Como de costumbre Salí temprano a la hora del almuerzo y me apresure a la cafetería para comprar almuerzo para los dos. Cuando venía de regreso, al encuentro de mi amado lo vi dirigirse a la parte alejada de la escuela ¿A dónde ira?
Lo seguí. No estaba solo. Empezaron a hablar, pero no escuche nada. Me acerque, justo cuando iba a hacerme notar la linda expresión de confusión de Oliver me hizo detenerme ¿de que hablaban?
-hey, Oliver-no soy ningún chismoso, no me metería en cosas de Oliver a escondidas.
El tipo que estaba con él se acercó. Unos terribles celos me invadieron cuando vi como lo besaba. Mi cuerpo actuó por decisión propia. Lo separe de MI Oliver de un puñetazo ¿Cómo se atrevía? Era MIO, no podía tocarlo.
Lo tome de la camisa y justo cuando iba a golpearlo algo me detuvo, Oliver sostenía mi brazo evitando que lo golpeara ¿Por qué? ¿Por qué lo defiende? Entre en pánico ¿podría ser posible que lo hubiera arruinado tanto y ya no tuviera posibilidad? ¿Seria posible que le gustara este tipo? Lance al tipo al suelo, tome a Oliver y Salí corriendo arrastrándolo conmigo hasta un taller que nadie frecuentaba y nos encerré dentro.
-¿te gusta ese tipo?- contenía mi ira. No quería, él es solo mío, solo puede amarme a mi.
-¡¿y eso a ti que te importa?! No tiene nada que ver contigo. Tú ya me rechazaste y no tiene caso que siga queriéndote si ¡¡no tengo esperanza de nada!!
-¿no me odias?
-¡¡ni aunque quisiera!! Soy un estúpido y sigo queriéndote solo a ti ¡¿Qué hay de malo en eso?! Debería dejar de hacerlo, seria lo mejor solo dejarte de amar, todo seria más sencillo…
La imperiosa necesidad de abrazarlo me invadió, lo rodee con mis brazos y lo apreté fuerte, no lo dejaría ir, no ahora que se que aun me ama. Me aparte solo lo suficiente para tomarle el rostro y besarlo, con el mismo amor y cuidado con que lo bese esa vez en mi habitación mientras dormía.
El beso fue lento y tierno, ahora estaba despierto, y aunque estuvo perplejo al principio, me respondió, fue dulce, me sentí tan cerca de él, tenia la certeza de que mis sentimientos llegaron a él y aun así quería decirlo en voz alta, que no hubiera lugar a dudas.
-Te amo, siempre lo he hecho solo que no lo sabía. Te herí, creí que te perdí… fue lo peor que me ha pasado, mis días estaban llenos de soledad, solo pensaba en ti… por favor, sal conmigo- Oliver tenia la mas linda expresión, dulce y feliz, aunque con un poco de desconfianza y confusión… incredulidad.
-¿es en serio?
Lo solté y retrocedí un poco.
- Si, la verdad es que fui un idiota al rechazarte. Tenia miedo y no sabia que hacer, te hice daño y solo me he estado culpando, arrepintiéndome y queriéndote cada vez mas, deje de negar mis sentimientos y decidí afrontarlos… ¿podrías darme otra oportunidad?
Una sonrisa se expandió por su rostro, iluminándolo, y un travieso brillo bailoteó en sus ojos, salto hacia mí y me abrazo.
-claro que si. Soy tan feliz.
Le correspondí el abrazo, no lo quería volver a soltar en la vida. ¡Es MIO! Mantener esa sonrisa en sus labios es ahora mi responsabilidad y deseo, no dejare que vuelva a sufrir nunca por nada. Lo bese antes de separarnos para salir de ese lugar. La chica con la que lo había visto un par de veces estaba afuera.
-Camila- la saludo Oliver.
-Hugo me dijo que esto es tuyo y lo dejaste caer- me había olvidado por completo de la bolsa con nuestro almuerzo.
Cuando Camila me dio la bolsa sentí un trozo de papel, la mire y me guiño el ojo ¿a qué venia esto? La arrugue y guarde en mi bolsillo antes de que Oli la viera.
-¿Qué es?
-nada, vamos a comer.
“hazlo feliz o me lo llevare.
H”