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Una noche de Halloween para nada normal. por Dan_WR

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Notas del fanfic:

Esto comenzó con un sueño provocado  por mi subconsciente por el hecho de que se acercaba Halloween. Espero que lo disfruten y que se rian un poco mientras me lleno la boca de dulces...y pensar que con mi disfraz todos creyeron que era un hombre xD.

 

 

–Esto me recuerda a una vieja película de terror de los 80, ¿no crees? –el castaño volvió a observar atónito la antigua casa que se encontraba frente a él.

 

– ¿Qué quieres que haga? Es Halloween…

 

–Si lo sé pero… –giro sobre sí mismo para volver a ver el inmenso bosque que se extendía detrás de él–.  ¿¡Cómo hemos acabado en un bosque!?

 

–No me preguntes, lo único que sé es que desperté en mitad de la nada… –respondió divertido Byakuran.

 

–Si lo sé, ¿tú te cambiaste la ropa o es tu disfraz?

 

 

Con su dedo índice apunto al albino y una gota en su sien cayendo estilo anime. Su ojo derecho era cubierto por un parche negro en su totalidad, una camisa de los antiguos barbaros se reposaba en su abdomen, desgarrada con intención en la espalda y parte de las mangas, una de estas arremangada hasta al codo mientras la otra se encontraba en su posición formal. Unos pantalones holgados de color negro, algo acolchados en el final, cubriendo un poco de las grandes botas marrón estilo pirata. Un pañuelo amarillo reposaba en el lado derecho de su cadera, amarrado en un pequeño hoyo del pantalón. Del otro lado de la cintura, una espada verdadera descansaba apaciblemente guardada en su funda. Varios collares de gran largo delgados colgaban de su cuello. En sus manos, varios dulces en envolturas se encontraban.

 

–Mira el lado positivo, antes de perder la conciencia he ganado dulces –el albino sonrio de medio lado al ver al castaño mirar de nueva cuenta la gran casa antigua frente a ellos–. Debo admitir que ese disfraz te queda bien, Tsunayoshi-kun.

 

Por su parte el castaño vestía de una manera muy diferente,  algo excitante y peligrosa. Unos pantalones ceñidos a sus piernas de color negro, un chaleco con mangas negro cubría su abdomen, sobre este, una larga camisa negra. En la parte superior de su muslo derecho había un cuchillo de doble filo. Una correa atravesaba su abdomen y en su espalda había un Sniper con mira. En su otro muslo, una pistola 38 Largo, se sujetaba en una parte de la cintura. En su rostro había lentes de sol, si aunque era de noche, se le veían jodidamente bien.

 

–Ni que fuera agente de la CIA –volvió a mirar su ropa soltando un suspiro.

 

–Los agentes de la CIA tienen más armas, aunque tú también tienes el comunicador del oído –argumento con una sonrisa en su rostro, acercado un dulce a su boca y metiéndolo–.  ¿Tenemos que entrar? ¿O quieres usar tu Aka 47? –con sus ojos observo mejor la Aka 47 que extrañamente Tsunayoshi no soltaba.

 

–Lo de las armas me recuerdan a Metro 2033 o a Metro last light (*)… ¿entramos? –sus pies comenzaron a avanzar hacia la entrada de la casa siendo seguido por el pirata. Cogió el pomo de la puerta en su mano derecha y con delicadeza la giro hacia el lado izquierdo, al ver que no funcionaba lo intento del otro lado, nada–. No se abre.

 

–Usa un arma –sugirió Byakuran.

 

–No –sentencio–. Cuando uno está jugando un video juego en vez de usar un arma para abrir una puerta que al lado tiene un gran hoyo en la pared y no puedes pasar por que los creadores te quieren estresar, ¿Qué haces? Buscas una llave –ambos se dieron media vuelta para volver su vista al bosque, lentamente y a la par se abrieron camino hasta llegar a la entrada de la casa.

 

–Jugar videojuegos te hace mal.

 

–Además la cerradura esta reforzada con acero, de todas maneras… ¿vamos por el bosque? El día de Halloween recién empieza y no quiero que Reborn me mate por tardar tanto en ir a comprar comida.

 

– ¿Tienes algún linterna o algo por el estilo? –el ojimiel busco en uno de sus bolsillos traseros, alegrándose de que si tenía más de una linterna.

–Ten –le entrego una de las linternas a Byakuran.

 

–Bueno… –Encendió la linterna con una de sus manos, ya encendida, la coloco debajo de su mentón para que la luz le llegara directo a la cara mientras ponía una sonrisa sádica en su rostro–. Vamos...

 

Un sudor frio recorrió la espalda del agente de la CIA al ver el malvado lado de Byakuran Millefiore. Las grandes ramas de los arboles no permitían pasar la luz lunar por donde el castaño y el albino se encontraban pasando. Cada crujido bajo los pies de ambos ponía en alerta al pobre castaño y el albino como siempre, comiendo dulces.

 

–Esto me recuerda a un juego de Slender aleatorio, sabes falta la nota y…

 

Un extraño árbol retorcido les interrumpía la pasada. Tsunayoshi enfoco su linterna en el árbol solo por mera curiosidad, inspeccionándolo mejor al darle una vuelta y encontrarse con una…

 

–Pagina uno… –agarro la nota del árbol mirándola detenidamente, cada movimiento era seguido por la (por muy extraño que sea) atónita mirada de Byakuran. En la nota que el agarro, se encontraba un particular dibujo;  varios árboles, y entre ellos, algo con una cara sin ojos–. De ocho –finalizo. Un escalofrió recorrió de nueva cuenta la espalda de Tsunayoshi, por su parte Byakuran, aun creía que era un juego y comenzó a reír–. No mires atrás, Byakuran.

 

Y como idiota que es el Millefiore, también la curiosidad pudo más…dio la vuelta sobre sus talones juguetón por la extraña actitud del Sawada mientras este lo dejaba atrás y seguía avanzando…

 

Frente a sus ojos lavanda se encontraba alguien, o algo: pasado de los dos metros de altura, de tez realmente pálida como la nieve, en su rostro no había ojos que observara ni boca que probara alimento. De traje negro costoso, camisa igual de blanca que su piel y corbata roja. Sus brazos llegaban más debajo de su propio muslo con dedos realmente largos.

 

El Sawada ya se encontraba a varios metros de distancia de la ubicación del Millefiore, lamentaba mentalmente el hecho de que el albino no le hubiese hecho caso en lo más mínimo.

 

– ¡AHHH! –el grito del mayor se había extendido a metros de distancia hasta llegar a los oídos del castaño, quien negaba con su cabeza en desaprobación por el hecho de que nadie le hiciera caso en los momentos en el que conservaba la razón.

 

Corrió como alma que lleva Mukuro a pasear aun con sus dulces en mano y linterna, pero…

 

–Ten, ¡Feliz Halloween! –volvió donde aquel extraño ser, colocándole a la fuerza un dulce en la mano del hombre de traje y volviendo a correr para buscar a aquel agente de la CIA escurridizo. – ¡TSUNAYOSHI-KUN!

 

En una de sus rápidas miradas hacia los árboles que le rodeaban, logro ver una extraña frase; GO TO SLEEP. Sus piernas se detuvieron al ver el árbol. Picado por la curiosidad más que por el miedo de no encontrar al Sawada, se acerca a mirar aquellas extrañas letras escritas recientemente con lo que parecía ser… ¿sangre?

 

– ¿Pero qué cojones?

 

Apoyo su mano izquierda en el Sleep escrito. Una presencia desconocida se hacía notar lentamente por sus espaldas…

 

Se dio la vuelta, y ahora si Byakuran: corre o te matan.

 

Un extraño joven de aspecto extraño de unos veintitrés a treinta años de edad con su sudadera blanca bañada con algunas gotas de sangre. Su rostro; de tez completamente blanca al igual que el ser extraño que se topó con anterioridad, una retorcida y alargada sonrisa en sus mejillas se extendía, dejando a la vista, o mejor dicho a la luz de la linterna, la profundidad de la gran cortada en su boca, mostrando un poco de sangre. Aun en la distancia se notaba que no tenía parpados, más bien, algo completamente negro rodeando sus ojos. Su pelo lacio de color negro hasta los hombros. Pantalones negros al igual que sus zapatillas, ambas manos metidas en los bolsillos de aquella prenda blanca manchada de sangre.

 

 

~.~

 

 

Otra página. A tan solo unos metros de él, se ubicaba aquellas extrañas hojas con las que podría completar el juego y poder salir con vida del bosque. Acelero el movimiento de sus piernas  hasta tener en manos la hoja que se ubicaba en una de las paredes del corto túnel en medio de los árboles.

 

Help Me.

 

Página dos de ocho.

 

Aun en su mente se preguntaba por el paradero del ex-Gesso en el extenso bosque y con cierto extraño pisándole los talones a ambos. Siguió el sendero el cual fue guiado por el túnel, andaba a pasos apurados, el rompimiento de las ramas en el suelo le ponía el corazón a mil por hora. Diviso algunas paredes a su derecha, algo asi como una X formadas por los ladrillos de rojo. Su Súper Intuición le advirtió levemente que se hallaba una página, y como Reborn le enseño, le hizo caso.

 

Don't Look Or It Takes you.

 

–No lo mires a sus ojos o te lleva… –pronuncio el castaño, inseguro e indeciso si de verdad era lo que estaba escrito ahí.

 

Página tres de ocho.

 

Solo cinco páginas más y seria libre de esto. Al darse vuelta, no grito ni se movió. Frente al Slenderman lo esperaba impaciente por terminar el juego. Como pudo dio marcha atrás hasta chocar con la pared.

 

Mierda, mierda, mierda, mierda.

 

Aun pegado, se deslizo lentamente sin apartar la vista, nótese el sarcasmo. Corrió como lágrimas de una Magdalena al no hacerle caso para que dejara de llorar, asi de rápido. 

 

Ya algunos varios metros lejos entre los árboles se podía  visualizar algunos palos al igual de altos que los árboles, una reja completamente imposible de pasar, descarto la idea de escalar y también la de estar en su modo Hyper ya que un sicario le quito sus pastillas para que no hiciera trampa en lo de conseguir dulces en una apuesta. Maldita sea…

 

Fijo su vista en el camino, casi chocando con una gran roca afilada, y en ella se encontraba una de las páginas que le devolvería su libertad.

 

No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no.

 

Byakuran si sigues vivo y si no es asi, por favor déjame tu computador. Si lograste escapar recoge las páginas que encuentres.

 

Página cuatro de ocho.

 

El juego aun continua…

 

¿Qué acaso no podría salir de aquí usando sus poderes?

 

 

~.~

 

 

 

El extraño miro con aquella sádica sonrisa al albino, quien estaba concentrado en sus pensamientos aun con la vista fija en el hombre.

 

–Jeff…the killer. Anteriormente conocido como Jeff Woods –articulo la frase al haber hecho la suficiente memoria en aquel momento en el que el castaño le hablo sobre los Creepypastas, maldiciendo por lo bajo el hecho de no fijar su atención en la conversación.

 

El extraño ladeo su cabeza pero no quito su extraña mirada posada en el albino. Soltó un gemido de dolor tapado por sus dientes que se encontraban apretados ferozmente entre sí, más que nada para no dar un paso en falso en este tipo de situación.

 

– ¿Por qué todos se asustan al ver mi rostro? ¿Acaso no piensan que soy hermoso? –con su mano izquierda se agarró uno de sus ojos, apretándolo fuertemente, mientras que su mano derecha desenfundo un cuchillo afilado de cocina acortando la distancia entre ambos.

 

–La verdad no me asusto con tu rostro, solo que claramente te asustaras al saber que alguien estaba detrás de ti en mitad de la nada sin que tú supieras… –al terminar de decirlo se dio la vuelta y se alejó del lugar dejando solo al azabache hasta que–. Verdad que es Halloween –recordó a voz alta. Se atrevió a acercarse a Jeff y volver con su típica característica–. Ten –acerco un dulce hasta el bolsillo de la sudadera y depositarlo en él. Jeff sin molestarse en lo más mínimo arrojo el estúpido dulce a algún otro lugar del bosque.

 

De un rápido movimiento Jeff deslizo su preciado cuchillo en las mejillas del albino, este último logro esquivar por reflejo el ataque, alcanzando su propia espada y desenvainándola al instante. El sonido de los metales al chocar hizo eco, cerca de donde el castaño se encontraba. Avisándole a una distancia prudente que se apurara o no saldrían vivos de esto.

 

Haciendo caso omiso a la advertencia de larga distancia del Millefiore acelero su paso, corriendo más que nada. Topándose con una estructura rara (al igual de rara que todo lo que hay dentro del bosque) como una retorcida sala. Entro por el largo pasillo estrecho, con un pequeño nervio por el hecho de que fuera un lugar cerrado, viro a su derecha siguiendo el pequeño pasillo, luego a su izquierda, y por ultimo doble derecha. Se adentró en el cuarto, y si no mal recordaba, debería de haber una página en aquella anormal silla roja.

 

Follows.

 

–Te sigue.

 

Página cinco de ocho.

 

Retrocedió de espalda, vio el bosque de reojo y tranquilamente se encontraba Slender a solo metros de él. Mierda. Realizo el mismo proceso que hizo antes de llegar a la habitación, volviendo al final del estrecho pasillo, tomando el lado izquierdo. Derecha falta poco. Izquierda alcanza la otra habitación. Izquierda. En la pared, a vista de la luz de la linterna una de las paginas restante.

 

Can’t Run.

 

–Puedes correr.

 

Página seis de ocho.

 

Echo a correr hasta quedar fuera de aquel extraño… ¿casa?, ¿pasillo en medio de la nada?

 

Varios contenedores reposaban esparcidos en el lado derecho lejano al pasillo en medio de la nada. Troto hasta el primero de la izquierda el cual se encontraba más cerca, no importándole los demás ya que simplemente tenían que dar la vuelta al contenedor de forma cilíndrica y…

 

Always Watches No Eyes.

 

–Página siete de ocho.

 

Bueno, no por nada tiene el traje de un agente de la CIA. Y estaba vivo aun con las extremas y peligrosas tutorías de Reborn ¿no?

 

Corrió a todo lo que sus piernas daban para poder ver si es que la página de su libertad y la del Millefiore se encontraba en donde creía. En aquella camioneta agarrada a cierto caja grande que logro visualizar después de encontrar la primera página.

 

–A él no le gusta que estén en su bosque y roben sus dibujos… –susurro una extraña voz en la espalda del Sawada, de tono suave y a la vez un tanto triste.

 

 

 

~.~

 

 

Ambos tenían una que otra cortada en todo su cuerpo. Las respiraciones de los dos individuos eran entrecortadas. Aun con la luz de la linterna detrás del azabache se encontraba cierto joven. Su rostro no era visible ya que era cubierto por una máscara azul con cuecas vacías en los ojos, de los cuales salían un extraño liquido de color negro. Su piel, al contrario del azabache, era de color gris o negro. Una sudadera de igual color que su piel le cubría el torso, unos pantalones del mismo color que el de la sudadera blanca. La capucha de la sudadera le tapaba su cabeza, aun asi se podía ver que su cabello de era de color castaño oscuro, pasado negro.

 

–Jeff si lo matas, ¿me puedo comer sus riñones? –el tono era grave, sin embargo se notaba que era joven. El de mascara azul apunto con el dedo índice al albino, el primero se apoyaba en uno de los árboles. Byakuran cada vez más se reprimía por el acontecimiento de no escuchar al Sawada o al mismísimo Rokudo al hablarle sobre estos temas.

 

–Jack, no jodas estoy ocupado –ladro violento Jeff, volviendo a apuntar su cuchillo al Millefiore, este se puso a la defensiva.

 

–Vaya, hace tiempo no veía que alguien no te temiera y se defendiera de ti tan ferozmente –silbo el joven llamado Jack con cierta sorpresa en su voz–. Tiene agallas, me agrada.

 

– ¡MIERDA, CALLATE DE UNA PUTA VEZ JACK!

 

– ¡Hey, Jack! –grito un poco el italiano, descolocando un poco al castaño oscuro que le hablara con tanta familiaridad como si se conocieran desde hace demasiado tiempo o fueron amigos de infancia–.  ¡HAZME EL FAVOR DE DECIRLE A ESTE IDIOTA QUE NO ES CAPAZ DE ESCUCHAME QUE QUIERO SALIR DE AQUÍ Y QUE NO ME ASUSTA VER SU ROSTRO, JODER! –altero su propia voz–.  ¡Y QUE TAMBIÉN AFILE UN POCO MÁS SU JODIDO CUCHILLO DE COCINA PORQUE NO CORTA MUY BIEN!

 

Opto por el plan B de seguir poniendo atención contra quien estaba luchando en vez de pedir ayuda a otro lunático del bosque que se le cruzase en cualquier momento, porque estaba seguro que aquel lunático al cual pidiera ayuda haría un complot contra él. Típico de todos los que conocía, incluyendo a uno que otro miembro de su Famiglia.

 

Escucho como una risa psicótica salía de los labios del de mascara oscura.

 

–Es Halloween, ¿crees que de verdad este idiota se detendrá solo porque lo ordenas o yo se lo impido? –se encogió de hombros divertido–. Día de los muertos. Navidad o cumpleaños. Le da prácticamente igual que día sea, siempre necesita saciar su sed de sangre –negó levemente con su cabeza–. Jeff, tío… –hablo calmadamente, llamando un poco la atención del azabache que solo combatía con el albino–. Déjale. Te excita el hecho de que tus victimas griten de dolor y te pidan piedad, no vale la pena luchar contra alguien que si sepa defenderse, aunque sea divertido.

 

El asesino rechino sus dientes al saber muy en el fondo de su poca cordura de demente que Jack sostenía la verdad. Con desgana se alejó del Millefiore, dándole la espalda mientras se acercaba al Eyeless.

 

–Odio cuando tienes la puta razón –gruño por lo alto–. Como sea, ¿Qué hace un mundano en el bosque?

 

–Ni jodida idea –guardo su espada para observar de mejor manera a esos dos extraños. Aunque, le agrado el tío de mascara azul–. Despertamos en medio de la nada y…

 

¿Despertamos? Asi que hay más de uno… 

Pensó Jeff, con sus ojos llenos de satisfacción y con un brillo perverso en ellos.

 

–Joder Jeff no me digas que ya lo mataste. Este idiota me agrada –argumento Jack enojado.

 

–No, sigo vivo para la desgracia de ustedes –el castaño apareció de la nada detrás de Jack y Jeff, este último levanto la ceja por el hecho de no asustarse al ver su rostro y aun mantuviera su sonrisa en el rostro–. Ya he encontrado las páginas, Byakuran.

 

– ¿Sally? –cuestiono el azabache al ver una pequeña melena castaña detrás del desconocido. Su cabello era igual o más castaño que el que se encontraba delante de ella, con grandes ojos jade profundo, tez blanca y con algunas gotas de sangre en su rostro. Su vestido de color rosa pálido con algunas cortadas, y un poco mugriento. En sus manos sostenía un pequeño osito de peluche café–.  ¿Qué haces aquí?

 

–Me encontré a este joven que completo el juego. Tío Slender lo seguía, me dijo que venía con un idiota y no saben cómo llegaron aquí.

 

–Vaya, Tsunayoshi-kun sí que me amas –torció su sonrisa con una vena sobresaliente en su sien. Sus pasos se dirigieron a Sally quien miraba sus acciones sin hacer nada, saco otro dulce de la bolsa que había guardado con anterioridad en la hora de luchar contra el gran y legendario Jeff The Killer. Deposito en su mano otro dulce a los desconocidos del bosque–.  ¡Feliz Halloween! –sonrio y volvió a su antiguo lugar.

 

–Eso quisieras –se giró hacia los mayores que se apoyaban en uno de los arboles separados–. Por cierto, ¿Cómo salimos del bosque?

 

–Al completar el juego podrán salir por donde entraron… –contesto Sally, caminando hacia el castaño y tomarle de la mano–. Jack, ¿me lo puedo quedar? Por favor… –hizo un leve puchero para reclamar al castaño mayor como su propiedad.

 

–Te lo vendo –interrumpió el albino–. Mejor te lo regalo no lo necesito en la mafia –finalizo.

 

–Que yo nunca quise ser de la mafia –dijo en modo de defensa el castaño. La pequeña se sobresaltó por aquello, los mayores ladearon su sonrisa.

 

– ¡Ah, Slender! –grito Jeff, sin ver hacia su espalda.

 

– ¡AHHG! ¡EL RARITO! –Byakuran hecho a correr a todo lo que sus piernas pudo en el momento en el que se hizo presente la presencia de Slender. Volviendo de ese modo a perderse en la inmensidad del bosque.

 

– ¿No iras por él? –interrogo Jack al ver como el agente de la CIA tomaba el camino contrario al del albino.

 

–Ya vera Mukuro que hace con él –se dirigió hacia todos que le miraban con algo de diversión. –Adiós; Slender, Sally, Jack, Jeff, no vemos… ¿el próximo año?

 

–Sí, te presentare a Ben a Smile o a Toby en una de esas –Jack se acercó al castaño para despedirse con la mano y terminar en puño.

 

 

 

 

Notas finales:

Metro 2033:  El juego se desarrolla desde la perspectiva de un muchacho llamado Artyom. La historia tiene lugar en un Moscú post-apocalíptico, mayoritariamente dentro del sistema de metro de la capital, donde el protagonista fue criado, pero ocasionalmente el jugador debe ir a la superficie para completar misiones o conseguir munición. Los lugares visitados en el juego reflejan la atmósfera oscura de los túneles, aunque en una forma mucho más siniestra y tenebrosa. Fenómenos y ruidos extraños son frecuentes, y durante la mayor parte del juego, Artyom sólo depende de su linterna para poder ver en la total oscuridad. Sin embargo, la superficie es aún más letal, debido a la radiación dejada por las bombas en el pasado, y se necesita usar una máscara de gas en todo momento para sobrevivir el aire tóxico. Muchas veces, las locaciones del juego presentan una distribución intrincada, y el juego carece de cualquier forma de mapa. La única guía que tiene el jugador es una brújula, que no permite el uso de armas de fuego mientras se usa.

Metro: Last Light.

Secuela de Metro 2033

Ha pasado un año después de que Artyom enviara varios misiles a destruir la colmena de la raza conocida como "Los Oscuros", acabando así con la raza más misteriosa del post apocalíptico entorno en que ha quedado convertida la antigua Moscú. Parecía que la historia terminó ahí, hasta que una noticia cambia la situación. Khan, compañero de Artyom, le informa de que recientemente vio un Oscuro en un parque de la superficie el cual habría sobrevivido al ataque. Encontrar a ese ser podría cambiar el curso de los acontecimientos. Es por ello que deciden notificárselo a Miller, líder de su estación, con la esperanza de convencerlo para que les permita contactar con la criatura. Sin embargo, en lugar de eso, Miller decide enviar a Artyom junto a su hija Ana para matar al Oscuro superviviente.

 

 

 

Espero que les haya gustado esta espútides. Sobre los demás fics estare atrasada porque seran las finales de los examenes más trabajos de manualidades y presentaciones que...no se cuando subirlo.

 

 

¡Nos leemos luego~!

 


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