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There is a place por Callejon_Diagon91

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Notas del capitulo:

Tachaaaaaaaaaaaaan *hace su aparición tras una cortina de humo*

Hasta yo me odio por no haber podido actualizar antes, pero estos últimos tiempos han sido un poco locura, la uni, trabajos, exámenes, ese tipo de cosas que te absorben la vida.

Así que, sin más, el cap. Es un poco caca, sorry -3-

Episodio seis. Inspiración.

Late tu corazón caliente bajo el yugo de la piel que ahora te pesa, te abrasa. Sientes que serás incapaz de llegar a su alma, pero su alma abre paso a tu llegada. Siempre ha estado esperándote, solo a ti. Solo a ti. Su corazón es tuyo como el tuyo solo le pertenece a él. Equilibrio perfecto, calma esperada, tormenta inminente. Él es vida. Él es muerte. Él es destrucción. Él.

Siempre él.

 

Park Chanyeol observaba oculto tras las gafas de sol apoyado distraídamente en su moto al hombre que tenía que matar. Chaqueta y botas de cuero negro, suéter color rojo sangre y vaqueros negros ajustados. Negro. Como debería ser el color de su alma. Rojo. El color que teñía su vida.

-¡Te prometo qué pase lo que pase, siempre estaré aquí para darte una patada en el culo!

-Vaya, muchas gracias, todo un detalle por tu parte.

-¿A qué sí? Si es que hoy me siento especialmente generoso, orejotas.

-¿Siempre?

-No lo dudes.

Dolor. La palabra siempre retumbaba en la cabeza de Chanyeol implacable, impidiéndole deshacerse de esa extraña y angustiosa sensación que le atenazaba desde la conversación que mantuvieron el día anterior. Su relación se iba estrechando cada vez más, y Chanyeol sentía como se lanzaba al vacío sin paracaídas.

Había fingido estar enfermo hoy para no acudir a la facultad, y tras convencer a Baekhyun de que no le llevara ninguna “sopa milagrosa” a su casa, decidió ir a recabar información acerca de su padre. Llevaba toda la mañana siguiéndole y haciéndole fotos. Una extraña sensación en el estómago le decía que había algo que no acababa de encajar. No era el tipo de objetivo que solía matar. De hecho parecía todo lo contrario. Con los sujetos que normalmente le eran asignados se notaba a kilómetros que ocultaban algo turbio. Mirada fría y calculadora, aire agresivo, carácter autoritario y feroz.

Este hombre no podía ser más opuesto, mirada tranquila y dulce, gesto amable y sonrisa calmada. O era el mayor cabrón de la historia porque fingía de puta madre o aquí estaba pasando algo muy raro. Una vibración dentro de sus pantalones le sacó de sus pensamientos. Era Baekhyun. Descolgó fingiendo tener tos y mocos para parar un camión.

-¿Qué pasa ahora? Aún no he muerto ahogado en mocos, descuida-dijo en el tono más nasal que le salió. Sonrió, pensando que era reconfortante que alguien se preocupara por su estado de salud.

-He estado pensando-contestó su voz desde el otro lado del teléfono, ignorando su comentario-que aún a riesgo de que me contagies, después de clase me pasaré a verte. Y no pienso capitular.

-¿Es tu última palabra?-preguntó, fingiendo desinterés.

-A las cuatro estoy en tu casa-y tras esto, colgó. Chanyeol se quedó mirando el teléfono unos segundos, con una pequeña sonrisa en los labios, antes de guardarlo mientras farfullaba para sí mismo “que idiota es este chico”.

Dio una vuelta con su moto para aclarar un poco las ideas antes de volver a casa. Había varias cosas del padre de Baek que no le cuadraban, y decidió que tendría que seguir investigando con más profundidad. Llegó a casa con suficiente tiempo para ponerse el pijama y desparramar multitud de pañuelos por el sofá, antes de taparse con dos mantas y despeinarse meticulosamente (quería parecer enfermo, no un adefesio) y esperó. A las cuatro en punto el timbré emitió dos pitidos largos, y Chanyeol con lentitud premeditada se levantó a abrir, poniendo la mejor cara de enfermo que pudo.

-A mi no me la cuelas-soltó Baekhyun nada más abrir la puerta, y apartando a Chanyeol con una mano pasó al interior de la vivienda.

-¿Qué?-preguntó el moreno, contrariado.

-Sé que no estás enfermo. Te he pillado-por un momento Chanyeol se asustó, pensando que Baekhyun se olía algo, pero de pronto recordó que hoy había habido un examen parcial de música. Suspiró aliviado-La excusa de “que enfermo estoy, no puedo ir al examen” la inventé yo, Alec-continuó, cruzándose de brazos y mirándole con el ceño fruncido.

Chanyeol esbozó una sonrisa de lado, y acercándose lentamente a Baekhyun levantó un dedo para acariciarle la mejilla sin dejar de mirarle fijamente a los ojos.

-¿Y piensas delatarme?-preguntó con voz ronca, notando como el castaño se estremecía bajo su contacto y desviaba la vista, avergonzado.

-Sa…Sabes que no. Pero no me vuelvas a mentir-contestó, algo molesto. “Así que era eso” pensó Chanyeol.

-Lo siento, enano-dijo, revolviéndole con cariño el pelo, mientras se alejaba y se sentaba distraídamente en el sofá, intentando disimular su creciente bulto en los pantalones. Baekhyun recobró la compostura, y apartando ciertas imágenes no demasiado castas de su mente, se sentó junto al moreno.

-Vaya circo habías montado para que no te pillara-comentó, echando un vistazo a la montaña de pañuelos y a un cuenco de sopa vacía que se había tomado para comer-Sabes que no iba a decir nada-dijo, picado.

-Ya he dicho que lo siento Baek, ¿me perdonas de una vez?-puso su mejor cara de niño bueno, cara que había utilizado infinidad de veces para conseguir lo que quería. Y siempre funcionaba. Baekhyun puso los ojos en blanco, antes de soltar un gruñido en el que pudo entender un “lo que sea”-¿Cómo ha ido el examen?

-Bastante bien, ya sabes. Tan solo era un parcial, pura teoría. El profesor me ha dicho que tendrás que hacerlo en lunes que viene como muy tarde.

-Está bien, así podrás darme clases particulares. Sabes que odio la teoría-comentó, mirándose las uñas mientras se cruzaba de piernas elegantemente. Baekhyun tragó saliva sin poder apartar la vista de su amigo. Era condenadamente sexy, y lo odiaba por ello. Pelo despeinado que le daba un aspecto salvaje y sensual, y ese maldito pijama ceñido, que hacía que la imaginación del castaño volara-Cuando te canses de admirarme, si quieres, me contestas-dijo sin mirarle, esbozando una leve sonrisa.

-Que hablas de admirarte, jodido fanfarrón-espetó Baekhyun, desviando la vista y notando como enrojecía notablemente, mientras se estrujaba las manos, queriendo que la tierra se lo tragara en ese instante-Pero me debes una-dijo, mirándole de reojo.

Chanyeol se acercó al castaño, que no se había atrevido a girar la cara hacia él. Se miraba fijamente las manos mientras las estrujaba, cosa que enterneció al moreno, notando un calor estremecedor recorriéndole el cuerpo.

Él.

Justo en ese instante supo que ya no había vuelta atrás, que todo contra lo que había estado luchando se había derrumbado como un castillo de naipes. Que ya no era nada. Que ya no volvería a ser nada sin él. Que él lo era todo. Que él lo iba a ser todo. Siempre.

¿Ahora qué? ¿Qué debía hacer? Estaba perdido. Estaba jodidamente perdido. No podía estar con Baekhyun. Pero no quería, no podía estar sin él. Sabía que lo mejor era acabar con la misión cuanto antes y largarse a una isla desierta y no volver a salir de ella jamás. Sabía que debía seguir adelante sin mirar atrás, volverse a poner su máscara de frialdad e indiferencia y salir de su vida para siempre.

Sabía…

Alzó una mano que ni siquiera sabía que temblaba hacía el castaño. Aún estaba a tiempo, su parte racional le gritaba que se detuviera. Posó la mano en la mejilla de Baekhyun. Estaba suave, cálida. Aún podía parar. Baekhyun giró la cara lentamente y le miró a los ojos. Era una mirada intensa, inocente, asustada. Chanyeol pensó que jamás posaría sus ojos en algo más hermoso, más perfecto. Aún podía apartarse. El castaño acarició la mano que Chanyeol había posado en su mejilla, cerrando los ojos para sentir mejor el contacto.

Chanyeol sin dejar de mirar a Baekhyun acercó con deliberada lentitud su rostro hacia el de su amigo, quien estaba temblando, aunque no hacía ademán de apartarse. Baekhyun no podía abrir los ojos. Si los abría sabría que el corazón le estallaría en mil pedazos, que seguramente se pondría a gritar de alegría, porque todo su cuerpo le pedía que lo hiciera. Que gritara y gritara hasta no poder más. Pero solo se quedó quieto, esperando.

Chanyeol posó la frente contra la de Baekhyun, aspirando su olor, su esencia. Enredó los dedos en su pelo, para luego dejar que sus manos resbalaran por el cuello del castaño, notando el pulso de Baekhyun cabalgando tan desbocadamente como el suyo propio. Tenía la garganta seca, las manos temblorosas y todo su cuerpo parecía deshacerse más rápido que un muñeco de nieve al sol.

-Te quiero, Baek-susurró, y sin más, le besó. Fue un beso tímido y algo torpe al principio. Baekhyun dejó caer la mano que había estado en la mejilla del moreno, mientras éste deslizaba las manos por la espalda del castaño, atrayéndole más hacia sí.

Baekhyun entreabrió la boca, dejando paso a la lengua de Chanyeol, quien pensó que si se moría en ese mismo instante, que si el mundo explotara en mil pedazos, él ni lo notaría. Tan solo necesitaba seguir besando a Baekhyun. Tan solo necesitaba que él siguiera existiendo. El castaño alzó las manos y enredó los dedos en el pelo del moreno. Tenía miedo. Miedo de que en ese instante se desvaneciera para siempre, y se apretó más contra él, ladeando el rostro para hacer más profundo el beso, cosa que encendió a Chanyeol, quien olvidándose de absolutamente todo, empujó con algo de violencia a Baekhyun contra el sofá, quedando él tumbado encima.

Todo se volvió confuso. Tan solo existían ellos dos y sus bocas, sus manos, sus cuerpos que temblaban por la urgencia y el deseo. Chanyeol creyó que jamás podría parar, que quería beber hasta la última gota de la esencia de Baekhyun, que jamás podría volver a vivir si se apartaba de él. El castaño le abrazó con fuerza, haciendo que Chanyeol cayera con todo su peso encima de él, y siguieron besándose, reconociéndose, luchando para ver quien conseguía el control sobre el otro.

Quizás pasaron horas. Quizás tan solo minutos. O quizás el mundo se había detenido para siempre.

Cuando apartaron sus labios, tan solo se escuchaba sus respiraciones entrecortadas. No dijeron nada durante un buen rato, y Chanyeol apoyó la cabeza en el pecho del castaño, mientras éste le acariciaba el pelo con suavidad.

-Alec…-susurró Baekhyun, rompiendo el silencio. Chanyeol sintió una punzada de dolor al oír ese nombre. Un nombre que no le pertenecía. En ese instante, se sintió absolutamente miserable. La burbuja de momentánea felicidad había explotado con furia, transportándole de nuevo a la cruda realidad. Debía contárselo. Se merecía saber la verdad. Aunque no tenía la más remota idea de cómo iba a hacerlo. Seguramente moriría por desvelar su secreto, pero ya nada le importaba; tan solo saber que Baekhyun estaría a salvo-Alec…-volvió a decir, captando por fin la atención del moreno.

-¿Hmm?-dijo, sin demasiadas fuerzas para hablar. Quería desaparecer de ahí en ese instante, alejarse todo lo posible de Baekhyun para no hacerle daño. Y también quería permanecer ahí para siempre, ajenos al mundo, ajenos al dolor, ajenos a la muerte que marcaba el ritmo de su vida.

-Yo también te quiero-susurró, mientras Chanyeol alzaba la vista para mirarle intensamente. Baekhyun enrojeció, desviando la vista, nervioso.

-Como para no hacerlo-espetó el moreno, recobrando su fanfarronería habitual. Baekhyun bufó, pero no dejó de sonreír, dándole un suave golpe en la cabeza a su… A su… ¿Qué se suponía qué eran ahora?

Ambos se incorporaron, quedándose sentados en el sofá uno al lado del otro sin saber muy bien qué decir.  De repente Baekhyun entrelazó su mano con la de Chanyeol y la apretó levemente, antes de levantarse y darle un tierno y ligero beso en los labios al moreno.

-Espérate aquí, quiero enseñarte una cosa.

-¿Vas a hacerme un streptease? Genial, iré a por palomitas-hizo ademán de levantarse, pero Baekhyun puso los ojos en blanco y salió por la puerta. Un par de minutos después volvió con un paquete rectangular bastante grande y plano bajo el brazo.

-¿Eso es un… Eso es un…?-empezó a preguntar, pero el castaño le cortó.

-Es un lienzo. Es para ti. Ábrelo-se lo tendió antes de desviar la vista, claramente avergonzado.

Chanyeol lo abrió con curiosidad y con mucho cuidado, temiendo romperlo. No se esperaba lo que vio. Era él. Era un cuadro sobre él. Miró a Baekhyun confuso, pero éste solo esbozó una sonrisa triunfal.

-Pero… Como… Cuando…-empezó a balbucear el moreno.

-¿Te acuerdas la noche en la qué nos conocimos?-preguntó, mientras Chanyeol asentía, recordando la noche en la que se vieron por primera vez.

-¿Lo pintaste aquella noche?

-Bueno… Sí-contestó, avergonzado-Después de verte… Sentí, sentí unas incontrolables ganas de pintar, y bueno, al final acabé pintándote a ti.

-Si tan solo nos habíamos visto unos minutos…-comentó maravillado mirando el cuadro. Era sencillo, pero realmente hermoso. Era tan solo su rostro pintado en color negro, sin más, en medio del lienzo. En la esquina inferior derecha estaba la firma de Baek y una palabra escrita: Inspiración.

-Me bastaron para no… Para no poder dejar de pintar desde esa noche. Fue… Inspiración a primera vista-dijo, sonriendo con dulzura. Chanyeol dejó el cuadro con sumo cuidado encima del sofá, se levantó y estrechó a Baekhyun entre sus brazos. Éste se alejó levemente sin soltarse para poder mirarle a los ojos con intensidad-Eres mi inspiración-Y sin más, poniéndose de puntillas, le besó.

Notas finales:

Muuuuuuuuchas gracias por leerlo, porfaplisvengaandasequenolomerezcoperobueno dejad un review, aunque sea para decir lo malo que es el cap xD 

¡Espero leernos pronto! (y no tardar eones en publicar -33-)

 

Un saludo 

 

R.


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