-Chicos, sí, los quiero mucho y sí fue un juicio genial, pero tengo que ir por Taemin.- les avisé para girarme e ir hacia la salida que da hacia el pasillo de la jefatura de policías, no por el pasillo en donde toda la gente entra y sale.
Salí lo más rápido que pude, le quité la alarma al auto para llegar, abrí la puerta aventé mi corbata y entré de piloto. Espero que Max no haya contado con que lo llevaría porque se me hace tarde para ir por Taemin.
…
-¿Es cierto que mi dedo dice que no me he bañado?- me dolió la cabeza al hacer enfoque hacia el meñique del amigo de Taemin, porque me lo puso muy cerca de la cara.
-Niños, pórtense bien.- Chany llegó para llevárselos lejos, lo que agradecí.
-¿Cuánto te debo?- pregunté tomando la mano de Taemin.
-No es nada.- contestó negando con sus manos. –No te preocupes.-
-Un servicio de niñera cuesta al menos treinta won.- dije sacando mi billetera, pero antes de sacar un billete, la mano de Chany se puso sobre la mía, impidiéndome dárselo.
-Me pagas cuando pagas la colegiatura de tu hijo.- me sonrió haciendo que bajara mi mano. –Con eso es suficiente.-
Fruncí el entrecejo y quité su mano de la mía.
-Gracias.- susurré guardando mi billetera.
-De nada.- contestó acompañándome a la puerta con Taemin. –Nos vemos mañana Taemin~- tomé a Ñé entre mis brazos para cargarlo.
-¡Nos vemos maestra Chany~!- contestó Taemin canturreando, eso me dio gracia. –¡Nos vemos copias!-
Abrí la puerta del auto para que entrara.
Al hacerlo se puso su cinturón de seguridad pero le indiqué que pasara al otro extremo del asiento, no preguntó por qué, así que sólo se pasó, luego yo entré y cerré la puerta.
Me recargué en el respaldo y cerré los ojos.
-¿Ñé?- escuhcé que la voz de Taemin, pero negué lento, tengo jaqueca. –¿Te sientes mal?-
Suspiré y abrí los ojos para mirarlo. Pero no por eso dejó de dolerme la cabeza.
-Estoy cansado.- susurré.
Vi como Taemin se quitaba el cinturón de seguridad y se acercó a mí, sonreí al sentir sus manos en mis mejillas y sus labios en mi frente.
-Dice la maestra Chany que los besitos son buena medicina, ñé.- suspiré e hice que Taemin se sentara de nuevo en el asiento.
-Ahora me siento mejor.- le sonreí. ¡Oh! Volteé por encima de mi hombro, estaba la maestra Chany golpeando mi ventana, sonreí nervioso, falta que haya visto ese beso que me dio Taemin.
Abrí la puerta del auto y salí.
-Preparé un poco de comida.- cerré la puerta tras de mí y le indiqué a Taemin que se pusiera el cinturón. –Creí que Taemin tenía más apetito pero comió muy poco.- me estaba tendiendo una caja de comida. –Minah dijo que estaban televisando el juicio y los pocos segundos que lo vi se me hizo aburrido.- alcé una ceja mirándola, incluso eso me punzó dentro de la cabeza. –Digo, no es que diga que su trabajo es aburrido, usted puede decir que ser maestra también es aburrido.-
-Doy clases en una Universidad.- contesté caminando hacia la puerta del piloto.
-Lo que quiero decir es que sé es que antipedagógico estar sentado tanto tiempo.- abrí la puerta del auto para entrar pero antes miré a Chany. –Vivo sola y no estaría mal que le compartiera parte de mi comida, para que sólo llegue a comer y descansar.-
Tomé la caja de comida e hice una reverencia.
-Gracias.- quería pasar a comprar cualquier cosa para comer pero ahora sólo tomaré unas pastillas y una ducha larga para relajarme. –Yo le digo a mis alumnos que el cerebro aprende hasta que el trasero se entume.-
-Je, je.- incluso se sonroja cuando se ríe. –Taemin ya hizo su tarea, pensé que sería bueno para que descansaras.- pues, me hubiera gustado hacer la tarea de Taemin, con Taemin.
-Gracias.- susurré.
-¿Mañana también tiene juicio?-
-Sí.- contesté. –Pero es a las diez de la mañana así que podré llevar a Taemin a clases.- y hacer algunas cosas de mamá, como lavar la ropa y hacer el aseo de la casa. Además de llamar a algún arquitecto para que quite la fuente.
-Leí un poco y me di cuenta de que son al menos cincuenta juicios.- alcé una ceja mirándola. Luego aunque no quería, me di cuenta de que estaba coqueteando conmigo, porque jugaba con su cabello y sonreía mucho.
-Son cuarenta y nueve.- contesté.
-¿Vas a estar trabajando en todos esos?-
-Oh, no, no.- negué incluso con mis manos, sería muy aburrido estar tanto tiempo con un mismo caso. –Esto va a sonar muy egocéntrico, pero cuando trabaja Red Dress sólo duran cuando mucho, seis juicios, nuestro promedio es tres.- porque hacemos bien nuestro trabajo o porque la fiscalía lo hace mal.
-Sí fue egocéntrico.- claro, ódiame.
-Es que somos los mejores.- estudios dicen que un 83% a las mujeres les desagradan cuando un hombre se pone egocéntrico, altanero y rudo. El otro 17% son a las que les gusta el chico malo.
-Cretino.- me golpeó en el hombro mientras reía así que es de las que le gustan los chicos malos.
-Cómo sea.- susurré. –Tengo que irme.- apunté a mi auto para que mirara a Taemin ahí dentro y me dejara ir.
-Claro, nos vemos mañana Minnie.- como tenía mi puerta abierta Taemin la escuchó y se acercó a la ventana para despedirse de su maestra. –También usted, nos vemos mañana.- me dijo sonriendo.
Asentí mientras entraba al auto.
-Por cierto.- vi su rostro en mi ventana así que bajé el vidrio para escucharla. –Le tengo que decir algo sobre Taemin.- yo sólo quería recoger a Taemin e ir a casa a descansar, pero parece que no, que tengo que pensar un poco más.
Abrí la puerta del auto para salir de nuevo.
-Qué.- pregunté.
-Voy a cambiar a su hijo hasta atrás de la fila.- fruncí el entrecejo extrañado. –Hoy durante todas las calces la niña que va detrás de él se quejó de su colita.- gesticuló con su mano derecha el movimiento de la esponjosita cola de Taemin. –Es para evitar problemas.-
-¿Y para que la niña deje de quejarse vas a quebrar la autoestima de mi hijo poniéndolo detrás?- pregunté mirándola a los ojos, ella los desvió apenada así que sonreí.
-No, sólo que, mire desde mi perspectiva.- relamió sus labios nerviosa.
-Fortalece la autoestima de la niña rompiendo la del mío. Lo entiendo.- contesté sarcástico.
-Entonces deme una solución mejor.- incluso hizo un pucherito y se cruzó de brazos, ¿sigue queriendo ligarme?
-Usted es la maestra, yo sólo soy el criminólogo.- me encogí de hombros.
-Estoy segura de que Taemin ni lo sentirá.- la miré con obviedad. –Entonces deme una mejor idea.- hizo un pucherito más que me hizo reír.
-Cambie a todos los niños.- susurré para que Ñé no me escuchara. –Hágalo cada dos meses qué sé yo. Para que todos los niños tengan un nuevo lugar y Taemin no lo noté, sí está bien ponerlo atrás, su colita se mueve de manera inconsciente. No hay manera de educarla.- sentí que mi bolsillo estaba vibrando así que metí mi mano al pantalón para sacar mi celular.
-Eso haré.- contestó Chany. –No lo interrumpo más, vaya con cuidado y cuide bien de Taemin.-
Asentí y me despedí de ella, entré a mi auto y volteé a ver a Taemin para ver qué tal estaba pero me dio ternura al ver que estaba recostado contra la ventana, dormido.
Encendí el auto y lo puse en marcha.
Pero antes de llegar a casa tengo que pasar con Key; seguramente esa trapeada que le puso Minsoo en el interrogatorio lo ha de haber devastado. Yo no me sentiría bien, es decir, todo el estudio que hizo fue olímpicamente pateado por respuestas cerradas.
-¿Taemin?- susurré en alto. Lo miré por el espejo central y noté que empezaba a abrir sus ojos. –¿Estás muy cansado?- pregunté poniendo el auto en marcha.
-Ñé.- asintió lento mientras tallaba sus ojos.
-¿Cómo te fue en la escuela?- pregunté.
-¡Fue divertido!- como que ya está más despierto. –Estuve haciendo un montón de cosas en las clases, en el recreo jugué con los gemelos y comí los hot cakes con leche, ñé.- contestó mirándome, pero sentado en el centro del asiento trasero ya sin el cinturón.
-No, no.- susurré negando. –Ponte el cinturón.-
-Ñé.- creó que se molestó pero igual se lo puso. –Y una niña.-
-¿Qué pasó con la niña?- nos estacionamos afuera del consultorio de Key. –Vamos a ir un momento con Key, ¿lo recuerdas? Sólo vamos a abrazarlo y decirle que todo estará bien.-
…
-¡¡Ñéééé!!- abrí la puerta del consultorio de Key y Taemin entró corriendo, espero que no esté trabajando sino le interrumpimos.
-Hola.- entré cerrando la puerta sin mirarlo aun.
-Hola.- lo escuché y no oí quejas así que supongo estaba solo. –Hola Taemin, ¿cómo estás?- sonreí cuando Key lo levantó para abrazarlo, pero me molestó un poco al momento que Taemin le correspondió.
-Todo estará bien, ñé.- susurró Taemin incluso recargando su mejilla en el pecho de Key.
-Gracias.- susurró Key.
-¿Cómo te sientes?- pregunté caminando hacia su diván pero antes de sentarme me levantó del brazo.
-No te sientes.- susurró algo asustado, alcé una ceja por eso.
-¿Qué…?-
-No, no es nada importante, lo voy a cambiar.- ¿nervioso?
-Pero es tu diván.- es el que compró cuando dejó de ser forense para ser algo más familiar. –Habías dicho que era tu bebé.- ¿por qué ya no querría a su bebé?
-Ya no está de moda.- bueno, eso sí lo tomo. –Estuve investigando al tipo.- ese sí es mi Key.
-¿Y qué supiste?- pregunté recargándome en su pared, pues el diván no lo puedo tocar.
-Todo lo que tengo para arruinarlo está en esa carpeta.- apuntó hacia su escritorio. –No debió de hacerme eso.-
-¿Puedo tomarlo?- pregunté acercándome al escritorio. –¿Bang Minsoo?- ¿así se llama?
-Será difícil para alguien como tú, pero para mí es más fácil.- susurró sonriendo.
-Por favor.- contesté sarcástico.
-Es psicólogo pero se especializó en PNL y tiene un montón de cursos y talleres para lectura corporal, el chico es un polígrafo humano.- abrí la carpeta para mirar qué había que no sé y que Daniel, Niel, no me dirá de él.
-Entonces sí es difícil.- susurré cerrando la carpeta. –Cómo sea, sólo veníamos a desearte mucha buena vibra para que tu autoestima no decaiga por lo que pasó en el interrogatorio.-
…
-Vamos a dormir.- dije entrando a la sala de estar, quitándome la toalla de los hombros para que mi cabello se termine de secar. –¿Taemin?- caminé para apagar la tv.
-¿Ñé?- susurré mirándolo, estaba dormido en el sofá, sonreí enternecido porque su colita le estaba cubriendo. Suspiré mientras me acercaba a él. Pasé mis brazos tras su cuello y sus rodillas para levantarlo, creo que me tronó algo de la espalda.
Sin duda ya estoy un poco viejo.
Llevé a Taemin hacia su habitación, abrí la puerta pero fue la mía porque así será más rápido mañana cuando tengamos que levantarnos temprano. Lo acosté en mi cama, Taemin se movió un poco pero no se despertó. Como lo recosté sobre la cobija fui hacia mi closet para sacar una más, con esta en mis manos regresé a mi cama para cubrirlo con ella.
Salí de mi habitación para cerrar las puertas. Cerré incluso la llave del gas para regresar a mi habitación. Me quité los zapatos y caminé descalzó hasta la cama, Taemin estaba en el centro pero tampoco es que yo necesite toda la cama, así que sólo me recosté a su costado, casi al filo del colchón.
Espero que mañana sea un día mejor, para el caso de la tentativa de homicidio, es más, espero que ya mañana se termine porque eso sin duda es cansado.
Suspiré y cerré los ojos.
…
Fruncí el entrecejo y entre abrí mis ojos.
Sonreí divertido, se siente bien~
Los pequeñitos labios de Ñé~ se mueven tan tiernos.
-¿Qué haces?- susurré poniendo mi mano en su cabellera para que se detuviera. –¿Ñé?- susurré riendo, su colita de mapache se enredó en mi mano derecha e hizo que la bajara a la cama. Suspiré y eché mi cabeza hacia atrás al sentir sus muslos sobre mi pelvis, daba pequeños saltitos je, je, oh~ creo que no tiene puestos sus calzoncitos~ |
Tiene una piel muy suave, no lo había notado.
-Ñé~- susurré sintiendo su pequeña lengüita recorrer mi labio superior y sus manitas aferradas a mis mejillas. –Taemin~- creo que mi glande rozó cerca de sus pompis, pero no dejaba de saltar sobre mi pelvis.
-Ñé~- gimió, cerré mis ojos, suspiré cansado. –Ñé se ha portado bien.-
…
Fruncí el entrecejo y estiré mi mano para tomar mi celular. El vibrador del mismo hace que el ruido sea más molesto.
Tomé el celular y lo miré para apagar la alarma, la luz me cegó pero noté que aún estamos a tiempo.
-Taemin.- susurré sentándome en la cama. –Oye, Ñé, ya es de día, tienes que levantarte.- comencé a moverlo de su hombro, Taemin comenzó a despertarse, eso me hizo sentir feliz.
-¿Ñé?- Taemin besándome, Taemin lamiendo mis labios, Taemin sobre mi pelvis, Taemin…
-¡Taemin!-
-¡Ñééé!- me miró asustado. Esto no está bien.
-Ya es tarde.- susurré, necesito mi ropa y su ropa, las cobijas y la lámpara de luz negra para comprobar si eso fue un sueño o no. Relamí mi labio superior ansioso y asustado, qué fue lo que hice.