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I say a little prayer for you por SebbyPhantomhive

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Hakutaku lo veía alejarse a su habitación mientras él se acomodaba en el sofá donde dormiría esa noche, ya era de madrugada y aunque intentaba dormir, conciliar el sueño no podía, se sentía ansioso porque parecía que el tiempo se le venía encima y no podría lograr su objetivo, se levantó del sofá y caminaba lentamente hasta la habitación del hombre que esa noche lo acogió en su hogar, lo miró embelesado por unos segundos mientras este dormía, eso le recordaba cuando era un dios y lo veía dormir sin ser notado.

-¿Qué haces pervertido? Se escuchaba esa pregunta de repente en medio de la oscuridad de la madrugada sorprendiendo y poniendo en pánico a la bestia divina.

-Nada… Respondió nervioso retrocediendo su paso y disponiéndose a irse antes de ser lanzado contra la pared.

-Creí escuchar un ruido y vine a revisar… Murmuraba nervioso tropezando por todo lo que había en su paso, el otro se sentó en su cama pues tampoco podía conciliar el sueño y estaba un poco malhumorado.

-Ya sé… no puedes dormir solo… o necesitas una sábana para dormir. Decía de forma sarcástica a ese que se iba pero detuvo su paso al notar que Hoozuki no parecía querer lastimarlo.

-No… estoy bien… Respondió con una sonrisa nerviosa y a la vez dudosa porque no sabía las intenciones de ese hermoso humano que aun despeinado no dejaba de ser encantador.

-¿Quieres dormir conmigo? Le preguntaba Hoozuki con seriedad

-¿Queee? Dijo alarmado y avergonzado la bestia divina muy sonrojada y no acertaba que hacer pues en realidad sería un gran paso a sus planes una proposición de ese tipo, pero a la vez en su mente se cruzaban imágenes pervertidas de los dos y eso lo hizo avergonzar más.

-Dije solo dormir, no quiero tener sexo contigo… las personas tienden confundir el termino dormir… no lo entiendo… Aclaraba malhumorado el mortal con el ceño fruncido, ya con esa aclaración Hakutaku se sentía algo aliviado aunque no sabía si era una trampa.

-¿no te molesta?  Cuestionaba con timidez la bestia divina acercándose lentamente a la cama mientras veía a su  mortal hacerle un espacio.

-Mi almohada favorita a la que duermo abrazado está sucia. Decía sin darle mucha importancia Hoozuki recibiendo en su cama a ese sonrojado hombre que nervioso se recostaba a su lado, cuando se recostó la bestia divina se sonrojó más cuando sintió esos fuertes brazos rodearle.

-No eres tan suave como mi almohada… pero estás calientito… Dijo en un susurro el mortal acomodándose para dormir, y Hakutaku pensaba que era cierto ese hombre no dormía sin su almohada grande pero algo no le convencía.

-¿Por qué hace esto? Preguntó acalorado y nervioso Hakutaku que tenso se dejaba abrazar y sentía las piernas del otro también abrazando las suyas.

-Ya te dije mi almohada está sucia…  Respondió entre dormido Hoozuki.

-¿Qué le pasó? Fue la pregunta de la bestia divina tratando de aclarar su duda

-Accidentalmente le cayó café… Dijo el hombre con algo de molestia pues el sueño le invadía y no quería escuchar más preguntas, entonces Hakutaku recordó que él conocía mejor que nadie la rutina de su amado, y él nunca tomaba café u otra bebida cerca de su almohada favorita, y que justamente ahora le haya caído café le parecía una táctica para cogerlo de almohada, si eso era así eso significaba que Hoozuki lo quería tener cerca, con emoción comenzó a retorcerse lentamente

-Puedes quedarte quieto… le gritó Hoozuki apretándolo con más fuerza, así en silencio se  quedaron y de alguna forma los dos conciliaron el sueño en esa fría madrugada,  pero el más emocionado era Hakutaku que se durmió con una enorme sonrisa en sus labios no estaba mal el avance para la primera noche juntos y su pensamiento alegre era este.*Creo que la suerte me favorece*

-Buenos días…  Se escuchaba decir a Hoozuki despertándose sintiendo junto a él a su extraño visitante que tenía los ojos abiertos.

-Buenos días…  Dijo algo malhumorado la bestia divina.

-¿Qué te pasa? ¿Estás de malas? Cuestionó el mortal al notar el rostro malhumorado de su compañero de cama,  quien tenía dificultad de moverse cuando por fin el otro lo dejó de abrazar.

-No… Murmuró en un bostezo Hakutaku tratando de sentarse, pues tenía todo el cuerpo entumecido ya que su amado humano no lo había soltado en la noche y para colmo lo apretaba con fuerza.

-Bueno en 15 minutos me voy, prepárame el desayuno. Ordenaba el hombre con seriedad levantándose de la cama y dirigiéndose al baño pues ya se le hacía tarde para salir.

-¿Desayuno? Murmuró confundido la bestia divina ya que él no sabía cocinar, esa era una petición que no podría cumplir.

-quiere desayuno… me dejó  con el cuerpo todo estropeado anoche… no me gusta este trabajo de almohada. Se escuchaba murmurar malhumorado Hakutaku en medio de la cocina, no sabía que preparar para el desayuno.

-¿Qué murmuras? Cuestionó ya listo para salir Hoozuki, quien había escuchado con claridad  las quejas de su acompañante y al parecer actual sirviente.

-Nada…  Dijo con una fingida sonrisa Hakutaku haciéndose el desentendido.

-No sabes cocinar ¿verdad? Acertó a decir el hombre de traje al notar como daba vueltas en la cocina el chino sin hacer algo útil, quien avergonzado negó con la cabeza.

-Está bien comeré algo camino al trabajo. Dijo en un suspiro de resignación Hoozuki pero era algo que ya suponía.

-Hay cereal y leche… si deseas… Terminaba de decir para salir de la cocina.

-¿sabes limpiar…? Preguntaba mientras se ponía los zapatos en la entrada de la puerta, Hakutaku asentía con la cabeza, limpiar no era tarea difícil eso pensaba.

- … entonces te encargo mi departamento, cuando regrese lo quiero limpio.  Ordenaba el hombre con mucha seriedad, cuando sintió que Hakutaku estaba en la entrada de la puerta junto a él, mirándolo con tristeza, parecía un tierno cachorro fue la idea que cruzó la mente de Hoozuki, fue cuando sin notarlo los dos  acercaban sus rostros pretendiendo regalarse un beso.

-¿pensabas que te besaría? Cuestionó Hoozuki con burla al separarse de él, pues estaba a punto de besarlo y quería disimular su incomodidad.

-Claro que no… Dijo en un puchero la bestia divina sintiéndose burlado.

-Tal vez si limpias bien… te dé como recompensa un beso cuando regrese… Hablaba burlón el hombre que abría la puerta para salir.

-Yo no he pedido eso…  Le dijo muy molesto Hakutaku pues no le gustaba que jugaran con el de esa manera, pero no sabía que eso Hoozuki lo hacía a propósito para verlo enojado.

-Me encanta verte enojado… Aclaró el japonés mirando fijamente al otro que más sonrojado se le quitaba el enojo, y de nuevo sus rostros se acercaban queriendo regalarse un beso.

-¿pensaste que ahora si te besaría? Dijo de nuevo burlonamente Hoozuki que sonreía con malicia.

-Noooo… Le gritó ya muy molesto y avergonzado el chino.

-Vendré al medio día, para  asegurarme que no destruyas mi humilde morada. Advertía el hombre que parecía hacer larga la despedida a pesar que se le hacía tarde.

-No haré eso… Refutó con las mejillas infladas y un puchero la bestia divina, cuando sintió que ese frio hombre lo abrazaba.

-¿Qué haces? Cuestionó sorprendido la bestia divina al sentir ese abrazo que lo tensaba pero a la vez lo hacía feliz.

-siempre abrazo a mi almohada antes de salir. Dijo entre dientes Hoozuki y de prisa salió del departamento pues ese abrazo fue inexplicable aun para él.

-mentiroso, nunca hiciste eso. Murmuró satisfecho Hakutaku con una sonrisa lo veía alejarse por el pasillo pues sabía que era una tonta excusa para abrazarlo.

La mañana pasó sin novedad alguna aunque la bestia divina tuvo pequeñas complicaciones en hacer la limpieza, pero en su rostro mostraba una sonrisa enamorada que nada se la borraba, aun rememoraba el pellizco de Hoozuki en sus mejillas que se sonrojaban de solo pensarlo, de su sutil coqueteo se sentía confiado de que sin hacer nada lo tenía cautivado,

-Soy un encanto que no pudo resistir… Murmuraba alegremente Hakutaku arreglando las revistas de una mesa, estaba tan distraído que no se percató que su amado había llegado y estaba tras de él.

-¿en serio? Cuestionó con el ceño fruncido Hoozuki.

-No hablaba de ti… por si acaso… Dijo muerto de nervios y vergüenza la bestia divina al ver sido descubierto infraganti.

-Traje el almuerzo,  en un suspiro dijo Hoozuki mostrando una bolsa donde tenía el almuerzo,

-¿Qué haces? Preguntó Hakutaku al sentir como el otro lo abrazaba con fuerza dejando caer la bolsa,

-Saludando a mi almohada Respondió Hoozuki era difícil para él  dejar mostrar sus emociones pero en toda la mañana no había dejado de pensar en ese chino cara de idiota,  y tenía la necesidad de abrazarlo por un extraño motivo.

-Hoo… zu… ki… Entre jadeos lo llamaba  pues ese abrazo era diferente al de la noche y al de la mañana, además notaba un pequeño sonrojo en el japonés.

-¿Qué? Murmuró el japonés sin romper el abrazo.

-Me debes un beso… Dijo Hakutaku con una mirada y sonrisa coqueta rodeando sus brazos al cuello de ese hombre que no dejaba de verlo con fijación.

-Ni siquiera sé si está limpio  de verdad el departamento. Respondió el hombre mirando a su alrededor y sentía un extraño calor en su cuerpo aumentar, sus rostros se acercaban lentamente con disimulo fingían no estar ansiosos aunque si lo estaban.

-¿Creíste que me dejaría besar? Cuestionó con una sonrisa burlona la bestia divina como venganza por lo que el japonés dos veces le había hecho en la mañana, a Hoozuki le temblaba la ceja del enojo, nadie se burlaba de él y menos en su propia casa,

-Idiota… Se escuchó el grito de Hoozuki tirando al suelo a Hakutaku que quejándose se sobaba la espalda pero no duró mucho su dolor pues sintió como se le sentaban encima y unos cálidos labios besaban los suyos con firmeza y ternura a la vez.

-así es como nuestro Hakutaku cayó rendido ante ese humano… Se escuchaba decir a una voz que parecía de un anciano, esta voz no era percibida por la pareja que seguían deleitándose de sus labios.

-¿Todavía tenías esperanzas de que todo esto lo ayudará a desistir de él? Terminaba de decir esa voz madura viendo como Hakutaku enredaba sus brazos  al cuello de Hoozuki quien embelesado seguía besándolo.

-Tenía la leve esperanza… Se escuchaba otra voz más joven pero se notaba un poco triste.

-A  él no le es indiferente… sino no lo estuviera besando… Aclaraba la primera voz pues notaba como ninguno parecía querer separarse.

-Sí que fue rápido esto, definitivamente hay amor aquí. Acertaba a decir esa misma voz con una pequeña sonrisa.

-mejor vámonos… Se escuchó decir a esa voz más joven mientras desvanecía su presencia del departamento de la nueva pareja.

-Lo siento… Dijo la voz madura, desapareciendo también, así los dos amigos de Hakutaku se fueron dejándolo a solas con ese hombre que se había convertido en su único amor, los dos hombres seguían deleitándose en ese beso que al pasar de los segundos subía su intensidad  y las esperanzas de vida de la bestia divina parecían incrementar con ese acercamiento, pues con ese beso sabía que su historia de amor empezaría.

Notas finales:

muchas gracias por seguir este fic y por sus comentarios :D 


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