Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I say a little prayer for you por SebbyPhantomhive

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

gracias por leer

 

La puerta se abría lentamente el rostro malhumorado de Hoozuki se asomaba, pero un extraño sentir le invadió, sospechaba que algo pasaba en su departamento, sacándose los zapatos, dejando sus llaves y maletín donde siempre los dejaba, caminada con cautela mirando atento a su alrededor.

-Lo que me faltaba… algún ladrón en mi casa… Murmuraba resignado el hombre agarrando entre sus manos un bate que estaba cerca, empuñándolo se preparaba para ver si ese intruso se atrevía a asomarse.

-Te daré la oportunidad de irte, seguro te habrás dado cuenta que no tengo cosas de gran valor… Decía en voz alta Hoozuki revisando su casa, pero no encontraba a nadie, el último lugar seria su habitación, pasando saliva se disponía a abrir la puerta, al abrirla no vio a nadie.

-Tal vez todo es imaginación mía… Hablaba Hoozuki mirando a su alrededor,  cuando se disponía a agacharse a buscar debajo de la cama, pero vio a un gato misterioso que jugaba en el vidrio de la ventana, entonces supuso que esa sensación de que alguien estaba allí, era ese gato juguetón, bajando su supuesta arma de defensa, el hombre se disponía a desvestirse, sin sospechar que alguien debajo de la cama contenía la respiración, y totalmente sonrojado veía las prendas caer al piso, no podía evitar la traviesa bestia divina excitarse al querer espiarlo desnudo, aun cuando antes bien pudo hacerlo en su condición de ser invisible a los mortales, pero por vergüenza nunca lo miró desnudo.

-Debo irme… Susurraba Hakutaku saliendo de debajo de la cama con delicadeza sin hacer ruido, aprovechando que escuchaba como su amado canturreaba en la ducha, no podía evitar emocionarse al escuchar su firme y profunda voz cantar, aunque en su ser se debatía por presentarse ante él y saber cuál era la reacción de este, por otro lado se le hacía un nudo en la garganta por el miedo de enfrentarlo, siendo ahora alguien a quien podía tocar, quería recibir una caricia o un beso de despedida de ese humano que lo tenía totalmente enamorado, suspirando resignado se disponía a marcharse cuando sin darse cuenta tropezó con el bate que estaba arrimado en la pared, haciéndolo caer, el ruido de la caída, hizo que Hoozuki se sobresaltará en medio de su baño, mojado y desnudo salía a ver y capturar al intruso, que seguramente no era el gato.

-¿Quién eres tú? Gritaba alterado Hoozuki que llevaba una escobilla del baño en sus manos para defenderse de ese intruso,

-Lo siento… lo siento… Repetía nervioso y asustado Hakutaku tirado en el piso, agachando la mirada, Hoozuki al ver que no era alguien peligroso, se calmó un poco.

                                    

-¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? Cuestionaba igual molesto Hoozuki, mirándolo fijamente,

-Cúbrase por favor… Le gritó avergonzado y sonrojado Hakutaku cuando al levantar la mirada lo que vio fue el escultural y sensual cuerpo desnudo y húmedo de quien amaba,

-Usted no es quien para decirme si debo o no debo andar desnudo en mi casa, Le respondió seriamente el hombre sin intención de cubrirse.

-Ahora me podría explicar cómo una extraña mujer está en mi departamento, y quiero una explicación rápida o llamaré a las autoridades. Amenazaba Hoozuki con firmeza en su voz esperando una buena excusa.

-Bueno… vi la puerta abierta así que entré… no pensaba hacerle daño, solo tenía hambre y quise algo de comer… ya me iba. Hablaba Hakutaku que había adaptado su forma humana a una femenina, para tal vez suavizar la actitud de su amado que con mirada siniestra lo veía.

-Disculpe las molestias… Decía el chino mirando al suelo, veía como Hoozuki caminaba al baño seguramente por una toalla para cubrirse.

-Tu historia es un poco extraña, además siempre cierro la puerta, no pudiste entrar por ahí. Hablaba el hombre con mirada sospechosa a esa extraña mujer de apariencia china y extrañas ropas.

-No… la dejaste abierta… Acertaba a decir el chino con voz aguda, no podía evitar sentirse intimidado ante ese hombre frente a él, cuantas semanas lo había observado sin ser notado y ahora por una bendición o maldición estaba ahí, mirándolo, siendo notado.

-No me agradas, tal vez eres una acosadora o una enferma pervertida que trataba de abusar de mí. Murmuraba con molestia Hoozuki mirándola fijamente, viendo como esa atractiva joven se sonrojaba cada vez más.

-Que idioteces dices… Dijo divertido Hakutaku en medio de una risita, esa era una de las cosas que amaba de ese hombre a pesar de su seriedad y frialdad siempre era tan ocurrente, cuantas veces se había reído de sus tonterías cuando solo lo observaba.

-¿Me estás diciendo idiota…? Replicaba molesto el hombre, y Hakutaku dejó de sonreír, desviando la mirada trataba de ponerse de pie para salir de allí.

-¿Te torciste el tobillo? Preguntaba el hombre semidesnudo mirando como ella parecía con dificultad querer levantarse.

-Creo que si… Susurraba avergonzado y frustrado Hakutaku, su día no podía empeorar más, cuando de pronto sintió como su fuerte Hoozuki lo cargaba entre sus brazos para llevarlo a la cama, con nerviosismo trataba de zafarse, pensando que en esa cama la situación podía tornarse comprometedora.

-No voy a violarte, si es lo que piensas… Se jactaba sarcástico el hombre recostándolo sobre la cama, Hakutaku avergonzado arqueando una ceja prefirió callarse pues tal vez en el fondo si le gustaría ser violado.

-Iré por algo de hielo y unas vendas… Decía Hoozuki al ver un brillo extraño en la mirada de esa mujer.

-Gracias… Susurraba Hakutaku viéndolo alejarse al baño, seguramente primero iría a ponerse algo de ropa para atender a su inesperada visita.

-No es nada… señorita misteriosa y acosadora. Hablaba el hombre en el interior del baño.

-No soy acosador… acosadora… Se defendía la bestia divina, que se sentía extraño en esa forma femenina que no sabía en qué momento cambiaria de forma. Pasaron unos minutos y Hoozuki  salía cambiado del baño, la bestia divina sentía acelerado su corazón, y solo veía como este parecía ignorarlo caminaba hacia la cocina.

-debo decir que usted no es mi tipo de prospecto amoroso, así que no se ilusione. Hablaba con sarcasmo Hoozuki cuando sentado en la cama ponía hielo sobre la torcedura de Hakutaku.

-Claro que no… Dijo molesto ante esa insinuación el chino, recordaba la hermosa mujer de la noche anterior, era voluptuosa y sexi, comparada con su ahora versión femenina toda plana, eso le frustraba más.

-Debo irme… seguramente a su novia no le gustaría ver a otra mujer en la cama. Dijo algo ofendido el chino tratándose de levantarse.

-¿Novia? Murmuró con una pequeña sonrisa Hoozuki, pues esa dichosa novia ni existía, mientras sutilmente evitaba que Hakutaku se levantara.

-¿No tiene…? Cuestionó algo esperanzado el chino, tal vez su cita de anoche no había funcionado y eso lo alegraba aunque lo disimulaba.

-No tengo… es más creo que no me gustan las mujeres…. Dijo con una pequeña sonrisa irónica el hombre, mientras colocaba una venda en el tobillo de Hakutaku, quien no pudo evitar emocionarse más, era una aclaración que le alegraba más, pues su género aunque algo indefinido como divinidad, se encaminaba más a ser masculino, esa sonrisita picara inconsciente del chino, hizo extrañar al hombre que lo miraba fijamente.

-No me diga que usted es una de esas chicas…. Hablaba Hoozuki con extrañeza.

-¿Cuáles chicas? Cuestionó dudoso Hakutaku.

-A las que llaman fujoshis, que les agrada el amor entre hombres…. Decía serio el Hoozuki, la bestia divina se echó a reír a carcajadas, por esa aclaración, no había duda amaba a ese hombre, lo amaba tanto, amaba sus ocurrencias y aunque la situación que vivían era extraña, se alegraba tanto de estar así.

 

-Lo que me faltaba una loca desconocida irrumpiendo mi vida… Exclamaba en medio de un suspiro de resignación el hombre arqueando una ceja, pero dentro de su corazón intuía que esa inesperada visita le cambiaría la vida de alguna forma. 

Notas finales:

:* 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).