PARTE I
Desde el primer instante en que lo vio supo que caería por él, entró al salón junto con otros docentes para dar la bienvenida a los nuevos, vestía ropa simple y un aura de intelectual lo envolvía, el problema con todo ello es que Minseok tenía una maldita debilidad por los cerebros sexies, es decir por las personas inteligentes o intelectualmente desafiantes, pero ese era solo su problema, finalmente nunca hacía nada, ni decía nada, entraba un poco tarde a la Universidad por muchos factores y a sus 24 años jamás había tenido pareja, un par de besos sin significado alguno era todo su récord, tenía una personalidad fuerte aunque solo externamente porque adentro era demasiado tímido e inseguro, siempre toda su vida hizo lo correcto, el alumno ejemplar, en típico nerd que vive para estudiar o al menos eso decían todos de él; que no tenía vida, que se lo llevaba entre los libros, que era un ratón de biblioteca, la gente solía juzgarlo solo por tener buenas calificaciones, creyendo que lo conocían pero la verdad es que no estaban ni cerca de lo que era de verdad, el primer semestre de la Universidad pasó con casi normalidad y Minseok logró aplacar las voces de su mente que le decían que el profesor Luhan era demasiado atractivo, él necesitaba concentrase y lo hizo, las vacaciones le dieron la oportunidad de tomar distancia, pero ese tiempo duró poco, el retorno a clases le esperaba cargado de cosas por hacer, la exigencia había aumentado de forma casi ridícula y su estrés llegó al máximo, como siempre obtenía buenas calificaciones… todos creían que era una especie de egocéntrico obsesionado con el estudio, lo cual Minseok no hacía esfuerzo por cambiar porque había aprendido que la gente siempre habla, había aprendido que siempre era igual, incluso hasta el profesor Luhan solía mirarlo con cierto desdén, pero era mejor así, eso le ayudaba a volver a la realidad, él era él, es decir un chico normal, nada atractivo, algo pasado de peso, piel muy blanca, estatura baja, ¿Cuándo podría alguien como Luhan mirarlo? Jamás, además sus sentimientos estaban fuera de lugar y él lo sabía, era estúpido por donde se le mirara, quizás solo era admiración, quizás…
El profesor Luhan era joven pero con buenas credenciales a su haber, un hombre muy inteligente a sus 27 años, era experto en su área, con post grados y magisters, daba clases en una Universidad, tenía miles de proyectos y uno de esos fue un grupo de investigación, aquello era genial en muchos aspectos, además le daba a la universidad un nuevo campo en el que hasta ahora la investigación no se estaba desarrollando, el problema era que el nivel intelectual del desafío requería de personas muy capaces y de esos entre los cientos de estudiantes, no habían muchos, al menos que él considerara, debían ser pocos, así que habló con algunos alumnos de los últimos años de carrera que ya tenían el conocimiento suficiente para poder ser parte de su proyecto y aunque siendo honesto no terminaba de convencerse porque creía que aquel chico era solo el típico come libros, era cierto que sus notas destacaban sobre los demás y no solo en su clase si no en todas, así que con mitad de duda le envío un mail extendiéndole la invitación al nuevo grupo de investigación…
Cuando Minseok recibió el mail no sabía cómo contestar, es que la idea sonaba interesante, pero aquello le significaría ver a su profesor un día extra a la semana y aunque después de todo el tiempo él creía que solo había estado confundido, pues ya no sentía atracción por su docente, aún así algo se agitaba en el centro de su pecho con aquella idea, él era un alumno de primer año ¿Qué podría aportar en un lugar así? Pero rayos, decirle que no a un profesor era también muy complejo, si este lo tomaba a mal podría significarle dificultades en el futuro, finalmente accedió a ir a las reuniones, la verdad luego de tres, estaba comprometido hasta el alma con el proyecto, se sentía feliz y el desafío intelectual era genial, para sentirse un poco mejor llevó a su único amigo con él y ambos estaban realmente acoplados a la dinámica del grupo, pero un problema comenzó a suscitarse en Minseok y lo peor es que era un problema que no sabía cómo controlar, cada noche soñaba con Luhan, desde cosas extrañas a sucias, pero honestamente en el día cuando lo veía no sentía mariposas ni desesperación, comentó esto con su amigo, y la respuesta no le agradó: “es obvio que te gusta el profesor, cambias cuando estamos con él, incluso tu tono de voz es diferente” ¿era posible? ¿Puedes gustar de alguien sin darte cuenta? Su cabeza era un lio, pero tenía tanto que hacer, tanto que estudiar que en verdad perder el tiempo en esas dudas era una tontería, así los días le abrieron paso a las semanas, sin detenerse ni un poco, aquella tarde de clases en que estaba agotado y el peso del mundo caía sobre sus hombros, hacía un esfuerzo sobre humano por no dormirse in situ mientras el joven profesor hablaba apasionadamente sobre algo que nadie comprendía, Minseok pensaba que nadie sabía mucho sobre el profesor, solo que era joven, que era de otra cuidad, decían que gustaba de una chica de un curso más avanzado que de verdad era demasiado hermosa, parecía modelo, era factible que cualquiera quisiese estar cerca de ella, decían que era un jugador, otros que era un nerd, en fin solo especulaciones, él sabía que era inteligente y agradable, cuando estaban en el grupo de investigación actuaba más relajado y parecía ya no mirarlo con recelo, pero Minseok lo sabía él no era nadie, no era nada y la belleza no era su atributo destacado, en realidad él sentía que no había ningún atributo que pudiese llamar como tal con propiedad, así que para que soñar con que alguna vez ese hombre impresionante lo miraría, muchas y muchos gustaban del profesor, es decir, era guapo, inteligente y ese día Minseok notó una cosa más, por algo no identificado él sonrió, más bien rió, cuando Luhan reía sus ojos brillaban, el mundo desaparecía y el joven hombre parecía más atractivo; “se ve muy lindo cuando ríe” aquel fue el pensamiento exacto en su mente y se sorprendió a si mismo sonriendo solo por verlo reír, pero pasó de las nubes al suelo, su estomago se apretó, porque nadie piensa así de la gente común, y se dio cuenta que aunque lo negara con las fuerzas de su alma, la verdad era que realmente le gustaba, su tormento mental crecía conforme los días, hasta que no pudo más y confesó todo a su mejor amigo, este le dijo que no era algo malo, que no se rindiera y que él creía que el profesor lo miraba de una forma especial, pero Minseok sufría y mucho, ¿Cómo no? Aquello era una tontería gigante, un imposible por donde se le mirase, se dedicó a pensar en otras cosas, a controlar sus emociones, a dirigirse solo lo estrictamente necesario al profesor, cada vez menos, cada vez más lejos, los exámenes finales estaban encima, necesitaba su concentración puesta en eso y el fin de semestre llegó pronto, Minseok pensaba que no podía haber nada mejor, estas vacaciones de verano le sentarían muy bien, le ayudarían a poner la cabeza en su lugar, serían al menos dos meses de mantener las distancias…
Últimos días en la universidad antes de la vacaciones, los alumnos escaseaban, solo transitaban quienes estaban cerrando semestre y quienes estudiaban para dar exámenes, las bibliotecas y salas de estudio estaban hasta el tope, la cafetería, los pasillos, los lugares de descanso casi vacios, en este tiempo del año la dinámica se daba vuelta, porque lo normal era al revés, con los lugares divertidos llenos y los de estudio vacios, el profesor Luhan caminaba tranquilo puesto que ya tenía las calificaciones terminadas, todo en orden, le gustaba caminar por la Universidad en este tiempo, era agradable, su cabeza últimamente no estaba en su sitio al 100% de seguro las vacaciones serían lo mejor, entró a la cafetería por un Moka, estaba desierta, pero en un rincón observó un cuerpo blanco, que sostenía un Moka grande entre sus manos, con los audífonos puestos, estaba tan cómodo en aquel gran sillón solo para él, mirando por la ventana y absorto en la música al punto de no saber del mundo a su alrededor, era verdaderamente fascinante y digno de contemplar ¿sabrá lo interesante que es? ¿Será consciente? Esas cuestionantes atravesaban por su cráneo, la verdad es que sin pensarlo, sus pies se dirigieron hasta el joven, se sentó junto a él pero Minseok seguía absorto en su mundo, sin notarlo, se acercó más hasta el punto en que sus narices casi chocaban, el joven y pálido chico mantenía los ojos cerrados, movía ligeramente la cabeza por la música, Luhan sintió algo extraño en su pecho; rabia por saberse ignorado, envidia por la música y los pensamientos que inundaban al joven y deseo de entrar en su mente y robar sus minutos, sin saber la razón arrebató los audífonos de los oídos del joven, este reaccionó sorprendido, los ojos de ambos se encontraron como nunca antes, el aire se volvió pesado, ambos pestañaban sin hablar y sus respiraciones chocaban, aún sin salir de su estupor Minseok dejó salir de sus labios un, profesor…
… pero nada más salió, por lo general no es fácil hablar cuando te están besando, porque sí, el profesor Luhan lo estaba besando en la cafetería de la universidad, y él nunca creyó que la piel fuese tan sensible hasta ese día, en que ardía hasta el centímetro más pequeño de su cuerpo, aquello no tenía lógica, aquello estaba mal, Minseok estaba enamorado de su profesor.
-continúa, pronto parte II-