Mi conciencia vuelve a traicionarme después de besarla porque simplemente no puedo dejar de pensar en ti. Mi corazón se estruja al escucharla decir “te amo” pero de mis labios solo sale un “te quiero”. Creo que jamás te olvidare y eso me lastima cada vez más.
Si estoy con ella es porque me recuerda algo a ti, me aferro a la idea de que ella eres tu pero simplemente eso no es verdad. Nunca abra alguien que llegue a remplazarte y tampoco quiero que haya alguien. Pero aun así todos los días me levanto con la idea de empezar de cero y darle una oportunidad a Ria pero cuando la veo a mi lado tu rostro se forma en mi mente y de nuevo vuelvo al inicio, donde tu estas. Sé que ella me ama y puede tener mi cuerpo pero Bill; tú eres el único que puede y podrá tener mi corazón.
Aun no entiendo el porqué de nuestro final si me prometiste que lo nuestro era por siempre. Tal vez el “siempre” también acaba. Ella me brinda un futuro feliz, pero si tú no estás en él no puede ser más que una tortura. Sé que no la debería lastimar pero al final si estoy con ella es porque me recuerda a ti. Me aferro a la idea de verla y recordar que alguna vez te tuve pero esa misma idea me mata porque ahora ya no estas a mi lado.
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Mire una vez más a Ria, ella estaba con una gran sonrisa después de despertar a mi lado. Forcé mis labios para que muestren una sonrisa pero creo que no funciono del todo porque el semblante de ella se entristeció.
—¡Tom hoy debes acompañarme a un lugar! — asentí lentamente mientras ella se aferraba más a mí, no me gustaba mucho su perfume pero tampoco era como que le pudiera regalar el perfume de Bill.
—¿Qué lugar es? — hable mientras me estiraba en mi cama y ella se levantaba. Cerré los ojos por unos minutos y cuando los abrí vi a Ria con una camiseta mía. A mi mente vino la imagen de Bill con una de mis camisas. Él amaba ponérselas después de pasar la noche conmigo.
Me levante y bajamos a desayunar, en el transcurso de la mañana quería enfocarme solo en ella, en escucharla y pensar en nadie más que Ria pero mi mente se negaba a cooperar y lo único que hacía era recordar a Bill. Bill haciendo el desayuno, Bill viendo la televisión, Bill acariciándome el cabello. Era un bastardo al pensar en el teniendo a una mujer hermosa delante mía pero que podía hacer, no podía cambiarme de corazón aunque lo desease.
La tarde llego y después de almorzar algo ligero me dirigí con Ria al lugar que quiso que la acompañase. Teníamos que ir a una casa de moda porque ella iba a tener la prueba de un vestuario para su siguiente sesión de fotos. Platicamos amenamente todo el camino, hablamos de que se sentía realmente feliz con esta nueva sesión de fotos y que si todo salía bien tal vez la escogerían para realizar una campaña de la marca “Something”. Me alegre por ella después de todo la quiero.
Llegamos y estacione el auto cerca de la puerta de la casa de modas. Entramos los dos juntos, ella abrazada a mi brazo y con una sonrisa enorme en su rosto. Seguíamos conversando cuando a lo lejos divise una melena muy conocida para mí. Agudice mi mirada y al verlo correr con un pantalón mis dudas se despejaron. Era Bill, mi Bill.
Mi corazón latía muy fuerte y mi pulso se aceleró al saber que estaba en el mismo lugar que mi gemelo. Ya era algún tiempo desde que nos separamos, él se fue a vivir a otro departamento y yo me quede en el nuestro. Yo sabía que el sufría estar distanciados pero aun así nunca se atrevió a regresar a verme o por lo menos hablar conmigo. Cuando él dijo “terminamos” habla de terminar todos los lazos y eso es muy difícil porque antes de ser amantes, somos hermanos.
Llegamos hasta un enorme cuarto lleno de mucha ropa donde nos estaba esperando una señora de facciones algo rudas pero a la vez ligeras. Vestía un pantalón de cuero o eso parecía y una blusa blanca hasta más debajo de su cintura. Ria camino hasta ella y luego me mostro que podía sentarme en uno de los sillones que se encontraba ahí y así lo hice. Ella empezó a probarse la ropa y a hablar con la diseñadora creo, porque veía o más bien dicho escuchaba como se ponían de acuerdo para arreglar una que otra prenda. Estaba algo aburrido así que decidí salir afuera, le avise a mi novia antes de salir.
Camine por aquellos pasillos de color blanco, miraba las fotos de las modelos que se encontraban ahí hasta que llegue a una puerta semi-abierta. Mire algo curioso y me topé con la hermosa figura de mi hermano. Él estaba de espaldas a mí con la mirada fija en aquel enorme espejo, muchos recuerdos vinieron a mi mente y me quede ahí observándolo en silencio hasta que note como el regreso a su vista hacia mí. Sonrió débilmente mientras yo hacía lo mismo. Bajo del pedestal y camino hasta abrí la puerta y dejarme pasar.
—¿Cómo has estado Tom? — sus ojos estaban clavados en el suelo por lo que suspire, es difícil hablar con tu ex pero es mucho más difícil hablar con tu hermano siendo tu ex.
—Es necesario que te responda, tú eres mi gemelo y lo debes saber.
—Lo siento
—¿Por qué?
—Por lastimarte. ¡No sabes cuánto lo siento!
—Yo también lo siento. — sonreí para alejar las tristeza que se empezaba a ver en sus ojos.
—¿Eres feliz con ella?
—En cierto modo sí.
—¡Ah! Ya veo.
—¿Tu eres feliz? — vi como sus ojos se centraban en mí y una leve sonrisa se formaba en sus labios.
—Creo que sí. Si tú eres feliz yo también lo soy.
—Sabes…ella es linda y me quiere mucho. Pero aun así yo la estoy lastimando.
—Tom…
—Creo que si estoy con ella te podre olvidar.
—Ummh ya..veo… — lo regrese a ver al notar como sus palabras se cortaban y como lo pensé estaba llorando. Me acerque a abrazarlo, lo rodee con mis brazos para calmarlo y lo logre. Después de notarlo más tranquilo me levante para empezar a caminar hacia la salida. Pero antes de salir completamente me detuve para regresarlo a ver.
—De verdad espero que ella pueda remplazarte — sonreí al verlo haciendo que el alzara su vista para luego bajarla de nuevo.
—Umhh…yo…tambien..snif..espero..lo mismo Tomi — sonrió tristemente y antes de verlo llorar salí de aquel cuarto.
Después de todo aunque dijera aquellas palabras sabía cuál iba a ser el final. Yo amaría a Bill hasta el final de mis días y sé que él también lo haría. Por qué lo quise y lo quiero aunque no estemos destinados a estar juntos. ¿Quién sabe y en otra vida tengamos el privilegio de volvernos a encontrar? Y allí si amarnos sin límites, sin temor a lastimarnos de nuevo.