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Ten cuidado con lo que deseas por B Bones

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Notas del fanfic:

Disclaimer: los personajes no me pertenecen, son de su creador, Masashi Kishimoto.

Notas del capitulo:

Si lose, sé que han de estarse preguntando los que ya me conocen, “¿Dónde estaba? Se pierde por meses y en vez de regresar a terminar el fic que dejo pendiente, escribe otro” y pues cierto me perdí mucho, pero bueno es una historia larga, así que solo digamos que fueron meses pesados.

 Así que sin más les dejo el nuevo fic junto con mi Facebook y Twitter por si quieren agregarme, seguirme o regañarme

La aldea de Konoha, una aldea pacifica, llena de paz entre sus habitantes, todos estaban ocupados en sus respectivos oficios, los niños jugaban felices, parecía que nada podía arruinar esos pacíficos momentos en la aldea.

 

-¡GAARA! ¡Ven ayúdame con él bebe dattebayo!- se escuchaban los gritos dentro de una casa.

 

-¡Estoy ocupado con el otro! ¡Hazlo tu Naruto!- contestaba el otro.

 

-¡Pero no deja de moverse, ha estado inquieto toda la mañana!- gritaba el rubio.

 

-Ya sabemos a quién se parece- murmuro Gaara.

 

-¡¿Qué dijiste?!- le grito Naruto.

 

-Nada, nada solo pensaba- decía Gaara mientras Naruto lo miraba con los ojos entrecerrados.

 

-¿Por qué será que no te creo?- decía Naruto mirándolo fijamente.

 

-Huele a quemado- dijo Gaara y Naruto, corrió a la cocina.

 

-¡El desayuno!- gritaba Naruto tratando de salvar el desayuno.

 

P.O.V. Naruto.

 

Esta rutina cada vez se hace más pesada y monótona, todos los días es lo mismo, me levanto, hago el almuerzo, se despiertan llorando los bebes, dejo el almuerzo, éste se quema, Gaara termina haciendo el desayuno por mí, a veces pienso que debe estar cansado de estar cansado de todo esto.

 

Bien dicen que cuando ya eres padre cambias las noches de pasión desenfrenada por noches en vela de cambiar pañales y alimentar bebes, el dinero de regalos de aniversario se cambia por pañales y biberones.

 

-Por lo visto comeremos huevos carbonizados de nuevo- me decía Gaara con una sonrisa, a veces pienso que es demasiado bueno y paciente conmigo.

 

-No te culpo si estas enfadado, debes estar harto de comer comida quemada todos los días- le dije dando un gran suspiro de cansancio.

 

-No importa, mientras seas tú el que lo haga- me decía Gaara y pude sentir sus brazos rodear mi cintura, al igual que sus labios cerca de mi oído, empezaba a besar mi oído y el lóbulo, cerré los ojos por los escalofríos que eso me hacía sentir.

 

¿Hace cuánto que no hacíamos esto? ¿Una semana? ¿Dos?, ¿o quizá un mes? No lo sé, pero lo que importa es lo que pasaba ahora, me sentía en el cielo, seguro tengo las mejillas sonrojadas al máximo, me gire para verlo de frente, se notaba en sus pupilas que estaba igual de ansioso que yo, nos acercamos lentamente, ya podía sentir su respiración combinarse con la mía, cuando…

 

-¡Él bebe está llorando!- de repente se apartó para ir por él bebe, y solo me quede ahí parado con los ojos cerrados para recibir el beso, que desafortunadamente, nunca llego.

 

-¿No pudiste haber escogido otro momento más oportuno?- dije al viento –Espero tener más suerte la próxima, debería ser más rápido, debí de haberlo llevado al cuarto y atarlo a la cama, creo que lo último sería muy drástico, pero estoy desesperado, pero bueno quien no lo estaría en mi lugar, es decir, no es que lo hiciéramos como conejos todo el día pero, digamos que si era frecuente- me quejaba mentalmente para dar un gran suspiro.

 

-Naruto se hace tarde hay que irnos-  me dijo Gaara tomando unas cuantas cosas que necesitarían los bebes –Me llevare a este pequeñín, Kankuro y Temari me hicieron prometer dejárselos un día con ellos- decía Gaara cargando al inquieto bebe con el que estuve en la mañana mientras le hacía cariños, no es que sea envidioso o celoso pero… ¿¡PORQUE LE HACE CARIÑOS A EL Y A MI NO?!  Es decir, yo merezco algunos, sé que puede sonar paranoico pero, ese bebe tiene algo en contra mía.

 

-Ya voy, bueno iré a dejar al otro bebe con la vieja Tsunade, tu sabes es su nieto favorito, es igual de serio que tú y no le causa problema- dije cargando al otro bebe.

 

Salí de la casa a paso lento, no tenía muchas ganas de ir corriendo como siempre después de lo ocurrido en la mañana, sé que el niño no tiene la culpa pero… me siento tan frustrado, lo que daría por tener un día de cariños, abrazos y besos como los de aquellos días, pero bueno creo que es imposible. Será mejor que me dé prisa parece que va a llover, ya puedo escuchar los relámpagos, me dirigí a toda prisa a la torre hokage donde la vieja Tsunade me esperaba, al llegar entre de inmediato, pero tuve que agacharme al instante para que un libro, que arrojaron hacia mí no me diera.

 

-¡¿Cuántas veces tengo que decirte que toques antes de entrar?!- me grito la vieja Tsunade.

 

-Perdón, no es para que te alteres tanto, no quieres que él bebe se asuste- dije poniendo al bebe frente a mi usándolo como escudo humano, sé que suena cruel pero es la única forma que…

 

-Ven pequeño, ven con la tía Tsunade, yo te cuidare y te salvare de los malos tratos de tu irresponsable padre- decía la vieja Tsunade cargando al bebe, vaya que podía cambiar de humor de manera rápida, no puedo dejar de pensar en lo de la mañana, desearía que estos bebes crezcan pronto, pero de repente un rayo cayó en la torre e ilumino toda la habitación, dejándonos momentáneamente sin vista.

 

-¿Abuela Tsunade estas bien?- dije preocupado, pero en respuesta recibí un muy doloroso coscorrón.

 

-No soy una abuela-  me dijo Tsunade con su puño en alto –Y si él bebe y yo estamos bien, aunque no sé qué fue eso, pero menos mal no pasó nada.

 

-Se me hace tarde me voy cuida bien del bebe- dije antes de salir.

 

Después de terminar la rutina tenía que volver por él bebe, después de un sermón con Tsunade sobre los cuidados que tengo que tener con él bebe, salí algo cansado, esa mujer a veces exagera demasiado.

 

Al fin he llegado a casa, estoy exhausto, apenas me iba a recostar en la cama, pero el llanto del bebe me lo impidió, así que tuve que ir a cambiarlo, al terminar la fastidiosa tarea, lo deje en la cama y fui a la cocina por un vaso de agua, pero al regresar a la habitación me lleve una gran sorpresa.

 

-¿Quién eres tú?- le dije algo confundido, pero de inmediato recordé algo -¿Dónde está él bebe?- le dije y la persona que estaba en la cama sonrió de medio lado, esto no era bueno.

 

-Yo soy tu bebe- dijo con la misma sonrisa.

 

-No me tomes el pelo- le dije pero de inmediato note algo, tenía el cabello pelirrojo como mi bebe, los mismos ojos azules y la piel blanquecina, ohh no, esa marca en la frente, es la marca de nacimiento de…-¿Mi bebe?

Notas finales:

Hasta aquí, espero les haya gustado.

Pronto estaré actualizando el que deje pendiente y un encargo que por ahí tengo.

Suerte, hasta otra.


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