La cámara de ama bebé
El “clic “de la cámara se escuchó en la habitación con un gemido de frustración seguido de una risa traviesa.
-MyungSoo, te dije que dejaras de tomarme fotos- gruño el pelinegro molesto.
-Y yo te dije que no dejaría de hacerlo-La cámara te ama bebé.
-Agh- intentando apartar la cámara del menor fallando en el acto ante la prueba de fuerza, él no era tan fuerte como el menor.
-¿Sabes lo bien que te ves?- musito mientras volvía a presionar un botón y otro “clic” volvía a oírse en la habitación.
La paciencia de SungYeol se estaba agotando, el menor adoraba tomarle fotos en todo momento; era bueno en ello pero ¿Por qué lo usaba de modelo? Tenía a SungJong… pensándolo bien no quería que este le sacara fotos al menor, aunque no lo admitiría sentía una molestia cuando los veía riendo juntos.
Era sábado y como de costumbre estaban en la casa del mayor esperando para ver quien se levantaría a cocinar algo, era obvio que lo haría SungYeol porque el otro era un completo inútil en la cocina.
Tras haber preparado unos hotcakes, los llevó al sillón donde el menor estaba despatarrado. En cuanto los vio devoro un par de un solo bocado siendo tan bruto como siempre. No podía creer que ese idiota le gustaba, bueno en realidad lo amaba pero esos son detalles menores.
Su “enamoramiento” había empezado en tercer grado de primaria, cuando el menor lo defendía de los ataques de los niños más grandes metiéndose en muchas peleas. Era un poco raro de un niño estar enamorado de otro niño pero poco le importaba; no reparaba en el género de la persona, eso era lo de menos. Y dando se cuenta a la edad de quince años el fuerte sentimiento que estaba en su corazón cada vez que lo veía; había sido duro ver como el moreno invitaba chicas a los bailes mientras él se quedaba en algún lugar de la fiesta hablando con Sung Kyu que también estaba molesto porque WooHyun no reparaba en él. Al menos no estaba solo en la etapa “odio a todas, no te acerques a lo que es MIO”.
Volviendo al tema, el problema principal es que no estaba seguro, o bueno en realidad si, sobre lo que sentía el menor. Era obvio que lo veía como un simple “mejores amigos”, cosa que él no veía tan cierta. De por sí MyungSoo era cariñoso, pero a veces podría decirse que sentía que solo esas caricias eran dirigidas a él. Como cuando posaba la mano en su rodilla y acariciaba sus muslos, o cuando lo abrazaba por atrás y entrelazaba sus manos mientras le susurraba palabras dulces al oído; tenía miedo de estar equivocado y que sea toda pura imaginación suya.
…..
Habían terminado de cenar y el mayor se disponía a lavar los platos cuando oyó el típico y ya conocido “clic”.
-¡MyungSoo! Te advertí sobre tomarme fotos- lo señalo con su mano llena de espuma.
-¿Y qué me vas a hacer cariño? ¿Echarme de la casa? No tienes el corazón tan frío como para dejarme afuera con el frío que hace- el puchero del menor lo derritió por dentro olvidando el porqué de su enojo.
-Vete al diablo- intento seguir con lo suyo pero unos brazos rodearon su cintura por atrás y la carita del menor lo miraba divertido.
-¿Quieres que me vaya al infierno? Solo… estaré solo y te quedaras sin MyungSoo- le beso suavemente la mejilla.
-¿Eres así de cariñoso con todos?- preguntó con recelo.
-Mmm… tal vez con SungJong, ese chico es un amor- el pelinegro mayor aparto los brazos de su cuerpo.
-Entonces vete con él, tal vez el si quiera que le tomes fotos- la fría mirada que le dio, fue suficiente para darle a entender que estaba celoso.
-Tal vez el, pose desnudo para mí- el mayor dio un grito indignado y subió las escaleras adentrándose en su habitación dando un portazo.
El menor rio pícaro, definitivamente sabía cómo hacerlo enojar.
…..
Habiendo no superado lo de SungJong, había llegado el lunes y debían entregar un trabajo en grupo. Sin problemas pasaron a exponer cuando unas cuantas personas, por no decir zorras, se dedicaban a guiñarle el ojo al menor. EL maldito dilema era que el menor sabía lo atractivo que era y se abusaba de ello, dándoles guiños coquetos que solo molestaban más al mayor.
-Tranquilo, no pasan de una noche- dijo “tranquilizándolo” SungJong.
-Si tú lo dices- la situación de veras que lo disgustaba, en sobremanera.
…….
El pelinegro menor estaba totalmente nervioso, las manos le sudaban y gotas de sudor bajaban por su nuca. No quería arruinarlo todo ¿Era tan importante? Si, lo era. Tenía un ramo de gardenias, las favoritas del mayor, en su mano esperando el momento. Nada podía fallar.
.
Agotado, abrió la puerta y se lanzó al sofá sin pensarlo dos veces, la pereza del menor se le estaba contagiando.
Una taza de café no le vendría mal, arrastró sus pies hasta la cocina, después de una ducha reparadora vistiendo su piyama de ositos, se dispuso a tomar una deliciosa taza de café.
Pero algo llamo su atención, había un libro bastante grueso de tapa roja con un moño de color azul. A un lado había una carta y una caja de bombones. La curiosidad pudo con él y cuidadosamente desato el moño y abrió el libro. Al parecer era un álbum de fotos… de ellos dos juntos. Página tras página mostraban los dos amigos juntos, haciendo muecas raras, riendo, distraídos. Pudo notar la gran cantidad de fotos con su rostro, de perfil, de costado, sonriendo, con un ligero color carmín en las mejillas al ser fotografiado. Una amplia sonrisa se instaló en su rostro, al parecer el menor no se perdía ningún detalle.
Dejando el libro a un lado abrió la carta. Unas palabras con la letra algo desprolija, era la de MyungSoo claramente, dictaba las siguientes líneas:
Querido SungYeol:
Seguro ya viste el álbum de fotos hecho especialmente para ti, es decir somos nosotros… Juntos. Supongo que estas confundido pero quiero aclararte algo, ese álbum es solo de nosotros, una historia en cada foto y me acuerdo de cada una de las situaciones.
No sé cómo explicar la manera en la que me siento cuando estoy junto a ti, es complicado para decir en unas cuantas palabras, pero quiero decirte que no voy a ocultar lo que siento.
Yo te amo SungYeol y no voy a callarme más, voy a luchar por ti, porque eres lo que más quiero.
Tuyo, MyungSoo (al que tanto quieres).
Un par de lágrimas de felicidad corrieron por su cara al enterarse de todo eso de golpe; un carraspeo se escuchó a su espalda y volteo viendo a un avergonzado MyungSoo con un ramo de gardenias en su mano.
-Sé que no es la mejor manera de confesarme, pero no sabía cómo hacerlo- se miró los zapatos- No estás obligado a decirme algo, puede odiarme si quieres, pero no es un juego y hablo enserio… Yo te amo mucho y… dudo que sientas lo mismo… Tal vez pienses que…-fue interrumpido por un cuerpo encima suyo rodeando con sus piernas sus caderas y besándolo con desesperación; inmediatamente correspondió sin poder dar crédito a lo que pasaba. Su imaginación tal vez le estaba jugando una mala pasada.
-Dime por favor que es verdad- él mayor no paraba de llorar, era demasiado dulce, las flores, el álbum de fotos, la carita de vergüenza del menor… Él era demasiado perfecto.
-No te mentiría jamás-musito sonriendo.
-Genial porque yo también te amo y mucho- ambas sonrisas se ampliaron más, para luego volver a juntar sus labios en algo más dulce y romántico.
-Antes de todo- sacó su cámara que colgaba de cuello, ya habiendo bajado al mayor- Te tomare una foto. Estoy empezando a sentir celos de esta cámara- el mayor rio.
-Espera-Fue interrumpido- Tomémosla juntos, quiero que ambos estemos en la foto.- El menor sonrió dulcemente para luego juntar sus labios en otro beso y el conocido “clic” completando el panorama.
Tal vez ya no odiaba que MyungSoo le tomase fotos. Solo si él iba a ser su modelo, claro.