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I say a little prayer for you por SebbyPhantomhive

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Notas del capitulo:

Primero que todo quiero agradecer a quienes han seguido fielmente este fic... siempre es emocionante terminar una historia, espero con sinceridad les guste, este capitulo tiene algunas sorpresas inesperadas así que estén listos...
 https://www.youtube.com/watch?t=101&v=T-LI9bbQ1AQ
 

 
-Pudieron borrar sus recuerdos, pero jamás borrarán sus sentimientos...- Decía con enojo la bestia divina de apariencia más adulta a su otro compañero, mientras veían caminar a unos pasos de ellos a Hakutaku con desesperación.
-¿Te sientes satisfecho?- Cuestionaba Fénix con molestia a su amigo Kirin pues él era el causante de toda las aventuras y desventuras de Hakutaku, fue el quien había ido directamente a los altos mandos a notificar la relación de la bestia divina con el humano, algo que era totalmente prohibido en el cielo, aunque no le satisfacía porque veia como su "amor" confundido buscaba desesperado algo a su alrededor.
-Hakutaku...- Le llamaba Fénix acercándosele el otro se alejó de ellos con pesar, la bestia divina se detuvo y volteó a verlo, en su mirada llorosa se notaba la desesperación.
-Tranquilo...- El de apariencia mayor le acariciaba la cabeza con ternura para calmarlo, le entristecía verlo así tan confundido y desorientado.
-Debo encontrarlo... debo encontrarlo...- Murmuraba Hakutaku con tristeza y ansiedad mirando su entorno.
-¿A qué o quién?- Cuestionaba Fénix fingiendo no saber, aunque él conocía toda la verdad pero tenía prohibida decirle o de lo contrario su existencia desaparecía, confiaba que Hakutaku lo recordara por sí solo.
-No lo sé... solo debo hallarlo...- Respondía Hakutaku con la mirada perdida, pues no tenía idea de que era lo que buscaba.
-Me duele...- Dijo mientras tocaba su pecho, esa ansiedad que se apoderaba de él era abrumante.
-Ayúdame a buscarlo- Fueron las palabras de la triste bestia divina mientras secaba sus lágrimas con las anchas mangas de su ropa, tomando la mano del otro lo llevaba con él para buscar eso que se le había perdido y le había dejado un profundo vacío en su ser. Mientras tanto en el mundo mortal específicamente en la habitación de un lugar turístico alguien llamaba por su celular.
-Si es algo del trabajo, olvídalo... Hoozuki disfruta tus vacaciones...- Se escuchaba al otro lado del teléfono esa voz al darse cuenta del número que le llamaba.
-Es solo que...- Murmuraba un desolado japonés a su amigo cuando la tarde caía, todo el día había tratado de explicar esa sensación de vacío.
-Estás raro...- Dijo Momotaro al escuchar el tono inusual de su amigo al hablarle, pues él no se mostraba así, parecía algo vulnerable, se quedaron en silencio.
-Ya sé... te sientes solo, por eso te dije que cuando pidieras tus vacaciones sea cuando tuvieras a alguien con quien disfrutarlas... Pero puedes conocer a alguien- Hablaba su amigo tratando de animarlo, pues aun por teléfono se notaba que algo le estaba pasando, pero este solo escuchó el teléfono cerrarse, su amigo se había ido sin despedirse, algo preocupado se quedó él pero sabía que no podía hacer mucho por él.
-Solo... solo...- Murmuraba Hoozuki pues esa sensación de soledad parecía crecer en su interior, aquello le frustraba en gran manera, extrañaba a alguien pero no sabía qué o a quien era, y esa incertidumbre le dolía, una triste lagrima rodó por su mejilla.
Dos seres de distinta naturaleza estaban separados pero a pesar de que sus recuerdos juntos fueron borrados por completo ambos sentían la fuerte necesidad de estar con alguien que ciertamente parecía no existir, solo sabían con certeza que el vacío de sus corazones no podían ser llenado, la tristeza, nostalgia y soledad se apoderaron de ellos, cada cual en su mundo veían las horas, días, semanas correr y aun no tenían respuesta alguna a su incertidumbre, aumentando su tristeza y pesar.
Cuando te necesito
solo cierro mis ojos y estoy contigo.
Y todo lo que quiero darte
Está a tan solo un latido de distancia.
Cuando necesito amor
estiro mi mano y te toco amor
Nunca supe que había tanto amor ahí
manteniéndome cálido noche y día
 
-¿Qué te sucede Hakutaku?- Se escuchaba decir preocupado a Fénix cuando su amigo caminaba y de repente parecía caer.
-no sé... solo me sentí mareado...- Decía la bestia divina quien parecía resignarse a ese vacío, con una leve sonrisa le hablaba a su amigo.
-No has comido bien en los últimos días- Le regañaba el de apariencia mayor mientras lo ayudaba a sostenerse, Kirin de lejos los veía pero en lugar de acercárseles se alejaba de ellos.
-¿Qué sucede con Kirin? ha estado muy distante conmigo en estos días- Dijo Hakutaku extrañado olvidando su malestar y observaba la figura de su amigo alejarse.
-Ya lo conoces, está en esos días en que se deprime, no le hagas caso- Respondía el otro porque no podía decirle en realidad lo que le pasaba, fue cuando la bestia divina palideció todo y se desmayó en brazos de su amigo.
-Haku...- Murmuraba preocupado su amigo sujetándolo de prisa lo llevaba a un lugar cómodo, era raro que una bestia divina se enfermara, fueron a un experto en medicina del cielo, y fue cuando al revisarlo notó algo inusual en Hakutaku que inconsciente no se percataba de lo que pasaba, cuando despertó le dieron la inesperada noticia que él nunca se hubiera esperado, ni siquiera podía imaginárselo, se mantuvo en shock por unos minutos, cuando parecía asimilar la realidad decidió hablar.
-¿Cómo pude embarazarme?- Dijo sorprendido, enojado y confundido pues no entendía el motivo de su embarazo, el médico y su amigo callados lo miraban
-No recuerdo haber estado con alguien...- Hablaba Hakutaku sobándose la cabeza algo alterado pues por más que tratara de encontrar algún desliz amoroso, no lo sabía hace meses que no tenía intimidad con alguien, ni hombre ni mujer.
-Algo me están ocultando... Fénix...- Habló Hakutaku ya molesto, pues notaba como su amigo parecía ocultarle algo, este agradeció al médico y salieron de allí era mejor hablar en un lugar más privado, llegaron a un lugar tranquilo del cielo y decidieron hablar.
-Si abro mi boca lo más probable es que muera.- Se justificaba con tristeza Fénix pero sus palabras eran ciertas, aunque quisiera contarle la verdad a su amigo no podía, Hakutaku lo entendió y resignado sabía que no podía obligarlo porque tampoco quería verlo morir.
-Si alguien aquí debe morir ese debo ser yo...- Se escuchaba decir a Kirin acercándoseles, esto sorprendió a ambos.
-No digas eso, hablaremos con los altos mandos- Hablaba Fénix aunque sabía que su amigo había actuado mal, no quería que muriera.
-Fénix... ya ellos saben lo de Hakutaku, ya lo decidieron.- Les dijo este con seriedad, Hakutaku no entendía de lo que hablaban, ¿era tan serio para que los altos mandos lo supieran? Su confusión solo aumentaba.
-Déjanos solos...- Le dijo Kirin a su amigo para que lo dejara a solas con el embarazado, el otro no quería.
-Te dije que nos dejaras solos- Le gritó y Fénix resignado los dejó solos pero a unos pocos metros los observaba,
-Hakutaku... ese niño es un milagro, y como tal en el cielo no puede ser rechazado, yo te hice mucho daño, jugué contigo, jugué con él...- empezaba su explicación Kirin mirando fijamente a Hakutaku que no entendía que trataba de decirle, alguien más estaba involucrado, ¿era el padre de su niño...? ¿Era el que tanto buscaba, el que le faltaba?
-No entiendo...- En medio de sus dudas musitaba en voz baja Hakutaku tocándose su vientre.
-Ese alguien que tanto buscas está en mundo mortal, ese alguien te enamoró en cuerpo y alma pero por mi deseo egoísta te volviste humano y estuvieron juntos unos días, al ver que las cosas no salieron como lo planee, les informé a los altos mandos de tu romance y ellos borraron tus recuerdos de él, así como él y su mundo borraron algún rastro de ti ; como castigo.- Hablaba el otro Hakutaku con cada palabra no podía creerlo, como su amigo pudo traicionarlo así, después de todo no estaba loco al sentir ese vacío en su ser, ese alguien si existía.
-¿Por qué hiciste algo así?- Preguntó con enojo la bestia divina a su supuesto amigo que arrepentido lo miraba.
-No lo notaste en tantos siglos juntos, te amo...- Confesó el otro con un leve sonrojo mirándolo fijamente, Hakutaku sorprendido no sabía que decir.
-Perdóname Hakutaku... perdóname Fénix- Decía Kirin y su existencia parecía desvanecerse lentamente, era cierto la sentencia de los altos mandos, quien le dijera la verdad a la bestia divina desaparecería, Fénix corrió a él con tristeza lo veía desaparecer y tal vez nunca volverían a verlo, resignados solo se despidieron.
-A veces ni nosotros no salvamos de la mala suerte...- Murmuraba con tristeza Fénix, le dolía que su amigo de tantos siglos desapareciera pero sabía que era algo que el mismo se había buscado por sus malas acciones.
-¿Quién es el?- Cuestionó Hakutaku a su amigo, preguntándole por el humano que amaba.
-¿Quieres que yo muera?- Respondió el otro con seriedad.
-No... claro que no...- Dijo la bestia divina al darse cuenta de su imprudente pregunta, pero no podía evitar el querer ir a buscarlo al mundo mortal, ambos se quedaron en silencio.
-Cuando nazca tu hijo tal vez al ver su rostro lo recuerdes- Trataba de animarlo su amigo tomando su mano en señal de apoyo, Hakutaku sonrió y acariciando su vientre, se llenaba de esperanza, todo no estaba perdido, desde ese día la bestia divina recuperó su sonrisa sincera y contemplaba cada día y noche el mundo mortal, deseando con sus plegarias que su amado lo estuviera esperando, no sabía cómo haría pero al nacer su hijo tenía la certeza de que se reencontrarían.
-Hoozuki... no deberías conducir cuando has bebido tanto- Era lo que decía Momotaro a su amigo que desde hace unos meses estaba deprimido, y había optado en cada noche emborracharse tal vez con el afán de olvidar esa sensación de vacío.
-Pediré un taxi- Le decía cuando este se disponía a irse en su auto, en un descuido de este Hoozuki aprovechó y se marchó de prisa, su amigo le gritaba a lo lejos pero el japonés lo ignoraba, iba manejando por una carretera en la radio escuchó una canción que le llamó la atención.
I say a little prayer for you... (Digo una pequeña plegaria por ti...)
Forever and ever (Por siempre y siempre)
You'll stay in my heart and I will love you (Tu estarás en mi corazón y yo te amaré)
Forever and ever (Por siempre y siempre)
We never will part (Nunca nos separaremos)
Oh how I'll love you (Oh Como te amaré)
Together, together (Juntos, por siempre)
That's how it will be (Así es como será)
To live without you (Para vivir contigo)
Would only mean heartbreak for me (Significaría solo angustia para mi)
Escuchando esa melodía su ser se embargó de una extraña nostalgia, no se percató de que otro auto venía a él con velocidad, lo que provocó que al esquivarlo se estrellará a un árbol cercano, muy mal herido dentro de su auto sentía que la vida se le escapaba cerrando los ojos, se lamentaba de no haber encontrado la respuesta a su incertidumbre, pero un reflejo pasó por su mente una sonrisa parecía aparecerle en un recuerdo, cuando vio el rostro de un chino que le decía "te amo", eso lo hizo llorar.
-Haku...taku...- fueron sus últimas palabras pero por lo menos sabía que ese alguien que tanto extrañaba y amaba si existía, con una sonrisa se despidió de la vida, deseando que en otra vida pudieran encontrarse.
-No creo que lo haya notado- Susurró Fénix al ver el ánimo decaído de Hakutaku quien con su vientre más abultado recostado en una nube, miraba al mundo mortal.
-Hakutaku... vamos a recoger unos melocotones- Le decía este para animarlo cuando vio como la bestia divina se sentaba y unas lágrimas rodaban por sus mejillas.
-¿Por qué lloras?- Cuestionaba dudoso Fénix al ver esas lágrimas en el embarazado, se suponía que él no sabía que su amado había muerto unos días atrás, acaso él lo presentía.
-No lo sé- Murmuró Hakutaku secándose las lágrimas, su amigo lo veía y se contenía las ganas de contarle, pero tal vez quería evitarle más sufrimiento.
-El murió... y tal vez nunca lo recordará...- Susurraba Fénix quedándose detrás de él mientras la bestia divina caminaba hacia la gran arboleda de melocotones del paraíso. Al llegar los dos caminaron por un rato cuando una fuerte brisa los estremeció, haciendo perder un poco el equilibrio al embarazado, cuando alguien lo sujetó y las hojas a su alrededor revoloteaban, Fénix se sorprendió de ver quien era, que se quedó paralizado.
-Gracias...- Murmuraba Hakutaku al sentirse a salvo y todavía no veía a quien lo había ayudado, sonriente se disponía a agradecerle de nuevo cuando escuchó un regaño.
-Debería tener cuidado, ya que lleva un bebé- Le regañaba ese extraño que parecía malhumorado, el embarazado cambió su humor a uno molesto no le gustaba que lo regañaran y mucho menos un extraño.
-Solo me resbalé... tú no eres quien para...- Decía Hakutaku molesto pero no terminó de hablar pues al ver a quien lo había regañado, simplemente se quedó sin palabras, sorprendido una gama de recuerdos se agolparon a su mente.
-Hoo...zuki...- Musitó parpadeando de prisa, como no creyendo lo que sus ojos veían, ese hombre que al parecer ahora trabajaba en el cielo era el humano que el tanto amaba, el otro desconcertado no sabía porque ese hombre embarazado sabia su nombre, lo próximo que sintió fue como este lo besaba con firmeza en los labios, entonces sus recuerdos regresaron también, emocionados los dos se abrazaron por fin habían encontrado a ese alguien que tanto buscaron.
Fenix miraba la escena y se alegraba por su amigo, después de todo los altos mandos no eran tan malos, mostraron benevolencia con ellos, pues era difícil que un humano entrara al paraíso a menos que fuera un ser humano excepcional, seguramente no lo hicieron reencarnar para que él se quedara junto a su gran amor, y que sobre todo eran benevolentes al haber mantenido sus recuerdos. Varias semanas pasaron y se notaba el rostro preocupado de Hoozuki fuera de una habitación, cuando escuchó el llanto de un recién nacido, entonces su hijo había nacido, entró de inmediato a verlo.
-Es muy hermoso... claro que se parece a mí...- Decía pretencioso y sonriente el todavía adolorido Hakutaku quien en su cama recibía al pequeño niño en sus brazos.
-Eso crees tú...- aclaraba Hoozuki acercándoseles aunque lo disimulara se notaba su emoción, viendo al pequeño fruto de su amor con la bestia divina sonreía levemente, le daba un beso en la frente del bebé que tenía un leve tono rojizo, seguramente heredaría el símbolo de la bestia divina.
-Y a mí...- Murmuraba resentido la bestia divina al no recibir un beso de su pareja, quien desvió la mirada y le dio un pequeño beso en los labios.
-Estaremos juntos eternamente...-Susurró con emoción Hakutaku con lágrimas de alegría en sus ojos,
-Por la eternidad los amaré- dijo Hoozuki con una sonrisa sincera no le importaba que su efímera vida mortal se hubiera acortado por la felicidad eterna que tenía ahora, no se lamentaba más bien eso lo alegraba mucho, cariñosos los padres se abrazaban con sincera felicidad y su pequeño bebé en medio de ellos los miraba atento, lo que empezó como un juego de azar del destino se convirtió en la razón de vivir y amar de dos seres de tan distinta naturaleza, quienes vencieron la vida, la muerte, el destino, y al final, después de todo el amor venció los obstáculos como lo dijo la bestia divina, esa patraña que no creía Hoozuki se le hizo realidad.
 
 

Notas finales:

 
 
Muchas gracias por seguir este fic... espero haya sido de su agrado y les haya emocionado al leerlo como a mi al escribirlo, gracias sinceramente y nos leemos en el final del otro mini-fic y también pronto en el nuevo fic de esta pareja que adoro... Bueno el vídeo de la canción que me inspiró para este inesperado final es de la película Orgullo y Prejuicio una de mis películas favoritas *_*
Besos :*


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