-¿Quien es Hyuna?- preguntó Taemin con un tono de voz neutro. Pero recordando a todas esas caras femeninas que tenía Minho en los álbumes de fotografías, quizá una de esas era ella y no lo sabía.
-Ella fue intensa.- Joy se rió ligeramente nostálgica, separándose de Taemin para mirarlo. –Le entregó su corazón a Minho muy pronto… y él no lo cuidó.-
…
Para el medio día Minho presionaba su mano contra su estomago esperando calmar un poco el hambre que tenía y de paso, ocultar el sonido que su estómago emitía cada cuánto.
Suspiró y volteó a ver su taza de café vacía.
Escuchaba la misma discusión con la misma excusa de parte de los criminólogos.
-A ver.- susurró Minho suspirando. –Estamos aquí discutiendo sobre la misma tonta teoría de ayer. El imputado es de baja peligrosidad y el hecho de que haya sido “manipulado” por ver una película no va a cambiar su estatus de peligrosidad.- dijo mirando la Juez. –Estoy de acuerdo, él es alguien responsable, tiene pareja estable, negocio, es hijo ejemplar. ¡El delito ni siquiera es grave!-
-¿Usted es visceral?- preguntó el Juez mirando a Minho.
-Sí.- respondió.
-Estoy totalmente de acuerdo con el criminólogo Choi.-
-Entonces está decidido.- afirmó el Juez. –El tercer perito en discordia concuerda con que el imputado es de baja peligrosidad. Se cierra el caso.-
…
-Las chicas llamaron y hay trabajo.- susurró Joy dejando al taza de té ya frio sobre la mesa del comedor. –Al parecer tenemos que custodiar un museo muy importante, y me tengo que ir.-
-Está bien, gracias por cuidar de Taemin.- dijo Minho sonriéndole, pero Joy sólo asintió sonriéndole.
-Cuando necesite el favor lo cobraré.- contestó riendo mientras caminaba hacia la puerta para salir. –Cuídense, nos veremos después.- sonrió y se despidió agitándose su mano, luego salió por completo del cuarto de hotel.
-Supongo que está cansada.- dijo Minho para sí mismo, luego se giró también para mirar a Taemin.
-Dijo que tenía trabajo ñé, que SeulGi había sido herida y le dije que fuera con ella pero dijo que no, porque ahora tú la necesitabas.-
…
-¿No se te olvida nada?- preguntó Minho mirando el resto de la habitación del hotel con su maleta en la mano.
-Ñé.- negó Taemin mirando también. –Creo que no.-
-Porque si se te olvidó no la podremos recuperar después.-
-No, no se me olvida nada, ñé.- afirmó sonriendo. –¿A qué hora crees que estemos en casa?- preguntó caminando hacia el pasillo, entonces Minho dio por sentado que era hora de partir.
Cerró la puerta con la llave que le habían proporcionado, tomó la maleta y comenzó a caminar detrás de Taemin hasta llegar al elevador.
-No tardaremos mucho.- respondió marcando el primer piso. –¿Estás cansado? ¿Ya quieres dormir en tu cama?- lo miró sonriendo.
-Ñé.- negó efusivamente. –Es que no comiste nada.-
-Oh.- susurró Minho apenado. –Comí después de salir del juzgado.- mintió.
-Aun así.- contestó Taemin mirando su reflejo en las puertas metálicas. –No te has visto bien en estos días.-
Minho alzó una ceja y miró a Taemin, pero el híbrido sólo frunció el entrecejo.
-No sé qué contestar a eso.- respondió ligeramente nervioso.
-Los gemelos me dijeron que Naeun preguntó mucho por mí.- dijo al aire, sin mirar a Minho y sin intentos de hacerlo.
-El lunes cuando la veas le das el regalo que compramos para ella.- las puertas se abrieron haciendo que Taemin saliera de inmediato, Minho lo siguió tras uno segundos en lo que intentaba saber qué tenía el híbrido pero al no encontrar una respuesta negó lentamente.
Entregó las llaves en la recepción y después de agradecer salió en búsqueda de Taemin que estaba de pie a un lado del auto.
-YoungMin me dijo que las amigas de Naeun eran lindas.- contestó Taemin girándose para abrir su puerta, por lo que Minho se apresuró a quitarle la alarma. –Y que les habló bien de mí.-
-Oh.- susurró Minho, ciertamente no sabía qué contestarle.
-Me invitaron a salir con ellos mañana después de la escuela y les dije que sí.- entró azotando la puerta.
Minho sólo suspiró, ese sonido fuerte hizo que el dolor en su cabeza incrementara ligeramente, pero respiró profundo y pausado para tratar de aliviarlo. Rodeó el auto hasta llegar a la puerta trasera del lado del piloto, la que abrió para meter la maleta. Luego de cerrarla suspiró una vez más para abrir la del piloto y entrar.
-Ponte el cinturón.- pidió poniéndose el suyo, pero Taemin sólo miraba por la ventana. –El cinturón de seguridad.- repitió Minho mirándolo.
-Te escuché pero decidí que el hotel era más interesante que tú.-
La quijada de Minho cayó levemente, pero se recompuso al instante. Afinó su garganta y miró hacia el frente de la calle. Tragó saliva incómodo y encendió el motor del auto.
-¿Estás molesto?- preguntó dudando incluso de la misma pregunta, Taemin sólo sonrió de medio lado.
-¿Me lo estás preguntando o lo estás afirmando?-
Minho no contestó sólo comenzó a conducir.
Quizá Taemin estaba molesto porque no se habían bañado juntos. Podría ser, así que asintió asumiendo. Continuó conduciendo hasta llegar al centro de Ciudad Judicial porque el estómago le dolía un poco más que la cabeza y como lo había notado Taemin, no había comido nada.
Lo que menos quería era desencadenar una gastritis, así que se llegaría a alguna tienda de conveniencia para comprar algo para entretener su estómago en lo que llegaban a casa. Por lo que se estacionó en el estacionamiento de una tienda y se retiró el cinturón de seguridad.
-Espera aquí.- dijo Minho abriendo su puerta. –¿Quieres que te compre algo?- miró a Taemin que seguía ignorándolo apreciando lo que hacía fuera de su ventana. –¿Ñé?-
-No digas eso.- contestó ligeramente molesto. –No quiero nada.-
-No tardaré.- respondió saliendo del auto.
Minho suspiró mientras empujaba la puerta de la tienda para entrar. Sintió el aroma a café y contrario a lo que esperaba, el dolor en su cabeza se incrementó, así que sólo negó lento mientras caminaba hacia alguna de los estantes, tomó un pequeño pan y regresó a la caja para pagar.
Sacó su billetera para sacar un billete pero se detuvo al instante que escuchó el beep de la máquina registradora.
Volteó hacia el auto notando como Taemin estaba hablando con alguien y agudizando sus ojos se dio cuenta de quién era.
Ni tomó su compra ni la recogió el billete, sólo caminó firme hacia la puerta, la abrió y su cólera aumentó considerablemente.
-¡Taemin!- gritó haciendo que su mismo grito le incrementara el dolor de cabeza.
-Je, parece que aun te regañan.- susurró YoonGi sonriendo, irguiéndose para no estar recargado en la puerta del híbrido. –Cuídate.- susurró sonriéndole.
-Ñé.- asintió Taemin sonriéndole.
YoonGi sabía que Minho le podría hacer daño, pero o en vía publica. Así que valiéndose de eso se animó a inclinarse, tomó la barbilla del híbrido para elevarlo.
Entonces los ojos de Minho se abrieron en par.
Su corazón comenzó a latir con más fuerza, sintiendo como la sangre recorría todo su cuerpo.
Y su respiración se entrecortó.
Taemin recién abría los ojos y miraba a Suga frente a su rostro, por inercia comenzó a reír nervioso, relamió sus labios y sonrió una vez más.
YoonGi se irguió y caminó hacia Minho, sonrió al ver su rostro: una mezcla entre cólera, miedo y decepción.
-Cuídalo por mí.- susurró YoonGi, esperó a oír alguna respuesta pero Minho sólo continuó con su camino hasta llegar al auto.
-¡¡Ñééé!!- gritó Taemin asomando su brazo para despedirse de Suga. –¡Nos vemos!-
…
Minho continuó conduciendo, cada cierto tiempo suspiraba intentando calmarse porque cada explicación de lo que había visto a las afueras de la tienda de conveniencia era más loca e irreal que la anterior. Volteaba a ver a Taemin por el rabillo de sus ojos, notando como estaba cabeceando por el sueño que tenía.
En un arrebato de cólera presionó el claxon, haciendo que Taemin saltara.
-Vete a los asientos de atrás.- ordenó con su tono de voz firme y agresivo.
Taemin sólo asintió, se levantó de su asiento y pasó por encima de los portavasos hasta irse a donde Minho le ordenó. Desde atrás veía a Minho conducir, pero su ceño estaba fruncido y ahora portaba gafas oscuras que no le permitían ver sus ojos.
-¿Estás molesto?- preguntó sin dejar de mirarlo.
Pero Minho no contestó porque sabía que si hablaba sólo lo lastimaría.
El híbrido sólo se encogió de hombros minimizando la actitud de Minho, miró por la ventana pero sintió que su colita de mapache estaba aferrándose en su antebrazo.
Estaba asustado.
-YoonGi y yo sólo…-
-Duérmete.- ordenó el criminólogo apretando el volante bajo sus manos, pisando el acelerador.
El híbrido sólo cerró sus ojos y se recargó contra el vidrio.
Minho mordió su labio inferior mientras sentía que otra lagrima caía por su mejilla hasta perderse en su barbilla, presionó el volante de nueva cuenta intentando calmarse y calmar el dolor que estaba sintiendo en su cabeza.
Parpadeó queriendo eliminar las lágrimas.
Sólo un segundo cerró los ojos.
Un segundo a 180 k/h.
Un impacto que frenó el auto de Minho contra una barra de contención a metros de la entrada a Seúl.
Un par de personas mayores que escucharon el impacto quedaron impresionadas al ver que el auto ya no tenía la forma de uno, sino que la defensa estaba completamente hundida contra la barra de contención.
Minho suspiró molesto, lastimándose el pecho después de haber rebotado contra el volante.
-¿Está todo bien?- escuchó también los pasos de las personas que seguramente se acercaban a ayudarlo. –¿Está bien?- lo miró, notó la sorpresa en el rostro de esa persona.
-Llame al 844.- susurró Minho sintiendo como la sangre se escurría por su frente. Tomó aire para reprimir el dolor que ahora sentía en todo su cuerpo, miró por lo que quedaba en el espejo central para mirar a Taemin. –Hay un niño aquí.-
-¿Qué?- preguntó el señor intentando abrir la puerta, o lo que quedaba.
-Es gratis.- susurró pidiéndole, frunciendo su entrecejo porque con cada palabra sentía una punzada más fuerte que la anterior.
-¿Minho?- escuchó cierta voz familiar. –¡Minho!-
-Llama al 844.- susurró moviéndose lentamente para tocar su pantalón, al momento sintió que su corazón latió más fuerte porque no sentía las piernas.
Sin embargo sabía que si se alteraba su corazón bombearía más sangre y la perdería más rápido. Así que intentó calmarse.
-Ya vienen para acá.- contestó Nichkhun abriendo la puerta del piloto, arrancándola para ver el traje de Minho machado en sangre. –Quédate conmigo, no te duermas.-
-Taemin.- susurró Minho deteniendo las manos de Nichkhun que buscaban ayudarlo a salir. –Él es más importante.-
-Pero estás muriendo.-
-No importa.- susurró recargándose contra el respaldo de su asiento. –Yo estaré bien.- sonrió suspirando.
-Okey.- susurró Nichkhun sintiendo sus manos temblar, salió del perímetro de Minho para rodear lo que quedaba del auto y así ir hacia los asientos traseros. –Tu auto no va a explotar, ¿cierto?- preguntó abriendo con dificultad la puerta trasera, encontrando al híbrido recostado sobre el respaldo del asiento, con una herida abierta en su frente y algunos rasguños en su cara.
-Eso… eso sólo pasa en las, películas.-
-Confiaré en ti.- susurró Nichkhun colocando sus dedos sobre la vena yugular de Taemin, aliviándose al sentir pulso.
-¿Alguna vez… te he fallado?- preguntó Minho sonriendo, pero tosiendo de inmediato, provocando que por la presión sus heridas del pecho sangraran un poco más. Incluso escupiendo sangre.
-Digamos que eras un gran conductor.- respondió Nichkhun extrayendo al híbrido del destrozado auto, recostándolo sobre el asfalto, revisando que no tuviera fracturas u otra herida de importancia. –¿De dónde venías?- notó que bajo su fleco había un golpe, seguramente el que se provocó al no usar cinturón de seguridad.
-Ciudad Judicial.- susurró Minho presionando sus ojos porque no sentía las piernas. Porque le preocuparía a sus padres y porque le había fallado a Taemin. –Nicky.- hiperventiló lastimándose el pecho.
-Él está bien.- susurró Nichkhun regresando con Minho para ayudarle. –Sólo tiene unos rasguños en la cara.-
-Prométeme… promete que lo cuidarás hasta que llegue Kyuhyun.- susurró hiperventilando, atorándosele el aire en los pulmones: formando un nudo en su garganta.
-No te despidas.- respondió Nichkhun suspirando ligeramente nostálgico. –Tampoco es tan grave.- le animó escuchando las sirenas de la ambulancia.
-No… yo sé que sí.- sonrió rindiéndose mientras se recargaba en el respaldo. –Fue una buena vida.- sintió sus lágrimas resbalar por sus mejillas, pero aun así mantenía esa sonrisa. –Ayudé a todos los que pude… estoy tranquilo.- frunció el entrecejo.
¡No quería morir!
¡Aún tenía cosas por hacer! Tenía que seguir ayudando a las personas con Red Dress. Tenía que llevar a cabo ese proyecto para el aniversario luctuoso de la novia de ChangMin. Su libro aun no estaba listo, ni siquiera tenía hecho el primer capítulo.
Quería ver a Taemin crecer.
Tosió escupiendo un poco más de sangre.
-Nicky.- suspiró sintiendo más pesado el resto de su cuerpo. –Dile a Taemin que lo seguiré cuidando.- sonrió.
Vio a los paramédicos, una sierra y su vida ante sus ojos.
-¡¡¡Ñééééééééééééééééé!!!-