Mi cabeza dolía de escucharlo gritar, ese maldito estúpido podía lograr irritarme como nadie más, me pare de mi asiento y lo empuje dejándolo contra la pared y tomándolo del cuello de su camisa, mirándolo amenazante.
-Calla la estúpida boca o te la rompo, pequeño malcriado!!- Le grite desafiante, el me miraba con la frente en alto, demostrando su ego.
-Que pasa Noel? Planeas golpear a tu hermanito menor!?- mi dijo fingiendo un tono triste, yo respire hondo, cada cosa que decía me enojaba más.
-Deja tus mierdas, y no me vengas con esa estúpida cantaleta, es inútil, o te callas o te callo- dije viendo como los otros miembros de la banda se retiraban sabiendo que eso no acabaría bien.
-Adelante- dijo acercando su cara un poco más a la mía, desafiándome- hazlo- murmuro, me contuve y lo solté, odiaba tanto que hiciera eso, me di la vuelta, evitando verle, y pase mi mano por mi cabeza, rascando esta histérico por la irritación-Que sucede?-dijo en tono de burla- no eres tan machito para golpearme- me dijo logrando lo que quería, haciéndome caer y rendirme ante su chantaje, me voltee y lo mire fijo.
-No para golpearte, pero si para callarte- le dije, tomándolo brutamente y apegándolo a mí, uniendo nuestros labios de forma bruta, con salvajismo, incluso con odio, pero el beso poco a poco se fue suavizando y de un momento a otro estábamos abrasados, besándonos como si de eso dependieran nuestras vidas, nuestra necesidad de respirar nos separó, jadeábamos en busca de aire para nuestros pulmones, no podíamos seguir así, peleándonos todo el tiempo y caer de nuevo en esto, abrí los ojos y me encontré con su mirada llena de pasión, mirándome fijamente, sabía lo que planeaba, lo que quería, me volví a acercar a él y lo tome de la cintura atrayéndolo hacia mí, él se relamió los labios provocadoramente- Eso quieres? Así te gusta que te trate?- le pregunte irónico y con, aun, mucha furia.
-Sabes que si hermanito- me dijo y apoyo su cabeza en mi hombro- trátame bien, quiéreme, cuídame- dijo y levanto su mirada a mí, sus ojos estaban llenos de melancolía, pasión, amor y suplica, era obvio lo que quería, yo también quería, lo deseaba, voltee a mirar a la puerta de la pequeña habitación en donde la banda practicaba, hacía ya un mes alquilábamos ese lugar solo para practicar, al parecer el entendió el mensaje, camino hacia allá y cerró la puerta con llave, y se acercó a mí, seductoramente, al quedar frente a frente me miraba desafiante, yo no aguante más, ni me hice al de rogar, cuando parecía que quería decir algo, lo tome y lo bese, el me correspondió al instante, estaba notoriamente ansioso, lo alce y camine con él entre mis brazos, lo recosté delicadamente en la mesa, su espalda y su cabeza recostadas, mientras sus piernas estaban entrelazadas a cada lado de mi cadera, me separe de él solo para desabotonar su camisa y llenar su pecho de besos, sus suaves jadeos me animaban a seguir, llegue a sus pezones y comencé a darles mi atención, estos ya estaban duros a causa de la excitación, lamí uno frenéticamente, provocando que Liam gimiera dándome a entender que lo disfrutaba, empecé a succionar el botón rosado, hasta dejarlo bien rojo, luego lo mordí haciendo a mi pequeño gemir fuerte, repetí el proceso con el otro botoncito rosado, mientras lo hacia mi mano bajaba por el abdomen del menor, hasta llegar a su jean, agradecí que no llevara cinturón ya que eso solo atrasaría el proceso, lo abro y fui bajándolo con su ayuda, me separe de él viendo su cara de vivo placer, me encantaba verlo así, quite por completo su molesto jean, y mire con perversión su pene erecto y como este sobre salía de la tela de su bóxer, el me miraba sonrojado, Liam se ponía tan indefenso cuando lo tocaba, era genial, lo tenía en mis manos, lo podía manejar a mi antojo, pero yo no hacia eso, lo quiera, lo amaba demasiado para hacer eso, solo lo haría disfrutar, demostrándole mi amor, se levantó y volvió a enredar sus piernas en mí, y se acercó mirándome tiernamente, se veía tan inocente.
-Noel- susurro, creo que se dio cuenta que entre en un trance al quedarme observándolo- sigue- me dijo, no era una orden como las que daba todo el tiempo, era una súplica- por favor- susurro, no tenía que pedirme que siguiera, yo con gusto lo haría- hazme sentir querido- dijo mirándome algo triste, yo corte la poca distancia uniendo nuestros labios en un tierno beso, nuestros labios se chocaba en una tierna danza, me separe de él y lo mire serio, lo asuste un poco con mi seriedad y trago saliva nervioso, entonces le sonreí reconfortándolo, y pase mi mano por su cabello, el cual estaba un poco largo, acomodando unos mechones.
-Tú no eres querido- le dije, el me miro triste, pude ver como al instante sus ojos se aguaban- Eres amado- le dije y tome su cara acercándolo a mí- yo te amo- le dijo, y no tuve que besarlo, sino que él, sin esperar, me beso apasionadamente, lentamente lo volví a recostar en la mesa, sin separarnos todavía, mis manos comenzaron a bajar lentamente su bóxer.
Corte el beso y lo miro fijamente, viendo algo de sorpresa en él, era obvio que quería continuar con el beso pero, mi excitación era muy grande, me quite la camiseta, viendo como Liam se mordía el labio deseoso, su mano se situó de un momento a otro en mi cinturón, lo miro, estaba muy sonrojado, lo desabrocho y bajo mis pantalones quedando estos hasta debajo de mis rodillas, le sonreí con perversión, él se intimido y esquivo mi mirada, ataque su cuello, lo llene de besos y lametazos, lo mordí y succione, quería dejarle marcas que aclamaran mi propiedad, el gemía y movía sus caderas haciendo fricción entre su pene desnudo y el mío que aún estaba cubierto por la delgada tela del bóxer, deje su cuello, mirándolo fijamente le mostré dos dedos, él se sonrojo aún más, los metí a mi boca, los llene de mi saliva, el tomo mi mano y saco los dedos de mi boca y los puso en la suya, era tan obediente cuando se lo proponía, succionaba como si se tratara de mi miembro, y tenía la mirada fija en mí, provocándome, le sonreí de lado, saque mis dedos de su boca sonriente.
-Suficiente- susurre, viendo como tragaba saliva nervioso, baje mis mojados dedos por su cuerpo, hasta llegar a sus redondas nalgas, hundiéndolos en medio de estas, hasta su estrecha entrada, comencé a hacer círculos sin penetrarlo, tan solo con eso lograba hacerlo jadear, era tan lindo, decidí meter uno delicadamente, no era la primera vez que lo hacíamos, así que me recibió gustoso, lo escuche jadear más cuando el segundo entro con un poco de dificultad, no lo hacíamos hace unas semanas, así que estaba un poco más estrecho y poco acostumbrado, comencé a mover los dedos dentro suyo, tratando de acostumbrarlo y preparar el terreno, el jadeaba suave, fue hasta que hice tijeras en su interior que gimió, paso poco y ya estaba moviendo las caderas a mi ritmo, era obvio que estaba muy ansioso.
-Yaahh estáah bien, entra de una vez ahh- me dijo jadeante, yo le hice caso, con cuidado saque los dedos, baje de una mi bóxer dejándolo a la altura de mis pantalones, y posicione mi erecto miembro en su dilatada entrada, lo acomode bien, su cara me demostraba suplica, mi niño tenía muchas ganas, entonces comencé a entrar en el lentamente, no quería lastimarlo, era lo que menos quería, por eso al estar completamente dentro, no me moví nada, hasta esperar que sus paredes se acostumbren, y joder, estaba muy estrecho, sin hacer ninguna clase de opresión, por eso era obvio que si me movía de una le dolería, por eso tenía que esperar que se acostumbre, el jadeaba, le faltaba el aire, estaba sofocado por mi invasión, me acerque a él y lo bese, el me correspondió, apretaba un poco sus labios por el dolor que sentía, una de mis manos estaba situada en su pierna, sosteniéndolo, y la otra se posó en su miembro, para distraerlo y lograr que se calme un poco comencé un suave vaivén con mi mano haciéndolo gemir, para que se concentre en eso y no en mi invasión, de repente Liam gemía y movía lentamente sus caderas, buscando placer, yo comencé a mover las mías en su lento ritmo, a él le gustaba que sea delicado, mi pequeño jadeaba, lo quería mucho, era tan lindo y tierno, entonces grito de placer, era obvio, había llegado a su punto débil, sentí como me aprisionaba un poco a causa del placer, pero esa pequeña contracción fue genial, sonreí y jadee, lo agarre de sus rodillas y me impulse para moverme de forma que llegara más profundo, y así fue, golpeaba contra su punto débil haciéndolo estremecer de placer, lo hacía con cuidado, no quería lastimarlo, pero cada vez el aumentaba el ritmo de sus caderas y eso me estaba enloqueciendo “Mas!” gimió y hecho la cabeza atrás, yo, como siempre, obedecí y aumente el ritmo, una de mis manos se volvió a posar en su miembro y comencé a masturbarlo, sus gemidos comenzaron a subir, me encantaba ver como enloquecía ante mis toques.
Era todo perfecto, me gustaba sentirlo, demostrarle que lo amaba, sus expresiones eran geniales, hermosas, de puro amor y placer, tal vez este pequeño bastardo no todo el tiempo me trataba bien, pero sabía que me amaba, y era obvio que él sabía que yo lo amaba a él, y cada vez que lo tocaba, que lo besaba, que hacíamos el amor, nos aliviábamos, calmábamos nuestras ganas mutuas, era todo perfecto.
Mis movimientos se alentaron, y no era porque yo quisiera, sino por las seguidas contracciones de Liam, me estaban matando, me apretaba a no poder más, yo solo gemía y jadeaba, pero el, el gritaba de placer, mi pequeño ya no podía más, lo ayude y subí la velocidad en mi mano, haciendo el vaivén más excitante para él, no pudo más y se corrió en mi mano y parte de su abdomen, con un grito muy agudo, su contracción fue tan intensa a causa de su orgasmo que no pude hacer ningún otro movimiento dentro de él, era el paraíso, ya no podía más, me vine en su interior haciéndolo mío, el gimió fuerte al sentirme, me acerque a él y lo bese apasionadamente.
Salí lentamente y con mucho cuidado de él, mientras aun nos besábamos, de un momento a otro nos encontrábamos recostados en el piso, sobre esa gruesa alfombra, abrasados y usando el mantel de la mesa como sabana, yo acariciaba su cabello tiernamente, mientras el trataba de nivelar su respiración.
-Quiero escucharte decirlo- dije, el levanto la mirada hacia mí, con la boca un poco abierta, se quedó viéndome un rato y luego sonrió, se acercó y deposito un beso en mis labios.
-Te amo- susurro y se volvió a recostar en mi pecho, yo continúe acariciando su cabello, hasta que quedó dormido, la camisa y su bóxer era lo único que cubría su cansado cuerpo, mientras yo estaba con mi jean, estábamos recostados en el piso de la habitación, que raro.
-Yo también te amo- susurre, inútilmente, sabiendo que el ya dormía- Te amo más de lo que debería- volví a decir y cerré los ojos dispuesto a dormir.
Si bien Liam podía irritarme como ninguna otra persona, también podía hacer que lo ame como a ninguna otra persona jamás amaría, ni amare en mi vida.