Estoy en la fila de espera en un banco moviendo las manos impacientemente, veo el suelo, luego la pared y después a las personas.
Otro día como los demás, aunque creo que éste es más aburrido, mucho más monótono que de costumbre.
¡¡¡¡Biippp, Biiiiippp, Biiiippp!!!!
Genial, la alarma está sonando, ¿quién será el idiota que trata de asaltar éste lugar por primera vez en esta jodida semana?
Creo que tengo algo mal, mientras todos corren se esconden o lloran yo estoy aquí, dando una media sonrisa esperando que entren los asaltantes pensando en que tal vez no voy a estar tan aburrido.
He escuchado a gente hablando sobre lo que pasa en momentos así, siempre cuentan lo mismo; mucha gente asustada y muertos por aquí y por allá. He escuchado tanto sobre eso que ya perdió impacto.
Un ruido metálico, escucho como ese ruido se va acercando hacia mí. Observo el suelo y logro captar una granada. Mierda, pensé, esto me va a doler.
Cierro los ojos para no ver nada sobre mi inevitable muerte. No quiero mirar las caras de los asaltantes ni de los rehenes, joder, ni siquiera quiero imaginar la expresión que tengo en éste instante.
Mi vida no es tan significativa como para tratar de sobrevivir, solo necesito reflexionar un segundo para darme cuenta de ello, tengo 18 años y no tengo ni novia ni amigos ni al menos una mascota; tengo un trabajo basura de medio tiempo en la que preferiría que me dieran un estúpido cupón en vez de mi paga actual. A veces pienso que estaría mejor muerto, así no tendría que cubrir gastos de mis necesidades.
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Despierto, no sé como pero estoy vivo, que mala suerte tengo ¿no puedo alegrarme de mi propia muerte sin que tenga que despertar?
Me levanto de la cama un poco mareado, cuando logro que esa sensación se fuera lo único que me lleve fue una sorpresa.
No estoy en mi habitación, aquí es más grande y extraño, las paredes están pintadas de un azul muy brillante, los muebles son de cristal, las plantas parecen ser hologramas, en el techo hay un rostro feliz y debajo de él dice: "No olvides sonreír".
Cualquiera que sea la intención de la imagen en el techo creo que no está funcionando porque me causa más incomodidad que tranquilidad. No quisiera conocer al enfermo que inventó éste lugar.
Salgo al pasillo solo encuentro gente sonriendo no creo que me noten o tal vez simplemente no les importa lo demasiado como para voltear, es mejor para mí pasar desapercibido.
Llego hasta la puerta de salida y al abrirla, todo lo que había visto antes se vuelve nada al compararlo con lo que está en frente.
Edificios con paneles solares, grandes ventanas y un material que creería porcelana sino fuera por el hecho de que es imposible que la porcelana soportara tanto peso.
Autos electrónicos y que dejan un rastro de luz por donde pasan.
Y lo que más me impresionó, todas las personas que veía estaban sonriendo.
Ni siquiera en las mejores calles de mi ciudad todos sonreían
Parecía que estaba desubicado con todo lo que me rodeaba pero es que todo lo que me rodeaba me sorprendía, y lo primero que pensé era lo que todos pensarían en mi situación:
- ¿Qué está pasando?- dije susurrando.
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