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Te amo, aunque seas una chica por HaruhiKitamura

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Notas del capitulo:

Ateeeención Yuri asdfhjkl

Te amo, aunque seas una chica.
Capítulo 1: Querido Diario, Yo soy Hitoka Yachi.

 

-Querido Diario… No, eso es muy común y cliché…– Pensaba mientras estaba acostada mirando el techo, mientras en mi mano sostenía un libro sin escribir y en la otra sostenía un lápiz – Que tal ser directa y escribir mi nombre en él…Mhn, no lo sé…–Repetía una y otra vez mientras frente a mis ojos tenía el cuaderno y con ambas manos lo movía de un lado a otro frente a mi rostro. – ¿Por qué me molesto tanto por hacer esto?–Me decía a mí misma en voz alta mientras me comenzaba a levantar, para finalmente quedar sentada frente aquel diario sin ninguna palabra escrita, tan solo… Vacío.

-¡Yachi, ya debes salir para llegar a tiempo! – Grito desde el piso de abajo mi madre, al parecer por lo que decía si no me iba en ese mismo instante se me haría tarde; y para colmo si no lo llegaba a hacer, ella misma me iría a buscar a mi cuarto. Decidí bajar al instante de su llamado, no quería tener algún problema con ella solo por no hacerle caso. Al agarrar mi bolso para bajar no pude evitar quedarme viendo un rato aquel “cuaderno personal”.

-Supongo que no tengo opción… – Al instante agarre aquel libro que en algún futuro contendría parte de mis secretos, realmente no tenía intención alguna de escribir en él mis más oscuros y secretos pensamientos, aunque era una tarea personal que debía cumplir. Al bajar mi madre no me dijo nada interesante, solo un adiós, buen día y que me cuidara de ida y vuelta. Como dije anteriormente yo debía escribir para una tarea y no es que yo lo quisiera voluntariamente pero necesito unos puntos extras en la materia y eso me podía ayudar, aunque era realmente difícil hacerlo.

Para empezar a mí no me agrada para nada escribir, salvo que fuera para alguna tarea o tácticas en el club de volley. Como segundo lugar sería raro explicarle a mi profesor sobre la vida que llevo, no pasa nada interesante en ella y para colmo tiene que ser sobre los momentos de tristeza y felicidad que pase en este primer año; era mejor entregarlo en blanco o llenarlo de dibujitos y que sea lo que Dios mande por ellos.

 

Mientras caminaba yo seguía perdida en mis pensamientos, en cualquier momento me podía equivocar de camino. Iba caminando por una calle principal en la que casi todos los que caminaban eran estudiantes o adultos con traje y portafolios, casi parecidos a el que yo llevaba. Las hojas de los árboles se movían con el leve viento que estaba presente en el aire, el día era soleado a pesar de mi problema de tarea y ese día salía más temprano que de costumbre ya que no tenía que ir a la práctica del club; dentro de todo parecía un día perfecto.

La mayoría de los estudiantes que caminaban por allí eran de mi escuela y luego de unos minutos me di finalmente cuenta de que a unos metros de mí se encontraba una chica ejemplar a mis ojos, Kiyoko Shimizu. No había pasado tanto tiempo para me desde que comencé a asistir al club de voleibol de la preparatoria Karasuno, hubiera jurado que fue el día de ayer pero ya habían pasado meses.

Kiyoko Shimizu era una persona a la que le tomaba aquella admiración “única”, se podría decir que deseo ser como ella en algún futuro. Era alguien tranquila a pesar de ser molestada todo el tiempo por Nishinoya-san y Tanaka-san, además era callada, respetuosa y atractiva… Linda y sincera. Le veía todo lo bueno y nunca le encontraba ningún defecto, aunque todas las personas lo tienen ella parecía la excepción.

En cambio yo era una persona totalmente distinta a ella. Soy inquieta, tímida, casi siempre me subestimo a mí misma y soy demasiado torpe; tal vez completamente distinta a ella en varios sentidos.

-Luego de pensarlo un rato creo que hoy no le podría hablar ya que no tendremos práctica y aunque me ponga triste… ¿Por qué me pondré triste? – De repente pensé con una buena razón. ¿Ponerme triste? ¿Por qué? No es que sea demasiado importante… Eso me parece.

 

Sin darme cuenta, el reloj siguió avanzando y con el mis pasos hacia la preparatoria y la clase que cursaba. Los momentos de estudio y risa con amigos y amigas seguían avanzando sin darle importancia alguna, no es que me afectara de alguna forma; soy de seguro demasiado torpe para comprender que debo atesorarlo y recordarlos en algún momento.

En momentos me encuentro con amores pasados a los que no les confesé lo que sentía, como un chico energético llamado Shōyō Hinata. Está bien, lo admito, alguna vez me gusto y creía que me había enamorado completamente de él; aunque mi “enamoramiento” duro muy… Poco, sin contar que creo que lo que más sentía por él era admiración de sus deseos de ser el como el pequeño gigante y su forma de nunca rendirse. Varias veces intente convencerme que no le gustaba alguien más, aunque al final no pude evitarlo; supe al cabo de un tiempo que tenía que aceptar que le gustaba aquella persona alta de pelo negro y mirada feroz, con la cual se estaba besando aquellos días en los que me gustaba.

Tuve amores que no me hicieron sufrir tanto como otros, de todos modos seguía sin poder confesarme a alguno de ellos, que puedo decir; además de tímida soy cobarde cuando se trata de los sentimientos. Nunca pude experimentar el primer rompimiento, ni el primer beso… Incluso no experimente el primer amor. Exacto, el primer amor. Aquel amor que aunque se viva luego de tener millones de parejas nunca se puede experimentar hasta encontrar a la persona indicada; ni aunque dos personas tengan el mismo sentimiento no siempre será su primer amor de verdad, el que no se olvida nunca.

 

Al cabo de un rato yo ya estaba en la hora del receso cuando de repente siento que alguien se para en frente de mi asiento y para llamar más la atención, el mío era el que estaba delante del banco del maestro; que por suerte no se encontraba. Yo me encontraba con la cabeza sobre el pupitre, como si estuviera dormida o pensando en algo demasiado importante como para que alguien llamara mi atención.

-Ehm… Yachi… ¿Estas despierta? – Aquella voz tranquila llamo mi atención al instante y más al ver que me llamaba a mí. Si la persona que admiras te habla se considera un milagro, pues ese debía ser mi día de suerte. Alcé mi cabeza rápidamente al solo escuchar aquellas palabras.

-¡Ah S-Si! ¿Q-Que pasa Shimizu-senpai? – Me estaba comportando como un chico sumiso o una chica tsundere, honestamente. Me puse casi nerviosa por nada, era una conversación normal con una de las personas a las que admiro; para colmo otra chica. ¿Por qué me tendría que poner nerviosa? Y ahora que lo pienso… ¿Desde cuando comencé a hablarle de esta forma tan nerviosa?

-Ten… Son unos apuntes que tome sobre los ataques de los chicos – Me dijo ella de forma tan natural para mí, tan simpática pero tranquila a la vez, además de tan transparente con sus sentimientos; parecía un cristal que nunca se podía romper.

-¡Muchas gracias! ¡Me serán útiles para saber sobre el nivel de cada uno! – Respondí agradecida como cualquiera respondería a su superior, aunque podía sentir levemente un ardor en mis mejillas que me hacían notar claramente que estaba un poco sonrojada. ­– Sonrojarse por algo que tienen que ver con cosas que son parte de club, soy patética… – No podía parar de criticarme mentalmente mientras volvía a mi posición anterior, realmente soy una idiota y más al no saber la razón de mis reacciones “inocentes”.

-Yachi…

-¿Eh? ¿Si? – Levante mi rostro de nuevo al escuchar que seguía ahí hablándome, parada frente a mí.

-Quiero hablarte de algo antes de que te vayas a tu casa, ¿puedes?

-… De acuerdo – Dije con un poco de dudas, no es como si hubiera la posibilidad de que se me confesara o algo así, tampoco es como si quisiera; eso creo. Ser citada a quedarte hasta tarde por la persona a la que admiras es raro, pero me libraría de escribir aquel cuaderno. Durante toda la tarde no podía parar de pensar que sería lo que me diría.

-Parecía muy seria… ¿Qué será? – Pensaba mientras “ponía atención” al profesor, que me estaba hablando a mí al parecer, y no es que fuera una adivina o algo así; sino porque me había dicho que me quedara un rato después de clase.

-Hitoka, ¿Entiendes?

-¿Eh?

-No me digas… ¿No prestaste atención a todo lo que te acabo de decir? – Al parecer se veía molesto por no escucharlo, pero no es como si fuera mi culpa; estaba ocupada y se le ocurre llamarme en estos momentos.

­-¡Necesito escapar de aquí! – Movía la cabeza de un lado a otro con la esperanza de encontrar algo para distraerlo y escapar, aunque parecía imposible era mi única opción; realmente quería saber que quería Kiyoko-san… Aunque podía ser que solo se tratara de cosas del club.

-Aah… Puedes irte – Dijo por fin por vencido mi maestro, mientras comenzaba a ponerse de pie.

-¿E-En serio?

-Parece que buscas a alguien importante, puedes irte mientras escribas de ella en el diario.

-¿Q-Que? ¿Por qué? – Realmente parecía odiarme, ¿Por qué quería saber de mi vida? Como si algo interesante sucediera, y que solo estuviera buscando a alguien no significaba nada. Es más, ni siquiera estaba buscando a alguien, más bien quería distraerlo.

-¿Por qué preguntas? Es obvio, porque yo lo digo – De manera “victoriosa” salió del salón dejándome parada frente a su escritorio con una de las caras que desean la muerte de los demás. Ahora tenía que escribir más texto para un profesor que de seguro no se tomara la molestia de leerlo.

-¿Porque yo lo digo? ¿Qué mierda de respuesta es esa? – Decidí rendirme yo también, tenía que hacer lo que él decía, después de todo era el profesor; aunque aun podía desearle todas las formas de morir posibles. – Ahora que lo pienso… ¿Qué tenía que hacer ahora?... ¡Ah! –Debo ser una idiota por olvidarme algo que me hizo distraerme toda la tarde, una completa idiota. Rápidamente comencé a correr a su aula y al ver que no estaba supuse que se había ido ya a su casa. Rendida comencé a caminar hacia la entrada de la preparatoria.

 

-Ah, Yachi – Dijo una chica, la cual claramente era Shimizu. Estaba poniéndose los zapatos cuando la vi. El sol de la tarde iluminaba su rostro y hacia que sus lentes hagan un pequeño reflejo, con el cual apenas se le podían ver claramente sus ojos; parecía una muñeca. – Viniste – Me decía con una sonrisa tímida mientras yo estaba perdida en mis pensamientos.

- Shi-Shimizu-senpai, ¿De qué quería hablarme? – No podía perderme en mis pensamientos en estos momentos, después de todo la principal razón por la que me había pedido quedarme era para que hablemos. De repente mis “reacciones” volvieron.

-Dime… ¿A ti te gusta alguien?

-¿Eh? – Me había tirado una bomba la cual no veía venir. ¿Gustarme alguien? ¿Por qué me lo preguntaba tan repentinamente? No es como si yo supiera la respuesta a su pregunta, incluso creo que nunca me he enamorado. ¿Cómo podría responderle?

-¿Es alguien del club?

-E-Espere, no lo creo, ni siquiera sé muy bien que es enamorarme – Oh mierda, ¿Por qué tengo que ser tan sincera? No hacía falta que le dijera eso, podría quedar como una total estúpida frente a un superior; no quisiera que me viera como una tonta.

Se me quedo viendo por un largo rato, hasta que su cara cambio y mostro una pequeña sonrisa con sus labios cerrados. ¿Le dio tanta gracia? Pensaba mientras ponía cara de sorprendida ante su reacción; aunque yo tampoco sabría cómo reaccionar ante eso.

-Muy bien, te ayudare.

-¿Eh? ¿Por qué?

-Yo… Yo tampoco soy muy experta en estos casos; creo que aunque este en mi último año nunca experimente el verdadero amor; por eso pienso que debemos apoyarnos mutuamente.

¿Esto está pasando? ¿Es… De verdad? Si la persona que admiras te propone apoyarse mutuamente por un amor, ¿Qué le responderías?

-E-Entonces creo que estamos en el mismo barco…

-¿Aceptas?

-¡S-Si!

-¡Genial! Entonces… Nos vemos mañana – Me decía mientras se retiraba del lugar y me saludaba; se daba vuelta luego de verme a los ojos desde lejos y me hacía sonrojarme un poco.

-Ya… Ya lo entiendo… – Al ver que tomo su camino habitual comencé a correr hacia mi hogar; incluso cuando pasaba frente a las personas y se molestaban porque les daba algún que otro empujón. Luego de unos minutos llegue a mi casa y subí rápidamente a mi habitación sin siquiera decirle a mi madre “he vuelto”.

Ya una vez en mi alcoba, tire mi portafolios a la cama y subiéndome a ella comencé a buscar dentro del portafolios el pequeño cuaderno que me había sido entregado.

-Muy bien, comencemos.

Al agarrar un lápiz y estar sentada frente al diario sobre mi cama espere unos segundos antes de comenzar a escribir, hasta que no aguante más y comencé a escribir en él.

Fecha=28 de Agosto

Querido Diario, yo soy Hitoka Yachi; desde este momento soy tu propietaria y puede que escriba cosas vergonzosas en ti… Ya dicho esto comencemos y todo lo que escriba en ti lo atesorare, sea lo que sea. Suelo ser torpe, distraída e incluso estúpida e inquieta; además, suelo criticar mis fallos y pienso en sobre cómo arreglarlos. Aunque quitando esas cosas suelo ser realmente amable con los demás.

Hasta ahora me han pasado un montón de cosas buenas y malas durante este nuevo año. He comenzado a formar parte de un club de la escuela, el club de Voleibol. Al principio me sentía realmente intimidada pero descubrí que aunque haya distintos tipos de personas, cada una era especial para mí. Dentro del club había un chico que me llamaba mucho la atención; Hinata Shōyō, incluso creí que me gustaba pero solo me causaba admiración.

Tuve algún que otro amor en este tiempo, me enamoraba o mejor dicho me “enamoro” muy fácilmente. Incluso ahora creo que me gusta una persona. Es… linda, un poco tímida al hablar, respeta a todo el mundo e incluso atractiva; aunque creo que sería algo parecido a linda, Jeje. Lleva lentes y tiene un pelo demasiado lindo. Creo que me he emocionado un poco… De todas formas el único inconveniente que tengo es que es una chica, pero eso no puede hacer que mis sentimientos cambien. Por esto y muchas cosas más decido que desde este momento me esforzare por hacerle llegar mis sentimientos.

 

 

-No me importa lo estúpido que suene, esta soy yo – Me decía a mí misma en voz alta mientras sostenía el libro con ambas manos frentes a mi rostro, ni tan alejado, ni tan cerca; lo suficiente para notar que mi historia de “amor prohibido” comenzaba. – Kiyoko Shimizu eh~. Esto será difícil…

Notas finales:

¡Geeeente! No sé si soy la primera en poner todo esto, es realmente loco para algunos pero quería escribir sobre ellas, son tan asdfghjkl juntas <3 

Déjenme sus Reviews sobre sus opiniones, sé que a algunas personas no les gusta el Yuri, así que todo depende de ustedes. Depende de los comentarios y las visitas seguiré con esto, pero si no es de su agrado; el próximo capitulo será el último, así que díganme si les gusta o no.

¡Espero que les agrade! ~


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