Abrace a mi perro, Terry, un pequeño mezcla entre dalmata y otra raza, antes de meterlo en aquella caja en la que el pobre animalito tendría que viajar, le di un trago a la lata de cerveza en mi mano y limpie mis labios con el dorso de mi camisa, mire furtivamente hacia mi celular que estaba cargándose, emitía una pequeña lucecita que indicaba que alguien estaba mandándome un mensaje por Facebook pero eso poco me importaba en esos momentos, seguí acomodando mi ropa en las maletas y solo hasta que termine me digne a revisar aquel aparato que últimamente me estaba estresando.
Tenía un mensaje de mi ex, uno de una amiga contándome sus desventuras amorosas y otro de una persona que había conocido gracias a un grupo al que alguien me unió sin que me diera cuenta,les conteste acada uno de diferente manera, regrese al inicio despues de responder aquellos mensajes y vi una noticia sobre un grupo idol, ususpire, los asiaticos y sus extraños grupos, luego de apaguar el aparato, tome mis maletas, a mi mascota para ir a mi viejo auto y partir hacia el aeropuerto.
Al encender el radio la única estación que sintonizaba comenzó a sonar, una estación de canciones de antaño que a veces me hacía reí, llorar o provocarme un fuerte dolor de cabeza, dependiendo de mi ánimo.
Llegue bastante rápido al aeropuerto, realice todos los trámites que tenía que hacer, para luego ir a la gran sala de espera hasta que me llamaran para abordar el avión.
Encendí mi celular y vi respuesta de los anteriores tres mensajes, pero los ignore y solo abrí un correo que tenía de parte de mi editor, era unas cuantas "palabras de aliento" y algo sobre que podria encontrar el amor con alguno de esos chicos asiaticos que estaban de moda.
Puse los ojos en blanco, este tipo era exasperante, tecle una respuesta rápida acompañada de una grosería y volví a apagar el aparato, ese imbécil tenía la culpa de que en ese momento estuviera con rumbo hacia un lugar en el que no conocía a nadie y en el cual nadie hablaba mi idioma, o quizás sí, pero sería difícil encontrar a alguien que hablara español.
Por fin después de esperar veinte minutos se anunció mi vuelo, me levante y pesadamente me dirigí hacia la puerta de abordaje.
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Llevaba ya tres meses viviendo en China, en ese tiempo había aprendido mandarín básico, al menos el suficiente como para no morir de hambre y poder hacerme entender con las pocas personas con las que interactuaba.
Y si, habia visto ciertas cosa de esos idols, pero solo un grupo, unos tales Super Junior los cuales no tenian malas canciones y hasta me gustabn un poco, pero nada mas.
Vivía en un distrito llamado Haidian casi en lo que yo reconocía como el centro de Beijin, un lugar compuesto por veintidós subdistritos y cinco ciudades que en conjunto formaban 431 km, eso era lo único que había investigado sobre el lugar porque no tenía muchas ganas de buscar más información en inglés. Para mí, aquel lugar era bastante grande, pero al parecer para los residentes locales era pequeño o simplemente lo ideal. Mi estúpido editor me había conseguido un departamento un tanto decente, en el que afortunadamente aceptaban mascotas o hubiera tenido que estar de vagabunda junto con Terry.
En todo ese tiempo había logrado muchos avances en mi trabajo, mi próximo libro, pero estaba quedado demasiado simple, sin una pisca de humor o sufrimiento que cacterizaban a cada uno de mis libros pasados, así que sin piedad una tarde decidí borrar el documento y tratar de iniciar el trabajo desde cero.
El día en que se cumplían mis tres meses de vivir en el lugar, me levante temprano, me prepare para el día, guarde mi portátil en un maletín verde, tome la correa y se la puse a Terry para salir lo más rápido que pude pues tenía que ir caminando a mi destino.
Me dirigí hacía una casa que estaba un poco lejos de mi departamento, en otro lugar al que no tenía ni idea cual era la dirección, solamente sabía cómo llegar porque había memorizado las calles, en aquella casa bastante grande iba a visitar a una anciana que había conocido una vez junto con su hija quien ya era una mujer un tanto mayor, ambas me ayudaron en una de las tantas veces en la que me había perdido, siempre tenía ganas de preguntarles si eran ricos, pobres o clase media, pues la casa y su actitud no coincidía, pero jamás había tenido el valor de preguntar, así que me resigne a quedar con la duda.
Tenía un par de semanas sin ir a visitar a aquellas dos mujeres y a su familia, pues había estado tratando de trabajar en mi libro, pero solo había salido aquella basura que deseche.
Iba caminando tranquilamente, sin ponerle atención a mi alrededor, solamente caminando por inercia por las calles que ya conocía, siendo guiada por mi mascota como lo hacían los no videntes, en mi mente rondaba la idea de pedirle a la mayor de aquellas mujeres que me contara su historia y me dejara escribirla cuando escuche los ladridos de Terry.
Ya habíamos llegado a la casa, pero había alguien que nos impedía el paso, estuve a punto de reclamar le a esa persona que se apartara de mi camino, no estaba de humor para aguantar a nadie, solo quería lo que había ido a buscar a esa casa, una historia, pero mis ojos se toparon con el hombre más… ¿guapo? ¿adorable?... lindo , el hombre más lindo que había visto jamás, su cabello era negro, su piel bastante blanca como la tienen las personas que están enfermas, su semblante aunque cansado era bastante hermoso, era bajito pero aun así más alto que yo, su ropa aunque bastante sencilla y grandes se le veían bien, pero todo mi ensueño se detuvo cuando note que al parecer el lindo hombre de la entrada nos veía con desprecio en los ojos, o más bien, a mí me veía de aquella manera, como si le hubiera robado algo, lo mire frunciendo un poco el ceño y trate de acercarme al timbre de la casa, pero la mano del tipo me no me dejo, Terry quería atacarlo y en ese momento, yo también.
-Vete, no involucres a mi familia en esto, por favor – mascullo arrastrando sus palabras.
Lo mire sin comprender porque me había dicho aquello, en aquella casa solo había visto a un muchacho y no era el que tenía enfrente, intente hablar, pero él no me dejo comenzando a hablar demasiado rápido como para que yo lo entendiera y pequeñas lagrimas caían por sus ojos mientras hablaba y hablaba.
-Ella no es un reportero, además no es bueno que hagas estas cosas aquí afuera, se supone que no saldrías por ahora- escuche decir a una de las mujeres que ya conocía mientras ponía una mano en el hombro del chico, él la miro y ella le sonrió, luego la mujer volteo hacia mí aun sonriendo- Hola Coco, hace mucho que no vienes por aquí, él es mi otro hijo, espero que lo perdones por su comportamiento, pero últimamente está un poco alterado.
Asentí sin decir nada, cuando ella me invito a pasar a la casa solo sonreí e hice una pequeña reverencia y camine dejando al chico junto a su madre a mis espaldas, me sentía incomoda pero trate de ocultarlo. Me dirigí hacia una estancia que había en la casa, luego de lo que me pareció una espera interminable la anciana a la que tanto quería llego, junto con su hija y el impertinente hijo de esta.
-Veo que ya conociste a LuHan- dijo la anciana, yo solo asentí- no te enfades con él, no está pasando un buen momento.
-¿Acurre algo malo?- pregunte sin pensar arrepintiéndome de inmediato por haber preguntado, por lo que había aprendido en esos meses esa familia era muy conservadora y discreta con sus asuntos- lo lamento, no quise entrometerme.
El rubor de mis mejillas hizo que ambas mujeres rieran y el chico solo me mirara un tanto divertido, sentía que moriría de vergüenza, baje la cabeza en señal de disculpas, pero una mano en mi hombro hizo que levantara la mirada y quedara más que sorprendida, el chico estaba junto a mí, mirándome con una expresión de comprensión, yo simplemente lo observe.
-No te preocupes, la mayoría de Asia lo sabe y en algunas partes del mundo también, que tú lo sepas no es ningún problema- dijo Luhan mientras una pizca de dolor aparecía en sus ojos, los cuales me recordaron a los de un ciervo.
-Luhan era integrante de un famoso grupo de kpop llamado EXO que es parte de SM.Entertainment - dijo la madre del chico en cuestión- pero la empresa de la que era parte…no era la indicada para él, así que está interponiendo una demanda contra ellos y exigiendo la anulación de su contrato.
Abrí los ojos con sorpresa por eso de la demanda, pero no dije nada pues no sabía nada sobre el kpop más que de la existencia del gangnam style, la de los tal super junior y el porqué de que le llamaran Kpop, así que solo mire a todos, la verdad es que no tenían idea porque ellos me contaban aquello con tanta calma para lo que implicaba el asunto, me sentía incomoda, molesta, algo perdida y con un extraño sentimiento en el pecho. Luego de aquello el chico se fue, dejándome con su madre y abuela quienes siguieron como sin nada hablando conmigo.
Esa noche, al llegar a mi casa y después de darle algo de comer a Terry, saque la portátil de mi bolso, me conecte a internet, abrí tres ventanas en el buscador, en la primera escribí SM.Entertainment, en la segunda EXO y LuHan, ademas, solo por simple curiosidad, aquello que el buscador recomendaba, HunHan.