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Two Skies, One Destiny por MimichanyCanina

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Notas del fanfic:

Michelle : He aquí otra saga, de mi pertenencia está vez *w*. Es un pequeño crossover entre mi juego favorito y una de mis series amadas (la estoy viendo y me he obsecionado con ella). Siempre creí que estos dos castaños tenían muchas similitudes y me dije "porqué no ponerlos juntos entonces" y así nació. Espero que sea de su agrado y puede que sí no conocen el juego, los pille los tecnicismos (nombres, explicaciones, etc) pero trataré de ser lo más parcial y clara posible.

Kingdom Hearts le pertenece a Tetsuya Nomura y Katekyo Hitman Reborn a Akira Amano.

Notas del capitulo:

Y aquí está el primero de lo que pienso no serán tantos XD. Cualquier duda, reclamó o consejo siempre son más que bien recibidos. Así que ahora a leer *w*/

                                                                   ~ Destiny Islands ~

El sol brillaba como siempre lo hacía sobre la playa, y a eso del mediodía, daba con todo su fulgor específicamente encima de un árbol de paupu que estaba idealmente inclinado, sirviendo de asiento para dos chicos que plácidamente tomaban su descanso.

- Nee Riku - preguntó un castaño de cabello alborotado.

- Mmm - dio como respuesta el peliplata sentado a su lado sin despejar los ojos de su libro.

- No crees que es aburrido estar sin hacer nada - esperó respuesta de su compañero, mas este seguía en lo suyo - ¿siquiera estás escuchándome? - hizo un mohín al verse ignorado.

- Sora - cerró de golpe el libro - no soy tan infantil como para querer jugar cosas de niños - se paró de un salto.

- Estúpido Riku - imitó al más alto - que seas un año mayor no quiere decir que actúes todo maduro y te burles de mi - pisoteó con fuerza el suelo.

- No es que actúe maduro, es solo que eres un idiota - palmeó la cabeza del menor.

Sora guardó silencio sabiendo lo inútil que sería discutir con él, ya que siempre encontraba una forma de reírse del castaño. Si bien parecía que no se llevaban bien y que en realidad vivían peleando, eso no negaba el hecho de que eran inseparables.

- ¿Te enojaste ya? - preguntó burlón el peliplata.

- No es nada - apartó la mano sobre su cabeza.

Aunque era erróneo decir que eran amigos, ya que lo que los unía era algo más profundo y complicado que una simple amistad, una relación dulce y especial que alcanzaron tras la Marca de Maestría.

- Por eso eres un niño - tomó al ojiazul por la cintura.

- Y tú un arrogante engreído - se sonrojó a más no poder.

- Eres un idiota adorable - colocó su mano en la nuca del menor para besarlo apasionadamente.

 

                                                                          ~ Disney Castle ~

Nuestro simpático ratón se encontraba realizando sus tareas como rey, ayudado por sus fieles subordinados y amigos, Donald Duck y Goofy. El sonido de una fuerte alarma hizo que Mickey y compañía dejaran sus trabajos de lado y fueran a investigar que pasaba.

Al entrar en la biblioteca vieron a la reina Minnie y a Daisy, quienes estaban allí por la misma razón que ellos. El rey velozmente activo la computadora para comprender el porqué de aquella alarma, y en cuanto lo supo le ordenó a sus subordinados que fuesen a buscar a los 2 jóvenes portadores de la Keyblade, Sora y Riku, ya que para este problema su ayuda era indispensable.

                                                                   ~ Namimori - Japón ~

Estaba bastante caluroso a eso del mediodía, o al menos de eso se quejaba un pequeño chico de cabello castaño y alborotado y ojos color miel de nombre Sawada Tsunayoshi, quien junto a sus amigos Gokudera Hayato y Yamamoto Takeshi, vagaban por los pasillos de Nami-chuu en busca de un lugar para comer. Ya instalados en la azotea, el ojiverde comenzaba su típica pelea (de un solo lado cabe decir) con el azabache del béisbol.

- Ese es mi lugar idiota - le gritaba el peliplata.

- Maa Maa Gokudera, solo siéntate y disfruta - mostró su amplia y radiante sonrisa.

- ¡Cállate! Y no te comas el bento del Juudaime - empujó al chico para sentarse al lado del castaño.

- Cálmate Gokudera-kun, mamá hizo suficiente como para compartir - le ofreció comida, tranquilizándolo.

- Usted es tan amable, pero no debería permitir que este sinvergüenza se aproveche de eso - apuntó acusatoriamente al moreno.

- Vamos Gokudera - aprovechó el brazo estirado para atraer al ojiverde hacia él.

- ¡¿Q-qué di-diablos crees que es-estás haciendo?! - intentaba empujarlo, completamente rojo - y justo enfrente del de-décimo - si bien eran pareja, detestaba las muestras de afecto en público, no le gustaba mostrarse vulnerable y avergonzado.

- Hahaha - rio el castaño un poco celoso ante su buena química.

- Ciaossu - saludó un bebe de patillas rizadas - veo que se llevan tan bien como siempre - el peliplata pateó al pelinegro para poder liberarse.

- ¡Reborn! - exclamó asombrado el ojimiel - ¿qué pasa ahora? Y deja de aparecer de la nada - le reclamó al pequeño asesino.

- Y tú sigues siendo dame-Tsuna - se burló macabramente - pero no vine a reírme de ustedes - se acercó a los chicos.

- Entonces ¿paso algo Reborn-san? - preguntó esta vez la tormenta.

- Así es Gokudera - confirmó el katekyo - quiero que tú y Yamamoto vayan al parque - hizo una pequeña pausa - algo extraño a estado apareciendo por los alrededores, y necesito que averigüen que es lo más pronto posible - sentenció.

- Tsk, no me gusta la idea de tener que ir solo con el idiota, pero ya que - dijo con molestia Hayato y algo sonrojado - En marcha - le ordenó a la Lluvia.

- ¿Seguro que estarán bien ellos solos? - los miró irse, preocupado por sus guardianes - sé que son fuertes, pero-

- No creo que haya problemas - pateó al chico - no te quedes ahí estático, tú también tienes trabajo por hacer.

- ¡¡Itte!! - se quejó el Cielo poniéndose de pie.

- Pero antes debes ir por Hibari, solo para estar seguros - le ordenó - yo me hare cargo de contactar al resto - le aseguró antes de desaparecer nuevamente, sin darle tiempo al castaño para protestar.

- !¿Q-q-qué?! A Hi-Hibari-san - se estremeció de solo pensar en él - su-supongo que no me queda de otra, después de todo no quiero que Reborn me dé una paliza - se excusó nervioso y rojo - bien, mejor lo voy a buscar - se animó para bajar de la azotea.

                                                          ~ Dentro de la Gumi Ship ~

Dentro de la nave nuestros cinco héroes discutían lo que harían una vez allí, bueno al menos cuatro lo hacían.

- Hey, ¿y qué se supone que hacemos aquí? - preguntó el ojiazul.

- Sora, por enésima vez - Riku se acariciaba la sien para no perder los estribos - los Heartless aprovecharon una ruptura en este mundo para filtrarse y causar estragos - golpeó la mesa con fuerza al ver que el menor no prestaba atención - es que nunca escuchas - le regañó el agua marina.

- Solo déjalo - sonrió el ratón - volviendo al plan, Donald y Goofy revisarán los alrededores y tú y Sora revisaran donde supuestamente debería estar el Keyhole, yo me haré cargo de los civiles, ¿entendido? - los chicos asintieron.

Después de su pequeña reunión, cada uno descendió de la nave en los puntos acordados, quedando los dos portadores de la llave en la entrada de un enorme edificio, que en una de sus paredes ponía "Escuela Secundaria Namimori", y sin más preámbulos ni retrasos ingresaron en el enorme recinto.

- Este mundo sí que es diferente - comentó el ojiazul nada más dar unos pasos.

- Y por eso debemos evitar llamar demasiado la atención, podría ser peligroso y más aún porque nunca habíamos estado aquí y no tenemos información concreta - comentó preocupado el peliplata.

- Bueno es así siempre al comienzo, ¿o no? - rio despreocupado el menor.

- Hm - resoplo levemente divertido, también algo aliviado - aun así este lugar es inmenso - se detuvo observando el colegio - creo que es mejor separarnos - el castaño palideció al escuchar la sugerencia.

- P-p-pero Riku, el rey dijo que los dos debíamos revisar este lugar - buscaba alguna excusa para no alejarse de su compañero.

- Pero no dijo que teníamos que hacerlo juntos - comentó burlón - además cubriremos más terreno así - miró al disgustado chico.

- Aun así no me gusta la idea - sujetó la muñeca del mayor para que no entrara - ¿a dónde crees que vas? - preguntó molesto.

- Revisaré el interior, tu encárgate del exterior - vio que el castaño bajaba la mirada, completamente decepcionado - Sora - no hubo respuesta - acabemos esto rápido, así continuaremos lo que dejamos pendiente - una sonrisa lasciva surcó su rostro.

- Riku, e-e-eres un p-p-pervertido - tartamudeó rojo como tomate - no era e-e-eso lo que pretendía - soltó su agarre.

- Mas no te molestó la idea - se burló.

- Idiota - se giró, alejándose de la entrada - solo investiga el edificio tu solo - refunfuñaba molesto.

Y con risa contenida, el peliplata ingresó cuando ya el castaño se había perdido de su visión.

Tsuna bajaba peldaño por peldaño, lo más lentamente posible, imaginando como convencería al prefecto para que ayudase. Aun cuando este fuese su guardián, no quitaba el hecho de que no pudiera saber que cruzaba por esa cabeza suya, además estaba la posibilidad, de un 99% para ser precisos, de que si no le gustaba lo que el Vongola le  decía, el moreno respondería con su típico "te morderé hasta la muerte".

- Hiiie~ - chilló - creo que debería ir preparado, a fin de cuentas siempre se molesta conmigo - su voz sonaba melancólica - incluso puede que me odie, no me sorprendería con lo patético que soy - lo rodeó un aura depresiva.

Continuo bajando, en el vano intento de alejar esos pensamientos, prestando poca o nada de atención al piso y como hablamos de dame-Tsuna, este terminó tropezando con sus propios pies. En ese mismo instante un peliplata de ojos agua marina subía por esa misma escalera. El castaño se estrelló de lleno contra el mayor, y este por alguna razón no lo esquivo sino todo lo contrario, lo atajó y cayó con el ojimiel para evitar que se lastimara.

- "Mierda, actué impulsivamente solo porque creí haber visto a Sora" - se reprendió mentalmente Riku.

- Itte - se quejó el castaño incorporándose - lo-lo sien-siento - tartamudeó  nervioso al volver a la realidad.

- ¿Estas bien? - la pregunta murió en su boca.

Se sorprendió al ver con mayor claridad al chico sobre él. En un solo movimiento, cambio ágilmente sus posiciones, quedando el décimo acorralado bajo el Maestro de la Keyblade. Tsuna incomodo, nervioso y completamente rojo, quedó paralizado ante la mirada del sujeto sobre él, preguntándose por qué lo veía tan detenidamente y además por qué sus ojos lucían como los de Hibari, fríos y calculadores, pero a la vez profundos y protectores. En cambio Riku comprendía la razón por la cual lo había atrapado, el castaño se parecía a su castaño, si no fuera por sus ojos, fácilmente podrían cambiar de lugar.

- Etto - el otro afiló la mirada - "exactamente como Hibari-san" - pensó el más bajo - p-perdón por haberte empujado por las escaleras - su respiración aún estaba agitada.

- Si no te hubiera atrapado, tu rostro se habría estrellado contra el piso - acarició su mejilla - y eso hubiese sido malo - lo miró con superioridad.

- En-entonces gracias por ayudarme - desvió la mirada.

- Eso está mejor - le revolvió el cabello al estar satisfecho con su respuesta - ¿te puedes poner de pie? - se paró y le tendió la mano para que hiciese lo mismo.

- Gracias - tomó algo dudoso la mano de Riku - "por qué rayos este tipo me pone tan nervioso, incluso creo que me ha hecho sonrojar" - pensó Tsuna - disculpa pero, tú no eres de aquí, ¿cierto? - observó al peliplata con mayor atención.

- ¿Por qué lo dices? - subió la guardia al creer verse expuesto de que venía de otro mundo.

- Bu-bueno - fingió una sonrisa al notar la tensa atmosfera que surgió - t-tu ropa es diferente a nuestro uniforme, así que pensé que eras de otra ciudad o algo así - el agua marina se relajó.

- Bueno, es cierto - de alguna forma sentía que no podía mentirle al chico - vengo desde muy lejos a buscar "algo" - no cuando sus ojos lucían como los de Sora, pero estos eran de color miel.

- S-si quieres yo te puedo ayudar - el menor se maldijo a sí mismo al instante en que soltó esas palabras.

- ¡Ah! Pero ¡¿qué están haciendo?! - pregunto un peliblanco, o mejor dicho gritó al aparecer en escena - Sawada atrapo a un intruso en el instituto, ¡eso es Extremo! - era nadie más que Sasagawa Ryohei.

- Oni-san, yo no he - se fijó que aun sostenía la mano del otro - hiiie~ - se sonrojo al instante, soltando la mano de golpe - no es un intruso, él es - se detuvo al darse cuenta que no sabía su nombre.

- Riku - prosiguió al ver al castaño acomplejado.

-Oh ya veo - sonrió sinceramente el Cielo - soy Tsuna y él es-

- Sasagawa Ryohei, y mi lema es: ¡¡extremo!! - gritó emocionado - entonces estas aquí para unirte al club de boxeo, ¡¡increíble!! - una gotita resbaló por la cara de los dos chicos al ver la emoción del otro.

- Te equivocas oni-san, él-

- Me encantaría, pero será para otra ocasión - pasó su brazo sobre los hombros del ojimiel - Tsuna prometió enseñarme el lugar - y con eso dicho arrastró al muchacho escaleras abajo, desapareciendo de la vista del atónito guardián del Sol.

Por otra parte, Sora seguía de mal humor, insultando a Riku entre murmullos, uno por pervertido y dos por dejarlo solo. Sora odiaba estar alejado del peliplata, después de todo lo que tuvieron que pasar para volver juntos a casa, la sola idea de tener que perderlo de vista le aterraba.

- Moo, estúpido Riku - pateó una piedra que impactó con unos baldes, botándolos y causando un gran alboroto - ¿por qué no puedes entenderlo? - puso mala cara.

Mas su tristeza solo duro unos instantes, ya que alguien se abalanzó contra él, intentando golpearlo. Gracias a sus reflejos, esquivó por completo el ataque, poniéndose en guardia rápidamente sacando su keyblade. Buscó al culpable pero no veía a nadie, no había su imaginación, de eso estaba seguro, pero tampoco podía desaparecer como si nada.

- Eso que tienes ahí, luce peligroso y fascinante - se escuchó una voz serena y profunda sobre él.

- ¿Qué crees que haces? - miró arriba donde esta venia.

En una rama del árbol vió a un azabache de mirada profunda y penetrante, tanto que se estremeció cuando sus ojos se encontraron. Traía puesto un uniforme, así que el ojiazul pensó que era un estudiante del lugar, sin embargo eso no justificaba el por qué lo había atacado.

- ¿Que qué estoy haciendo? - sonrió dándole escalofríos - eres un intruso y además causas desorden en mi territorio - apuntó a los baldes caídos - es normal que tome cartas en el asunto y - mostró sus tonfas - te muerda hasta la muerte – declaró saltando sobre Sora.

Notas finales:

Eso es todo (por ahora) y espero que al menos haya podido sacarles una sonrisa. Sí veo que no es tan malo como creo (cero autoconfianza) me animare a colocar el siguiente que está prácticamente listo c:

Un abrazó y nos vemos en la próxima =^-^=


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