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solo otra historia de amor por MisakiTachibana

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Notas del capitulo:

un capitulo todo para David :3

¿Qué se supone que debo hacer? Antes habíamos salido por ahí, cuando solo éramos amigos. Pero ahora, ¿estará bien que lo tome de la mano? ¿Deberíamos hacer esas cursilerías que hacen las parejas en sus citas? ¡Aparte es San Valentín!

Caminamos simplemente uno al lado del otro de camino al cine. Me moría de los nervios. ¿Y si Oli esperaba que hiciera algo y lo decepcionaba?

-Tranquilo, no hay mucha diferencia. Somos tú y yo, veremos una película, iremos por ahí. Solo se tú, te conozco desde hace mucho, no debe ser muy diferente- Oli me tranquilizo, como leyendo mi mente.

Suspiré aliviado. Esto me estaba quitando años de vida. Oli rio alegre, un hermoso sonido que alivio toda la presión en mi. Solo Oliver podía hacer algo así

Llegamos al cine y no tardamos en elegir una película, en cuanto vimos que se estaba exhibiendo la nueva de Harry Potter, no hubo duda alguna.

Nos acomodamos en nuestro lugar de costumbre, al fondo de la sala. Tenía una vista perfecta de la pantalla. Cada vez que salia una pelicula de Harry, era lo mismo.

Las luces se apagaron poco a poco y de repente era muy consciente de la presencia de Oliver a mi lado, tan cerca. Los nervios me asaltaron de nuevo, más fuerte que antes. Acomode los brazos en el apoyabrazos con un poco más fuerza de la necesaria y me obligue a ver la película. Realmente intente ver la película, pero mi corazón latía con tanta fuerza que no pude concentrarme.

Sentí el brazo de Oli rozar el mío y fue como una corriente eléctrica, atravesando mi cuerpo, sus dedos juguetearon con los míos hasta lograr enlazarlos. Respiré hondo y un nuevo sentimiento me envolvió, era mágico, cálido y todo nerviosismo se fue. Pude respirar tranquilo otra vez y concentrarme en ver la película.

Seguía sobre-consiente de la presencia de Oli a mi lado, pero de una forma diferente, cálida y tranquilizante, como si el simple hecho de tenerlo a mi lado evaporara los problemas del mundo.

Vi nuestras manos juntas y me sentí ruborizar, feliz, satisfecho.

Cuando encendieron las luces al final de la película Oliver soltó mi mano de golpe y miró en dirección contraria. Reí quedamente al ver sus orejas rojas. Vimos los créditos y a las personas vaciar la sala mientras Oliver recuperaba su color natural. Todo el tiempo sostuvo una sonrisa en su rostro, una que sabía era igual a la que tenía yo.

Caminamos como en los viejos tiempos, uno al lado del otro, riendo y hablando de nada en particular. Paseamos por tiendas de videojuegos, de deportes, de ropa, la verdad no importaba, era divertido pasear con él.

Se estaba haciendo tarde, estábamos cansados, así que nos detuvimos en un café. Tenía deliciosos y llamativos pasteles en un exhibidor, pedimos una rebanada de uno y nos sentamos en una de las mesas del exterior.

Un hombre joven, algo mayor de veinte años, se acercaba por la calle. Parecía ebrio y discutía y gritaba a las personas por donde caminaba, a las parejas. Que obviamente había muchas por ser San Valentín.

Se acercaba. Intente ignorarlo para pasar desapercibido de su radar, pero parecía tener otros planes. Con el efecto contrario, el sujeto se detuvo frente a nosotros, mirándonos de arriba abajo, un tanto consternado y visiblemente molesto. Lentamente me coloque entre el sujeto y Oliver, bufo hacia nosotros al percatarse, luego empezó a gritar.

-¡solo esto me faltaba, una pareja feliz! –Exclamó molesto como si arruináramos su vida solo con existir- deben estar muy felices de encontrar a su alma gemela siendo tan jóvenes-su mirada se sacudió todo el odio y enfado para vernos con seriedad y sincera preocupación- no se separen, no hay ninguna otra persona para ninguno de ustedes dos. No se separen y todo irá bien. – terminó su discurso casi en un susurro, un herido y resignado murmuro al mismo tiempo que otro hombre le daba alcance.

El primer hombre se fue despotricando y mascullando algo sobre “Como algunos tienen tanta suerte”, sin dirigirse a nadie en particular y entro al café.

Oliver, el recién llegado y yo miramos por donde se había ido el extraño hombre, cuando la puerta se cerró detrás de él, Oli y yo vimos al recién llegado que volteó hacia nosotros con una mirada de disculpa.

-disculpen a Chris, está pasando por un mal momento- suspiró cansado, echó un vistazo al café una vez más antes de volver a nosotros- soy Antonio- dijo tendiéndonos la mano.

Oliver y yo nos miramos, miramos a Antonio. Ninguno le dio la mano y pronto la bajo.

-¿Qué fue todo eso que nos grito? Almas Gemelas ¿esta drogado o algo?- pregunte mordaz. Me sentía expuesto, ultrajado ¿Cómo sabia que éramos novios? ¿Quién era ese Chris?

Antonio me miró ofendido, pero su voz estaba controlada cuando hablo.

-¡no está drogado ni nada!- defendió- Chris ha tenido que vivir con eso. Ver el Hilo Rojo de las personas, ¿sabes lo difícil que debe ser? ¿Y San Valentín, ver a todas esas parejas que sabes se separarán?

-¿es cierto eso? –Pregunto Oli con emoción- ¿El Hilo Rojo del Destino?

-es cierto, y lo que les dijo también- dijo el desconocido, Antonio, con convicción- Chris no se hubiera calmado como lo hizo si no hubiera visto que hay esperanza en el mundo.

¿Esperanza en el mundo? ¿De qué hablaba este sujeto? Oli se veía claramente emocionado. Ofreció una de las sillas sobrantes a Antonio, me regreso a la mía y se acomodo en la suya. Y ahí estábamos nosotros, en una mesita del café, como si fuéramos amigos de toda la vida que se ponen a charlar. Yo no entendía nada.

-¿Qué es el hilo rojo?- pregunte al fin, confundido y molesto en partes iguales.

Oli nos había presentado y Antonio le contaba algo sobre la abuela de alguien, nada tenía sentido hoy en día.

-El Hilo Rojo del Destino- corrigió Oli- es una antigua creencia.- oh claro, eso lo explicaba todo. -Todos tenemos una Alma Gemela, La Otra Mitad, El Único Amor Verdadero. Se creía que estas almas estaban unidas por un hilo rojo, no visible, desde su dedo meñique- explicó mostrando su pequeño dedo.

-por eso el meñique es importante, las promesas se hacen con ese dedo- Antonio continuo con la explicación- algunas mujeres, en tiempos remotos, se cortaban ese dedo al casarse, como muestra de lealtad y fidelidad.

No podía creer en aquello. Eso simplemente no pasa. Este no es un cuento de hadas con un “y vivieron felices para siempre”, no “llega el hada madrina y arregla nuestros problemas”.

-entonces, ¿somos almas Gemelas, destinadas a estar juntas toda la vida?- pregunté escéptico. Noté el efecto que tenía mi reacción en Oliver, le hirió que no pensara eso. Pero simplemente no pude dejarlo pasar y ya.

-creo que eso ya lo sabían, de todas formas- Antonio sonrió con conocimiento- desde lo más profundo de su corazón, lo sabían. Pero si, de eso hablo.

Mi cabeza fue bombardeada con todos esos momentos que la extraña sensación se había apoderado de mí. Recordé cuando no éramos más que unos niños y sabia que Oli era mío. Recordé cuando entramos en la adolescencia y sabia que nunca me separaría de Oli, cosas que olvide o ignore con el tiempo, pero que siempre estuvo allí, que volvió más fuerte estos últimos meses.

Quería creer en lo que grito aquel extraño, lo que decía este hombre que apenas conocía. Quería creer que nada ni nadie podría nunca arrebatar a Oli de mi lado, que el destino o lo que sea lo hizo mío y solo mío. Lo haría realidad.

Volví a mirar a Antonio, queriendo decir algo, pero ya no me miraba a mí. Su mirada estaba llena de preocupación y amor, seguí su mirada y vi a Chris acercarse.

-otra pareja feliz, pero aún no lo saben- se quejó al llegar con Antonio.

Tenía un vaso en sus manos, jugueteaba con el popote cuando se sentó al lado de Antonio. Parecía un niño pequeño. Oliver rio quedamente.

-lo sabia.- miraba al café, de donde venia Chris. Seguí su mirada.

Me quedé en shock, ¿Hugo y Raúl? Como si los llamara, voltearón a la vez hacia nosotros, nos vieron y se acercaron.

-yo me largo- dijo Chris a Antonio con una ligera palmada en el hombro, se despidió de nosotros con la mano y empezó a andar, alejándose.

Se alejó caminando, actuando como una persona normal. Casi me engaña. De no haber sido víctima de sus gritos, podría creer que es una persona cuerda. Antonio nos sonrió en disculpa.

-debo ir tras él- dijo levantándose- un gusto conocerlos- se despidió, dio un amable cabeceo a Hugo y Raúl que llegaron con nosotros.

Hugo y Raúl se sentaron con nosotros, ocupando los lugares donde Chris y Antonio habían estado hace un minuto.

-¿Quiénes eran?- preguntó Raúl, curioso.

-algún Mensajero del Destino- respondió Oliver. Asentí, solemne. Como sincronizados, nos miramos y sonreímos a la vez, dejando a Raúl aun más confundido.

Notas finales:

bueno... ese Chris solo causando problemas. Deberia seguir escribiendo su historia a ver si deja de colarse en la de los demás...

como sea XD

el miercoles, probeblemente, subire el especial del Tío Seth n.n

"como llegó un niño a mi cuidado" al fin veremos lo que pasó con Oliver y su familia...


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