(navidad)
-¿Por qué no puedo ir? Su hermano viene de la universidad y quería conocerlo.
Danny llevaba unos días intentando convencer a mamá de que lo dejara quedarse con su amigo en navidad. Yo tampoco quería ir a casa de los abuelos, los niños se molestaban entre ellos y hacían travesuras, los mayores se ignoraban, el ambiente era muy hostil cada vez que la familia se reunía.
No sabía porque seguían habiendo esas reuniones de una semana. Algunas costumbres familiares simplemente deben morir.
-porque tienes que ir a la casa de los abuelos, puedes pasar año nuevo con ellos- dijo mi madre en tono que no dejaba discusión.
Danny hizo un mohín y se reunió conmigo, se sentó en la cama con los brazos cruzados. Sabía que sería el objetivo de las burlas y travesuras de nuestros primos por que le gusta cocinar, también se le había prohibido una palabra sobre mi homosexualidad, simplemente no entendía porque debíamos ir.
-vamos, no estés tan molesto- dije mientras guardaba la ropa en la maleta- seguro puedes ir en año nuevo- sabía que no era eso lo que le molestaba y él sabía que yo lo sabía- vamos, terminemos con esto para ir a casa de Hugo.
Sus brazos cayeron a los lados y me miro con un ligero brillo. Era fácil de contentar.
-¿seguro que podrá cuidar a Kida por nosotros?- preguntó.
-claro, no tiene nada mejor que hacer- era verdad, su mamá estaba muy ocupada en esas fechas, su hermana salía con amigos y Hugo se quedaba solo en casa. Así al menos tendría al gato para hacerle compañía.
*****
-¿Por qué debería hacerlo?-pregunto Hugo molesto.
-porque lo digo yo-dije simplemente. Hugo entrecerró los ojos, mirándome con sospecha.
-¿Por qué no dices que me negué y así te quedas tú?
-no es posible, estamos obligados a ir- abrace a Danny a mi lado, Danny le hizo una cara como de niño huérfano pidiendo comida ¿Quién podría negarle algo?
-por favor- rogo Dany. Hugo evito verlo.
-que lo diga él- demando Hugo señalándome.
Solté a Danny y me acerque a Hugo, soltando aliento en su mejilla antes de susurrar en su oreja –por favor
Hugo me aparto de golpe un poco molesto. Le enseñe la lengua.
-bien, lo cuidare. Pero será Dany quien venga a recogerlo.- me miro acusadoramente- espero que te guste ver anime, porque planeo ver mucho estos días- le dijo al gato mientras lo tomaba.- y lo veras conmigo.
-gracias- Dany salto feliz, quería mucho a Kida y se había preocupado de dejarlo solo.
Con una cara seria y algo burlona mire a Hugo -Gracias.
Sabía que Hugo se debatía entre molestarse por mi expresión o aceptar mis palabras, era tan lindo todo confundido que no pude evitar una ligera risa. Hugo se decidió por molestarse, mirándome con saña.
*****Hugo****
-¿Cómo puedes conseguir que se preocupe por ti con tanta facilidad?- le pregunte acusadoramente a Kida cuando estuvimos solos. –llevo años con él y solo logro que se burle de mi o me moleste.- Kida me miro sabiendo que le hablaba pero no por eso importarle nada de lo que decía… es un gato ¿Por qué habría de importarle lo que digo?
La verdad me sentía muy solo… malditas vacaciones. No podría ver a mi Rayito de Sol porque había salido en un viaje familiar ¿A dónde? No importaba ¿con quién? Con la familia, ¿no?
Solo podría pensar en que no lo volvería a ver en un tiempo… y luego este bastardo también se va. Sacudí la cabeza ¿a quién le importaba Raúl? Que se largué.
Me senté frente a la computadora, tome mi celular y puse alarmas a la hora de la comida del gato, no quería que se me pasara y el pobre Kida muriera de hambre. Retome lo que estaba viendo con Kida en mi regazo, distraídamente acariciaba su cabeza, al cabo de un rato comenzó a ronronear.
-te gusta que te acaricie la cabeza, ¿Raúl lo hará mucho?- intente imaginarme a Raúl acariciando al gato, con esa expresión de ternura que tenía cuando lo vio. Si tan solo me acariciara la cabeza de ese modo… ¿pero que estoy pensando?
-¿sigues en eso?- pregunto mi hermana, entrando a mi habitación- ah, ¡un gato!- exclamo sorprendida al ver al gato. Kida saludo con un maullido.
-se llama Kida- le respondí sin apartar la mirada de la pantalla, solo para no verla a ella. Eso le molestaba- lo cuidare hasta que Raúl vuelva de casa de sus abuelos.
-oh, ¿ya se fue? Valla, ya es esa época del año- se sentó en mi cama, detrás de mí. Kida salto hacia ella y se acurruco en su regazo, durmiendo, ella lo empezó a acariciar.
Navidad no era una cosa familiar para nosotros, la compañía de mamá tenía muchas fiestas de beneficencia y cosas así, mi hermana y yo nunca le dimos mucha importancia hasta hace unos años que ella empezó a ir a fiestas con sus amigos. Yo veía anime… o jugaba videojuegos, no era más que otro día… ahora era un día en el que no podía ver a mi Rayito de Sol.
-espera! ¿Qué clase de nombre es Kida? ¿Cómo saben si es gato o gata con ese nombre?
-Bueno…
-lo llamaré Hugo- dijo Raúl cuando le pregunte por el nombre del gato- así como tú.
¿Qué clase de loca idea era esa? ¿Se burlaba de mí? Su sonrisa burlona me dijo que así era, lo mire enojado.
-¿por lo menos eres consciente de que es gata, no?
Raúl me miró con una cara de sorpresa y perplejidad que no era fácil de conseguir en él, me reí para mí mismo. . Raúl levanto al minino y lo miro a los ojos.
-¿eres gata?-le preguntó. <como si te fuera a contestar> pensé, el minino maulló contestándole <<ah, ¿me retas?>> Raúl rio- oh, conque eso era… entonces… Kida, suena bonito.
-¿Cómo el del manga?- le había recomendado no hace mucho el manga de Durarara- ¿Por qué no Celty, ya que estas en eso?
-es difícil de pronunciar- dijo serio- Sheruti, nop, mejor Kida, es mixto ¿no?
-es su apellido…
-decidido- dejó de prestarme atención y miro al gato a la cara- te llamaras Kida.
El gato maulló feliz como si entendiera lo que decía. Yo le seguiría diciendo gato.
*****Arturo*****
-¿seguro?- preguntó por tercera vez.
-seguro- le asegure -córtalo- ordene con voz firme.
Tomo una respiración profunda, sabía que se armaba de valor para no arruinar mi cabello, yo confiaba en él más que en nadie.
Ahora todo cambiaria. Otra vez.
*****Raúl*****
Era el tercer día en casa de los abuelos y ya me quería ir. Bueno, para ser sinceros me quería ir desde antes de llegar, pero esto era demasiado.
Tenía razón de que ya se habían enterado de que a Danny le gusta cocinar y estuvieron haciendo todo tipo de bromas malas, los adultos ignoraban todo… excepto cuando le pegabas a sus niños o cuando les regresabas el insulto, entonces te daban un sermón del respeto… ¿de verdad tenía relación con estas personas? ¿Cómo mi padre salió cuerdo de una casa como esta?
No me importaba mucho, podía sacar a Dany a la calle todo el día y así ignorarlos lo más posible. Habíamos recorrido los alrededores por lo menos diez veces en esos tres días, regresábamos para los “eventos importantes” como “comer en familia” “dormir con los primos” siempre mantenía un ojo abierto cuidando Danny, nunca se sabía de lo que podrían ser capases y no quería que despertara sin cabello o algo.
Por fin era el día de noche buena, cenaríamos en familia, rezaríamos, partiríamos una piñata y los adultos tenían un intercambio de regalos. Algunos eran cosas impersonales, que no decían nada. Otros eran regalos broma o mal intencionados. Alguien le regalo un bebe de muñeca a mi tía Sofía, había perdido a su bebé no nacido hace como seis meses. No sabía cómo interpretar aquel regalo, pero la tía Sofía no volvió a sonreír en lo que quedo de la semana.
No creo que hubiera sido buena idea llorar ahí, quien sabe cómo hubiera terminado aquello si lo hubiera hecho.
Esto era guerra, pero no sabía por qué.
Casi esperaba no entrar el intercambio de regalos el próximo año.