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solo otra historia de amor por MisakiTachibana

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Notas del capitulo:

"señor acosador" xD

aparece Danny :3

*****Danny*****

Tan rápido como pude llegue con Ariel. No importaba  que fuera, cuando o donde fuera, si Ariel me necesitaba, allí estaría. Tenía una vena protectora por mi pequeño amigo desde que lo conocí. Tan pequeño y tímido como era, solo no podía dejarlo solo.

Y aquí estaba. En la barra de la cafetería donde trabajaba. Me había dicho que tenía algo así como un acosador. Miré a todas las personas disimuladamente mientras tomaba de mi bebida. Ariel estaba detrás de la puerta lavando los platos que se habían acumulado, aprovechando que no había muchos clientes en ese momento.

¿Cómo podría distinguirá un acosador, si el objetivo de acoso no estaba presente? Pensé una vez más en la descripción que me dio Ariel el día anterior. Cabello castaño no muy largo, algo más alto que él, más o menos de nuestra edad… la verdad no ayudaba mucho que no se fijara en el aspecto de su acosador, parecía muy común.

Ariel salió por la puerta oculta con una pila de platos limpios y secos que dejó en el mostrador para que Andrés los usara. Tomó algunas órdenes listas y las entregó. Lo seguí con la mirada, atento a las otras personas. No fue difícil encontrar al señor acosador una vez que Ariel estaba presente, no tenía ningún tipo de disimulo al verlo. Y Ariel lo evitaba.

Con discreción, estudie al sujeto. Parecía el tipo de persona que no se preocupa mucho, aún parecía un adolescente un poco rebelde y despreocupado, todo excepto por como miraba a Ariel. Se veía totalmente perdido, como si simplemente no pudiera apartar la mirada. Tenía un brillo, como si quisiera descubrir algo. También tenía esa aura que tienen algunas personas, algo un tanto infantil que te hace confiar en ellas. No lo haría. No aún. Tenía que saber cuáles eran las intenciones de este sujeto.

Ariel se acercó a mi cuando regresaba a la barra. Sonrió, como siempre hace cuando me ve. Sabía que lo hacía sentir seguro, algo que me tomo años e incontables cuidados para lograr. Ese pequeño niño tímido y asustadizo confiaba en mí. Y yo no lo defraudaría.

-¿ya lo viste? –preguntó discreto mientras tomaba mi vaso ya vacío. Asentí en respuesta.

-¿de verdad es algo para preocuparse? El pobre niño no ha hecho nada –intervino Andrés, viendo al acosador. Negué con la cabeza, ¿Cómo podía descartarlo así?

-no podemos dejar que llegué a más, ¿Qué si intenta hacer algo? No sabemos nada de él. –respondí. Desconfiaría de ese sujeto hasta que me demostrará lo contrario.

Ariel me sonrió. –Gracias, Danny. –susurró cerca de mi oreja antes de regresar a la pequeña cocina en busca de mi bebida.

-sabía que era buena idea dejarte quedar –Andrés llamó mi atención–se ve más seguro y confiado.

*****Xavi*****

No sabía si alegrarme o enfurecerme, ciertamente estaba confundido.

En los últimos días pude ver a Ariel sonreír otra vez. Claro, en la cafetería, y claro, con la presencia de algún desconocido. ¿no podía ser yo el causante de tan bello gesto? Cuando sonreía, de verdad era hermoso. Como aquel día, parecía conseguir un aura de luz que no me dejaba apartar la vista.

No sabía quién era ese sujeto. Y francamente no me agradaba. Ariel se veía feliz y tranquilo junto a él. Por más temprano que llegara al establecimiento, él ya estaba allí, con Ariel y su cuñado. Por más tarde que intentará irme, el sujeto seguía allí. ¿Quién era ese sujeto y por qué tenía tantas confianzas con Mi Ariel?

¿Mi Ariel? ¿de dónde vino eso? ¿desde cuándo pensaba en Ariel de forma tan posesiva?

Me molestaba sobre todo no saber quién era él. Toby me había entregado fotos de su Hermano, del tipo con el que lo vi en el centro comercial y hasta de Andrés, a quien ya conocía. Pero no había nada de este sujeto. Quería ser yo a quien sonriera. Quería ser yo en quien confiara.

Estaba celoso.

**********

-Toby –lloriqueé una vez más a mi amigo, aferrándome a él. Necesitaba seguridad y confianza –hay un sujeto del que no me hablaste, se la pasa con él y parecen muy amigos.

Toby acarició mi cabeza como de costumbre hasta que me calme. Me pidió que describiera al sujeto, me queje de no prestarle atención ¿Qué me importaba más que el hecho de que estaba con Ariel? Esa tarde Toby me acompaño a la cafetería, comimos y hablamos del proyecto en curso.

Yo sabía lo que hacía. Toby era discreto mientras observaba. Una ligera sonrisa de conocimiento lo delataba. Algo sabía pero no me lo dijo. Por más que le pregunté luego, no me lo dijo.

**********

Después de clases fui enseguida a su salón, esperando verlo sin aquel sujeto cerca. Quería verlo. Quería hablar con él. ¡Joder! Quería que supiera mi nombre. Quería que fuera mío. Que hablara conmigo. Que me sonriera a mi… que dejara por lo menos de evitarme. ¿Qué había hecho yo?

La confusión permanecía en algún lugar de mi mente. El anhelo y la lágrima siendo reemplazados por rencor y hostilidad, terminando ahora en indiferencia. ¿Qué había hecho yo? ¿Qué significaba todo esto? ¿Por qué no simplemente lo dejaba?

Antes de darme cuenta lo estaba siguiendo a la distancia. Era miércoles, así que no trabajaría hoy. No sabía hasta donde lo seguiría antes de armarme del valor suficiente para hablarle, ¿Qué reacción conseguiría esta vez?

-¿hasta dónde planeas llegar con esto? –podía reconocer la acusación en la pregunta y la desconfianza en la voz. Giré lentamente y me encontré con ese sujeto, ese sujeto que siempre estaba alrededor de Ariel. Cruzado de brazos me observaba con mirada acusadora y precaución.

-no sé a qué te refieres –respondí hosco, evitando su mirada. Dejó caer los brazos y avanzó hacia mí, cara seria y paso firme.

-¿Por qué sigues a Ari? ¿Qué planeas? ¿Por qué no solo lo dejas en paz?

¿Ari? Sentí una corriente de ira al escuchar tan familiar y cariñoso apodo. Una vez más, estaba celoso. Contesté con ira y sin pensar.

-¿Qué eres, su novio? –pregunté mordaz- me enamoré de él apenas lo vi. Pero se fue tan rápido que no supe nada. Creí que me volvería loco. Cuando lo volví a ver pude suspirar aliviado, pero algo cambio. No lo conocía pero sabía que estaba mal, triste. Quería verlo feliz otra vez, pero él me evita y no sé por qué. Solo quiero una oportunidad. Pero ¿Qué clase de respuesta recibiré esta vez? No me atrevo a hablarme por miedo a que me odie. ¿Qué se supone que debería hacer?

-acosarlo no parece la respuesta –dijo antes de irse.

Me quedé en shock cuando mis propias palabras entraron en mi cabeza. ¿me había enamorado de él? Eso no podía ser verdad. No existía tal cosa como el amor a primera vista. La imagen de Ariel una vez más inundó mi mente. Su rostro sorprendido y sus ojos llenos de anhelo. Sí, me había enamorado cuando lo vi. Y lo quería más con cada día que pasaba. No era solo querer resolver el misterio de la lágrima. Yo quería verlo. Quería hacerlo feliz. ¿Cómo no me di cuenta antes?

Me había enamorado de Ariel.

Con ese conocimiento, cambié mi plan de acción. Necesitaba hacer algo mejor. Debía mostrarle mis sentimientos de otra manera.

*****Ariel*****

Tomé la caja entre mis mano y le di vueltas. ¿a qué venia todo esto? Era la tercera caja de chocolates que recibía esta semana. Leí la nota una vez más, la misma nota que había estado en las cajas anteriores.

Me gustaría poder hablar contigo en persona, pero tu belleza siempre me deja sin palabras. Lo único que puedo hacer es escribirte cartas, que espero aceptes. Ni siquiera sé si las leerás o las botarás directamente. No puedo sacarte de mi mente ¡y tú ni mi nombre sabes! Ruego una oportunidad. Mi intención no es dañarte.

Tu admirador y tal vez acosador, un simple enamorado.

Dejé la nota junto a las otras en una caja bajo la cama. ¿Cuánto podía durar esto? No era lo suficientemente confiado para comer los chocolates, así que terminaron también el fondo del armario.

-¿otro más? –preguntó Danny entrando a la habitación con una toalla en su cabeza, secando su cabello húmedo de la ducha que acababa de tomar. Asentí. Danny supo de todos y cada uno de los paquetes que llegaban, todos con la misma nota.

Danny se acostó a mi lado en la cama, mirando al techo con aire pensador. Acostado a su lado, miré al techo imitándolo. Quien sabe, a lo mejor el techo tenía la respuesta. Nos quedamos de esa forma un rato. Como me alegraba que Pablo terminara accediendo a que Danny se quedara aquí.

Al principio dudó, ya que no tenía habitación para huéspedes ni nada. Pero le aseguramos que no era necesario. Danny y yo habíamos compartido cama en varias ocasiones mientras crecíamos, ayudó mucho que Pablo recordará el año nuevo cuando Ariel se pasó por la casa, y  nos quedamos dormidos juntos. No era gran cosa, era mi mejor amigo, casi mi hermano.

Claro que también fue de ayuda que Andrés interviniera, diciendo que los amigos son importantes… sé que lo convenció como solo él puede.

Una vez más me quedé dormido a su lado antes de darme cuenta siquiera que tenía sueño.

*****Danny*****

Podía notar la evolución de Ariel con el tiempo. Los regalos siguieron llegando, las notas se convirtieron en cartas de amor. Ariel tenía un leve sonrojo al leer las notas. Se quejaba del acoso y las cursilerías pero siempre las guardaba en su "cajita especial".

El señor acosador seguía viéndolo mientras trabajaba, ahora tenía una sonrisa cordial, invitándolo a acercarse. Ariel no lo hizo. Siguió evitándolo como hasta ahora.

El señor acosador llenaba la cabeza de Ariel, ya no lo veía triste pensando en el amor que no fue. Ahora solo se quejaba de su acosador y sus regalos. Me sentía un tanto aliviado al ver la mejoría en mi amigo, al fin parecía que había superado al “estúpido amigo de mi hermano” como solía yo llamarlo cuando era niño.

Suspiré son resignación cuando mi teléfono sonó, aún sin ver sabía quién era. Pronto tendría que comenzar mi propio trabajo una vez que el restaurante abriera. Pero antes de eso tenía unas palabras pendientes con el señor acosador. Lo esperé fuera de la casa, sabía que vendría, había sido muy puntual con los regalos hasta ahora.

-hey, tú –lo llamé cuando dejó la cajita frente a la puerta. Él giró a verme, sorprendido.

*****Ariel*****

-¿de verdad te tienes que ir? –pregunté con un puchero.

-sí, ya es momento. No me necesitas mucho más -¿Qué se supone que significaba eso?- tengo un trabajo que iniciar y una familia a la que volver pero vendré a visitarte cuando pueda.

-¿lo prometes?

-claro.- me aseguró, sacudió mi cabello y tomo sus cosas para subir al autobús que lo llevaría a casa.

Suspiré echando un último vistazo antes de volver con el tío Oscar que me esperaba para regresar a casa, le había prometido que iría a su casa a conocer a su novia y pasar el rato. Andrés podía apañárselas solo un día. Lyla resultó tener un compromiso importante ese día y nos dejó solos.

-es bueno verte sonreír de nuevo –comentó el tío Oscar sacudiendo mi cabello, ¿Por qué todos hacían eso? -¿Qué te tiene tan feliz?

-feliz- bufé – estoy cansado de un acosador y sus raros regalos.

Le conté al tío Oscar lo de los réglalos, las cartas. Flores que ahora adornaban la casa, chocolates y peluches que se acumulaban en mi armario, sin saber qué hacer con ellos. Cartas y cartas que parafraseé con burla y molestia.

-vaya, debe estar muy enamorado –rio el Tío Oscar.

¿Cómo puede alguien amar desea forma? ¿amar? ¡si apenas y nos habíamos visto! ¿debería darle una oportunidad, como tanto pedía en sus cartas y notas?

No. No quería que alguien me rompiera el corazón otra vez… con sorpresa me di cuenta en lo poco que había pensado el Él desde que el señor acosador, como Danny lo llamó, apareció. Maldito acosador, hasta en mi cabeza me sigue.


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