-Kibum~- él presionó mi glande contra su cuerpo así que logré penetrarlo tan sólo un poco, eyaculando dentro de él. –Ahhhh~- todos mis músculos se relajaron.
Sentí movimiento en la cama, él se dejó caer a un lado así que me giré sobre mi costado para abrazarlo, su cola de mapache quedó en mi abdomen; eso me daba cosquillas.
Recargué mi barbilla en su hombro sintiendo el frenético movimiento de su mano derecha. Dejé de abrazarlo para estirar mi mano hasta tomar su miembro y empezar a estimularlo.
-Jonghyun me va a matar.- susurré presionando su glande, haciendo que todo su cuerpo temblara.
-A… Amo Jonghyun no haría…eso.-
-Pervertido.- susurré incrementando el movimiento de mi mano. –¿Te van los juegos de sadomasoquismo?- no me extraña, Key siempre ha tenido una sexualidad muy abierta.
-Ñéé~-
…
Fruncí el entrecejo sintiendo de inmediato una punzada en la cabeza.
-Oh~- ya lo recuerdo.
Me embriagué ayer, sonreí divertido pero dejé de hacerlo porque me lastimé de nuevo. Hace mucho que no bebía así, casi desde la licenciatura, supongo que me desacostumbré.
-Minho.- escuché a Taemin. –Te buscan en la puerta.- me recargué en mis codos para mirarlo, no parece recién levantado. Volteé a ver el reloj desperta… ¡10:26 am! ¡Se me hizo tarde!
-¿Por qué no te has ido a la escuela?- pregunté sentándome, qué extraño. –¿Ayer a qué hora llegue?- según yo me quedé a dormir con Key.
-Ñé.- susurró entrando a mi habitación. –Ya estaba dormido cuando llegaste.- vi que abrió mi closet y sacó una bata de baño. –Te hablan en la puerta.-
-Gracias.- susurré tomándola. –¿Quién es?- me levanté para colocármela.
-Paquetería.- susurró. –Hoy entro a las once así que ya casi me voy.-
-Ya casi te llevo, mejor dicho.- salí de la habitación y la iluminación del jardín sólo hizo que me doliera más la cabeza.
-Te prepararé el desayuno, ñé.-
-Gracias.- caminé hacia la puerta principal, suspiré para minimizar el dolor en la cabeza y abrí.
-Buenos días, traemos un paquete para Choi Minho.-
-Yo soy.- susurré. –¿Quién envía?- pregunté al momento que me entregaron lo que tengo que firmar. –Oh.- es el traje para la graduación de Taemin. –Gracias.- se lo entregué y él a mí una caja grande. –¡Buen día!- cerré la puerta para girarme y terminar de leer las notas.
“Force HyunA”.
-¿Qué te han mandado?- bajé la caja para seguir caminando hacia la cocina.
-Me mandaron tu traje para la graduación.- susurré entrando a la cocina. –Y el mío.-
Taemin volteó a verme, le sonreí y levanté la caja para que la viera.
-¿Quién te la manda?- caminó hacia mí con un vaso de agua y una pastilla. –Me dijeron que te lo tenías que tomar.-
-Gracias—le entregué la caja para tomar la pastilla. –¿Quién te lo dijo?- es para el dolor de cabeza.
-Internet.- contestó sonriéndome. –Force HyunA?-
-Tenemos un médico que con una llamada puede venir, ¿y tú confías en internet?- miré el vaso con agua, que no es agua. Sino suero rehidratante soluble en agua.
-¿Quién es HyunA?- me miró para seguir abriendo la caja.
-¿Hyuna?- pregunté un poco nervioso, sintiendo de nuevo el dolor en mi cabeza. –¿Por qué? ¿Por la caja?-
-Joy me dijo que el peor error de Hyuna no era haberse ido a Praga, sino haberte dado su corazón.- ¿Joy? ya no hay respeto a la vida personal hoy en día.
-¿Qué más te dijo?- pregunté abriendo una silla del comedor para sentarme.
-Nada más eso.- susurró sacando el traje azul marino. –¿Este es para mí? Te había dicho que tenía que ser azul.-
-Sí, ese es el tuyo.- creo que es más saludable que tome el suero rehidratante. –¿Te gustó? Kyuhyun y ChangMin decidieron por ese modelo. Yo en realidad quería algo más conservador.- algo bonito con chaleco y moño pero ellos dijeron que sería mejor una camisa blanca con corbata.
-Es muy bonito.- susurró mirándolo aun dentro del plástico protector. –Te costó… ¡¿seis mil cuatrocientos cuarenta y nueve won!?- ese era el número que estaba en la etiqueta en la manga del saco. –¡No! ¡Es muy costoso!- me volteó a ver pero negué lentamente.
-No es tan caro.- susurré agachándome para tomar el traje. –Pero es muy bonito.-
-Pero no, sí es muy caro, ñé.- le tendí el traje y esta vez lo tomó con mucha delicadeza. –Además sólo lo usaré ese día, no debiste.-
-Ese es el traje para el acto académico, te compré otro para la recepción.-
-¡No! Estás gastando mucho dinero.- susurró levantándose del suelo para mirarme mejor. –Estos trajes no los volveré a usar de nuevo, pude haber rentado uno por doscientos won y nada más.-
-Taemin.- susurré haciendo que me mirara, cuando lo hizo sus orejitas de mapache se bajaron e incluso tenía un puchero en sus labios. –Yo te quise comprar esos trajes.- dije mirándolo a los ojos mientras asentía.
-Pero…-
-Así que no te preocupes si los usas sólo una vez, si los disfrutas esas dos o tres horas para mí será suficiente.- asentí sonriéndole aunque mi cabeza dolía por mantener la sonrisa. –No te preocupes por el dinero, yo me hago cargo de todo eso.-
-Gracias.- susurró Taemin levantándose del suelo. –Son muy bonitos.- me extendí los brazos para que me abrazara.
-¿Tú te compraste uno también? ¿O usarás de lo que ya tienes? Tienes mucho trajes, ñé.-
-Me mandaron uno a mí también, ese me lo regalan.- sonreí soltando su espalda.
-Pero me estabas contando de Hyuna.- susurró Taemin caminando a la encimera en donde estaba otro vaso con agua, negué lentamente con mi mano cuando me lo tendió. –Internet dice que te lo tienes que tomar.-
-Internet.- susurré tomando su vaso de agua. –No es momento de contarte sobre Hyuna.- contesté.
-Joy me lo dijo cuando tenía catorce, creo que he esperado lo suficiente, ñé.- me miró un poco autoritario, eso me hizo gracia así que asentí.
-No decía por eso, sino que habías dicho que irías a la escuela a las once y son más de las diez treinta, me cambiaré de ropa para llevarte.- tomé todo el contenido del vaso para dejarlo sobre la encimera vacío, sentí el amargo sabor del suero que terminé presionando los ojos.
-Sólo tengo que ir a limpiar mi casillero, tengo hasta las dos de la tarde así que no es necesario ir a las once, ñé.- Taemin tomó los trajes para volver a colocarlos dentro de la caja y ponerla sobre la mesa del comedor. –Puedes contarme lo de Hyuna ahora.-
-¿Por qué Joy la mencionó?- pregunté extendiendo mi mano para que la tomara. –Vamos, te lo contaré en otro lugar.- Taemin asintió y tomó mi mano.
Le quité la caja para cargarla y llevarlo hasta la oficina.
-Aquí te lo contaré.- dije caminando hacia el escritorio, tomando el teléfono y dejándolo descolgado.
-¿Por qué aquí?- preguntó Taemin. –¡¿Ella es Red Dress?!- sonreí divertido porque incluso se levantó del sofá con un salto dramático.
-No.- contesté sonriéndole. –Espera un momento.- tengo que ir a poner los trajes en mi habitación para que estén más seguros.
Salí de la oficina cuando noté que Taemin tenía su celular en las manos, seguramente esté hablando con los gemelos, entré a la habitación, miré lo desacomodada que estaba mi cama, me quejé por que tendré que acomodar todo aquí y aún me sigue doliendo la cabeza.
Suspiré para intentar calmar el dolor, dejé la caja sobre la cama, alcé las cejas un poco asustado porque note una mancha de semen. Recuerdo que algo pasó anoche pero según yo, si eyaculé no fue en la cama.
Mmm.
Interesante caso.
Aquí es cuando todos esos años en la facultad y los diplomados de criminalística valen la pena.
Quité la caja de la cama para mirar mejor la posición en donde está la mancha. Key jamás, jamás lo haría sobre una sábana. Él es más sexual, seguramente tendría otro final su orgasmo.
Me quedé al borde de la cama mirándola atento, yo estaba del lado izquierdo acostado, casi al borde, la otra persona se acostó del lado derecho y por la mancha diría que de costado, ¡oh! ¡Oh! Cierto, yo le estimulé para que obtuviera su orgasmo.
Esto se pone más interesante.
Intentando no desacomodar más la escena del crimen, me costé en el lado izquierdo y me giré sobre mi costado, la persona tiene que ser de mi estatura: como Key, pues su pelvis y la mancha de semen están de acuerdo con estos datos. Me senté en la cama para mirar mejor la evidencia.
-…- es bastante esperma, pero tiene justificación Key come muchos jitomates para tener mejor desempeño sexual, y dicen que cada que uno eyacula el esperma se vuelve mejor. Con ese policía de años seguro que tuvo un montón de encuentros y ahora que Jonghyun está en casa todo el día, no me sorprendería que sus espermas pudieran crear a un super humano.
-Bien, caso resulto.- susurré sonriendo.
-Qué caso, ¿ñé?- volteé a ver a Taemin que estaba en el umbral de la puerta, luego miré la evidencia y de nuevo los ojos de Taemin.
-Nada.- contesté levantándome y escondiendo la evidencia. –Hablaba solo. Me gusta divagar.- salí de la cama para ir a su lado.
-Si Hyuna no es Red Dress, ¿quién lo es?-
-¿Sabes de qué está hecha la Pepi-Cola?- pregunté entrando a la oficina y volviendo a sentar a Taemin en el sofá.
-Ñé.- negó.
-Porque es el segundo secreto mejor guardado de la historia.- dije asintiendo. –El primero es quién es la chic Red Dress.-
Taemin se rió ligeramente y eso me hizo sentir bien.
Ayer después de que me contó de sus amigos con derechos que quedó un ambiente incomodo entre los dos, pero parece que la tensión ya no está.
-Hyuna era mi novia.- dije llamando la atención de Taemin, haciendo incluso que me mirara directo a los ojos. –Yo estaba en séptimo de Criminología y ella en cuarto de Diseño de Modas cuando comenzamos a salir.-
-¿Por qué se fue a Praga?-
-Hay mucha historia antes de que se fuera a Praga y un montón más después de que se fue.- asentí recargando mi pelvis en el escritorio para mirar a Taemin. –¿Quieres que te lo cuente o quieres preguntarme lo que interese?- de cualquier manera estará bien para mí.
-Cuéntame, ñé.- incluso subió sus piernas al sofá para abrazarlas.
-Comenzamos a salir cuando tomaba las clases de Administración Policiaca.- asentí. –Eso nunca se me va a olvidar porque ella me decía que esas clases parecían peligrosas por la palabra “policiaca” pero en realidad era sobre cómo funcionaba la policía haciendo analogías a una empresa. Pero eso no te estaba contando sino sobre Hyuna y yo.-
-Pero de todos modos después me puedes contar sobre tus clases, ñé.-
-Cuando tengas curiosidad pregúntame y te lo diré.- así tendría que hacer que él también sea accesible a mis dudas sobre su vida. Es un ganar: ganar.
-Pero sigue diciéndome sobre ella, ñé.-
-Yo la quería mucho, la amaba.- susurré sintiéndome nostálgico. –Me encantaba cada parte de ella. Su cabello, su mirada, cuando achicaba la voz, cuando hacia aegyo inconscientemente, incluso cuando se molestaba y me golpeaba el hombro en repetidas ocasiones para que me disculpara con ella. Pero sobretodo me gustaba esa versión tierna y sublime que solía mostrar conmigo, porque para todo el mundo ella era una mujer sensual, una mujer de bandera. Era delgada y tenía muy bonitas piernas, siempre usaba tacones y labial rojo. Era perfecta.- suspiré, me di cuenta que tenía los brazos cruzados.
-Pero entonces tú te enamoraste de ella, no ella de ti, ñé.-
-No, no, no, esto es sólo lo que yo sentía, ella era tierna. Me escribía cartas cada viernes, me dejaba notitas en mi mesa, a veces ella me compraba el desayuno en la Universidad y por supuesto, ella me llevaba a la escuela porque en ese tiempo yo no tenía auto pero ella sí.- suspiré de nuevo. –Todo era mágico, yo iba de compras con ella y ella jugaba futbol conmigo. Estábamos muy enamorados.- me di cuenta que tenía una pequeña sonrisa en el rostro, así que sonreí un poco más pero ahora divertido por descubrirme.
-¿Y porqué se fue a Praga?-
-Porque le ofrecieron trabajar como diseñadora. Muy rara vez a un novato lo quiere una empresa, era una oportunidad que probablemente jamás se volvería a dar. Le dije que… antes de eso, yo terminé primero la licenciatura por ser mayor, pero me quedé a esperarla retrasando mi servicio social hasta finalizar la licenciatura. La idea de Red Dress nació ahí.-
-¿Hyuna te la dijo?-
-No, Hyuna me pidió que jamás trabajara con la policía, porque la única fuente de trabajo de un criminólogo era la policía o el sistema penitenciario. A ella le daba miedo que me fuera a pasar algo y siendo sincero a mí también, je, je. Así que busqué una fuente de trabajo alterna.- ahí nació Red Dress.
-¿Sino hubieras trabajando en el CeReSo?- alcé las cejas un poco sorprendido y nostálgico porque antes decía “cereza”.
-Sí.- asentí. –Pero cuando di el servicio social lo hice con una pequeña institución, se llamaba Tauro el dueño era americano. La institución se centraba en casos de derecho penal. Resolvían casos y hacían juicios. Me gustó mucho eso, los juicios orales, las investigaciones, todo era como en la tele pero más peligroso.- porque eran reales.
-¿Entonces Red Dress es como el hijo de Tauro?-
-No.- negué sonriendo. –Porque en Tauro había corrupción y lavado de dinero. Cuando me di cuenta no dije nada, me quedé callado porque me podrían pasar “cosas”. Cuando estás en esto hay muchos riesgos y si fuiste tonto para entrar tienes que ser inteligente para mantenerte.- eso decía mi profesor de Derecho. –Me mantuve hasta que finalicé el servicio. Le conté a Hyuna que me encantó estar ahí y que esa era otra fuente de trabajo para mí, pondría no una institución pública, sino una sociedad privada.-
-Ahí nació Red Dress.- volví a negar divertido. –¿Cuando nació Red Dress?-
-Como tres años después de que lo pensé.- me reí un poco por eso, en ese momento esperaba tenerlo al mes siguiente y comenzar a trabajar a los dos meses pero la verdad es que tuve que esperar más tiempo que treinta días. –Para esa fecha Hyuna ya estaba dando su servicio social y finalizando su licenciatura. Nosotros seguíamos muy enamorados.-
-¿Qué tan enamorados?-
-Vivíamos juntos.- contesté. –Obviamente era un departamento pequeño pero juntos, al fin. Llegaba de mi servicio y ella me abrazaba, me preguntaba cómo me había ido y si estaba cansado. A veces me daba un masaje en los hombros mientras veíamos televisión, otras era yo quien le daba un masaje en los pies porque sus tacones le cansaban. Me preparaba la comida y nos duchábamos juntos. Era bello.-
-Ñé.-
-Cuando tuve el primer litigio de toda mi vida ahí en Tauro, ella me hizo el traje. Le dije en broma que si lo ganaba le regalaría un implante de pechos.- me reí por eso y Taemin también. –Lo gané.- entonces me reí un poco más.
-¿¡Le pusiste pechos!?-
-Sí.- contesté riéndome aún. –Le puse pechos a mi novia.- suspiré para intentar tranquilizarme. –Le quedaron bien y ella estaba feliz por eso, así que yo también.-
-Tú y ella, ¿llegaron a tener sexo?-
-Sí.- contesté un poco apenado. –Pero no fue por sus nuevos pechos, lo hacíamos desde antes de que yo terminara la licenciatura. Todo era bonito y bello, seguíamos muy enamorados y cada vez mejor. Comenzó a trabajar en una pequeña tienda de moda cuando su solicitud fue aceptada en Praga, como te dije, una empresa de renombre le ofreció empleo a un recién egresado.-
-Ahí ella se fue.-
-Sí.- suspiré. –La noche que me lo dijo estábamos viendo Nenas de la Bahía por eso odio ese drama.- escuchar hablar de él me recuerda ese momento. –Me dijo que en su correo electrónico tenía la respuesta de la empresa de moda y que era positiva. “Me mandaron un boleto para tomar el primer avión hacia Republica Checa… ¿qué quieres que haga?”-
-Le dijiste que se fuera, ñé.-
-No en ese momento. Le dije “quédate conmigo” y ella se acurrucó contra mi pecho incluso subió sus piernas a las mías porque estábamos sentados en el sofá, pero luego de pensarlo le dije que no, que mejor se fuera y tomara la oportunidad, eso se lo dije cuando terminó el episodio. Mientras me cepillaba los dientes lo pensé aún más, “me iré contigo, prevención del delito es universal” y antes de dormirnos me dijo “no quiero matar tu éxito, ganaste un caso siendo un novato, todos los abogados tienen sus ojos puestos en ti que si te marchas ahora, tu futuro se verá truncado, pero tampoco quiero irme, no sin ti.”-
Pasé saliva para lubricar un poco mi garganta.
-Ahora te lo digo como si nada porque tomé terapias para superarlo pero antes me ponía a llorar porque pensando en retrospectiva, si le hubiera insistido en que no se marchara nada hubiera pasado.- suspiré un poco más profundo que las veces anteriores.
-¿Qué pasó después?-
-A la mañana siguiente nos pusimos a hacer maletas. Ella se iría y yo no me quería quedar ahí, regresaría a casa de mis padres. Mientras guardábamos todos salió el anillo que le había comprado. Recuerdo haberlo tomado en mis manos y apretarlo. Yo de verdad quería formar una vida con ella, quería tener nuestros hijos y criarlos pero sólo era un soñador. Cuando el departamento quedó vacío, con nuestras cajas en las manos la miré y le dije que no la acompañaría al aeropuerto. No podría con eso así que ahí, en la puerta principal en el pasillo, dejé las cajas y me arrodillé ante ella.-
-¿¡Le propusiste matrimonio!?-