-Por favor ya no llores.
-Es inevitable, ¿sabes cuánto lo quería? no, no lo sabes, ¿y sabes porque?, porque jamás ha querido como yo... jamás.- se escucho su llanto agudo.
No, claro que no lo sabía, sentía pena por su amigo, no quisiera jamás sentir el dolor que ahora él sentía. Pues saber que murió aquella persona que por más de seis años fue tu compañero de risas, llanto, alegría entre tantas cosas.
-Deja de leer esa carta, te dolerá mas… ¡por favor!.- suplicaba hincándose frente a él, pero este se alejo.
-Déjame solo.- murmuro. El otro hombre quiso decirle algo más, pero este no le dejo y salió expulsado de la habitación.
Se acerco al balcón que daba hacia un hermoso jardín, lleno de un color verde y varias flores de colores... leyendo de nuevo la carta, con una pulcra caligrafía
Querido Ron:
Que cursi se escucha ¿no?. Pero así me hiciste, cursi, sensible.. pero sobre todo amoroso...
Si te encuentras leyendo esta carta, es porque el suceso fue inevitable, lo que paso no fue culpa tuya, ni mía.... solo del destino, oh quizás no.
Quiero pedirte perdón, si perdón, porque desde hace mucho tiempo sabía que corría un gran riesgo, pero jamás te lo dije, porque tu eras feliz, y no queria ser yo quien te quitara esa inmensa felicidad.... ¿sabes porque? Porque TE AMO y como jure ante todos nuestro seres queridos, jamás te haría daño.
¿Quién lo diría no? Yo no queriéndote hacer daño, pero es la verdad, mi amor por ti es, fue y seguirá siendo sincero...
Contigo tuve un amor con defectos y virtudes, para mi era un amor perfecto, con nuestros acuerdos y desacuerdos, pero un amor perfecto. Siempre quise que nuestro amor fuera infinito, infinito como las estrellas, infinito como los números...
No, ya no pienses que fuiste imperfecto con sus defectos y no trates de entender nada, ahora que ya no estoy contigo... porque sabes que nada ya se puede arreglar.
Sé que ahora estas llorando... no lo hagas, y menos por mí. No trates de aguantarte el dolor que sientes, como tú siempre me decías “escúpelo” sigue tu vida como siempre, no te pongas barreras que no existen. Enamórate y olvídame...
Te ama hoy y siempre
Draco Malfoy
-¡NO!.- grito ahogado en llanto Ronald Weasley.
---FLASH-BACK---
-¿Estas de broma no?.- pregunto tembloroso
-Esto no es una broma.- dijo besando sus labios.- el amor no es una broma Weasley.- dijo al separarse
Ron respiraba agitadamente, sus nervios estaban a flor de piel y sabía que el rubio frente a él lo noto.
-Se escucha absurdo ¿verdad?.- pregunto Draco poniendo sus manos en los brazos del pelirrojo.- pero es la verdad.
Ron buscaba aunque sea una pisca de maldad en las palabras de Malfoy, pero no encontró nada. Lo único que encontró fue, la verdad sincera en sus ojos, y claro en el sonrojo que se le formo.
-No sé cómo paso, pero…- no acabo de decir nada, cuando Draco sintió los cálidos labios de Ron.- eso quiere decir ¿Qué?
-Que si me juegas una mala pasada, conocerás a la furia Weasley… Draco.- le sonrió, y el rubio lo beso como nunca
--__--__--__--__--__--__--
-¡NO!, me niego.- decía cabreado un Harry Potter.- el no puede amarte de la noche a la mañana. No, no y no.
-Cálmate Harry
-Calmarme Hermione, esta diciendo que el y Malfoy están juntos desde hace meses.- señalo al pelirrojo que tenia la mirada perdida en la chimenea y una sonrisa se le formo, cuando recordó a su rubio.-¡QUE TE HIZO, QUE TE DIO!.- le grito a Ron y este dio un brinco.
-¡Ya me canse Potter!.- grito Ron poniéndose de pie y dirigiéndose a la salida de la sala común.- solo te vine a avisar sobre la relación que tengo con Draco, no a pedirte permiso.
-¡Ron!.- le grito Hermione, pero el pelirrojo ya había salido
---FIN FLASH-BACK---
El, Draco Malfoy era la parte que siempre le hizo falta. El era la pieza en su rompecabezas, ahora se encuentra solo, si saber para donde lo llevaría la vida.
Se encontraba de pie empacando sus pertenencias, ya no tenía nada que hacer en ese lugar que tanto lo recordaría. La Mansion Malfoy le traería tanto buenos como malos recuerdos.
Estaba listo para salir del sitio, llamo a uno de los elfos exclusivo de él (el cual no quería, pero por insistencia de Draco lo tenia a su servicio).
-Ya amo Ron, ya se fueron.- contesto con pesar el elfo, Ron asintió y el elfo desapareció.
Una lagrima salio recorriendo su mejilla pálida, cerro el baúl con fuerza lo levito para que quedara afuera de la habitación, hecho un último vistazo a lo que una vez fue lugar de descanso, donde sostuvo largas platicas con Draco sobre diferente temas, donde mas de una vez se demostraron su amor.
Tomo el pomo de la puerta y comenzó a jalar lentamente, no quería salir de ese sitio, pero era necesario. Se escucho un clic, la puerta ya había sido cerrada.
Comenzó a caminar sobre el pasillo, donde a cada paso habían fotografías. Una de ellas era él y su rubio poco después de haber salido de Hogwarts, fue el primer viaje que hicieron juntos, los ojos se le aguaron y decidió cubrir aquella fotografía.
Comenzó a caminar más rápido, ya había llegado al pie de las escaleras, pudo ver el pequeño saloncito donde se recibían a las visitas, ya se encontraba cubierto de grandes mantas blancas, ya que cubrían los muebles.
Bajo al último escalón sus pertenecías ya estaban afuera de la mansión, solo faltaba él.
-¿Esta seguro amo?.- pregunto de repente su elfo.
-Completamente, Kier.- contesto sin dejar de ver cada rincón de la mansión
-¿Ah donde ira? ¿Ira con su familia?.- Ron sonrió de lado, por vez primera.
-Kier, mi familia me borro de sus vidas.
-Lo siento amo.- dijo apunto de golpearse el elfo, Ron lo detuvo.
-No, tranquilo, no pasa nada.- dijo serenamente.- te mandare a llamar cuando esté instalado en un lugar, ¿de acuerdo?
-Si amo.
El elfo desapareció. Fue donde volvió a flaquear y comenzó a llorar.
¿Qué hice mal?, ¿Por qué no me lo dijo nunca?
Esas y más preguntas se hacía, acaso el rubio jamás le tuvo confianza como para decirle que...
No ahora ya no importa eso, Draco decidió por él y por... Se recargo en la fría pared, suspiro largo y tendido y con la manga de su suéter, se limpio las lagrimas. Jalo nuevamente aire para dejarlo escapar.
Camino a paso ligero hasta llegar a la puerta donde lo esperaba Kier con sus cosas.
-Estaremos bien.- le aseguro el pelirrojo.- pronto nos veremos.
Como hizo en la habitación, cerró lentamente la puerta, hasta que se escucho el clic. Bajo los dos escalones y comenzó a caminar hacia la salida pasando por el largo jardín.
-Nunca te dejare, si un día lo llego ah hacer mándame cuantos crucios creas que sean necesarios.- recordó las palabras del rubio. Faltaba solo un tramo para llegar a la salida cuando giro hacia la mansión riendo.
-¿Por qué ríes fuerte?.- Ron bajo la mirada y se sonrió.
-Recuerda siempre esto Alexa Malfoy-Weasley, porque llorar duele más.
Entonces tomo la mano de la pequeña rubia de tres años y camino con una gran sonrisa hasta las afueras de la mansión, sin saber que eran observados.
-Ya se fueron...
-Si amo Draco, ya se fueron