Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

There is a place por Callejon_Diagon91

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hooooooooola! Bueno, ya que aún es 27 aquí (?) he decidido subir el tercer capítulo, que me hacía ilusión xDD

Espero que os guste, ya empieza a animarse un poco ya la cosa (¡bien! xD) y que por favor, comentéis. Comentar es vivir (??)

Sin más, dejo el capi, dedicado a Chanyeol <3

Quiero beber, perder el sabor, destilar el dolor, que me impide seguir. Universo, que me da su calor, que se va sin corazón, quiero que me lleve dentro. Y en silencio, llorará mi adiós, volverás constelación, y sentir el universo… En mí.

 

Universo- La Musicalité

 

Un cansado Chanyeol aterrizaba por fin en suelo coreano, en el aeropuerto privado de la agencia, tras lo que le había parecido una eternidad encerrado en el avión. Se desperezó y se frotó levemente los ojos, se sentía bastante atontado por las pastillas que había tomado para dormir lo suficiente como para no sentir ganas de lanzarse al vacío.

 

-¿Lo tienes todo claro?-preguntó el hombre trajeado y con el pelo más engominado que Chanyeol hubiera visto jamás, el cual le había acompañado en el vuelo. Su jefe nunca le acompañaba en persona, siempre mandaba a alguien para que le diera las instrucciones pertinentes de la misión.

 

-Sí-respondió secamente Chanyeol, cogiendo la carpeta que le habían dado en el avión. Documentos tales como el carnet universitario o el expediente para un traslado teóricamente de la Universidad de Standford a la Universidad Nacional de Seúl, a la que tendría que asistir durante los próximos cuatro meses. Cuatro meses fingiendo ser estudiante. Perfecto, pensó el moreno con ironía.

 

-En la casa que se te ha sido asignada tienes toda la información que necesitarás para acercarte al sujeto-“Al sujeto” pensó Chanyeol. Siempre solían evitar llamarlos por sus nombres, humanizarlos. Quizá así se les hacía más fácil. Sonrió con ironía.

 

-¡Qué bien, no tendré que compartir cuarto con ningún universitario sexy!-contestó entusiasmado el joven, haciendo gala de su más extrema teatralidad. El otro hombre se limitó a tenderle unas llaves y una tarjeta con una dirección.

 

-Ahí tienes las llaves y la dirección de la casa-dijo el hombre, ignorando el comentario de Chanyeol.

 

-Aquí hay dos juegos de llaves-apreció el moreno.

 

El mayor no dijo nada, tan solo señaló con la cabeza una moto deportiva situada al otro lado de la pista. “Joder” pensó Chanyeol. Era la primera vez que le daban una moto y no un coche.

 

-Pediré que me asignen motos y no coches a partir de ahora-comentó para sí mismo mientras se acercaba al vehículo y lo repasaba con cuidado. Era negra con algún detalle en plateado, y con ella venía un casco de los mismos colores. Se giró por si el hombre quería decirle algo más, pero vio como éste se volvía a subir al avión de nuevo. “Buen viaje de vuelta” pensó con ironía.

 

-Bien, pues allá vamos-dijo mientras se ponía el casco y se subía a la moto. Se sentía poderoso con aquella máquina entre sus piernas. Con otra máquina entre sus piernas, señaló para sí mismo, riendo entre dientes. Vio que la moto venía con GPS, así que le dijo la dirección que estaba en la tarjeta y se dirigió hacia allí.

 

Por lo que pudo apreciar, la casa se encontraba bastante cerca de la universidad, podría ir a pie, pero desde luego iba a usar la moto hasta para ir a comprar el pan. Se trataba de un complejo con multitud de casas de lujo, que, aunque todas fueran distintas, armonizaban a la perfección. La entrada era una enorme puerta de madera maciza, en color gris. La casa se encontraba flanqueada por una verja negra de dos metros de alto por lo menos. A cada lado de la puerta había un pilar negro, y en uno de ellos estaba inscrito el número de la vivienda. 223.

 

Para abrir la puerta probó con la llave más grande del llavero, que entró sin esfuerzo. Al otro lado de la puerta había un camino de piedra que desembocaba en una casa de dos plantas, de estilo modernista. Era todo muy cuadrado, con las paredes en gris y multitud de ventanales enormes. En la parte de atrás de la casa había una piscina rodeada de suelo de madera, con dos butacones de cuero marrón y una mesita de la misma madera del suelo. Chanyeol decidió antes de nada darse una ducha, así que entró y después de dejar las maletas en el comedor, decidió ir a dar una vuelta a lo que sería su hogar durante los próximos cuatro meses.

 

Toda la vivienda estaba en colores blanco y verde claro, y el suelo en madera de un color bastante suave.  Pronto vio que el comedor ocupaba la mayor parte de la planta de abajo, con una televisión de plasma y dos sofás de cuero color beige, y una mesa de comedor blanca con cuatro sillas. Chanyeol pensó que le sobraban tres. Además contaba con una salida a la parte de atrás, desde donde se divisaba la piscina. Además del comedor, había una cocina y un baño. Unas escaleras de caracol llevaban al piso de arriba, donde estaba su cuarto, otro baño y lo que sería su estudio.

 

Tras darse una relajante ducha, salió con un pantalón cómodo de color negro, el pelo todavía algo mojado y la toalla colgando del cuello hacia el estudio, donde le había parecido ver una carpeta bastante gruesa. El estudio contaba con un par de pufs color blanco, un tablón colgado de la pared para ir ordenando la información y un escritorio pegado a la pared, también blanco. Una alfombra mullida de color verde cubría casi todo el suelo. Cogió la carpeta y sentándose en la alfombra, esparció todo el contenido delante de él. Multitud de caras sonrientes del chico en cuestión le miraron desde las fotografías.

 

Byun Baekhyun, se llamaba. Estudiaba bellas artes, modalidad de pintura, en la Universidad Nacional de Seúl. Su padre era uno de los empresarios más influyentes de Corea del Sur. Se dedicaba al sector inmobiliario y desde hacía unos meses, a la venta de coches de lujo. Su mujer había muerto de cáncer de pulmón hacía un par de años, lo que había hecho que se aferrara a su hijo como a un clavo ardiendo.

 

El chico llevaba una vida normal. Iba a clase de lunes a viernes. Tomaba clases extra de pintura dos días a la semana, y los fines de semana se dedicaba a realizar actividades tales como ayudar en un comedor benéfico o cuidando niños en uno de los orfanatos de la ciudad. Todo un santurrón, pensó Chanyeol. No entendía que interés podía tener la Agencia en matar a un hombre como el padre de Baekhyun. Pero él no estaba ahí para cuestionar, solo para matar. Con un leve suspiró colocó toda la información y las fotos por el tablón antes de bajar a tomar algo y a ver la televisión un rato.

 

Decidió ir a investigar un poco la universidad, ya que no tenía otra cosa que hacer. Se vistió con la ropa que le habían dado, para darle un aire más “suave e inocente”. “¿Qué tiene de malo mi vestuario?” había preguntado Chanyeol. Muy negro e inaccesible, le habían contestado. Vaqueros y una sudadera negra con capucha, rematada con unas converse rojas. Suspiró mientras se colocaba lo que su jefe había definido como “la guinda del pastel”. Unas gafas. Unas enormes y horribles gafas. Se miró en el espejo que había delante de la entrada mientras bufaba con desaprobación.

 

Se puso el abrigo negro y la bufanda y salió a la entrada en búsqueda de su preciosa moto cuando avistó un objeto que antes había pasado por alto. Una bici. Una jodida y maldita bici. Adiós a su sueño de ir en moto a todas partes. Su nuevo aspecto definitivamente no encajaría bien con una moto como la que le habían dado. Así que resignado subió a la bici y pedaleó hasta la universidad. Miró su reloj. Eran las siete de la tarde, y estando en pleno invierno, así que era normal que no hubiera un alma. Se dirigió hacia su facultad y dio una vuelta por el enorme edificio, que constaba de cuatro plantas idénticas, con un pasillo que daba la vuelta a cada una de ellas. Intentó memorizarla lo mejor posible para ir con más confianza al día siguiente.

 

 Caminaba distraídamente cuando atisbó en uno de los pasillos de la segunda planta una luz que se colaba por una puerta entreabierta. No quiso acercarse a mirar, pero la curiosidad al final acabó ganando y sin hacer el menor ruido se dirigió hacia allí. Un chico sentado en un taburete y ajeno al resto mundo dibujaba líneas sin sentido en el lienzo que tenía situado delante. Estaba de perfil, pero Chanyeol lo distinguió perfectamente. Se encontraba absorto en las pinceladas suaves pero decididas que realizaba sin ningún esfuerzo por el lienzo.

 

-¿Hay alguien ahí?-preguntó de repente el castaño, girando la cabeza hacia la puerta-Sé que estás ahí, tengo instintos felinos-terminó, dejando el pincel y la paleta en el suelo y levantándose.

 

-Perdón-contestó Chanyeol,  asomándose por la puerta y fingiendo estar un poco avergonzado-He visto una luz y…-no supo que más decir.

 

-¿Quién eres? No me suena haberte visto por aquí-le miró con curiosidad-aunque claro, siendo tantos como somos, quizá te haya visto y no me acuerde-sonrió, encogiéndose de hombros.

 

-¿Instintos felinos? ¿Tiene eso algo qué ver con saber qué estaba ahí?-preguntó el moreno, ignorando la pregunta de Baekhyun.

 

-No lo sé, ¿pero a qué ha quedado bien? Aún no has contestado a mi pregunta-dijo, sin perder un ápice la sonrisa.

 

-Soy Park Chanyeol, he venido de intercambio de la Universidad de Stanford y voy a quedarme cuatro meses-contestó.

 

-¡Vaya! Ya sabía yo que no te había visto por aquí. ¿Qué especialidad tienes?

 

-Música y algunas optativas de literatura.

 

-¿Qué tocas?-preguntó el castaño. “Joder, que curioso nos ha salido” se dijo Chanyeol.

 

-La guitarra y el piano-contestó, emitiendo un leve suspiro.

 

-¿Te incomoda qué te pregunte, Chanyeol? ¿Por qué puedo llamarte Chanyeol, verdad?-preguntó de nuevo Baekhyun. Él solo se encogió de hombros, por lo que supuso que no habia ningún inconveniente-¿Eres muy alto, no?

 

-O tú muy bajo.

 

Baekhyun se miró y luego miró a Chanyeol.

 

-Definitivamente yo entro en la media normal de altura, eres tú quien se ha pasado-concluyó.

 

-Ya hablaremos cuando yo llegue a coger algo en un sitio alto y tú no-dijo Chanyeol, haciendo amago de una sonrisa.

 

-Bueno, llegado ese momento, por supuesto te pediré que me ayudes-contestó Baekhyun.

 

-¿Entonces te retractarás de lo qué has dicho sobre mi altura?-preguntó entonces el moreno.

 

-Ya veremos-contestó sonriente.

 

-¿Qué haces aquí a estas horas?

 

Baekhyun se encogió de hombros, echando un vistazo al lienzo que había dejado a medias.

 

-La inspiración, que no avisa de cuando viene, y en mi casa no podía concentrarme porque mi padre tenía una reunión de negocios. Así que he decidido venir aquí. ¿Y tú?

 

-No tenía nada mejor que hacer y quería familiarizarme un poco con la facultad-contestó, encogiéndose de hombros.

 

Tras unos segundos de silencio, Baekhyun decidió romperlo.

 

-Bueno… Tengo que seguir con el cuadro, no vaya a ser que la inspiración desaparezca, como suele pasarme últimamente-sonrió, arrugando levemente la nariz. Chanyeol sintió un leve cosquilleo en el estómago, pero decidió ignorarlo.

 

-Yo me marcho también, creo que mañana no me perderé. No demasiado al menos-contestó el moreno, dándose media vuelta para marcharse.

 

-Oye… Si necesitas a alguien que te guíe por aquí, dímelo ¿vale?-preguntó Baekhyun.

 

-Claro-contestó sin girarse-Y Baekhyun-continuó-límpiate la cara, la tienes toda llena de pintura-y sin esperar respuesta, desapareció por el pasillo. 

Notas finales:

¡Gracias por leer, espero vuestros comentarios!! ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).