Fui Subiendo las escaleras a paso seco enojado, abrí la puerta de la habitación de mi hermano, como siempre todo su cuarto estaba despatarrado, como si un tornado pasara por aquí.
-¡Armin levántate!- Le grite para que se despertara un día como cualquier otro… ¡Horas y horas en el computador!
¡No sé cómo le hace para quedarse hay sentado en el mismo lugar jugando toda la madrugada!
-¡Mm!- Masculló con disgusto y se cubrió la cabeza con el acolchado.
-. Mama nos está llamando para juntar nuestras cosas para la mudanza.-
-. Dejemos para después la mudanza… espera… ¡¿Mudanza?! - Grito de repente como si no lo supiera.
-¡Te lo he dicho semanas atrás, Armin!-
-¡Y yo que iba a saber! ¡Oye uno no puede jugar videojuegos y al mismo tiempo estar al tanto del viaje!-
-¡Exacto! ¡Por eso deberías dejar los videojuegos, idiota!- Le saqué su almohada en la que estaba acostado y la tiré del rostro con fuerza.
-¡Nuncaa!- Tomó la almohada y me lo tiro al rostro vengativamente.
Estaba a punto de devolverle el golpe pero justo vino nuestro padre con una cara furiosa.
-¡Alexy, Armin! ¡Dejen de estar gritando! ¡Los vecinos ya se vinieron a quejar conmigo de sus gritos!-
-. Y, se quejaran más si tú también gritas, querido.-
Apareció mi madre con una caja mediana entre sus brazos me imagino que era para la mudanza.
-. Patricia… ¿ya todo está listo?- Dijo mi padre con voz más calmada.
-.Si, solo faltan las cosas de Armin.-
Miro hacia Armin y él, como por arte de magia, se intentó levantar, que eso ya es casi un milagro. Cuando Armin termino de poner sus cosas en cajas de cartón y subirlas al camión, nos fuimos a la ciudad destinada.
Era un poco chica para mi gusto pero eso no interesa lo que importa es ver que estilo de ropa tienen en esta ciudad. Paramos enfrente de un instituto y aproveché para mirar a las personas que pasaban, me fije por la ventanilla del auto.
-¡Pero que…!- No pude evitar gritar de espanto, su estilo era muy aburrido y sin colores.
-¡Baja eso! ¡Entra mucha luz! – Me grito Armin, El idiota de mi hermano tenía unas ojeras tamaño familiar y en vez de ponerse a dormir se puso a jugar videojuegos otra vez.
-.Armin…- Suspire -¿No tienes otra cosa que hacer antes que eso?-
-.Claro.- Dijo normalmente. Me sorprendí.
-¿Enserió? ¿Y qué es?- La curiosidad me estaba matando.
-¡Tengo que preparar mi cosplay para una convención anime que justo se hará en esta ciudad!- Dijo con una gran sonrisa.
Me reí un poco, pensaba que era algo más que eso pero sin duda es Armin no va a hacer algo fuera de sus gustos.
-¿De qué te ríes?- Me pregunto confundido.
-. No es nada, ¡oye! ¿Me dejas hacerte el cosplay?-
- Jajajaja, Si claro, ¡De ninguna manera!-
-¡¿Queee?! ¡¿Por qué?! ¡Si tú siempre me dejas hacértelo!- Chillé.
-¡Si te dejo hacerlo tú te quedaras con toda la diversión!-
- ¿Diversión? … ¿y desde cuando te interesa la costura? ¡Tú odias esas cosas!- Aclaré.
-¡No las odio! Solo que me gustan pe-pero nunca las practico.-
Ya era obvio que estaba mintiendo, Armin nunca fue bueno para mentir ¿pero por qué? El nunca
Haría algo fuera de su mundo gamer pero pensé que solo era cosa de las idioteces que hace.
-¡Anda! ¡No me mientas! ¡Solo déjame hacerte el cosplay!-
-¡Que no!-
-.Por favor… - Puse carita de perrito eso siempre convencía a los demás.
-.No y sabes que eso no funciona conmigo, Alex.-
Bueno, eso de algún modo era cierto.
-¡Entonces funcionara esto!- Le quite su videojuego de entre las manos.
-¡¿qué haces?! ¡Eso es mío!-
Intento quitármelo alzando sus brazos pero yo lo alzaba mas alto con mi brazo izquierdo aunque fue difícil porque somos de la misma estatura y en un movimiento en falso, yo caí encima de Armin con los brazos a cada lado de el como si lo estuviese abrasando.
En ese momento me recordó cuando éramos más chicos y nos dormíamos abrazados el uno al otro, extrañaba esos días. Armin era tan cálido, lindo y olía muy bien~~~.
-¿A-alex? ¿e-estas bien?-
Cuando desperté de mi fantasía tenía a Armin entre mis brazos, me sonroje.
-¡S-si! ¡Lo siento! ¡Me pase! –
Me quite de encima de él y le devolví el videojuego.
¿Qué fue lo que sucedió? en ese momento sentí un gran calor recorrer mi cuerpo y que el corazón me latía más fuerte pero la verdad es que n-no niego que me gusto cuando lo abrase en esos segundos ¿es algo raro pensar que tu hermano es tan lindo que quisieras abrasarlo? ¿O be…sarlo? … ¡¿pero en que estoy pensado?! ¡Él es MI hermano! ¡Que a mí me gusten los hombres no significa que pueda hacerle eso a mi hermano!
Me sacudí la cabeza en plan de no volver a pensar en eso.
Mire disimuladamente a Armin, estaba concentrado en su juego pero su rostro estaba rojo carmín será que… ¿el también sintió lo mismo?
Mis padres vinieron de la nada (ni siquiera me di cuenta que se fueron a vaya tú a saber dónde).
-. Alexy, Armin.- Nos llamó nuestra madre.
-¿Qué pasa?- Dijimos al unisonó.
-.Esté será su nuevo instituto.-
Dijo mi padre.
Salimos del auto y contemplamos por un rato el instituto desde afuera ¡era grandísimo!
-¡es genial!- Chille.
-¡Si hay wi-fi por mí no hay problema!- Dijo sonriendo.
-¡Serás! ... – Me reí dándole un golpecito en la cabeza.
-¡Jajajaja! ¡Eso duele!- se sobo la cabeza mientras reía.
-.Hijos, vayan a ver lo que necesita para la inscripción su padre y yo tenemos asuntos de negocios que hacer.-
-. Vamos a venir algo tarde mientras tanto paséense por el instituto.-
-¡Claro! ¡Y no se preocupen yo vigilare a Armin para que preste atención en las clases! -
-. ¿Cómo? ¿El no presta atención en las clases?- Dijo papa con seriedad.
- ¡Jajajaj! ¡No! ¡Es solo una broma!-
- Si, claaaro –
- ¡Shhhhh!- Me susurro.
-.Bueno nosotros nos vamos ¡que se diviertan en su nuevo instituto!- Dijo mi madre levantando la mano para saludar.
-¡Gracias!- dijimos al unisonó.
Después de despedirnos, entramos al instituto, como era inmenso Armin dijo que nos separemos para encontrar la oficina de la directora, yo propuse que sería más fácil si preguntamos pero cuando dije eso ya se había ido.
-. ¡Agh! ¡Estúpido Armin!- Dije en vos alta.
-¿Necesitas ayuda?-
Levante la mirada y lo vi, ¡era lindo! ¡Muy lindo! ¡Tenía el pelo marrón y los ojos verdes!
-.Te necesito a ti…- dije sin razón.
-¿Qué?-
-¡digo! …eh ¡sí! ¿Sabes dónde está la oficina de la directora?-
-Claro ¿quieres que te muestre donde es?-
-¡seguro!- Sonreí alegremente.
¡Pero qué lindo era! , su ropa era parecida al de un militar anticuado pero cuando lo miro a los ojos lo menos que importa es lo que lleva puesto.
Me mostro amablemente donde estaba la oficina.
-¡Gracias! Em…- pensé en su nombre, el que nunca me dijo.
-.Kentin.- Aclaro.
-. Bien, ¡Gracias Kentin!- Le sonreí.
-¡No hay de que!- me devolvió con otra sonrisa, creo que ya me enamoré…, levante el brazo para saludarlo.
Toque la puerta para de la oficina para ver si había alguien y me atendió la directora, me recibió con una gran sonrisa, fue muy simpática.
Tenía el pelo blanco por los años, algo pasada de peso y un largo vestido rosa de mangas largas abotonado. Le di las cosas que necesitaba para mi inscripción y resolvió todo el papeleo y no sé porque pero en la forma en que sonreía no me gustaba mucho.
-.Pues, ya todo está listo, ya está inscripto.-
- ¡Muchas gracias! –
Estaba a punto de irme cuando…
- ¡Oh! ¡Espere joven! –
Me di la vuelta para verla.
-¿paso algo?-
-¿Su hermano es Armin Woodmor no es así?-
- Si, ¿Por qué? ¿Qué Paso con él?-
-. Necesito que venga hoy mismo para confirmar su inscripción o si No el puesto se lo otorgara a otro.-
-. ¡Claro! ¡El vendrá hoy mismo! (el idiota ya debe de haberse perdido).-
-. Gracias.-
Me fui de la oficina a buscar a Armin ¡diablos! ¡Si me hubiera hecho caso! ¿Dónde estará?...
Estaba caminando a un ritmo inexplicable cuando escuche una voz familiar al final del pasillo y algo me dijo que me ocultara.
-¡Isane! ¡Me alegro mucho de verte!-
-Esa vos…- Susurre -¿Armin?...-
-¡Es cierto que hace como diez años que no te veo!- Esa otra vos parecía la de una chica, alto, ¡¿Dijo diez años?! Me asome con cuidado para ver de una vez por todas que demonios pasaba… y…Armin estaba abrasando a una chica de pelo negro…