Al llegar a casa el albino suspiró y entró a su habitación y se encerró como de costumbre, agotado se tumbó en su cama y se quedó mirando el techo un largo rato pensando en ese rubio, desde que se despidieron no podía sacárselo de la cabeza ¿porqué no dejaba de pensar en ese chico fastidioso? ¿Que tiene de especial? creyó que era Keddie que le estaba jugando una mala pasada y estaba jugando con sus pensamientos, si, eso debe ser...
Se levantó de su cama con una extraña sensación en el estómago, probablemente se estaba enfermando, se sentó en el suelo apoyando una de sus piernas con su pecho y tomó uno de sus juguetes favoritos, un robot. Levantándolo en el aire vio que el juguete se quedó flotando.
-Keddie, no estoy de humor para juegos, bájalo.
El espíritu hizo un movimiento y tiró suavemente de la camisa blanca de Near, indicándole que no había sido él quien levantó el juguete. El chico abrió los ojos y se levantó bruscamente del suelo, comenzó a retroceder hasta que chocó con su cama y cayó sobre ella, miró a sus alrededores y vio que sus libros y sus demás juguetes se estaban levantando, formando una especie de remolino en el centro de la habitación.
-¡Keddie! ¡Ayúdame! -Gritó cuando los objetos se lanzaron contra él.
El chico gritó fuertemente haciendo que su madre en la cocina lo escuchara, la mujer alarmada salió corriendo hacia la habitación de Near y de una patada abrió la puerta, quedó espantada por lo que veía: la habitación estaba echa un desastre, los libros revueltos por todas partes, los juguetes casi todos rotos, las cortinas rasgadas, las estanterías caídas y Near tumbado en el suelo con la nariz sangrando.
La mujer alarmada corrió hacia el y lo abrazó con fuerza.
-¡Near, ¿que ha pasado?! -Preguntó aterrada la mujer.
-Mamá, vienen por mí.
-¡¿Quienes vienen por ti?!
-¡Los espíritus malignos, mamá, Keddie no puede hacer nada contra ellos! ¡vienen por mí!
-No, Near, no te preocupes, no te pasará nada ¡Nadie vendrá por ti!
La mujer apretujó suavemente el cuerpo de Near y acarició su cabeza, Near tranquilizado recostó su cabeza en el cuello de la mujer, Keddie volvió a tirar de la camisa de Near indicándole que también estaba preocupado...
[...]
Al día siguiente unos hombres llegaron a la casa de Near, el chico aún estaba dormido, lo hombres se dirigieron a la sala en donde estaban los padres del albino sentados y preocupados.
-Señores, sabemos muy bien los dones que el chico tiene, y por lo que hemos visto y escuchado, sus poderes están creciendo y perdiendo el control -Dijo uno de los hombres.
-Lo sabemos, ¿que podemos hacer? -Preguntó la madre.
-Lo más seguro es que, nos llevaremos a Nate a un lugar especial, ahí le entrenaremos y examinaremos para saber más de sus dotes, así podremos ayudarle...
-¿E-están seguros? -Preguntó la mujer con un hilo de voz.
-Si señora, debemos alejarlo de cualquier contacto con las demás personas, podrían ser muy peligroso, debemos aislar a el chico de cualquier persona.
La madre de Near quedó sorprendida, las lágrimas de tristeza invadieron su rostro.
-Mientras más rápido se lo lleven, será mucho mejor -Dijo el padre de brazo cruzados.
-¡¿Que dijiste?! -Gritó la mujer furiosa.
-¡Por favor Susan! ¡ese niño es una amenaza! ¡si seguimos cuidando de el terminaremos muertos!
-¡No hables así de nuestro hijo!
-¡Pero si el no es nuestro verdadero hijo!
-¡Oiga! -Dijo uno de los hombres.
La mujer frustrada y enojada, le dio una bofetada a su marido y salió corriendo de la habitación llorando.
-Lo mejor será llevárnoslo rápido -Dijo uno de los hombres.
Al otro lado del salón, recostado contra la pared estaba Near, se había despertado desde que los hombres llegaron, escuchó toda la conversación y apretó el robot contra su delgado pecho al escuchar las palabras de su padre...
<<Haré lo que sea para deshacerme de esta maldición>> Pensó Near...
La madre llevó a Near a la escuela, no dijo ni una sola palabra en todo el viaje, de todas maneras no había de que hablar. Al llegar a la escuela la mujer suspiró.
-Adiós, Near -Dijo, seguido de eso, besó su frente.
-Gracias mamá, adiós -Dijo mientras se bajaba del automóvil.
El chico fue entrando a la escuela caminó por el pasillo y se dirigió a su biblioteca, cuando entró, no dio crédito a lo que vio, ahí esta Mello otra vez, leyendo su libro tranquilamente. Near no sabía que hacer cuando tuviera que acercarse para llegar a su sitio de siempre, decidió hacerle muro de hielo y no mirarlo.
Avanzó lentamente y pasó al lado de Mello, se dirigió como si nada hasta el lugar de la estantería, el rubio levantó la cabeza y vio que Near lo ignoró.
-Hey Nate -Llamó.
El chico se congeló en el suelo y se dio la vuelta rígido, le miró la cara a el rubio y vio que sonreía.
-Llámame Near.
-Está bien Near...
-¿Que necesitas?
-¿Fuiste tú quien movió las sillas ayer?
El albino tragó saliva.
-No fui yo, fue Keddie.
-¿Y quien es "Keddie"?
El albino lo miró de la manera más fría que pudo, hacía muchas preguntas, era molesto.
-Es mi fantasma -Dijo a través de un suspiro- no fue mi culpa, el hace siempre lo que quiera.
La biblioteca se quedó en silencio, en un terrible y incómodo silencio, Near se dio la vuelta y avanzó hasta su estantería y tomó un libro y se sentó en el suelo. Al instante se escuchó el primer timbre anunciado que las clases comenzaban, Near escuchó como Mello desde el otro lado de la estantería movía la silla para levantarse, no le prestó mucha atención.
Levantó la vista y Mello estaba al frente de el, mirándolo fijamente.
-¿Que? -Preguntó Near.
-¿Acaso no irás a clase?
Near se levantó bruscamente, sus preguntas lo estaban exasperando, era muy molesto, ya estaba harto.
-¿Porqué debería?
-Es malo que te saltes clase, idiota.
¿Idiota? ¿acaso Near lo escuchó bien? ¡lo llamó idiota!
-Ese no es problema tuyo -Dijo mirando en otra dirección, esos ojos azules ya le estaban molestando.
Keddie disfrutaba del espectáculo desde su punto de vista, no le importaba en absoluto que Near se enojara, al contrario, le parecía gracioso.
Pero fue el colmo cuando el rubio tomó a Near del cuello de su camisa y lo levantó un poco, Mello se acercó lentamente a el rostro de Near, sus respiraciones se mezclaron, se podía notar el pequeño sonrojo en las pálidas mejillas de Near, sin perder más tiempo Mello besó a Near...