Era casi medianoche y un hombre de descendencia china sonreía emocionado y alegre cantaba a viva voz una tonada que fuera popular años atrás... El agua de la ducha recorría su cuerpo desnudo que denotaba algunas marcas, cerrando los ojos sentía su cuerpo estremecer por lo vivido minutos y horas atrás y de pensarlo cantaba con más fuerza.
Like a virgin (Como una virgen)
Touched for the very first time (Acariciada por primera vez)
Like a virgin (Como una virgen)
When your heart beats next to mine. (Cuando tu corazón late junto al mío)
-¡Deja de cantar idioteces…! Le gritaba Hoozuki que arreglaba la sala recogiendo el tiradero que habían formado en esa ajetreada tarde y parte de la noche, pero solo escuchaba más fuerte el canto del chino que seguramente lo hacía con el afán de molestarlo.
Gonna give you all my love boy (Te voy a dar todo mi amor, nene)
My fear is fading fast, (mi miedo se desvanece rápido)
Been saving it all for you (Estuve guardándolo todo para ti)
Cause only love can last. (Porque solo el amor puede durar)
-Eres tan molesto… Le gritaba el japonés escuchando esa parte de la canción, de cierta forma le hacían avergonzarse frunciendo el ceño recogía el desorden.
-No gritaría si vinieras a bañarte conmigo… Hablaba Hakutaku con tono coqueto no podía evitar el sonreír se sentía muy feliz y satisfecho.
-Si vinieras te lo susurraría al oído… Insinuaba pícaro el chino, Hoozuki atento lo escuchaba y en su ser debatía el ir al bañarse con él, no le parecía mala idea. Después de esas horas de intimidad se sentía muy satisfecho y de algún modo se sentía contento.
-Sabía que vendrías… Susurraba eróticamente la bestia divina sintiendo como los fuertes brazos de Hoozuki lo apretaban por su estrecha cintura, su cuerpo mojado se apegaba al otro que desnudo se humedecía con el pasar de los segundos.
-Todo sea porque te calles… cantas horrible… Murmuró con fingida molestia el japonés apegando su nariz a la mojada nuca del chino que se estremecía al contacto, era por demás erótico el ambiente, el agua corriendo en sus cuerpos y esas manos que con firmeza lo acariciaba en esa parte tan sensible de su cuerpo.
-¿Por qué no sigues cantando? Dijo con burla el japonés a su oído al escucharlo gemir con fuerza cerrando los ojos el chino se daba media vuelta y se abrazaba a su cuello enredando a la vez sus piernas a su cintura, Hoozuki no pudo evitar excitarse y a la vez sonrojarse, esas reacciones confusas que de alguna forma le hacían sentirse bien, y algo que no había experimentado en su vida.
You're so fine and you're mine (Eres tan bello y eres mío)
Me haces sentir fuerte (Make me strong)
Fueron las palabras en forma melodiosa que entonaba el chino enamorado al oído de su ahora amante al terminar de decirlas ambos unieron sus labios en un profundo pero apasionado beso, sintiendo sus seres estremecerse y aun con el agua fría que los recorría sus cuerpos se calentaban de nuevo.
-Nhn…Hoozuki… Decía entre gemidos la bestia divina al frotar su miembro erecto contra el cuerpo desnudo de su amante en un vaivén erótico que los hacía temblar, sintiendo como su respiración parecía cortarse de tanto placer contenido y por esos besos asfixiantes que lo dejaban sin aliento.
-Nhn.. Jadeaba el japonés al sentir su miembro erguirse ante la sensual fricción de sus cuerpos, a pesar de pasar algunas horas en la placentera labor sus cuerpos no mostraban todavía fatiga, más bien se sentía embelesado por profanar de nuevo ese frágil aunque no tan frágil cuerpo, sin pensarlo dos veces lo desenredo de su cuerpo y de espalda lo colocó contra la pared húmeda del baño, el chino sonrió y acomodándose esperaba el ser embestido de una vez poniendo sus manos contra esa pared abriendo ligeramente sus piernas esperaba ansioso la feroz estocada de su amado.
-Ahhh… Gimió con fuerza el chino sintiendo como en una sola estocada todo ese prominente miembro invadía su mojada cavidad anal, aferrándose con más fuerza a esa pared sentía desfallecer, nunca en sus largos años de existencia se había sentido tan complacido, tan completo, más allá del placer físico que le brindaba el japonés había una calidez que inundaba su interior, su corazón latía frenético y deseaba permanecer para siempre con él, en un deseo sincero de su corazón, Hoozuki lo embestía con delicia, en cada estocada sentía de alguna forma tocar el cielo, aunque sonara cursi y ridículo, no podía evitar el acariciarlo y besarlo, era todo ese delgado cuerpo una exquisitez de deseo y placer, sintiéndose embriagado del dulce sabor de su piel, de la melodía de sus jadeos y gemidos, no lo entendía, pero era la quinta vez en esas horas que lo tomaba y parecía como si fuera la primera vez.
-Te amo… Decía entre gemidos la bestia divina sintiendo como su cuerpo parecía estallar en placer en cualquier momento, a la vez sentía como su amado a la vez que lo embestía deliciosamente con sus manos estimulaba su miembro provocándole mayor placer , fue cuando en el baño se escuchó un gemido ahogado y un líquido espeso se escurría entre los dedos de Hoozuki que complacido sonreía viendo al otro perder un poco el equilibrio por haber llegado a ese éxtasis anhelado sosteniéndolo para que no cayera.
-¡Delicioso.! Susurraba el japonés con un tono erótico sin separarse de él, aprovechando su debilidad lo colocó en cuatro en el frio y mojado piso, y embistiéndolo con más rapidez pretendía también llegar al orgasmo, varios segundos pasaron y un gruñido advertía que el interior de Hakutaku se inundaba de su abundante esencia, cuando se calmaron un poco se pusieron de pie y viéndose frente a frente bajo esa ducha se regalaban un dulce beso.
-Estoy cansado… Decía Hakutaku mientras se ponía algo de ropa después de ese sensual baño y a la vez bostezaba restregándose los ojos.
-Pensé que eras insaciable… Le dijo el otro con sarcasmo mientras también se vestía, lo miraba de reojo.
-Hacemos una buena pareja de insaciables… Aclaraba con una sonrisa traviesa el chino abrazándose a su amante, y lo miraba amoroso este al sentirse observado así, desvió incomodo la mirada.
-Cállate y vamos a dormir… Murmuró Hoozuki con fingida molestia alejándose de él se recostaba en la cama pero haciéndole un espacio al otro, lo invitaba indirectamente a compartir sus horas de sueño Hakutaku feliz se lanzaba con un fuerte salto a la cama.
-Oye… tranquilízate… Le regañaba molesto el japonés mirándolo mal.
-¡Es que estoy feliz! Se justificaba con una radiante sonrisa Hakutaku refugiándose en el regazo de su amante que no se negaba a eso.
-Eres estúpido eso es lo que pasa. Refunfuñaba con aparente molestia le pellizcaba con fuerza las mejillas dejándoselas rojas pero el otro seguía sonriéndole aunque le dolía un poco.
-Mientras más mal me trates más te amaré… Decía la bestia divina cuando sus mejillas fueron soltadas de ese “cariñoso” pellizco.
-Eso solo significa que eres más estúpido de lo que pensé… Murmuraba el japonés con mala cara y seguían en su pequeña discusión pero ninguno de los dos se percataron que eran observados por un ser divino también que con celos y coraje los miraba, pues ambos aunque discutían en sus miradas destellaban un brillo especial muy evidente para quien los miraba.
-¿Cuándo pensarás decirle la verdad querido Hakutaku? Susurraba con algo de malicia ese misterioso ser, quien era amigo cercano del chino, se notaba decepcionado de que ese plan que tramó le saliera en contra, nunca imagino que Hoozuki se enamoraría a primera vista de la bestia divina, aunque el mortal tratara de disimularlo, era obvio el amor que le sentía, ahora se sentía estúpido y pensaba en cómo solucionar su fallo y que su plan volviera a jugar a su favor, pero solo de verlos sabía que sería difícil pues ya estaban besándose de nuevo y se abrazaban hasta al parecer quedarse dormidos en esa primera noche oficial que estarían juntos como amantes.