*****Raúl*****
Una vez más caminaba como león enjaulado en mi habitación, un estado que solo Hugo podía conseguir en mí. Hugo no menciono nada de lo ocurrido. Evito el tema por completo. Uso el proyecto como escusa y logro que lo terminaran esa misma tarde. Ahora tendrían el fin de semana libre, genial.
¿Qué paso?
Creí que por fin había aceptado salir conmigo. ¿No era así?
¡Me beso!
Bueno, yo lo había besado a él… y yo dije que él me quería y que yo lo quería… ¿me había equivocado? ¿Lo malinterprete? ¿Prefería a esa chica?
¿Quién rayos era ella?
-¿algún superhéroe apareció para frustrar tus planes de conquistar el mundo?
-¿Qué se supone que significa eso? –respondí aparentando que Dany no me había sorprendido.
-caminas de un lado a otro, murmuras o más bien refunfuñas y, a mí no me engañas, no te diste cuanta cuando llegue… ¿Qué pasa, el entrenamiento de los pingüinos kamikaze no va como planeabas?
-no, más bien es alguien entrenando koalas que quiere conquistar el mundo en mis narices –dije con ironía siguiendo le el juego.
-¿koalas? ¿En serio?- me miro sorprendido –tienes problemas, hermano, ese tipo debe estar loco.
-tipa
-¿Qué?
-es una chica –aclaré.
- ¡una chica!... siempre he creído que les sería más fácil conquistar el mundo a las mujeres… y los koalas son un buen aditivo.
-¡vaya, Dany, gracias! Eso es de mucha ayuda –dije sarcástico cesando mi paseo y derrumbándome en mi cama. Sentí el hundimiento a mi lado cuando Dany se sentó.
-no te vas a rendir así como así, yo lo sé y tú lo sabes ¡el mundo lo sabe! –trate de ignorarlo mientras miraba el techo, sintiendo que estaba más lejos de lo acostumbrado- creí que habías avanzado mucho con eso de conquistar el mundo… no creo que una chica pueda conquistarlo.
-¿Qué? ¿Pero no acabas de decir…? –este niño se contradecía mucho. ¿Qué sabia él? Tiene diez años ¿Por qué le hago caso?
-es un mundo que no se dejaría conquistar por una chica al último momento solo porque sí.
-¿de que estas hablando ahora? –este niño estaba loco, ya nada tenía sentido. ¿Qué se supone que iba a conquistar ahora? ¿Plutón?
-de Hugo, claro –dijo como si fuera obvio –es tu mundo y quieres conquistarlo, ¿no?
*****Joshua*****
“señor el mundo tiene sentido”
Me reí una vez más del extraño apodo, feliz de ser libre de aquel proyecto. Tal vez el mundo está lleno de gais y yo soy el raro. Pensé con sarcasmo. Yo no era tan normal, tampoco.
Y este era el porqué.
Me detuve una vez más en aquel parque, camino a casa. Un niño estaba rodeado por niños más grandes. Me gustaba ser un héroe casi tanto como me desagradaban los abusivos. Suspire entrando en mi personaje de héroe para salvar al niño, recordando a aquel pequeño peleonero de hace unos años. Sonreí al recordar al pequeño justiciero y entré en escena.
*****Oliver*****
Me sentía tan nervioso.
Era mi tercer intento. Acerque la memoria a la computadora… la aleje y metí en mi puño, levantándome. Era mi tercer intento. Acerque la memoria a la computadora… la aleje y apreté en mi puño, levantándome caminando en círculos, nervioso.
Lo había intentado toda la mañana, incluso ayer cuando llegue a casa. Nunca me había sentido tan nervioso cuando algo significaba libros pero… me senté de nuevo frente a la computadora y mire la memoria en mi mano frente a mí. Suspire. Puedes hacerlo, no te morderá.
Conecte la memoria.
El listón colgó del escritorio en un ligero vaivén. La computadora hizo el tipo ruido de reconocimiento. Abrió la carpeta de archivos. Cerré los ojos y me levante, paseando nervioso otra vez. ¿En qué lio me había metido Cami? ¿Qué era exactamente lo que había aquí?
Porno por escrito.
Eres del tipo romántico. Cami siempre decía. Suspire una vez más, armándome de valor. Era mi mejor amiga. Confiaría en ella… un poco.
Regrese a la computadora. La memoria contenía una carpeta llamada “Libros”, la abrí. Abrí mucho los ojos con la sorpresa. Había muchas cosas. Más de cien elementos según la información de carpeta, la mitad de ello carpetas con nombres como: Amber Kell, Stormy Glenn, Lynn Hagen… supongo que por autor. Y muchos libros sueltos en la carpeta principal.
¿Por dónde empezar?
No había imaginado que fueran tantos.
Entre los libros, venia un documento Word con mi nombre. Bueno, sabía por dónde empezar. Lo abrí. Era una carta de Cami, con recomendaciones como “lee `mi amante lupino` antes de la serie `tri Omegas`” ¿Qué se supone que significaba eso? “busca el orden de lectura de Lynn Hagen, ella mezcla todo” casi podía escuchar a Cami emocionada a mi lado. Cuando termine la dichosa carta casi tenía miedo de leer algo.
Ignorando las carpetas, leí los títulos sueltos, buscando uno que llamara mi atención. Mi nerviosismo aumento. Solo escoge uno. Me dije cerré los ojos y moví el selector por la carpeta, escogiendo algo al azar. Abrí los ojos para ver lo que deparaba mi suerte. Genial, una carpeta. “stormy” mire los títulos, ¿”el maullido del gato”? ¿En serio? Aligero mucho mis nervios. Volví a pasear el selector con los ojos cerrados, confiando en mi suerte. “mi Chica” tal vez no todo era “porno gay”.
**********
-Oli… ¡Oli!
-¿eh, quien, cómo, cuando, donde? –Salí de mi lectura alterado y viendo a todas partes. David me miraba divertido.
-creí que ibas a ir a mi casa –deslice la vista hasta el reloj ¡media tarde! -¿Cuánto llevas ahí? ¿Comiste?
-no lo sé, como a las diez –me ruborice –el tiempo paso muy rápido.
-¿Qué lees? –Preguntó asomándose a la pantalla.- ¿“Demonio de fuego”?
-unos libros que me dio Cami –respondí. Era el tercer libro que leía ese día, aunque apenas lo iniciaba.
-ven, vamos a que te alimentes- tome la mano que me tendía y me guio a la cocina -¿y el tío Seth?
- dijo que regresaba como a las seis, para la cena. ¿Comiste?
-sí, con mi familia, más temprano. – David rebuscaba en el refrigerador, sacó un poco de queso y tortillas de harina pre-cocidas –te hare unas quesadillas mientras me cuentas que tan fabuloso libro te hizo perder el conocimiento del tiempo.
-Demonio de fuego… ¿Qué te puedo decir? De un demonio que controla el fuego –me reí, algo nervioso. Debí leer la reseña.
-no mientas, ese ni lo has empezado. Ibas como en la página cinco cuando llegue ¿Qué ocultas?
-antes de ese leí de un tipo que era testigo de asesinato y se tenía que ocultar –David me miro por sobre su hombro alzando una ceja – ya sabes, en una casa de seguridad de la policía, cambiando de nombre y todo.
No mencione que se vistió de chica ni que se enamoró de su vecino que también era hombre ni que era un bailarín-nudista-lo que sea. También había leído uno de un par de amigos que se gustaban pero no se lo dijeron hasta una noche de borrachera de no sé qué. Era un libro corto, unas cincuenta páginas… pero muy explícito. Empezaba a notar que era cosa de la autora.
-¿Quién lo escribió? Suena interesante ¿hay intercambio de balazos o una persecución? –preguntó mostrando interés. Apago la estufa y se sentó frente a mí, dejando un plato con quesadillas.
-si, casi matan alguien de los buenos y creo que matan al malo. Es de Stormy Glenn –respondí llevándome la quesadilla a la boca.
-Stormy… Stormy… ¿Dónde lo he escuchado? –David pensó un momento- ah, sí, una vez Raúl lo menciono, creo que también lo lee.
-a ella, es mujer. Hablando de Raúl, ¿supiste algo? – ¿Raúl leía a Stormy?
-no, él no sabía nada de la chica. ¿Hugo menciono algo, ya sabes, cuando Raúl y yo no estuvimos?
-no, nada. Gracias a él queriendo evitar el tema terminamos el proyecto mucho antes. –yo preferiría saber de qué hablaron.
Terminé mi comida y nos fuimos a la sala, me acomode en el pecho de David y el me rodeó con sus brazos. Podía vivir así. Me acurruqué más cerca.
-¿crees que estén bien esos dos? –preguntó, pasaron mucho tiempo sin hacer nada incluso cuando quedó en claro para todos que se querían.
-son tercos, pero lo harán. Raúl no dejara que Hugo se le escape. Aun si no sabemos quién es ella.
Me giré en los brazos de David para darle un beso. No me cansaría nunca de los besos de David. Era como si una corriente eléctrica pasara atreves de mi cuerpo. Podía sentir que me amaba, sabía que el sentía que lo amaba.
*****Tío Seth*****
Llegué al auto con una sonrisa en mi cara. ¡Era jefe de equipo! ¡Fines de semana completamente libres y aumento de sueldo! Conduje todo el camino a casa con una sonrisa y pensando qué podía hacer para celebrar. Me tomo años conseguir ese puesto y Oliver había estado ocupado con un proyecto últimamente, debíamos celebrar que había acabado.
Tal vez saque a los chicos a comer a un buen lugar… en algún momento deje de pensar en ellos por separado, seguro David estaba en casa con Oliver. Sonreí mis niños favoritos.
Al llegar a casa, la emoción no había disminuido ni un poco. La puerta no tenía llave, ya que Oliver estaba dentro. Entre apresurado y por segunda vez me quede inmóvil ante la escena en aquella casa.
*****David*****
Rodee la cintura de Oliver y lo senté a horcajadas en mi regazo. Quedando frente a frente, nos miramos directamente. Oliver rodeo mi cuello, acercándose. Lo estreche más cerca, eliminando por completo la distancia entre nosotros, reclamando sus labios en un beso apasionado, demandante, hambriento.
Oliver respondió el beso de la misma manera. Sin las reservas anteriores. Sus manos empezaron pasear por mi nuca, acariciando mi cabello. Baje mis manos por su espalda hasta acunar su culo en mis manos, apretándolo aun más contra mi cuerpo demandante de atención.
La falta de aire nos hizo romper aquel beso, mis manos acariciaron su trasero por encima de la ropa mientras repartía besos por su cuello. Los brazos de Oli se cerraron en mi cuello mientras sus manos acariciaban mi espalda.
Me aleje solo lo suficiente para que nuestras miradas se encontraran frente a frente antes de volver a reclamar sus labios en un beso tan amoroso como apasionado.
-¡¿pero que…?!
*****Tío Seth*****
-¡¿pero que…?! –exclamé en shock.
David sentado en el sillón de la sala, Oliver en sus piernas. Besándose. Ambos giraron sorprendidos a verme, sabiéndose descubiertos. Se separaron sin quitarme la vista, Oliver se acerco dudoso. Solo podía verlo. Mi cuerpo no respondía. Mi mente estaba en blanco.
-¿Tío Seth? – me llamo Oliver preocupado.
Mis niños…
La imagen de Oliver y David corriendo en aquel parque, pequeños.
Mis niños…
Oliver llorando, tan pequeño, porque lo habían separado de David en tercero de primaria…
¿Cuándo habían crecido tanto? ¿Cómo no me percate de nada?
-tío Seth –volvió a llamar David, no se cuantas veces lo había hecho ya. Oliver me miraba desde donde se quedo la primera vez que no respondí. David se había acercado, frente a mí.
De pronto los vi… ya no eran esos pequeños que corrían por ahí… David era incluso más alto que yo.
¿Cuando habían crecido tanto?
Una lagrima se escabullo por mi mejilla. No importa quien dijera qué yo era el padre de Oliver… lo había criado y cuidado, enseñado y educado… y ya no era mas ese niño pequeño que lloró cuando su madre se fue… ¿era esto lo que sentían los padres al ver a su hija casarse?
Oliver y David me miraron preocupados e inseguros sin saber que hacer. Tal vez no habían crecido tanto… al menos un poco mas serian mis niños…
*****Oliver*****
-¡¿pero que…?! –escuché la voz del tío Seth a mis espaldas, me giré de inmediato. Si, ahí estaba él, en shock.
Me levanté separándome de David. El tío Seth nos miraba sin vernos, aun en shock.
-¿tío Seth?- me acerque a él preocupado. No mostró respuesta, sus ojos desenfocados, perdido en sus pensamientos o en falta de ellos.
¿Tanto le afectaba que David y yo estuviéramos juntos de esta forma? ¿Qué haría si el tío Seth me odiaba? ¿Qué si intentaba separarnos?
David se levantó, coloco una mano en mi hombro, tranquilizándome, al pasar a mi lado en dirección al tío.
-¿tío Seth?- llamó David, tampoco hubo respuesta –Tío Seth –repitió David acercándose otro paso -¿tío? ¿Estas bien?- otro paso, quedando frente al tío Seth -¿Qué? –pregunto David, tampoco hubo respuesta. –murmura algo –me dijo por encima de su hombro –Tío Seth.
El tío Seth al fin salió de su sopor, sus ojos se enfocaron en nosotros. Nos miro en silencio, sin hacer nada mas por un momento… ¿Qué? Me preocupé. No sabia qué pensaba el tío Seth. Una triste sonrisa adornaba sus labios cuando una lagrima se escapo, recorriendo su mejilla. No sabia si acercarme o quedarme donde estaba o salir corriendo. ¿Qué pensaba el Tío de nosotros?
Su sonrisa creció y avanzó hacia David, paso su brazo por los hombros de David y lo arrastro a donde estaba yo, pasando el otro brazo por mis hombros. Me había parecido una eternidad, horas al menos. Ese debió ser el minuto mas largo de mi vida.
-Chicos, estoy en casa –saludó como si nada.
-¿tío Seth? –pregunte preocupado.
El Tío Seth soltó a David para revolver mi cabello, me estrecho en un abrazo antes de sacudir el cabello de David, riendo.
-¿Cómo no me di cuenta?- pregunto a nadie en particular, riendo. ¿Qué? –Ya no es tan fácil como antes -¿Qué? –Apenas y te alcanzo –sonrió y dejo el cabello de David.
-¿eh? –David y yo lo miramos confundidos.
-creo que estoy viejo. –era el tío Seth de siempre. Feliz.
-¿tío? ¿No te molesta que…? –no pude terminar, mi cara estaba caliente de solo pensarlo. Seguro estaba más rojo que nunca en mi vida.
-¿… que seamos novios?- termino David por mi.
-no- el alivio me inundo al notar la sencillez y sinceridad en la respuesta, en su voz –era solo cuestión de tiempo, creo –sacudió mi cabello otra vez –este chico no estaba tranquilo a menos de que estuvieran juntos –me ruborice otra vez –y este chico –miro a David –venia conmigo furioso cada vez que una chica te miraba evidentemente interesada –se rio, David también rojo –se quejaba por horas.
-eso no era necesario –murmuró David en protesta.
-¿de Verdad? –no me lo creía ¿David celoso?
-otra cosa más que celebrar- anuncio el Tío Seth contento. ¿Le parecía algo para celebrar? Claramente tenía el mejor Tío del mundo…
-¿Otra?
-me ascendieron. Ahora soy jefe de equipo.
-felicidades, Tío Seth- dijo David.
-Bueno, planeaba invitarlos a algún lugar, ¿Qué les parece?
**********
El tío Seth nos invito a un restaurante que no conocía. Luego nos invito una nieve. El tío Seth se veía contento, alegre. Hablamos de todo un poco, de la escuela, de su trabajo…
-¿y bien? ¿Desde cuando salen? ¿Cuándo pensaban decirme?
Sinceramente, no había planeado decirle, ni siquiera lo había pensado…
-desde septiembre –respondió David –El 28.
-oh- cayó en cuenta, pensando… ¿Qué estará pensando?- se lo tenían bien guardado –bromeo- ¿Por qué ocultarlo?
David y yo nos miramos. Si, ¿Por qué? El tío Seth había sido un gran aliado toda nuestra vida. Se rio de muestras expresiones.
-bueno, chicos, aun no hagan cosas de adultos. –Nos miro serio- todavía son mis niños –susurro con una sonrisa para si mismo cuando se dio la vuelta y camino al auto… mis niños, ¿eh?