*****Oliver*****
-aún no puedo creer que se te haya ocurrido esto –dije acercándome a David para darle un beso en la mejilla.
Cami estaba súper-feliz de un lado a otro, hablando con gente aquí y allá, comiendo de todo y bailando a ratos en la improvisada pista.
Vi a Hugo entrar y abrirse paso entre las personas, mire a David sorprendido. ¿De verdad había invitado a Hugo a su propia casa después de todo? Pensé sorprendido. David sonrió orgulloso. No pude evitar la alegría al tener a mi amigo allí y ver que David no le guardaba rencor. Abrace a David efusivamente.
-también es tu amigo –dijo simplemente- si te importa, a mí también. –Sonrió- pero que no se le ocurra besarte. También tengo un par de amigos por ahí que tal vez no conoces… Anda ve a saludarlo.
Le di otro emocionado beso en la mejilla y me despedí con un “eres el mejor” antes de ir con Hugo. Caminaba rápidamente hacia Hugo hasta que choque con alguien.
-Lo siento –dije mientras levantaba la vista para ver quién era. No lo conocía. Era por lo menos diez centímetros más alto que yo y mucho más musculoso, tenía una mirada seria que me causo escalofríos pero fue rápidamente reemplazada por una sonrisa amable al verme, una de esas sonrisas que te hacen confiar en la gente.
-¡Oliver! –escuché a Hugo acercarse a nosotros- oh, hola Josh, ¿también aquí? –Hugo saludo al sujeto junto a mí, ¿Joshua, eh? Aun así ¿Quién?
-si –respondió ¿apenado? ¿Nervioso? ¿Qué era? –aunque no conozco a la cumpleañera… a casi nadie, de hecho. Pero David insistió, algo de amigos abandonados… Raúl también debe estar por ahí… -¿así que era amigo de David? Joshua volvió su atención a mí- Hola, me llamo Joshua… ¿Oliver, no? Escuché que Hugo te llamo así –sonrió.
-ah, Sí. Soy Oliver… yo... em... soy amigo de la cumpleañera, Cami y…
-¿el novio de David, no?- me interrumpió. Asentí, sintiendo mis mejillas colorarse.
-oh, ¿en serio?- mire a Hugo confundido, parecía pensar en algo desde hace rato y ¿a qué venia ese tono molesto? Vaya, Hugo molesto. ¿Quién lo diría? –bueno, tengo que ir con Cami, ¿vienes, Oliver? –incluso antes de que pudiera responder me jalo de la muñeca, arrastrándome por ahí –ese maldito presumido, ladrón- murmuraba entre gruñidos.
-¡Hugo! ¡Oliver!- saludo Camila apenas nos vio. Corrió el resto del camino hacia nosotros y nos atrapo en un fuerte abrazo.
-¡Feliz Cumpleaños!- dijimos al unísono Hugo y yo con nuestro último aliento, Cami sí que sabía apretar a la gente- no respiro- se quejó Hugo. Yo no sabía de donde saco fuerzas para decir otra palabra. Camila nos soltó con una risita.
-los extrañaba, chicos.
Sentí una mirada sobre nosotros. Curioso, busque discretamente al responsable. Edgar, el chico del que Cami nos había platicado tanto, desvió la mirada cuando se encontró con la mía. Reí bajito.
-creo que tu novio nos está viendo- Cami busco con la mirada al susodicho- ¿Por qué no viene y felicita a su novia?
Para ser novio de Cami era un tanto raro que se quedara ahí ¿Por qué no venía? ¿Por qué no estaba donde Cami?
-bueno… -Cami rio nerviosa, nos tomó de los hombros y junto nuestras cabezas para que solo Hugo y yo escucháramos- es mi novio –afirmo como tantas otras veces- solo que aún no lo sabe.
-¿no lo sabe? –Hugo preguntó cómplice.
-es que es muy guapo y tan súper-genial que no he podido acercarme aún –suspiró triste con un puchero- como sea.
Dejamos el tema atrás. Nos contó de sus vacaciones hasta ahora, nos preguntó sobre las nuestras. Les dije “fui como siempre son la familia, fue un tanto raro” pero cuando le preguntamos a Hugo volteo a otro lado y se negó a decir nada… cuando Cami insistió solo dijo “lo de siempre, vi anime, jugué videojuego… nada nuevo” pero se veía un poco molesto.
Al rato los deje solo para continuar verificando comida y bebida
*****David*****
-David –tuve que bajar la vista para ver al par de niños frente a mí. -¿Dónde lo quieres? –preguntó Danny señalando al pastel con la cabeza.
-se ve delicioso, Danny –comenté mientras los guiaba a la mesa. Les ayude a colocarlo.
-creo que iré a felicitar a Cami, ¿Dónde está? –señalé el camino y Danny se fue, tomando del hombro al otro chiquillo evité que lo siguiera. –no quieres ir con ella, lo sé. He escuchado que Camila sabe cómo apretar a las personas y con lo pequeño que eres, te mataría –Ariel sonrió a mi broma.
Le sonreí con cariño. Este niño me recordaba a Oliver de pequeño. Ariel seguía a Danny, pero no tanto como Oli lo hacía. Este niño era tan pequeño y adorable como Oliver. No podía evitar pensar en el Oli de aquel tiempo.
Me quedé con Ariel hasta que dijo que tenía que ir con alguien. Poco después Oliver arrastró a Camila al pastel para que le cantáramos. Camila se veía nerviosa, ¿Qué debería hacer uno mientras le cantan “feliz cumpleaños”?
El pastel era tan delicioso como sospeché, varias personas me preguntaron donde lo compre, con una sonrisa de superioridad contestaba “ese es mi secreto, un gran chef que conozco”
*****Raúl*****
-todo por culpa de tu estúpido amigo –dijo Danny enojado, empujándome al pasar a mi lado. Arrastraba a su amigo de la muñeca. ¿Quién?
Miré a mí alrededor. Todos parecían muy entretenidos en lo que hacían. Hugo seguía bailando con Camila, David seguro estaba con Oliver… escanee con la vista todo el lugar. David estaba con Jennifer, hablaban cómodamente. ¿Qué hacía con ella? Jennifer le coqueteaba descaradamente, todos sabían que le gustaba David… ¿pero dónde rayos estaba Oliver? Al seguir buscando lo encontré también hablando con una chica… una que no conocía. Hasta Joshua hablaba con una chica, Stephanie… ¿enserio? ¿Josh y Stephanie?
¿Por qué de repente todos estaban hablando con chicas? ¿Era una mala película de adolescentes, de esas que en las fiestas los chicos se lían con las chicas? Bueno, no era el único solo. Un chico que tampoco conocía compartía mi estado: solo y observando a una pareja… ¿Por qué veía tanto a Hugo, MI Hugo?
¿Mi Hugo? ¿En serio? Si había estado evitándome todo el rato. Tal vez debería decirle un par de cosas sobre ignorarme. Me dirigí hacia él olvidándome de todo lo demás.
*****Hugo*****
Una vez más, vi como Raúl se dirigía hacia mí. ¿No podía dejarme en paz? Tomé a Cami y me escabullí con ella entre las otras personas que bailaban, evitando a Raúl. Camila soltó una risita divertida al notar lo que hacía. Bueno, al parecer no era lo que se conoce como discreto.
-¿entonces Raúl, eh?- preguntó divertida, colocando su cabeza en mi hombro para que solo yo escuchara. Me hice el desentendido.
-¿el qué? ¿De qué hablas?... oh, me gusta esa canción- la verdad no sabía ni qué canción era, pero cambie el tema lo mejor que pude. Cami entendió y dejo el tema ¿Qué tuviera un nuevo acosador era un tema? Ella siguió con su cabeza reposada en mi hombro, ocultando su risa.
¡Qué bueno que es mi amiga! Pensé con sarcasmo. Sentí una mirada clavada en mí. Esta era diferente. Desde que llegue, más o menos, había sentido la profunda mirada de Raúl. Pero esta no era de él, esta estaba llena de rencor y sentimientos homicidas. Me recorrió un escalofrío y me dedique a ignorarla.
Sea quien sea, esa mirada asesina me siguió por el resto de la fiesta.
*****Oliver*****
-Gracias –dije otra vez. –me divertí mucho.
Ya todos se habían ido. David y yo recogíamos el resto de las cosas. Platos y vasos tirados vacíos y otros olvidados con restos. Empezamos recogiendo separados y nos íbamos acercando poco a poco mientras las bolsas de basura se llenaban.
-también me divertí- respondió David- fue bueno ver a los amigos durante las vacaciones.
Solté la bolsa y camine directo a él, David dejo su propia bolsa y abrió los brazos para recibirme. Lo abrace y me acomode contra su pecho, podía escuchar los acelerados latidos de su corazón.
-de verdad, Gracias. Sé que sabias que estaba triste y…
Unió sus labios a los míos y me calló con un beso. Un suave beso, tierno. Me acerque más a David, buscado su contacto mientras rodeaba su cuello con mis brazos. Los brazos de David rodearon mi cintura y me atrajeron más cerca. Nuestros cuerpos tan unidos que no cabría ni un papel entre nosotros.
-ustedes no lo ocultan, ¿verdad? – una risita se escuchó desde la entrada. Volteé lentamente, como en las películas de terror. El pequeño que también consideraba mi hermano menor nos veía. Nos había atrapado otra vez.
-¿desde cuándo estas aquí?- preguntó David sobresaltado.
-bueno, considerando que es mi casa… -meditó un poco muy teatralmente- algo así como “todo el día”. Gran fiesta, por cierto. Algunos de sus amigos son muy entretenidos.
No sabía a qué se refería, pero la verdad ahí, en los brazos de David y sin peligro, no me importaba. Que el niño observara todo lo que quisiera de la vida de las personas. Uno nunca sabía lo que llegaría a comprender antes que todo el mundo.