*****Oliver*****
Clara era la persona más linda y femenina que conocía o llegue a conocer. Su aspecto nunca fue exagerado ni revelador; casi siempre llevaba alguna falda a la altura de la rodilla y alguna blusa femenina o un vestido… lo típico, corazones, nubes, animalitos y esas cosas… también era la persona con el guardarropa más grande que había visto nunca.
Tenía doce años cuando me lo confeso, me confeso su secreto y que estaba enamorada de Gerardo…
-sé que es el indicado, una parte de mí me lo dice; debemos estar juntos… en lo más profundo de mi corazón sé que él es para mí y yo para él. Sé que me quiere, también. No sé cómo o porque pero lo sé… yo lo amo Oli, solo eso.
Yo entendía aquello.
Sentía lo mismo por David.
-lo entiendo, clara- le aseguré – es algo que simplemente no puedes negar… y no lo quieres negar. Tienes la certeza de que algún día estarán juntos y solo así conocerán la verdadera felicidad de estar con alguien especialmente para ti… por mas cursi que suene.
-¿tu…? –me miro confundida y asombrada.
-siento lo mismo por David –le confesé- sé que él lo sabía tanto como yo, pero en algún momento lo olvidó… -el dolor en mi corazón crecía con mi mayor temor- tengo miedo de que se me olvide algún día…
Al año siguiente Clara me pidió que la ayudara con su plan.
-solo no digas lo que sabes- rogó- hagamos como que eres tú el que me gusta… sé que reaccionará.
Su brillante plan estaba en su cuarto año y sin grandes resultados y ahora llegó Gerardo con una prometida. No pude evitar que me doliera el corazón al tener a Clara llorando en mi hombro.
¿Qué tan doloroso seria conocer a la prometida de la persona que amas?
No quería imaginarlo siquiera.
Habían pasado cinco días desde eso y no podía dejar a Clara sola. Estaba deprimida, sus risas y sonrisas eran falsas y forzadas. David no sabía lo que pasaba, pero comprendió que Clara me necesitaba. Una chispa de envidia brotó en mi al ver que se preocupaba por su prima aun sin saber qué pasaba… si tan solo en mi familia hubieran sido así de unidos… apreciaba que mi tío Seth lo fuera…
En Casa de la tía Ana los “niños” compartían una habitación con varias camas, David, su hermano y yo compartíamos una de ellas. Apenas nos acostábamos David me rodeaba con sus brazos, dándome el apoyo que necesitaba, la verdad lo extrañaba. Pensaba en Clara y lo difícil que era su situación, dolorosa…
*****Samara*****
-oye, creo que tu brillante plan no está funcionando… -me burlé de mi amigo.- de hecho, Clarita se ve muy feliz con Oliver, tal vez empiecen a salir, escuche a tus Tías hablando de eso en la cocina el otro día.
La verdad yo también quería que funcionara, esta sensación de amor prohibido me emocionaba, pero… ¿Qué tan efectivo podría ser llegar así de la nada?
-cállate, “Christina”- me gruñó mordiéndose el pulgar, como hace siempre que piensa seriamente –no saldrán, eso es seguro.
-¿Cómo puedes estar tan seguro? Se ve que se llevan bien…
-Oli no saldría con nadie más
-¿nadie más?
-David- respondió- te lo dije, ellos son novios, lo acepten aun o no.
-¿era en serio?- pregunté sorprendida. Dos hombres… también me emocionaba.
-sí, solo que no sé qué está haciendo el idiota de mi primo ¿se habrá vuelto tonto y no lo sabe? ¿Qué si deja a Oliver sin salir siquiera?
-oye, si dices que tu primo es un idiota y que no lo acepta… -reflexioné- ¿no crees que es posible que haya rechazado a Oliver y éste busque consuelo en alguien claramente interesada? –para mi tenia lógica.
Todo este asunto me emocionaba. Cuando mi mejor amigo de la universidad me dijo que estaba enamorado de su prima solo quería ayudarlo. Entonces se le ocurrió este brillante plan… bueno, la idea de darle celos parecía buena pero… parecía tener el efecto contrario.
Oliver y Clara siempre estaban juntos, solo David estaba permitido en su pequeño círculo.
-tal vez si este funcionando- murmuré repentinamente recordando algo- ella parece odiarme- dije alegre.
Esto iba mejor de lo que pensé hace dos minutos. Tal vez si funcionaria después de todo.
*****David*****
No podía conseguir tiempo a solas con Oliver desde que llegamos. No sabía por qué
Clara estaba tan deprimida pero hasta yo sabía cuándo era necesario un amigo y no me atreví a quitarle a Oliver.
Aprovechaba las noches para abrazarlo contra mi pecho y recordarme que era mío y solo mío… que me amaba a mí.
Noche buena había llegado, parte de la familia salió en busca de los regalos de último momento. Clara me pidió salir a solas con Oliver, yo la deje, confiaba en Oliver con todo mí ser.
-no me mientas, Gerardo –me detuve a mitad de la cocina al escuchar la voz de mi hermano, era seria y acusadora.
Me asome por la puerta y los vi en el patio, la expresión de mi hermano era igual a su tono. De pronto era muy grande, ya no media el metro diez de esta mañana, Gerardo se veía pequeño junto a él, acorralado… asustado. El Enano normalmente actuaba como un niño en las reuniones, pocos sabían lo listo y observador que era en realidad.
-la verdad no me importa- ningún niño debería ser capaza de llegar a ese tono de voz, frio, decepcionado… viejo. –arregla tu desastre. Arthuro es muy pequeño para que este arreglando tus líos –acusó. ¿Quién era pequeño? No quería estar nunca al lado receptor de un regaño como aquel. Sabía que me había perdido lo importante de la conversación y no entendía nada… solo que el Enano estaba regañando a Gerardo, un hombre diez años mayor que él, casi un metro más alto… -Arthuro estará aquí mañana.
Mi primo abrió mucho los ojos por la sorpresa, mi hermano se alejó con paso firme y mirada profunda ¿Qué edad tenía ese niño en realidad?
Me fui antes de que alguien me viera, dejando a mi primo solo en el patio. Entre en la sala y me senté en la mecedora con mi cabeza hecha un lio. ¿Qué debía arreglar? ¿Quién es Arthuro? ¿Porque el Enano estaba tan molesto?
Su conversación me dejo más confundido de lo que podía recordar.
**********
Desperté en la madrugada al notar la ausencia de Oli ¿A dónde había ido? Note que la luz de la cocina se filtraba por debajo de la puerta.
Con cuidado de no despertar a nadie, Salí de la habitación. Encontré a Oliver parado de espalda a mi trabajando en algo, volteo a ver me y bloqueo mi vista de lo que hacía.
-necesito todo tu apoyo en esto y no preguntes nada aun- dijo Oliver serio, haciendo que dejara de intentar ver lo que hacía. Asentí –por ahora vuelve a la cama, en un momento estaré ahí.
Obedientemente volví a la cama ¿Qué ocultaba? ¿Por qué no comprendía nada últimamente? Mire la luz que se filtraba por la puerta un largo rato hasta que se apagó. La puerta se abrió y vi dos siluetas entrar ¿dos?
Uno era Oliver, podía reconocerlo donde y como fuera pero ¿y el otro? Oliver tomo su mano y lo guio hacia mí. Me empezaba a inquietar ¿Qué pasaba aquí?
Oliver se acercó y me dio un inocente beso en los labios.
-abrázalo- pidió antes de separarse.
Acostó al desconocido a mi lado y luego se acostó él, abrazándolo desde el otro lado… que bueno que la cama es grande, ya somos cuatro aquí ¿Qué estoy pensando? Debería exigir una explicación, saber quién era esta persona y por qué MI Oli lo abrazaba. Gire mi atención al desconocido y por primera vez note como temblaba, mis ganas de discutir se fueron volando y solo lo abrace como Oliver dijo, fui muy consiente de como parecía calmarse ahí, entre nosotros dos.
Ya no me importaba si no comprendía nada. Solo tenía que confiar en Oliver.