Soy Aksel un hurón de cabello blanco, mis ojos son negros y actualmente estoy corriendo de una loca asesina, tengo que llegar a donde la gran mansión como le decía cuando era pequeño.
-tu estúpido ratón ven aquí- gritaba la loca, la verdad no sé porque me está persiguiendo pero bueno. Tenía un rasguños de un cuchillo que la loca traía pero como llegue aquí muy fácil.
Flash back
Yo tenía un “hermano” entre comillas porque un día mi mama lo había recogido y lo estaba criando como parte de la familia, al principio yo no lo quería pero al pasar de los meses me fui encariñando y había nacido una gran relación entre nosotros dos, vivíamos en una pequeña caja de cartón que mi mama nos había encontrado para vivir, estábamos en un tranquilo parque a lo lejos de este se veía una gran mansión como le pusimos a esa enorme construcción. La primera vez que vi a un humano fue en una tarde muy bella.
-hermano- le llame a Glen un hurón de cabello gris con ojos negros, era muy guapo y alto, era sobreprotector con migo y con mamá, era el mejor hermano que tengo (y eso que solo tengo a él) me consentía en todo lo que él podía.
-¿Qué pasa?- me dijo
-desde hace unos minutos nos están viendo esos niños- apunte con mi suéter peludito color blanco el cual me quedaba algo grande.
-no les hagas caso, no creo que nos vean estamos escondidos no recuerdas- dijo Glen la verdad es que nadie nos había visto desde que llegamos aquí. Mi hermano vestía de gris su color favorito, también traía un suéter de color gris peludito que mi mama nos tejió, mi color favorito es el blanco.
-sí, pero…- dije
-ven no pasa nada yo te protegeré- me abrazo y yo quede recargado en su pecho al poco tiempo de que Glen me estuviera acariciando el pelo me dormí.
-mmm… - me queje y me desperté al ser movido por alguien.
-ya llego mama- dijo la hermosa voz de Glen el cual a sus 10 años ya le estaba cambiando, me ganaba por 5 años, actualmente tengo 5 años- despierta que trajo la cena- dijo y yo me tallaba los ojos
-que trajo de cenar- dije éramos hurones y no teníamos buena economía.
-pan, queso y agua- dijo la voz de mi mama era bellísima para mí, su cabello era corto y lo tenía café, sus ojos eran negros y yo estaba orgulloso de ella porque nos ha criado sin papa, de él no sé nada y prefiero seguir como estamos y sin ningún problema.
- me encanta el quedo- dije con una enorme sonrisa.
-bebe, pareces ratón- dijo mi mama riéndose.
-pero es que es sabrosísimo- dije era de lo poco que mi mama podía traer a la casa y era de lo que más me gustaba.
-si lo se cariño- me sirvió más queso que a todos, pero dejándose una porción para ella y Glen el cual ya estaba comiendo.
Comimos y dormimos, yo al ser pequeño no podía salir más allá que a unos cuantos pasos de nuestra “casa” pero aun así era muy juguetón y me cansaba lo más que podía, además de que era muy curioso y la última vez que Salí persiguiendo una hormiga casi me come un halcón de no ser de mi hermano, ya no estaría aquí.
Desperté un nuevo día y de nuevo en la tarde esos niños eran felices y siempre jugaban quería jugar con ellos pero yo soy un hurón y ellos humanos nosotros teníamos un mundo muy diferente a ellos.
Pero hoy fue diferente a lo normal, mi mama se había ido como siempre por comida y estaba con mi hermano pero uno de los niños, tenía el cabello rubio grito.
- chicos vengan- dijo él bebe tiernamente
-oh Alois que has encontrado-dijo un chico de cabellos rojos largos hasta el hombro.
-¿unos gatitos?-dijo tiernamente un chico de cabellos rubios pero de ojos morados -mmm… Dakota ven-
-no. No creo-dijo un chico llamado Dakota, su pelo de color blanco y ojos idénticos al anterior.
-dinos líder que son-dijo el de pelo rojo- ¿son ratitas?-
-no yo digo que son conejos- dijo el rubio de ojos color miel.
-bien no sé qué son pero no se peleen- decía el albino.
-bueno que tal si nos lo llevamos y le pedimos a Aiden, Axel o a mi tío Charlie que nos digan que son- dijo el chico con ojos morados llamada Dylan.
-buena idea Dylan- dijo Dakota pasando su mano por el cabello de este.
-yo quiero el gris- dijo Alois, agarrando a mi hermano.
-yo entonces quiero el blanco- dijo Adrián como se llamaba el chico de cabellos rojos, agarrándome un poco brusco
-esperen- decía Dakota jalando a Dylan.
Yo quería ir a brazos de mi hermano que lo traía el otro chico, pero no podía soltarme y llegamos con más humanos.
-son mmm…. Tal vez crías de hurones no lo sé-dijo Aiden como le llamaban los pequeños, era mayor y de cabello negro con unos ojos verdes.
-te doy la razón- dijo Axel, de la misma edad, pelo café oscuro y ojos del mismo color, traía lentes
-yo también al fin y al cabo eres el que más sabes-dijo Charlie el más maduro del grupo cabello rubio y ojos azules.
-que bonitos- decía el chico que me traía entre sus manos.- me lo puedo quedar- pregunto yo tenía miedo y no veía a mi hermano ni a el otro chico, estaban siendo tapados por el enorme humano llamado Luca que era idéntico a Adrián, los dos tenían pelo rojo y ojos azules.
-está bien, pero tendremos que preguntarle a mama- dijo y yo quería llorar, me hice bolita y me dormí.
Desperté en una cosa acolchonada solo sin mi Glen, lo quería y sentía un sentimiento más complicado y más complejo que un simple “querer”, yo lo amaba y teniendo pocos añitos yo lo sabía todo por mi mama, ella y sus pláticas me decían que pronto llegaría mi primer celo y tenía que encontrar a una bella pareja para poder tener descendencia, mi hermano también tenía que encontrarse con una y procrear, dejar el nido y vivir su vida lejos de la familia muy pocas veces volvías a ver a tus hermanos, quería llorar en mi primer celo quería entregarme a él y que él me quisiera, pero era un sueño hecho añicos, nos habían separado y faltaba poco para que llegara su celo, casi siempre llegaba cuando cumplías los 10 a un aproximado de 15 años, a mí me faltaban 5 años pero se pasaban volando.
Habían pasado 10 años ya y no había visto ni a mi hermano ni a mi mama, mi celo ya me había llegado y había sido doloroso sin mi hermano, y además de estar encerrado en esa casa sin poder salir al jardín o al parque, de vez en cuando me dejaban salir al jardín pero casi siempre me la pasaba suelto por la casa, el chico que me cuida ya está más grande pero sigue con la misma actitud de chiqueado, yo también y no era mi culpa pero los humanos me daban lo que yo quería y podía entrar a la cocina y comer la delicia llamada “chocolate”, mi Glen debía de tener 20 años ya y si no seguía con su “dueño”, es que ya se había escapado he ido con alguna o algún hurón que le hubiera robado el corazón y yo aquí muriéndome de celos si, había descubierto que era muy celoso y posesivo.
Este día no había nadie y decidí escapar, me trataban bien pero quería encontrarme con mi hermano o tan siquiera mi mama, esta era mi oportunidad, me escabullí llevándome mi dulce chocolate y Salí corriendo en cualquier dirección. Al abrir mis ojos, los había cerrado para que no me cayeran ninguna basurita, me encontré con el bosque y ya estaba oscureciendo así que dormí en el primer lugar que encontré. Sentí cálido y abrí los ojos otra vez me encontré en manos de un humano pero este traía una pequeña sonrisa, se veía buena gente, era mayor como de unos 20 años e iba adentrándose más en el bosque, tenía el pelo negro y los ojos morados, al igual que aquellos niños de hace 10 años.
-madre abre- grito el muchacho
-ya voy- grito la mujer
-mira lo que encontré- dijo enseñándome y ella puso cara de asco
-otra rata- dijo con desprecio la mujer de cabello lacio y negro con los ojos marrones.
-no madre es un hurón- dijo mientras que me abrazaba a su pecho.
-deshazte de eso- grito la mujer de voz chillante, que lastimaba mis oídos.
-no ya estoy grande para que me ordenes, mucho es que me quede a vivir contigo loca- grito enfadado, lo entendía esa mujer era odiosa.
-como quieras, Kenán - dijo enojada y yéndose hacia una puerta, increíblemente era una casa subterránea.
Kenán, como le había llamado me llevo a su cuarto el cual estaba arreglado y muy al estilo del muchacho me pudo en su cama y busco unas cobijas las puso en el suelo y me puso allí, yo era nocturno o más bien en ese tiempo no tenía sueño, me levante y decidí explorar la nueva casa, sin saber que sería el peor error del mundo.
Caminaba por la casa cuando me encontré con la “loca” entonces ella me vio, agarro el cuchillo y casi me lo encajaba, me persiguió por casi toda la casa y otra vez me metí en el cuarto, donde Kenán ya estaba dormido.
Desde ese día no volví a salir del cuarto solo me dejaba chiquear con mi nuevo dueño, Kenán. Pasaron 6 años yo tenía 21 años y no he salido del cuarto y mucho menos me he encontrado con Glen, he cambiado un poco mi cuerpo ya estaba crecido, mi pelo también y mis días de tristeza y celos seguían y la pregunta era ¿me ha buscado mi hermano? ¿Ya se olvidó de mí? ¿Lo volveré a ver? Esas preguntas me atacaban directamente al corazón.
En esos 6 años habían pasado de todo el señor de la casa que pocas veces lo veía se lo habían llevado a quien sabe dónde con la loca muy preocupada detrás de él, ella había faltado en la casa por más de una semana y Kenán ni se interesó, el solo me cuidaba y cuidaba de sí mismo.
Cuando me decidí a volver a escapar de una casa me encontré con la loca y esta vez no alcance a escapar me agarro por el cuello y me llevo a un cuarto donde no había ni un mueble, me arrojo, prendió la luz y cerró la puerta, al ser un hurón no podía hacer nada así que me hice bolita en la esquina, lo único que me quedaba es morir de hambre.
Sentí algo raro en mí, me quería parar pero no pude había un animal, un perro está loca me quería matar, como pude me alcance a escapar y al no tener una ventana ni donde esconderme solo esquivaba cuando escuche una voz.
-preciosura- era la voz del animal
-….-
-te haces la indignada, sabes que eres perfecto para mi juguete masticable- dijo relamiéndose los dientes- no te detengas así es mejor el juego- me quería comer me estaba cansando y pronto seria el juguete oficial.
Y como esperanza escuche la voz de mi salvador Kenán.
-mama donde está mi hurón- se escuchaba enojada
-no lo sé tal vez escapo, como la rata que es- dijo
-madre porque le tienes tanto odio- dijo con pisadas más cercas de aquí.
-porque odio todo lo que conviva con los “niños de las estrellas”, y esa cosa convivio con las abominaciones que han hecho que tu padre me allá odiado por el resto de sus días- dijo con molestia
-pero eso no te hace matar a todos, donde está, no me digas que con ese perro viejo que tenía mi black como mascota- sus pasos se escuchaban más cercas y yo ya me estaba cansando mis ojos tenían lágrimas, ya no soportaba estar más allí.
-no le digas “black” a tu padre- le regaño la voz chillona, también se escuchaban sus tacones acercarse
-¿y te dices que fuiste psicóloga? Tienen que revisarte- dijo y abrió la puerta yo salte a sus brazos temblando y el perro viejo paro en seco- ya está todo bien, y a ti toma- le lanzo un hueso al perro.
Estaba decidido en irme pero quería asegurarme de que Kenán no estuviera solo, aguantando todo, ya tenía veintisiete años y su mama no quería que se fuera de la casa.
Al pasar el año, Kenán no le hacía caso a su mama, y solo se dedicaba a estudiar, la mama le decía que tenían que empezar con el plan pero él le decía no podía o le cerraba la puerta en la cara, siempre estaba solo y me sentía mal, el perro había muerto meses antes, y la única molestia era la loca.
Hasta que un día.
-mi amor, Kenán abre la puerta- decía la mujer
-que quieres- dijo Kenán
-es hora de que te conviertas en black, tu padre tal vez no regrese ya- decía mientras entraba en su mano un colguije, parecido a un reloj.
-señora- dijo – no me interesa ese “titulo”-
-pero así volverá la rosa negra, que no entiendes- su voz aumento de tono
- no – contesto y siguió en su mundo.
-tú lo pediste- se abalanzo sobre él y lo ato a la silla, le mordí la mano a la señora y esta me aventó por allá, Kenán se dio cuanta.
-corre- dijo como si supiera que si le entendí, la verdad es que si, la loca me miro furiosamente y me empezó a corretear, agarro su cuchillo y me empezó a perseguir.
Me escondí en un mueble cercano a la puerta de la casa que daba al aire libre, la loca paso y era mi oportunidad pero la cuestión es que no tenía manos para abrirla, y vi algo, un niño el niño de esa vez, Dakota si mal no recuerdo, pero que hacia allí, su peliblanco deslumbrante y sus ojos morado me miraron y dijo.
-ve a la mansión enfrente de donde tu casa, allí está mi hermano Dylan, es buena persona quédate allí y tal vez veas a tu hermano- dijo y abrió la puerta, tal vez era cupido, aproveche y Salí corriendo.
FIN FLASHBACK
Me alcanzo y me dio en la pata chille de dolor pero seguí corriendo, a lo lejos veía la casa y para mi mala suerte empezó a llover y ella me dio otros rasguños, vi la ventana y entre sin considerar nada, voltee y la loca se había caído, estaba llena de lodo y solo alcance a ver que regreso a su casa.
El muchacho llamado Dylan se espantó al ver mi estado me empezó a curar, me dio un baño y me vendo, dormimos y ya no supe más me dije a mi mismo no escaparme de casa y menos por lo que dijo Dakota, tal vez y encuentre a Glen.
El muchacho me llamo Aksel y me pareció estupendo, lo único que quería es dormir.
Un día llego el chico de cabellos rojos, el mayor me supongo si no me falla la memoria se llama Luca. Dylan le indico donde era su cuarto y por alguna razón salió todo sonrojado me agarro y dijo.
-es hora de tomar un baño- dijo y entramos. Era normal yo era muy rápido acostumbrándome en las casas, el primer día amanecí en la cabeza de Dylan y él siempre me decía que era una travesura andante pero si era mi forma de ser, él me mete a bañar con él y es muy relajante.
-Aksel, ahh quédate quieto ahh- grito mientras casi se caía por estar persiguiéndome y escuche como tocaban la puerta.
-¿estás bien?- era la voz de Luca, mi amo no sabía su nombre, y el muy sonso no se fijó, piso que el jabón junto con mi cola
-s…si ¡¡¡ay!!! Aksel duele- grito mientras lo mordía y rasguñaba su pierna en venganza de haberme pisado la cola, que creía que no me dolía o que, que era de adorno, no señor era mi alma así que me dolió como si hubieras machacando mi hermosa cola -no pasa nada, estoy bien- dijo cuándo me abrazo para que dejara de morderle.
-bueno…, si me necesitas estaré en el otro cuarto fumando- y se fue.
Me cargo en sus brazos, me gustaba estar en su pecho, se sentía cálido y allí siempre me quedaba tranquilo o me dormía. Toco la puerta del cuarto de Luca.
-pase- contesto
-hola, mmm mientras me bañaba me acorde que no se tu nombre ¿Cuál es?- dijo
-¡¡uy!! Tengo un pervertido en frente de mí, que piensa en mí mientras se ducha- se sonrojo- jaja soy Luca-
-no es cierto- se defendía
- bueno a todo esto quien es Aksel, que gritabas mucho su nombre en la ducha hay alguien más en esta casa-
-más bien tu eres el pervertido gritaba su nombre porque me rasguño y mordió- miro a Dylan como “y eso no es algo pervertido”- ¡¡¡hay!!! No me veas así él es Aksel- dijo señalándome con su mirada, se lo merecía por haberme pisado.
-oh jaja es un hurón perdón no me lo esperaba jaja-
-que gracioso-
-lo puedo agarrar- porque de un momento a otro parecía un niño- me encantan los animales- oh eso lo explicaba todo
-claro- y Luca me agarro- póntelo junto al pecho solo así se queda quieto- y lo hizo pero me agarro mal y lo empecé a rasguñar- jaja mira al parecer no le caes bien-
-pues es obvio es la primera vez que me ve y después me va a querer más que a ti- le reto.
…………………………………………………………………………………………………..
Al día siguiente
-hola, hermanito no sabía que ibas a venir que bueno para que veas a Aksel te encantara-dijo Luca refiriéndose a ¡Adrián! Mi antiguo dueño se acordara de mi - oh y veo que no vienes solo, sino también una molestia-
-¡hermano!, ya te dije que no es una molestia, es tu cuñado y llevo más de 7 meses con el- hizo un puchero el pelirrojo menor.
-bueno, bueno Adri no creas que a mí me cae de maravilla, preferiría que mi cuñado fuera Dylan-dijo con una sonrisa burlona en su cara
-¡oye!-Iban a empezar a pelear cuando mi rico olor a dulce aroma de chocolate me llamo.
-¡mira!, ¿qué es eso?-grito el menor de los pelirrojos cuando me vio pasar - Dy creo que tienes una rata en casa-
-jaja no es Aksel, mi hurón- dijo percatándose de algo- dijiste a la cocina ¿verdad?-
-sí, ¿por?-
-porque ya va a comerse lo que vea a su alcance- escuche pasos hacia mi tenía que comer más rápido
-voy contigo- dijo Adrián dejando solos a las fieras
Y así es como me reencontré con mi dueño y así también fue como me quitaron mi dulce chocolate
………………………………………………………………………………………………………………………………………………..
Mi vida pasaba normal y no aparecía Glen por ningún lado hasta que esa ves, Dylan llego con sus amigos, los cuales los reconocía por ser los que jugaban en el parque.
Llegaron en un día lluvioso y estaban todos empapados cuando vi a alguien que traían en brazo mi Glen, mis ojos se iluminaron y quería correr hacia el pero vi que había algo junto con él y era un erizo y estaba junto a él.
-*no he llegado tarde*- me dije triste -*no, es mío y nadie me lo quita*- me dije y me anime.
Fui hacia donde estaban y si estaban los dos juntos parecía que se llevaban muy bien demasiado bien.
-hola- dijo el erizo- me llamo Vodka Mutini, dime Vodka- dijo con una sonrisa.
-hola-conteste- me llamo Aksel- dije despreocupado, antes me llamaba diferente pero ya no me acuerdo.
-mucho gusto, me llamo Glen- dijo mi hermano, cuando voltee a ver, no me estaba prestando atención y me dieron ganas de llorar, tal vez no me recuerda o está muy ocupado con Vodka o ya no me quiere. Me dolió mucho lo último que pensé.
-quieren jugar- dijo Vodka se veía que su personalidad era alegre.
-por mi está bien- dije moviendo la cola, por fin me podía acercar a mi hermano, era una gran oportunidad.
-yo paso- dijo mi hermano y fue a que lo secaran
-y tú no te vas a secar- pregunte con duda, refiriéndome a Vodka.
-no, yo me seco más rápido corriendo- dijo con una bella sonrisa.
-claro, vamos a jugar- aunque ya tuviera 22 años en años animal, era todavía pequeño y tenía muchas energías.
Juagamos y nos divertimos me la pase súper padre, hasta se me olvido que sentía una mirada penetrante sobre mi nuca.
-------------------------------------------------------------------------------------------
Así pasaron los días y no habíamos hablado hasta que me dirigió la palabra por fin.
-disculpa- me dijo
-si- conteste comiéndome un pedazo de chocolate.
-tu eres…- se quedó pensando un rato.-no nada olvídalo- dijo
-no ahora me hiciste quedarme con duda- dije inflando mis cachetes.
-okey, okey solo es una suposición, tu no serás mi hermano verdad- pregunto con la ceja levantada. Mis ojos empezaron a lagrimear-pero que te pasa- dijo preocupado.
-no… es que pensé…. Hip… que tu…. Ya no te acordabas de mi- dije llorando y abrazándome de él queriendo que me absorbiera su cuerpo- ya… no me vayas a dejar- el me abrazo y me beso la cabeza.
-lo siento tanto hermanito, si te hubiera protegido no estaríamos así- dijo y yo negué
-no es tu culpa no es de nadie, todos éramos inocentes, yo solo espere a que tu vinieras con migo- dije calmándome un poco.
-ya todo va a pasar- me acaricio la espalda de arriba y abajo.
Su cara tan cerca de mi rostro me hacía sonrojarme y sin darme cuenta me hacer que a él y lo bese en los labios, fue de unos minutos pero cuando se dio cuenta me separo de él.
-pero que haces- dijo sorprendido
-lo siento yo…-mi voz se cortó- no sabía que Vodka era tu novio pero ya lo sé, lo siento- me pare y me iba a ir pero él me jalo hacia él, haciendo que me sentara en su regazo.
-no, no es eso- dijo y me acaricio el pelo, lo voltee a ver- él es solo mi mejor amigo, lo que me sorprendió es que me dieras un beso en la boca eso es todo- dijo sonriéndome
-entonces… solo te enojaste- dije volteando mi cabeza hacia un lado, inocentemente.
-no, me sorprendí, fue muy repentino- me abrazo.
-lo siento- dije y volví a mirar hacia abajo sus ojos negros me daban piel de gallina.
- no lo sientas- me agarro del mentón y me miro directamente- sabes me encanto- se relamió los labios, y me beso apasionadamente, haciendo que yo me quedara sin aliento y estuviera más rojo si se podía.
CONTINUARA......