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Another por Kimi Chan

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— Escúchate nada más, gimiendo como toda una puta — sonrió maquiavélicamente entrando en el de un solo movimiento. ¿A caso ese bastardo no sabía que sus sonidos eran por dolor y no placer? Al parecer no, pues aunque siguiera gritando desesperadamente, el otro se movía de forma rápida y violentamente dentro de él, sacando su miembro por completo del cuerpo ajeno, y entrando con brusquedad y sin cuidado alguno.
Le lastimaba, sentía como lo estaba desgarrando por dentro. Quería gritar pero le era imposible, estaba amordazado, así que solo se limitaba a soltar sonoras quejas producto del llanto.

Bang se encontraba encadenado a un pilar, con tres hombres lobo cuidando que no se moviera y viera el, desgarrador, show que aquel bastardo le ofrecía teniendo como protagonista a un atado, golpeado, herido y destrozado HimChan. El ulzzang se encontraba desnudo, con graves moretones y muy visibles rasguños y heridas en todo su cuerpo, debajo de un rabioso vampiro al que Bang consideraba su amigo.

— ¡Para por favor!  ¡Le estás haciendo daño. Para! -gritaba el pelinegro. Veía como su pequeño se removía en el piso, con su rojo rostro empapado de lágrimas. Le lastimaba en el alma no poder hacer nada para salvarlo. Desde su posición se podía observar que, cada vez que ese animal salía por completo del cuerpo ajeno su miembro se veía más rojo, y del ano del joven salía un hilo de sangre que resbalaba por su piel.

Su pequeño luchaba, jalaba sus manos intentando desatarse, pero solo hacía más marcadas las heridas de sus muñecas.
Jeep no podía hacer nada, porque si Bang se movía, aunque sea un poco, algunos de los hombres lobos o vampiros que estaban en el lugar, dispararían al chico que estaba siendo violado.

Su mejilla estaba pegada al piso, su boca cubierta por una mordaza y cuerpo completamente desnudo, con el trasero levantado, se encontraba adolorido y herido, además de ser violentamente movido por un hombre.

El ulzzang podía sentir como lo desgarraba. Sentía su alma salir de su cuerpo. Estaba siendo humillado, le estaban robando su dignidad, aún más al tener a Bang como espectador. Sentía asco de sí mismo, las manos del contrario pasaban por todo su cuerpo, rasguñándole, pellizcándolo, tocando sin pudor zonas sensibles, que habían quedado así por los golpes, arañazos y mordidas antes recibidas.

Lloraba sin control lastimando su garganta intentando gritarle que se detuviera, que si en verdad lo amaba dejara de lastimarle. La tela de su boca fue desgarrada, SongHo tomo del cabello al menor levantándole con brusquedad la cabeza.

—Ahora sí, gime como la puta que eres. Gime Channie — sentía como el otro tomaba su miembro pellizcándolo, tomándolo de la base a la punta, jalando de este como si quisiera arrancarlo, le encajaba sus uñas dejando marcas y haciéndolo sangrar.

— ¡AAH! ¡DEJAME! ¡DEJAME POR FAVOR! ¡AAAH! ¡SONGHO, POR FAVOR DEJAME! — gritaba desesperado.

El otro le ignoro dándole la vuelta, estampo la espalda del pelinegro en el piso y comenzó a morder su cuello, bajo por su clavícula hasta un pezón y lo mordió, jalando de este con fuerza mientras hacía más fuerte la presión de sus dientes.

— ¡AAAAH! ¡SU... SUELTAME AAAAH! — su llanto era desgarrador, estaba casi ahogándose con sus propias lágrimas. Arqueo su espalda pronunciadamente mientras gritaba y lloraba. No podía patearlo, pues sus pies fueron bloqueados por las piernas de SongHo.

Repitió lo mismo con el otro rozado pezón sacándole más gritos al menor, gritos que ya casi no se escuchaban, pues la garganta del mismo estaba herida también, irritada y lastimada. 

Ya no tenía caso que gritara, su voz ya no se oía. HimChan opto por morder su lastimado labio inferior mientras lloraba. El vampiro rasguño con fuerza el cuello del ulzzang haciéndolo sangrar, lo tomo de este acercando su rostro al propio.

— Gime, maldita perra. ¡Hazlo! — le propino una buena bofetada dejando una gran marca en el cachete del menor.

— ¡Ya déjalo SongHo! Mátame si quieres, pero déjalo en paz, lo estás haciendo sufrir.

 

Al escuchar las palabras del mediano, HimChan negó. Si estaba soportando aquello era por Bang, para que no le asesinaran.
Así que, como el vampiro ordeno, HimChan comenzó a gemir, al principio eran sonidos de dolor, pero al escuchar como Yong Guk era golpeado, se esforzó soltando leves gemidos que intentaban expresar placer.
Complacido, SongHo elevo las piernas del ulzzang y volvió a penetrarlo con fuerza. El pelinegro soltó un fuerte y lastimero grito que le desgarro aún más la garganta. Pero continúo intentando expresar placer; aunque sus 'gemidos' eran más bien gritos roncos que no se diferenciaban entre lo que intentaba expresar y lo que sentía. Eso excito aún más a SongHo, haciendo que luego de unos minutos de embestidas, y terminara eyaculando dentro del menor.

El castaño desato las manos del ulzzang y se acercó a Jeep.

—Espero que lo hayas disfrutado, porque para mí fue todo un placer. — Sonrió con descaro y tomo una gabardina negra que uno de sus sirvientes le acerco.

SongHo dio órdenes de soltar a Blackman, el cual no despegaba la vista del pelinegro, viendo que este se había hecho bolita en el piso y había cubierto su cara con sus manos mientras lloraba sin control en el piso.
Al verse libre, Yong Guk corrió tras el castaño, pero fue detenido por un fiel sirviente de aquel monstruo.

— Te equivocaste de persona — expreso SongHo con una ladina sonrisa. Señalo a un vampiro cercano al menor haciéndole una seña con la cabeza. Sus órdenes fueron acatadas y el hombre soltó un fuerte puntapié a la columna vertebral del ulzzang, haciendo que el chico gritara y doblara con fuerza su espalda.

— ¡Ya no lo lastimes! Ya lo dañaste mucho, déjalo en paz. — musito el mediano bajando la cabeza al ver que el chico había vuelto a una posición fetal llorando aún más fuerte y temblando. Blackman creía que sus temblores eran de frio, o eso quería pensar, aunque en el fondo, sabía que su amado HimChan temblaba de miedo.

—Llévenlos a una celda. Mañana pensare que hacer con ambos — ordeno el castaño.

Yong Guk se acercó al dañado pelinegro que continuaba llorando en el piso, con sus ojos cerrados. Estiro su mano para limpiar la mejilla del joven, pero este, al sentir el tacto, tomo como reflejo alejar su rostro e incrementar su llanto. Jeep mordió su labio muy triste y preocupado por la acción del otro.

— Hermoso —le dijo Yong Guk con suave voz. Se quitó la gabardina que usaba y cubrió el cuerpo del menor, lo cargo en sus brazos como a un bebe y se levantó caminando a la celda. — Te sacare de aquí Channie, lo prometo. — murmuro muy bajo, apenas para que el otro lo escuchara.

Fue guiado un piso abajo y encerrado, junto al menor, en una celda donde no había nada, absolutamente nada, era como un cuarto vacío. El lugar media alrededor de cinco metros de largo y tres metros de ancho, era color gris y tenía solo tres paredes, la cuarta estaba hecha de delgadas rejas de metal.

El mayor se sentó en el piso dejando al más joven en su regazo. El ulzzang se aferró al pelinegro mayor llorando, tenía miedo y estaba lastimado, pero en los brazos de ese hombre se sentía protegido, sin importar la situación en la que estaban.

—Channie, no llores amor, no sabes cuánto me parte el alma verte llorar por culpa mía. — acariciaba el rostro ajeno limpiando las lágrimas.

HimChan intentaba calmar su llanto terminando solo por sollozar. Un silencio inundo el lugar, Bang solo observaba la forma de escapar, notando que no había ventanas y que dos guardias iban y venían. Mientras el menor intentaba hablar, pero cada vez que se calmaba y quería articular palabra, le era imposible, el llanto volvía a hacerse presente.

 

Y así las horas pasaron, Bang acariciando el rostro y cabellos del menor, mientras que HimChan miraba un punto perdido en el techo. El pelinegro mayor cerro sus ojos, tan solo dormitaba, pero HimChan ni siquiera podía hacer eso. A pesar de que sus parpados pesaban, cada vez que sus ojos se cerraban, volvía a ver a SongHo encima de él, escuchando sus insultos y obscenas palabras, eso le hacía sentirse aún más sucio, volvía a sentir las manos del vampiro por todo su cuerpo. Sentía arcadas, le asqueaba SongHo, se daba asco el mismo, a tal grado de tener que moverse un poco para vomitar en el piso. Algunas veces sollozaba, y Bang lo escuchaba, así que lo acariciaba para calmarlo.
Aquellos dos chicos habían pasado la noche más larga de su vida. Antes de que saliera el sol, SongHo entro a esa prisión, observo la escena que ambos pelinegros montaron. El mayor estaba sentado en el piso, tenía al menor en brazos, sus ojos cerrados y acariciaba el cabello del pelinegro menor. Mientras que al ulzzang se le podía ver abrazando el cuello de Bang, cabeceaba en el pecho del mayor obligando a sus parpados a estar abiertos, sus ojos estaba rojos por el llanto y el sueño, su cuerpo estaba cubierto por la gabardina de Blackman, pero sus piernas estaban descubiertas.

El castaño se relamía los labios observando las blancas, y ahora lastimadas, piernas del menor, les recorrió con la mirada hasta ver al mayor. Sintió celos. Ordeno que la celda fuera abierta, aplaudió desde afuera haciendo que Jeep abriera sus ojos y ambos le observaran, aunque HimChan desvió su mirada aguantando el llanto.

— Bonita escena — aplaudía con una irónica sonrisa — ¡Lo quiero afuera! —ordeno a los guardias refiriéndose al menor. Verlos así le lleno de celos, pero ya sabía qué hacer.

Dos sujetos entraron a la celda y tomaron al ulzzang arrancándolo de los brazos del mayor. HimChan gritaba y comenzaba a llorar, el miedo y dolor se estaban a ponderando de él nuevamente.

— ¡NO, NO, POR FAVOR NO! ¡BANG! ¡BANG! ¡NO QUIERO, NOOO! — gritaba ronco. Se hubiera movido, pero su cuerpo dolía más que ayer.

Yong Guk intento luchar contra el vampiro que le cuidaba, pero una navaja en su yugular le hizo detenerse, si moría, no podría sacar al menor como se lo había prometido, y él no quería que su Channie siguiera en manos de ese bastardo.

 


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