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No soy lo que piensas por KoruLove

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Notas del fanfic:

Este fanfic se encuentra en fanfiction y en Wattpad tambien, es de mi autoría. 

 

Disfrutenlo!

Un tiempo ya después de que Noiz había recuperado la capacidad de sentir dolor y de que las industrias de Toue cayeran, se podría decir que todo volvió a la normalidad en Midorijima...

 

Se podría decir.

 

Caída la tarde en casa de Aoba, Tae se encontraba en la cocina preparando una merienda para la "visita" de su sobrino que ya estaba viniendo a diario por el sabor de sus dulces.

 

Subiendo escaleras arriba se escuchó un grito enfurecido de Aoba, lo ignoró ya que era normal que el rubio lo molestara pero al abrir la puerta, le dejo perpleja la situación.

 

Noiz cogía fuertemente el pelo largo de Aoba y lo movía fuertemente, un punto normal... pero Aoba cogía el pelo "anormalmente" largo de Noiz y efectuaba la misma acción.

 

-¡¿PERO QUÉ ESTA PASANDO AQUÍ?!- El grito de la mujer hizo que ambos se detuvieran -¿¡Y BIEN?!- replicó al no haber respuesta.

 

Aoba se puso firme y empezó a hablar -¡Noiz a entrado por la ventana y ha empezado a comparar su pelo con el mío!- Llevo su mano diestra a uno de los mechones azules suyos que le caían en un costado del hombro. *Y luego dice que no es afeminado* Pensó Tae.

 

La abuela miro a Noiz que imitaba la misma acción.

 

-Oye, tú...- Le dijo Tae, haciendo que centrara su atención en ella en señal que la escuchaba. -¿Por qué tienes el cabello así?-

 

-No lo sé.- Respondió Noiz.

 

-Y, ¿Hace cuánto estas así?- Volvió a preguntar Tae.

 

-Desde hoy en la mañana, no me había dado cuenta hasta mirarme en un espejo.- Llevo uno de sus mechones rubios a un lado.

 

-Hum...- Tae lo miró pensativa -¿Ingeriste algo extraño?-

 

Tae creyó tener la solución del problema en la punta de la lengua.

 

-Aoba me dio un frasco azul ayer.- Señaló a Aoba con una expresión fría. La abuela se acercó a Aoba y le dio un golpe en la cabeza.

 

-¡TE DIJE QUE NO TOCARAS MIS COSAS!- Le gritó al peli azul el cual bajo la cabeza arrepentido. -Anda, llévalo donde Koujaku para que le corte el pelo.-

 

-Me niego- Dijo Aoba -¡Se pondrán a pelear como siempre!-

 

-Primera vez que concordamos con algo.- Dijo Noiz desviando la mirada.

 

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Se encontraban de camino hacia la peluquería de Koujaku, Aoba seguía resentido con el rubio por "insultarle" tratando por todos los medios no mirarlo a la cara.

 

-No sé cómo hace la abuela- Comentó Aoba, siendo ignorado por el otro.

 

Les faltaba por lo menos pasar una calle para llegar a la peluquería de Koujaku cuando el alarido de una chica los detuvo.

 

-¡NO!- Grito la joven que había captado la atención de los dos -¿Con esa pinta piensas ir a ver a Koujaku-sama? ¡Ni sueñes que te pondrá atención así!- Un grupo de chicas se le acerco a Noiz. -¡Vamos de compras!- *¿Las fans del anciano?* Pensó Noiz.

 

Dos chicas del grupo tomaron a Noiz de los brazos obligándolo a seguirlas. Aoba pensaba que lo arrastrarían a él también, pero no lo hicieron. Tal vez porque ya le conocían y sabían que era un amigo de Koujaku. Suspiro aliviado pasándose por la mente si debería ayudar al otro, pero no lo hizo. Todavía seguía resentido. Miro como se llevaban a Noiz hasta que lo perdió de vista y se marchó.

 

Noiz oponía resistencia pero parece ser que aquel frasco no solo había hecho efecto en su cabello. Bueno, según dijo Tae. Que dijo que los efectos de aquel líquido podían variar. En ese caso, alargó su cabello y disminuyó su fuerza.

 

Se rindió y dejo que lo llevaran a quién sabe dónde.

 

Lo llevaron a un centro comercial donde aparte de estar de tienda en tienda, lo obligaron a probarse un montón de prendas que lo hacían lucir más "femenina"

 

Hasta que llegaron a un almacén donde se exhibían un montón de empalagosos vestidos. Cada uno más llamativo y escotado que el otro.

 

-¡Miren este!- Una de las jóvenes tomo un vestido que llegaba hasta las rodillas color rosado pálido. Una saco de otro mostrador unos tacones bajos del mismo color del vestido haciendo que sus caras se iluminaran.

 

-Anda, pruébatelo.- Dijo una de ellas dirigiéndose a Noiz.

 

-Me niego.- Respondió.

 

-Chicas.- La joven al hablar hizo que se llevaran arrastrado a Noiz a uno de los vestidores, como no cabían todas, entraron solo tres.

 

Noiz no se dejaba pero al final pudieron con él logrando quitarle la parte superior de la ropa, al mirarlo pararon en seco.

 

-...Eres un chico...- Dijo una.

 

-Ya decía yo porqué era tan plana.- Empezaron a tocar el pecho de Noiz donde se suponía debía estar su busto. -No importa, eso se arregla con un chal.-

 

Y al final salieron con Noiz que solo replicaba lo corto que era el vestido y el chal gris que (a petición de una de ellas) era horrible. Ni mencionar lo que decía de los tacones, a pesar de ser bajos daba uno que otro tropezón.

 

Las chicas les anunciaron a las otras que el "espécimen raro" es un hombre.

 

-Bueno, Koujaku-sama es demasiado guapo que atrae a los hombres también. Es algo inevitable.- Dijo una de las que estaban afuera

 

-¿Qué?, yo no...- Noiz fue cortado abruptamente

 

-Koujaku-sama no tiene pinta de gustarle los hombres, así que te ayudaremos a que seas bonito para que tengas al menos una oportunidad fingiendo ser mujer, porque la verdad no estas nada mal...- Dijo una de las chicas. -¡Sólo mírenle las piernas!-

 

-Pero yo no...- Otra vez fue cortado.

 

-¡Vamos a ver a Koujaku-sama!- Grito una seguido por un "¡Sí!" de las demás.

 

Llevaban la demás ropa de Noiz en uno de los bolsos que cargaban y le obligaron a usar sostén. Cuando llegaron a pagar a la caja, Noiz se dio cuenta de todo lo que podían gastar las mujeres en ropa. Bueno, él lo hacía con la comida.

 

Ya se habían encaminado un rato después a ver a Koujaku. Era tarde, no más de las 9:00 pm. Que rápido paso el tiempo.

 

Al llegar una chica hizo que todos se detuvieran para preguntarle algo a Noiz.

 

-¿Cómo te llamas?-

 

-...Noiz...- Hizo una pausa antes de hablar

 

-Mmm, ¿No eres de por aquí?-

 

-No... Soy alemán...- No sabía porque les decía tantas cosas personales.

 

-Bueno, ahora te llamas Emma.-

 

-¿Emma?- Es alemán, lo reconocía. "¿Quiénes eran ellas para cambiarle el nombre?" Pensaba.

 

-Sí, ahora vamos.- Lo volvieron a tomar de los brazos y se dirigieron a la peluquería donde veían por medio de los vidrios como Koujaku se preparaba para irse.

 

-¿Se va Koujaku-sama?- Le preguntaron.

 

-Sí, chicas.-Respondió él con una sonrisa amable. -Qué raro que no vinieron hoy.-

 

-Es que estábamos ayudando a alguien que quería conocerlo.-

 

-¿Conocerme? ¿Quién?- Les interrogó.

 

-Ella.- Todas se hicieron hacia atrás para dejar a la vista a Noiz que tenía un leve rubor en las mejillas de vergüenza. Una de las chicas puso una mano sobre el hombro de el -Se llama Emma.-

 

-¿Emma?- Se le hizo curioso el nombre.

 

-Sí, es alemana.-

 

-Oh, pues... mucho gusto señorita.- Koujaku tomo una de las manos de Noiz entre las suyas y deposito un suave beso en ella haciendo que el corazón del rubio se acelerara dejándolo extrañado.

 

-Nuestra amiga no habla mucho...- Sonrió. -Pero, es muy guapa. ¿A que si?-

 

-Sí, es una señorita muy bonita.- Koujaku le dedicaba una sonrisa muy dulce a Noiz, quería irse... ¡Dios! El solo venía a que le cortara el maldito pelo y ¿Que paso? Una manada de locas lo llevan a andarse medio centro comercial, probarse estupideces y tacharlo de chica. Y para peor, lo trajeron frente a "ÉL" vestido de esa forma tan vergonzosa y mostradora.

 

-Se hace tarde chicas, un placer conocerte Emma.- Koujaku evadía a las chicas para poderse marchar. -¿Por qué no vienen a charlar mañana? Sería un gusto conocer más sobre su nueva amiga.-

 

-¡Mañana estaremos aquí Koujaku-sama!- Dijeron al unísono, parece como si lo hicieran todos los días...

 

Koujaku se marchó dejando al grupo y a Noiz, las chicas sonreían y Noiz se quedó mirando perplejo como se marchaba el otro. Era una faceta nueva que él no conocía... y que le  había gustado.

 

-...Le pareciste guapa...- Le susurró al oído una.

 

-¿Huh?- Noiz dio un paso adelante.

 

-¿Dónde vives?- Le pregunto la que parecía la "supuesta líder" del grupo ya que fue la que estuvo dando órdenes todo el día.

 

-¿Por qué les diría donde vivo?- Replicó el molesto.

 

-Tonto, Koujaku-sama quiere volver a verte. Por eso queremos ir a tu casa para prepararte.-

 

-...Paso...- Dijo Noiz.

 

-¡Hay, ya!- Gritó molesta. -Entonces nos veremos en el centro comercial a las 8:00 am. Pero antes de que te vayas nos presentaremos.

 

Las muchachas se pusieron en fila, eran cinco.

 

-Empiezo. Soy Yui.-

 

-Mío-

 

-Yukko.-

 

-Kaede.-

 

-Mayu.-

 

-Muy bien, ahora... repítelos.- Le dijo severamente Yui.

 

-Huh...- Seguía pensando cómo demonios se metió en ese lío. -Yui, Mío, Yukko, Kaede, Mayu. ¿Me pueden dar mi ropa?-

 

-No, no confiamos en ti. Te la devolveremos luego.- Yukko era la más callada de todas pero sabía cómo manipular a cualquiera.

 

-Huh...- Suspiró. No iba a dejarles su ropa... -Está bien...- Se cruzó de brazos.

 

Las chicas se fueron dejando solo a Noiz que inmediatamente tomo su coil para revisar la hora.

 

-10:00 pm...- Se dijo a si mismo mientras emprendía camino hacia su casa. -Que tarde...-

 

El frío le empezaba a calar los huesos, sus piernas estaban congeladas y el vestido no le ayudaba mucho.

 

Todavía faltaba mucho camino... mejor tomaba el atajo de siempre.

 

Era un camino estrecho, poco transitado y oscuro. Normalmente aquí tenía la mayoría de sus peleas...

 

Peleas... "Mierda"

 

Al darse cuenta ya estaba rodeado de unos pandilleros. Hoy sí que no era su día de suerte.

 

-¿Qué hace una señorita tan bonita en un lugar como este?- Dijo uno de los pandilleros "El cabello largo engaña a todo el mundo..."

 

-No creo que te importe.- respondió Noiz reanudando su paso hacia adelante pero fue inmediatamente detenido agarrándole de un brazo. -¡Suéltame, idiota!-

 

Noiz agitaba su brazo furioso, si no podía matarlo a golpes ahora lo haría en cuanto recuperara su fuerza. Empezó a darle golpes en el pecho sin tener resultado.

 

-Huh~ ¡La jovencita tiene agallas!- Se burló.

 

Noiz, sacándole provecho a los tacones lo pateó en la entrepierna haciendo que lo soltara inmediatamente retorciéndose en el suelo.

 

-Me las vas a pagar... ¡TRAS ELLA!-

 

Noiz echó a correr, sí que había dominado esos zapatos en una tarde. Los hombres lo perseguían hasta que logro salir del callejón hacia un lugar más abierto pero como era muy tarde no había nadie.

 

Para su mala suerte, lo alcanzaron dejándole totalmente inmóvil. Lo tumbaron de rodillas y llevaron sus dos brazos hacia su espalda.

 

-De aquí no sales, maldita.-

 

 

Los dos hombres que sostenían a Noiz le hicieron bajar la cabeza bruscamente empujándola hacia abajo.

Mientras miraba hacia el piso, uno de los hombres de la pandilla le agarró el pelo de tal forma que solto un quejido. No le gustaba sentirse inferior, estaba que se echaba a llorar... "Cuándo salga de esto, Aoba. Te juro que me las pagaras." Pensó Noiz, relacionando su sensibilidad a los efectos variantes de aquel líquido.

-Esa no es forma de tratar a una dama.- 

"Esa voz..."

-¿Ah? ¿Quién es este tío rídiculo?- El pandillero soltó el cabello de Noiz y volteó a mirar al dueño de la voz.

Era Koujaku.

Tomo la espada que reposaba en su espalda sin desenfundarla empezando a golpear con ella a los pandilleros. Los dos hombres que sostenían a Noiz lo soltaron al ver como poco a poco caían sus compañeros. 

-¡Vamonos de aqui!- Ambos hombres huyeron gritando aterrorizados mientras Noiz se levantaba y recobraba la compostura. Koujaku corrió a ayudarlo.

-¿Estas bien?- Le preguntó a lo cuál Noiz asintió. -¿Qué hacías por aqui tan tarde?-

-Yo...- Noiz no sabía que responder.

-¡Estas sangrando!- Koujaku se arrodillo para examinar una de las rodillas de Noiz que estaba sangrando debido al impácto de la caída al inmovilizarlo en el piso.

-No es nada...- Susurro Noiz.

-Venga, vamos a curarte.- 

-No es necesario, sanará solo.- Noiz normalmente dejaba sus heridas sin más, lo mínimo que hacía era ponerles una venda.

-Se te infectará y se pondrá peor...- Las insistencias de Koujaku hizo a Noiz aceptar la ayuda. -¿Puedes caminar?-

-Claro que pue...- Al Noiz dar un paso sintió un dolor fuerte en la pierna que lo llevo a morderse el labio.

-No, no puedes.- Koujaku levantó a Noiz al estilo princesa haciendo a Noiz sonrojar. Le gustaba este lado de Koujaku aunque no se diera cuenta.

-¿Tú que hacías por aquí?- Le preguntó Noiz.

-Me iba a casa, vengo de ver a un amigo.- Respondió Koujaku mirándole a la cara haciendo que este la desviara a un lado.

Al rato de estar caminando llegaron a la casa de Koujaku. Lo dejo en el suelo con cuidado y abrió la puerta.

-Pasa.- 

Noiz entró despacio, no llevaba mucho tiempo de que recuperará su percepción del dolor asi que esta se había agudizado un poco. En otras palabras le dolía mas de lo que a una persona normal.

Koujaku le siguió detrás, cerró la puerta mientras Noiz se retiraba los tacones y los dejaba a un lado. Koujaku hizo lo mismo y entraron a la sala.

-No creo que sea correcto que salgas ahora, ¿Por qué no te quedas hasta mañana?-


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