Capítulo 1, El encuentro.
[PV Lucy]
Soy Lucy, Lucy Money, tengo 14 años, soy bisexual y soy lo que se podría decir, el dolor de cabeza de los profesores. Lo que refiere a mis características físicas, mido 1,60, soy ligeramente pálida y tengo el cabello negro no demasiado largo pero lo suficiente para cubrir mi ojo derecho, ya había tenido un accidente de pequeña y todo mi ojo derecho tenía la cicatriz de una quemadura.
_ ¡Lucy!- escuche un grito que hizo que me despertara.
_ehh- el grito que escuche provenía de mi profesor de tecnología, al parecer me había quedado dormida en clase, otra vez.
_haber, viendo lo atentas que estas a la clase tal vez quieras explicarnos como solucionaron el problema de las hélices en los aviones, en la segunda guerra mundial…- dijo aparentando superioridad.
_ ¿problema?- pregunté aun medio dormida.
_si, cuando instalaron ametralladoras en los aviones, las hélices eran muy grandes, ¿cómo lo solucionaron?- dijo sin perder ese aire de superioridad.
_instalaron un sistema de sincronización para que las balas pasaran por las aberturas que dejaban las hélices durante su movimiento- respondí ante la mirada atónita de mi profesor y compañeros.
_ ¿co-como lo sabes?- me preguntó, lo mire convencida de que lo había pellizcado donde le duele, el orgullo.
_lo vi en una caricatura- ese fue el momento en el que pareció que el profesor se iba a morir de un ataque al orgullo, el momento estaba tenso hasta que…
_ ¿qué clase de caricaturas miras?- dijo uno de mis compañeros, he inmediatamente todos estallamos en carcajadas. Después de eso la clase siguió normal, hasta que el tan ansiado timbre de salida sonó, todos salimos como almas llevadas por el diablo.
_hey, Lucy- escuche una voz a mis espaldas mientras desenredaba mis auriculares.
_ ¿eh?- me voltee y vi a una de mis compañeras, Lorena, creo que ese era su nombre.
_estuvo mal lo que hiciste hoy en clase- la mire con cara de me importa un bledo.
_ ¿y que hice?- dije realmente dándome igual lo que había hecho.
_burlarte del profesor, eso estuvo mal- quise estallar en risas pero me contuve.
_yo no me burle de él, el me preguntó algo y yo le respondí, que el halla creído que yo no sabía respuesta era otra cosa-dije notando como se sorprendía de mi respuesta, seguro esperaba que le diera la razón, grave error.
_ ¿y qué hay de lo de la caricatura?- dijo intentando rescatar su vano intento de sentirse superior.
_ah eso, era verdad, lo aprendí en una caricatura, hay muchas que hablan de historia, ¿lo sabias?- dije cerrándole la boca, y dirigiéndome a la puerta de salida. Salí de la escuela y decidí pasar por la tienda de libros usados, de cualquier manera solo eran las 5, y en mi casa no hay nadie hasta las 10.
Fui caminando a la librería con toda la calma y flojera del mundo, mientras escuchaba música. Cuando llegué me puse a revolver los cajones que tenían libros al azar, siempre encontraba algo interesante y esa vez no fue la excepción, encontré un libro llamado “El calor de tu pecho”, se veía interesante, la contratapa solo decía, “El género no limita los sentimientos”, eso fue lo que más me llamó la atención, por obvios motivos.
Después de salir de la tienda, con el libro debajo del brazo, mire la hora.
_ya son las 7- dije sorprendida de lo rápido que se me pasaba el tiempo en la librería, de todas formas me puse a caminar por ahí, sin importarme a donde iba.
Pronto se oscureció y decidí que sería mejor volver a mi casa antes de que alguien más llegara primero y me regañaran. Comencé a caminar de regreso mientras caminaba por la plaza vi a una joven, era muy linda aunque no llegaba a verle la cara, su cabello pelirrojo destacaba bastante pero aun así no era vulgar, por el contrario era muy elegante o al menos así se veía, no note cuando ella comenzó a acercarse a mí.
_ ¿te parezco hermosa?- me preguntó, no note cuando había llegado a mi lado, pero aun así respondí, ¿Qué perdía haciéndolo?
_si, me pareces hermosa- ahora que estaba cerca pude notar que llevaba una máscara, en ese momento ella se la quitó y dejo ver que en su rostro había dos cicatrices a los costados de su boca.
_ ¿y ahora?- dijo tal vez esperando que reaccionara con miedo o desagrado.
_sigues siendo hermosa- dije sin duda en la voz, ella se sorprendió.
_pero mi rostro esta…- no término la frase pues yo corrí el mechón de cabello que cubría mi ojo, ella me miro sin salir de su asombro.
_...lastimado- terminé su frase, ella se acercó a mi haciendo que nuestros rostro quedaran a pocos centímetros.
_ ¿crees en el amor a primera vista?- Me preguntó, y ahora yo era la sorprendida.
_en realidad, no- respondí nerviosa, ni siquiera sabía porque estaba nerviosa.
_ ¿y en el amor a primer beso?- antes de lo que pude calcular, sus labios estaba sobre los míos, al principio me sorprendí, pero luego me deje llevar, ella pasó sus manos por mi cintura y yo las mías por su cuello. No sé cuánto duro aquel contacto pero pareció eterno, ninguna parecía querer terminar con este pero el aire se hizo necesario y tuvimos que separarnos.
_ahora sí creo- le dije, y ella sonrió.
_ven- me dijo, ni siquiera me importo que no la conocía, que fácilmente podría estar secuestrándome, pero aquel beso me enamoro, creo que solo yo me enamoraría de alguien que acababa de conocer en la calle, y de quien n siquiera sabía el nombre. Cuando vi a dónde íbamos, ese era un hotel, extrañamente me importo muy poco. Ella volvió a ponerse su máscara antes de entrar y yo acomode mi mechón, ella pidió un cuarto y ambas subimos al ascensor. Cuando llegamos a la habitación, abrió la puerta y me dejó pasar, ella entro detrás de mí y cerró la puerta, estaba algo nerviosa. Cuando entramos ella se quitó la máscara.
_ven, no me dijiste tu nombre- dijo indicándome que me sentara a su lado en la cama matrimonial que tenía la habitación.
_Lu-Lucy, ¿y el tuyo?- dije pero ella no me respondió, hice lo que ella me había indicado y cuando estuve a su lado ella me empujo delicadamente para que quedara acostada en la cama.
_ ¿estas nerviosa, Lucy?- preguntó gentilmente.
_s-si- respondí avergonzada.
_tranquila, iré despacio- esas palabras me tranquilizaron, comenzó por quitarme la camiseta, luego hizo lo mismo con la suya, luego se colocó sobre mí para besarme, poco a poco me iba dejando llevar. Sus manos comenzaron a acariciar mi espalda hasta llegar al broche de mi sostén, los desbrocho haciendo que mis pechos quedaran descubiertos, mis mejillas se pusieron rojas al instante, he intente cubrirme.
_eres tan linda- dijo para después apartar gentilmente mis manos, comenzó a tocar un de mis pechos de forma delicada, débiles gemidos empezaron a salir de mi boca.
_no contengas tu voz- susurro a mi oído, para luego lamer mi cuello, haciendo que me estremeciera.
Sus manos se paseaban libremente por mi piel, y antes de lo que pude razonar ya estábamos ambas totalmente desnudas, ella sobre mí tocándome, yo me limitaba a gemir y recorrer su espalda con mis manos. Después de un rato ella se levantó, quedando sentada a mi lado.
_abre tus piernas para mí- dijo de forma dulce pero firme, llena de vergüenza lo hice, mi espalda estaba apoyada en el respaldo de la cama, y lentamente abrí mis piernas, quedando totalmente expuesta ante ella. Sentí como se acercó lentamente, primero beso mis labios, y fue bajando por mi cuello, luego mi clavícula y mi abdomen, cuando mi di cuenta a donde quería llegar, me asuste y cubrí mi intimidad.
_tranquila, no haré nada que no quieras- dijo mientras acariciaba mi mejilla, acepte aquel contacto, y lentamente quité mis manos. Ella volvió a colocarse en la posición en la que estábamos antes, bajo dejando suaves besos por mi abdomen, me puse nerviosa cuando llego a mi intimidad, beso lentamente mis piernas hasta llegar a ella, comenzó a lamerla lentamente llenando mi cuerpo de sensaciones nuevas e intensas, no podía hacer más que gemir, enrede mis dedos en sus rojizos cabellos pero sin tirar de ellos. En un momento se detuvo para devorar nuevamente mis labios, pero aun así siguió tocando mi intimidad con sus dedos, supuse que no estaba bien dejar que solo ella tomara la iniciativa, tímidamente acerque mi mano a su intimidad y comencé a acariciarla, ella pareció sorprenderse, pero luego sonrió. Continuamos besándonos y tocándonos hasta que ambas estábamos al límite.
_me-me ven…go- dije con la respiración agitada.
_yo… también- dijo con excitación en la voz.
_ahh…a-ah- gemimos mientras nos veníamos. Luego ella cayó sobre mi ambas estábamos exhaustas, cuando logramos normalizar nuestras respiraciones, ella cambio la posición haciendo que yo quedara acurrucada en su pecho, estaba por quedarme totalmente dormida cuando escuche que ella hablaba.
_mi nombre es Maya- cuando dijo eso, no pude evitar contestarle.
_te amo, maya- dije sin duda en la voz, a lo que ella contesto.
_también te amo, Lucy- estaba tan feliz, poco a poco me quede dormida en el pecho de maya.
Al día siguiente desperté, mi cabeza estaba apoyado en algo suave, sin abrir los ojos recordé a maya, luego los abrí lentamente esperando encontrarla acostada a mi lado, pero no fue así mi cabeza estaba apoyada en una almohada y maya no estaba, cuando voltee pude ver que había una nota en la mesita de luz.
“Lucy, perdón pero lo de anoche fue un error, lo lamento, nunca debió pasar. Por favor olvídalo.
Maya”.
Sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, era una tonta, como no me había dedo cuenta antes, un mujer que conocí en la calle me beso y luego me llevo a un hotel, tuvimos sexo y no me di cuenta de que jugaba con migo era una estúpida, ahora lo único que podía hacer era llorar.