Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pianist por NamuHee

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ains, en serio que no pensé en que llegaría a hacer una continuación, pero aquí está, afsg 

Se permitió soltar un largo suspiro una vez bajó las escaleras del lugar. Estiró el cuello de la camisa que portaba para poder respirar, pues extrañamente se sentía sofocado. La presentación había salido bien, muy bien, recibió halagos de los profesores y demás mientras salía del escenario; no iba a mentir, estaba agradecido por todas aquellas clases con Yong Junhyung, pero aun así, no pudo evitar sentirse nervioso mientras llevaba a cabo la pieza, y no era para menos pues cada vez que llevaba su mirada a las partituras se encontraba con aquel escrito que el muchacho había colocado. Con las mejillas encendidas a más no poder continuó con su acto sin perder su seriedad a pesar de que por dentro sólo quería huir.

 

Esperaba encontrarse con su instructor, sí, había estado evitando cualquier contacto desde que llegó pero ahora, ahora que la presentación había terminado, tenía la necesidad, necesidad de verle, preguntarle cómo salió, si llegó a satisfacer las expectativas que tenía, preguntarle el por qué lo besó, preguntar si acaso gustaba de él… Detuvo abruptamente su caminar y se abofeteó mentalmente, no era momento para estar pensando en esas cosas.

 

Sacudió la cabeza y continuó su camino por el largo pasillo que daba a una de las puertas para salir del auditorio, hasta que fue interceptado por un grupo de jóvenes que conocía muy bien. Rodó los ojos con fastidio, sólo quería irse ya.

 

—Hyung, lo hiciste muy bien —el muchacho de cabellos claros y amplia sonrisa alzó ambos pulgares mientras se movía frenéticamente provocando una ligera risa en Sunggyu. Los demás asintieron concordando con el otro que no dejaba de moverse. El pianista tuvo que tomarle suavemente de los hombros y susurrarle un leve “Dongwoo” para que entendiera y se quedara quieto. 

 

—Nos sorprendiste —todos volvieron a asentir en unísono. El mayor les miró sin comprender y alzó una ceja, confundido.

 

— ¿Por qué?

 

—Bueno, escuchamos que Yong Junhyung no era alguien fácil de tratar —dijo Sungyeol y el castaño se tensó un poco al escuchar aquel nombre que, por ahora, era prohibido decir.

 

—Dicen que es muy duro con sus lecciones, y pensamos que terminarías echándote para atrás —el precioso muchacho de cabellera oscura dijo observando fijamente al mayor. Sunggyu se frotó la nuca con una mano mientras sonreía forzadamente.

 

—Es un poco exigente pero… esperen, ¿llegaron a pensar que me echaría para atrás? —y no estaban muy equivocados. Les miró indignado frunciendo el entrecejo. Posó las manos en su cadera esperando por una explicación. Los muchachos se alzaron de hombros y Myungsoo procedió a hablar ésta vez.

 

—Pensamos que tal vez cederías a la presión —mencionó y el castaño boqueó buscando las palabras. Alzó una de sus manos señalándolos con el dedo índice.

 

—Estaba a punto pero—las risas de los otros le cortaron. Bufó frunciendo los labios. —Yah, al final no cedí, ¿ven?

 

—Sí, sí, hyung, entendemos —Sungyeol agitó una de sus manos restándole importancia mientras trataba de no reír. El mayor tembló con indignación, éstos mocosos. Les observó con el ceño fruncido y cayó en la cuenta de algo. Nadie se había abalanzado a abrasarle y sofocarle. Alzó las cejas.

 

— ¿Dónde está Woohyun? —preguntó al pelinegro que reía muy suavemente. Myungsoo le miró.

 

—Él también iba a participar ¿no te lo dijo? —Sunggyu negó levemente, realmente no había tenido tiempo de nada, ni siquiera de contactarse con Woohyun. —Debe ser uno de los siguientes.

 

—Deberíamos verlo —dijo Howon ya controlado del ataque de risa anterior. Todos, inclusive Sunggyu, asintieron. Iban a partir por una de las puertas que llevaban a los asientos para presenciar las participaciones, cuando Yong Junhyung apareció por ella, notándose algo apresurado. Los chicos llevaron su mirada al mayor que se encontraba paralizado y un poco ruborizado, se sonrieron entre sí.

 

—Bien, hyung, nos adelantaremos —hablaron mecánicamente mientras, prácticamente, huían por la puerta dejando solos en el pasillo a Sunggyu y Junhyung.

 

Se mantuvieron en silencio por unos minutos, un silencio un poco tenso y pesado. Observándose mutuamente, fue Junhyung quien rompió primero aquel ambiente.

 

—Lo… hiciste bien —murmuró aspirando de manera pesada el aire a su alrededor. Sunggyu parpadeó volviendo en sí, bajando suavemente la cabeza, evitando tener contacto visual con el muchacho frente suyo. Sintió como su corazón comenzaba una carrera haciéndole creer que se saldría de su pecho o explotaría en su interior. Sus mejillas se tornaron aún más rojas.

 

—Gra…Gracias —tartamudeó jugando con las partituras, paseándolas por sus manos y se sintió estúpido por esa respuesta escueta, tan falta de algo.

 

Junhyung soltó el aire que contuvo repasando con su mirada a Sunggyu, que se veía bastante indefenso y notó las partituras en sus manos. Sonrió de lado. Metió las manos en los bolsillos de sus pantalones dando unos cuantos pasos para acercarse al castaño.

 

— ¿Lo leíste? —le preguntó en un susurro. Sus mejillas se tiñeron levemente de rosado y sus manos comenzaron a temblar en sus bolsillos. Sunggyu alzó la mirada encontrándose con el otro, y frunció levemente el entrecejo. Instintivamente redujo un poco el espacio entre ambos.

 

—Por tu culpa casi pierdo la concentración —le recriminó dándole un suave golpe en uno de sus hombros. Junhyung rio cubriéndose levemente la boca con su mano hecha puño.

 

—Lo siento, lo siento, lo vi algo necesario —sonrió ampliamente y el corazón de Sunggyu dio un pequeño vuelco.

 

— ¿Cómo que necesario? —preguntó, más Junhyung únicamente alzó los hombros no sabiendo qué responder. El castaño bufó. —Además, no recuerdo haber aceptado ser… tuyo —susurró desviando la mirada. Junhyung sonrió ampliamente y decidió deslizar uno de sus brazos por la cintura del castaño para acercarle. Sunggyu posó una de sus manos suavemente el pecho del contrario, disfrutando del calor que exhumaba su cuerpo.

 

—En ese caso tendré que pedirlo —dijo mirándole fijamente a los ojos. Sunggyu ladeó la cabeza sin comprender. —Kim Sunggyu, me gustas, ¿aceptarías formalmente ser mío? —dijo suavemente esperando reacción en el castaño, que llegó en forma de pequeños espasmos y tartamudeos inentendibles. Sonrió inclinándose para acortar la distancia que separaba sus labios con los de Sunggyu. Fue un pequeño y delicado roce. —No hace falta que contestes ahora mismo, puedes tomar tu tiempo —con una última sonrisa se separó del castaño para perderse por el pasillo hasta llegar a la salida.

 

Sunggyu se quedó pasmado observando el camino que siguió el otro. Tocó suavemente sus labios con sus dedos. Lo había besado de nuevo, aunque sólo fue un pequeño toque, pudo detectar un sentimiento bastante puro. Soltó una pequeña risa avergonzada mientras se cubría parcialmente el rostro con su mano.

 

—Tú también me gustas, y sí acepto —dijo para sí, obviamente ya era algo tarde para dar la respuesta pero tomaría la fuerza suficiente para decírselo sin tener que huir.

 

— ¡Hyung! —escuchó a sus espaldas. Se sobresaltó y giró un poco para observar al castaño sonriente caminar hacia él. Antes de que pudiera contestar algo el muchacho ya se encontraba sobre él, estrujándole con fuerza.

 

—Woohyun, no puedo respirar —palmeó la espalda del mencionado para que soltara o por lo menos aflojara el agarre. El menor abultó los labios separándose perezosamente de su cuerpo, apresó entre sus manos un brazo de Sunggyu riendo suavemente. El mayor alzó una ceja.

 

—Hyung, me gustó mucho la pieza que interpretaste —el menor bajó un poco la mirada hasta encontrar que Sunggyu sostenía sus partituras, su expresión se volvió seria momentáneamente hasta alzó bruscamente la cabeza sonriéndole ampliamente.

 

—Eres tan raro, pero gracias, supongo —dijo algo extrañado. El moreno le observó en silencio. — ¿Qué?

 

— ¿Te sientes bien? Tienes el rostro ruborizado —curioso, Woohyun, alzó una de sus manos para ponerla suavemente sobre una mejilla del mayor, quien la retiró con cuidado.

 

—Sí, no es nada… vayamos a buscar a los demás —dijo zafándose del agarre del otro, quien le miró con los ojos entrecerrados, pero no replicó y le siguió por la puerta por la que los otros desaparecieron.

 

.

 

 

Pasaron dos semanas, y no, Sunggyu, todavía no había hablado con Junhyung. Lo veía pasar casualmente por los pasillos siendo acompañado por su grupo de amigos, pero no, no había tenido la oportunidad (o más bien, no había tomado la suficiente valentía) para hablar con él como debería.

 

Y ahora ahí se encontraba, solitario en la cafetería casi vacía, con un montón de libros repartidos por toda la mesa. Estaba haciendo todo lo posible por terminar con una de las tareas más pesadas que se le habían asignado, hubiese preferido estar en la biblioteca pero ésta estaba cerrada por algunos arreglos que estaban llevando acabo para mejorarla. Así que no le quedó más que entrar a la cafetería del instituto que al ser fin de semana se encontraba casi vacía, a no ser de un pequeño grupo en la esquina contraria en la que él estaba. Que no resultaba ser otro grupo que el de Junhyung. Al entrar, éste le mandó una significativa mirada, pero lo ignoró mientras acomodaba sus cosas.

 

Suspiró frustrado presionando las teclas de la calculadora aleatoriamente, las formulas salían erróneas una y otra vez, y una mirada se posaba en su espalda, todo se sumaba en una pequeña presión. Se masajeó las sienes, estaba a punto de mandar todo a la basura cuando la puerta de la cafetería se abrió estrepitosamente dejando pasar a un grupo de chicos, su grupo. Soltó un gemido y dejó caer la cabeza en su libro de texto soltando el lapicero.

 

—Vaya, sí que te alegras de vernos, hyung —escuchó la voz del moreno a su costado. Giró un poco la cabeza para encontrarse con el muchacho cruzado de brazos mirándole con burla. Suspiró levantando la cabeza y miró cómo los demás ya se habían acomodado en la mesa.

 

— ¿Qué quieren? —dijo con fastidio acunando su cara en la palma de sus manos.

 

—Qué rudo —le dijo Sungjong mientras hojeaba uno de sus libros. —Venimos a sacarte de aquí.

 

—Sí, hyung, has estado estudiando toda la semana, queremos que te distraigas con otra cosa —dijo esta vez Myungsoo cerrando los dos libros que Sunggyu tenía cerca. El mayor rodó los ojos, pero era cierto, necesitaba distraerse de tanto estrés. Aceptó, guardando a regañadientes algunos libros en su mochila mientras le pedía a Woohyun que le ayudase con otros, quien aceptó gustosamente. Y salió de la cafetería con Myungsoo rodeándole con un brazo por los hombros, y con Woohyun muy cerca de su persona. Entonces cayó en la cuenta de que se fue una muy buena oportunidad para poder hablar con Junhyung.

 

.

 

Observó fijamente al muchacho salir rodeado de los otros chicos, y frunció los labios. No podía enojarse, no aún. No eran nada todavía.

 

—Entonces ¿dices que aún no te da una respuesta? —escuchó la pregunta del muchacho que tenía en frente. Le miró con fastidio y asintió suavemente. Los otros chicos rieron fuerte mientras Junhyung negaba por su actitud tan infantil.

 

—Ya me dará el sí —dijo vagamente mientras le daba un sorbo a su bebida.

 

— ¿Cómo estás tan seguro de ello? —preguntó Dongwoon con una sonrisa de burla. Junhyung le miró con una ceja alzada y sonrisa de lado.

 

—Sólo lo estoy —alzó los hombros restándole importancia e ignorando las miradas interrogativas que le mandaron todos.

 

.

 

.

 

—Me veía como alguien paciente —murmuró para sí mientras miraba el lugar en el que se encontraba, que no era más ni nada menos que la residencia del castaño, y esas no eran horas como para estar ahí. Suspiró sacando su móvil sorprendiéndose por la hora. Las tres de la mañana. Y estaba ahí, en un fin de semana, buscando encontrar la respuesta que se dijo esperaría cuanto tiempo quisiera el destino. —Me estoy volviendo un loco —dijo guardando el móvil disponiéndose a subir hasta el departamento del castaño, que, claro, con anterioridad había preguntado por su ubicación.

 

El timbre sonó una vez. Sunggyu se removió entre las sábanas escuchando el sonido como algo muy lejano.

 

Otra vez. Sunggyu rodó en la cama hasta quedarse en la orilla envuelto entre las cobijas, aquel sonido se hacía cada vez más fuerte.

 

Una última vez. Sunggyu cayó de la cama soltando un quejido mientras se levantaba como podía.

 

—Mi espalda —gimió mientras se incorporaba del suelo y se frotaba la zona lastimada por el golpe. Se talló un ojo con el dorso de la mano acoplando su vista a la oscuridad. Soltó un bostezo buscando su reloj de mesa descubriendo la hora. Quién demonios iba a molestarlo a esa hora. Juraba que si eran los chicos los golpearía hasta matarlos.

 

Se talló la cara mientras caminaba con pereza por el oscuro pasillo que daba a la puerta. Bostezó una segunda vez y procedió a abrir la puerta sorprendiéndose con lo que se encontró.

 

Junhyung, Yong Junhyung estaba ahí. A las tres de la mañana. Qué. Todo eso simplemente podía ser un sueño, y cuando todo se pusiera mejor, despertaría. Gruñó cerrando los ojos con fuerza y volviéndolos a abrir.

 

— ¿Q-Qué haces aquí? —su voz salió más ronca de lo habitual lo que removió algo en el otro. Junhyung dejó salir aire de manera pesada pensando bien en las palabras que diría, o simplemente se dejaría llevar, a ese punto, ya no importaba.

 

—En serio, en serio que me veía como una persona bastante paciente. Estuve esperando toda una semana por una respuesta o alguna señal que me diera la respuesta pero lo único que pude conseguir fue una distancia que hasta ahora he soportado, y no creo poder seguir haciéndolo —soltó con los cerrados con fuerza y el ceño levemente fruncido, dejando sin habla al castaño. Todas las emociones se aglomeraron no permitiéndole pensar en algo coherente para responder. Pero cuando las palabras son insuficientes no queda de otra que utilizar las acciones para expresar aquello que se quiere decir. Así que así lo hizo Sunggyu. Con sus manos temblando a más no poder tomó el rostro del otro depositando un beso titubeante sobre sus labios. Se separó casi al instante no dejando al otro disfrutar de la sensación cálida que le proporcionaban sus labios.

 

—Es… ¿Es suficiente respuesta con eso? —murmuró ruborizado el castaño cubriéndose los labios con el dorso de su mano. Junhyung parpadeó y sonrió levemente.

 

—No, no lo fue, necesito más convencimiento —dijo entrando al departamento haciendo que Sunggyu retrocediera algunos pasos. Cerró la puerta tras de sí, y estiró sus manos para apresar las del castaño halándole. Depositó un pequeño beso en su nariz haciendo que entrecerrara los ojos. Soltó sus manos y llevó las propias hasta su nuca acariciando su cabello mientras juntaba sus frentes.

 

Sunggyu se sentía morir, eran tantas emociones hermosas que le llenaban y hacían su estómago revolotear como loco.

 

—Sí, demonios, sí, acepto ser tuyo —dijo en un susurro mientras estrujaba entre sus manos la chaqueta del chico. Junhyung no pudo evitar reír con felicidad por las adorables reacciones que tenía el castaño por sus pequeñísimas muestras de afecto. Esa respuesta obviamente era más que suficiente, desde el principio fue suficiente. Separó un poco su rostro para observar al otro con los ojos fuertemente cerrados. Sonrió y se acercó a sus labios para besarlo con pasión, devoción. Sunggyu correspondió tímidamente sintiendo corrientes eléctricas llegarle por las caricias en su nuca y cabello, ladeó suavemente la cabeza entreabriendo los labios dejando que la lengua contraria le invadiera. Cuando se encontró con su propia lengua sintió un pequeño choque placentero. Estas eran nuevas sensaciones para Sunggyu y lo estaba disfrutando mucho.

 

En medio del intenso y dulce beso, Junhyung se separó levemente para elevar a Sunggyu entre sus brazos y llevarlo a la habitación, donde, sí, tomaría aquello que le pertenecía.

 

.

 

.

 

¿Fin? 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).