno si lo intentas, aquellas palabras las sentí como un escupitajo sobre mi rostro, parece que la quería y aquello solo aumentaba mis celos…
_ VAYA DANTE… TAL PARECE QUE ERES BUENO EN UNAS COSAS Y MALO EN OTRAS, lo desafié para que adivinara mi pequeño acertijo…
_ ¿Cómo en qué?, me pregunto enfilándome aún más con su espada…
_ COMO EN DARTE CUENTA DE QUE SI NO ERES MÍO, NO SERÁS DE NADIE, exclame mientras desaparecí volviéndome totalmente intangible, aquella noche le había confesado mis sentimientos…
Y ese fue mi error número tres…
No me demore en hallar a la chica, me importaba un pito su bienestar, iba a matarla, si no podía tener a Dante, esa perra tampoco lo tendría, cuando me acerque, note que era una chica que lucía un traje barato, se veía indefensa y completamente asustada, aquella imagen me pareció patética…
_ VEO QUE ESPERAS A ALGUIEN, ¿POR QUÉ ANDAS SOLA POR ESTAS CALLES TAN OSCURAS?, le dije mientras me volví tangible, ella se asustó…
_ ¿Quién eres monstruo?, cuestiono anonadada, tal parece que nunca había visto un simple fantasma como yo…
_ JAJAJAJAJA, reí porque la tipa se veía patética, - DIGAMOS QUE SOY UN AMIGO DE TU AMADO DANTE-, le exclame mientras mis deseos por acabar con ella aumentaban, - NOTO QUE ESTAS EN LA MISERIA, TE OFREZCO UNA GRAN FORTUNA SI DECIDES DEJARLO-, le propuse como última opción, estaba siendo compasivo a ultima hora…
_ ¿De qué hablas?, me cuestiono sin más, - claro que no lo hare, yo amo a Dante, prefiero ser noble-…
_ -NO HAY NADA DE NOBLE EN SER POBRE-, le escupí en la cara aquella frase típica de mi padre, sin podérmela aguantar un segundo más, le clave mi garrar sobre su pecho…
_ NOOOO!!!, escuche su voz, parece que Dante había llegado justo a tiempo…
La tipa murió en mis brazos, su sangre corrió por mis cuchillas y aquello no me molesto en lo absoluto, siempre había tenido lo que yo quería, y esta vez Dante no sería la excepción, arroje su cuerpo al océano, si no servía a la sociedad que le sirviera de cena a los peces, me digne a ver a quien yo amaba, estaba quebrado por dentro, justo como yo lo estuve hace rato, quería que comprendiera mi dolor, se arrodillo y puso sus manos sobre el pavimento, por desgracia, mi tiempo como alíen se había acabado, y de seguro mi vida también…
Al darse cuenta de mi transformación a un simple humano, me enfilo con sus iris plata, rápidamente se acercó a mí y me tomo por el cuello, me alzo y apretó mi tráquea, el maldito iba a matarme…
_ ¿Por qué lo hiciste maldito marica?, me escupió en la cara y aquello me dolió más que la fuerza que ejercía sobre mi cuello…
_ Porque te amo, le susurre mientras de mi bolsillo saque una inyección y se la clave en su cuello…
Sus ojos se abrieron como platos, sus manos dejaron de apretar mi delicado cuello, trato de mantenerse en pie pero la droga que le aplique además de ser fuerte en su cuerpo también lo era en su mente, ya que estaba siendo borrada, me acerca a él, lo tome del mentón y le di un beso, uno que yo deseaba dese que lo conocí y esperaba que nunca se le olvidara, pero era inútil, la sustancia estaba trabajando sobre él de puta madre, cuando quedo inconsciente, me quite un collar que me había regalado mi madre antes de morir, ahora sería suyo, le bese la frente, estaba muy enamorado, pero él me rompió el corazón, desde ese momento creí que el amor es para los cuentos de hadas, deje un su bolsillo una cheque firmado por mí, tenía un código de seguridad, ese sería mi regalo de navidad, por suerte el banco no podía revelar información alguna, vi que mi reloj sonó de nuevo, podía transformarme y así lo hice, en la forma de XRL8 escape de aquella escena no sin antes llamar a la policía…
Al día siguiente le pedí a mi padre que me trasladara a Alemania que era donde mi abuelo estaba, no dudo y así lo hizo, abandone Australia, trate de lamentarme por la muerte de la chica, pensé que ese había sido mi último error… el número cuatro, pero para mí no lo era, lo disfrute tanto, porque desahogué mis sentimientos reprimidos, prometi no volver a mirar atrás…
***Fin del flashback***
Cuando llegue a la tierra del chocolate, entre a un instituto privado, mi abuelo murió dos años después y mi padre desde entonces vive conmigo, mi adolescencia no es que haya sido la mejor, me enfieste, tuve muchos novios pero nunca perdí la virginidad, cuando me lo pedían, los despachaba, no estaba de ánimos como para que me penetrara, en realidad no lo he estado desde entonces…
Y aquí estoy, conduciendo mi auto deportivo rumbo a la comisaria, me encontraré con Chris para resolver algunos casos, ese chico me cae muy bien, sé que tuvo una historia de amor igual a la mía, bueno, no igual, el no mato a alguien y no se arrepiente de ello, ahora somos mejores amigos, algún día le contare mi secreto, él sabe lo de Dante, pero no lo de la chica…
Lo que no sabía el pelicastaño es que en lo alto de una colina, un chico de 26 años, alto, de cuerpo atlético y temido por la agencia de inteligencia contra el terrorismo, lo esperaba, le estaba apuntando con una bazuca, apretó el gatillo y con una sonrisa se elogió, porque había dado con el blanco…
Maldije a todos, no había encendido mi radio componente por la jaqueca como para que una explosión acabara con mi coche, vi que un sujeto se acercaba a mí, estaba mareado, pensé enloquecer, porque esos ojos eran iguales a los que tenía Dante, ¿me pregunto dónde estará?, no pude resistirlo y termine desmayándome en el pavimento…
Continuará…