-¿Me crees capaz de intentar algo con Ñé?- tomé el pan tostado para partirlo y comenzar a comerlo.
-¡Ñé!- regresó con las toallas húmedas. Luego me dio sus manos para limpiarlas.
-No, ve a lavar tus manos.- froté las mías para mostrarle cómo se hace. Tengo que quitarme esa manía de usar las toallas húmedas cuando no quiero lavar mis manos o la cara.
-Ñé.- asintió así que salió corriendo hacia el baño.
-¿Ya entrevistaste a la novia?- tomé la otra parte del pan tostado para comenzar a comerlo.
-Me da miedo.- susurró sentándose frente a mí.
-Si quieres yo te acompaño.- así también podría ver qué otras cosas podemos sacarle sobre lo de Baekhyun. Ya que su visión no es la misma que la mía.
-Preferiría que me acompañara Jonghyun.- justo él venía entrando con Ñé en sus brazos. Fruncí el entrecejo un poco molesto, se supone que el “padre” soy yo.
-¿A dónde vamos a ir?- preguntó sentando a Ñé en una de las sillas.
-Buscaremos a la chica novia de Baekhyun para entrevistarla y ver qué pasó.- dijo Key levantándose de la silla. –Pero me da miedo, preferiría que fuéramos juntos, y con el uniforme de la policía si puedes.- alcé una ceja por eso.
Porque esa actitud de miedo sólo puede significar una cosa.
-¿Ya está la cena?- abrí mi boca pero lo que se escuchó fue la vocecita de Ñé.
-Sí, estoy esperando que se enfrié un poco para servirla y que no te quemes la boquita.- Key le sonrió y sólo suspiré.
-¡Ñé!- sonrió Taemin.
…
-Minho, hay algo que te quiero decir.- miré a Jonghyun, él llevaba a Ñé en sus brazos, dormido, hacia mi habitación para recostarlo.
-¿Qué ocurre?- pregunté lo más tenue que pude para no despertarlo.
-Es sobre Taemin.- abrí la puerta para que entrara. Noté que la plancha para el cabello estaba en el suelo, seguramente se me habrá caído y no lo noté.
La tomé y vi que había algo dentro de las placas, parece un pétalo de flor marchito. Esto lo saqué y tiré en el bote de basura más cercano.
-¿Ñé?- volteé por encima de mi hombro para mirar a Taemin, estaba semi inconsciente.
-Shhh…- susurró Jonghyun. –A dormir~ a soñar~ y mañana despertarás~- rodé los ojos molesto, se supone que quien debería de hacer eso soy yo.
-Ñé.- susurró girándose para abrazar su colita y quedarse dormido. Antes de que Jonghyun lo pudiera hacer, yo mismo lo cobijé.
-Buenas noches.- susurré besando su frentecita.
-Te espero afuera.- asentí para terminar de cubrirlo con la cobija, bajé el resto de las bolsas de ropa y la que estaba afuera para llevarlas al sofá que está aquí dentro.
Mañana iré a comprar un guarda ropa pequeño para guardarle ahí sus cosas.
Después de asegurarme de que Ñé estuviera dormido, salí de la habitación apagando el foco. Jonghyun en efecto estaba esperando en el pasillo.
-¿Qué ocurrió?- ¿tendrá alguna queja de Ñé en el tiempo que no estuve?
-¿En dónde encontraste a Ñé?- comenzamos a caminar hacia la sala de estar, en donde Key se había quedado.
-No quieres que te conteste eso.- reí nervioso mientras abría la puerta y lo dejaba pasar.
-Dime.- me miró sonriendo.
-En la carretera.- dije un poco serio.
-¡¿En la carretera?!- gritó sorprendido, haciendo que Key nos mirara.
-No grites que lo puedes despertar.- lo regañé. –Sí, camino a Ciudad Judicial.- nos fuimos a sentar al sofá con Key. –¿Por qué?-
-Porque yo ya lo conocía.- ¿qué? –Lo conocí en un operativo cuando era de reacción.-
-¡¿Qué dijiste qué cosa?!- gritó Key, tuve que levantarme violentamente para que guardará silencio.
-¡Ahora tengo un niño en casa y ya está dormido!- grité mirándolos. –Guarden silencio.- susurré sentándome de nuevo. –Gracias.-
-Guardaremos silencio.- dijo Jonghyun sonriendo apenado. –Antes, cuando mi trabajo era emocionante, estábamos siguiendo a un presunto homicida.- vi a Key y como se ponía cada vez más pálido. –Era una persecución a alta velocidad, yo era quien los dirigía.-
-Omite esos detalles, Jonggie, sino me dará algo.- susurró Key levantándose del sofá. Supongo que fue a tomar aire porque salió al pasillo. O sólo no quiere escuchar.
-El presunto homicida estacionó su auto y entró a una propiedad privada y en lo que esperamos una orden para entrar, escuchamos disparos y alboroto en esa casa.- ¿Ñé presenció un homicidio?
¿Entonces por eso estaba vagando en la carretera y no porque su “amo” lo haya llevado de paseo?
-¿Y qué hicieron?- pregunté algo asustado.
-Nada, nada de nada.- lo miré con obviedad. –Tú sabes que si entramos sin una orden es delito.- bueno eso sí, pero estaba en riesgo la vida de algunas personas. Cómo odio y amo esas lagunas en las leyes.
-¿Entonces?- pregunté.
-Antes de que llegara la orden usamos el altavoz para decirle que la casa estaba rodeaba y que saliera con las manos en alto. Pero no ocurrió nada hasta que entramos con la ayuda de ese papel.- asentí ansioso. –Recuerdo haber entrado con los protectores corporales y una Beretta 92.- ¿un arma de fuego?
-Se pudo poner feo.- dije haciendo que él asintiera.
-Recuerdo haber ido por el jardín de esa casa junto con otros tres compañeros cuando vi a un niño jugando como si nada, con una pelota.- alcé una ceja súper extrañado por eso. –La lanzaba contra la cerca y al rebotar la tomaba para volverla a lanzar.-
-¿Era Ñé?- pregunté curioso.
-Era Taemin.- susurró. –Me acerqué a él y le pregunté qué estaba haciendo. “Jugando, ñé” entonces le pregunté si había visto a alguien sospechoso en su casa. Y dijo “Ñé” pero asintió “En dónde está” “Frente de mí, usted es alguien sospechoso” supuse que no había visto nada así que lo cargué, lo protegí con el escudo protector y salí de la casa. Les dije a las oficiales que lo pusieran a salvo. Luego entré de nuevo.-
-¿Y cómo estuvo Taemin después?- pregunté curioso, porque no he visto secuelas de maltrato o violencia hacia él.
-Ñé, diría él.- asentí. –Cuando entré lo hice ya a la vivienda, había muchas muestras de forcejeo y sangre, escuché a mis compañeros hablarme así que seguí su voz hasta la segunda planta, en donde estaba el presunto homicida con un rehén, el dueño de Ñé.- siempre dije que Key era un dramático por haber trasferido a Jonghyun de reacción a custodio, pero ahora lo entiendo.
-¿Y lo mató?- pregunté.
-No, sólo lo hirió pero nada grave. Tuve que dispararle al agresor y así lo detuvimos. El dueño de Ñé también se llama Jonghyun.- mmm… ¿y?
-¿Está vivo?- pregunté mirándolo.
-Taemin dijo que no sabía nada de él. Así que no sé, pero sé en dónde vive.- ¿debería de regresarlo a su dueño?
-Ñé, ¿él vivía bien?- para haberlo abandonado en la carretera… lo dudaría.
-¡Bastante bien!- gritó de nuevo, luego se cubrió la boca. –Vivía muy feliz, su dueño era como su hermano mayor, después de que tomáramos al presunto homicida salimos y le brindamos ayuda médica. Luego estuve visitando ese hogar para ver qué y cómo se desarrollaba la vida después de ese hecho, parecía que estaba todo bien.- asintió sonriendo, pero…
-¿Y qué sabes de ese Jonghyun?- era buena persona, era mala, quiero saberlo.
-Es músico, tiene una banda y creo que de eso vivía. Taemin y él estaban bien, no tenían faltas económicas ni nada, me extrañó que lo dejara en la carretera porque siempre estaban juntos, se preocupaba mucho por él, seguramente algo de fuerza mayor pasó.- susurró como pensando qué más decir.
-¿Crees que Ñé tenga que volver con él?- tragué saliva para que ese nudo en la garganta se fuera.
-No.- ¡gracias! –Noto que Taemin aquí también es feliz, dijo que no era duro estar contigo y que le gustaba más esta casa.- bien, eso es muy bueno. –Que estaba feliz por conocer a más personas, al Tío Max, a Key, a Suho y a ti. Jonghyun lo mantenía en secreto y eso le molestaba.-
Inevitablemente sonreí.
-Gracias.- susurré feliz.
-Pero Taemin tiene una incomodidad.- mi sonrisa se cayó. –Tu trabajo.- me miró tan serio que descarté que fuera mentira.
-¿Qué?- susurré incrédulo.
-Minho, si quieres tener un niño en casa tienes que dejar los casos de homicidios, sólo enfócate en robos y delitos menores.- pero los delitos graves son los que dejan más dinero. –Tienes que velar por la salud mental de Ñé, ahora.- ya sé.
-¿Te contó lo de las fotos?- susurré nervioso.
-Sí.- asentí pesadamente. –Le expliqué que tu trabajo es saber quién y por qué intentó hacerle eso. Creo que con eso quedó más tranquilo.- me sobé la sien para tranquilizarme.
-Gracias.-
-Además de todo eso.- entró Key a la sala de estar con tres tazas de café. –Intenta que todas tus audiencias y juicios sean en la mañana, para que no lo dejes solo tanto tiempo que tu casa es algo peligrosa.- puedo pedir que las audiencias sean temprano, pero el problema es que sabré a qué hora entro más no a qué hora salgo.
-Y, lo más importante.- dijo Jonghyun levantándose del sofá para ayudar a Key con el café. –Taemin es un niño de diez años, tu percepción y la de él no es la misma, siempre dices que para entender al criminal tienes que ponerte en sus zapatos, pues bien, este será tu desafío más grande, poder entender la mente de Ñé y actuar como corresponde.- esto ya no me está gustando.
-No sé por qué siento que me están regañando.- los miré alternativamente.
-No estamos regañándote.- dijo Jonghyun llevando a Key al sofá para que se sentara. –Te lo decimos porque Taemin nos importa, y amigo, ni siquiera quieres dar clases en universidades porque te fastidian ligeramente los “menores” ahora que tienes a un niño, no sé qué cosas podrías hacer… mal.- me levanté del sofá para estirarme un poco.
-Es normal que te molestes.- odio a Key y su capacidad para leer el cuerpo. –Pero si haces algo mal, Ñé quedará marcado de por vida.-
-Me están presionando.- canturreé molesto. –No es como que vaya a abusar de él, ni usarlo como esclavo, sé lo que es un niño y creo que años en psicología me dieron al menos, un veinticinco por ciento de lo que tengo y no, qué hacer con él.- los miré fijo a ambos.
Sé lo que es condicionamiento para que aprenda a hacer sus tareas, sé lo que son los arquetipos y sé que los míos son buenos, también sé cómo sirven los reforzadores negativos y positivos, sé cómo funciona la mente, así que no me vengan a decir “qué lo podría hacer mal”.
-¡Bien!- dijo Key dejando su taza de café en la mesa de centro. –Si estás tan seguro de que no necesitas ayuda, no tenemos nada qué hacer aquí.- tomó la mano de Jonghyun para jalarlo y salir de mi sala, entonces cerré los ojos con pesadez. Se ofendió.
-Key.- susurré mirándolo.
-Yo no toleraré cualquier falla, Choi Minho, en cuanto sepa, analice o lea que has tocado de manera obscena o pasional a Taemin, Red Dress será historia.- me miró tan fijo, feo y matador que me quedé estático.
-Luego te traigo la taza.- dijo Jonghyun saliendo de mi casa.
-Cómo si yo fuera capaz de tocar a Ñé sabiendo que hay seis años de prisión por eso.- susurré molesto.
…
Terminé de cerrar todas las puertas de mi casa para ir a la de mi habitación. Entré y caminé hacia la cama, ahí estaba Ñé en posición fetal, abrazando su colita.
Hoy dormiremos juntos, mañana compraremos muebles para que duerma en su propia cama.
Prendí la lámpara de mesa para apagar el foco principal. Regresé para meterme ya a la cama y dormir.
Cuando el colchón se movió Ñé también lo hizo.
Me quedé estático para que no se despertara, cuando volvió a cerrar los ojos me acosté. Apagué la lámpara para dormir de una vez. Me cobijé hasta el pecho pero a Ñé le cubrí la cara. Bajé lentamente sin mover mucho el colchón hasta su altura para volverme a cobijar.
Deslicé mi dedo índice por los labios de Taemin.
Espera, ¿en qué momento me giré para admirarlo dormir? Y sobre todo, ¿cuándo fue que le comencé a tocar los labios?
Pero se sentían tan suaves que volví a hacerlo.
Pasaba la yema de mi índice sobre sus labios, él los separó levemente. Pasé saliva nervioso. Ansioso.
Suspiré y al hacerlo su cabello se despeinó levemente.
Relamí mis labios mientras deslizaba mi mano por su mejilla hasta que llegó a la clavícula. Mi mente gritaba “Corrupción de menores” y los años de prisión pero un Minho rojo dentro de mi cabeza le pegó a un Minho azul con un bate para seguir tocando a Ñé, desde su hombro hasta la cadera.
Me di cuenta de que tenía algo de cintura, la cual acaricié.
Entonces algo hizo clic en mi cabeza. Retiré mi mano de su cuerpo y la miré sorprendido.
-¿Ñé?- ¡waa! –Me gustaba cómo me estaba tocando, ¿por qué dejó de hacerlo?- Dios.
Porque si lo sigo haciendo mi libido será más poderoso que la razón y terminaré en prisión, de tres a seis lindos años, Red Dress se irá por el caño, me quitarán la cédula profesional y perderé todo el respeto de la gente. Por eso dejé de tocarte.
-Una mosca.- dije. –Tenías una mosca.- sonreí nervioso.
-Ñé.- sonrió. –¿Fue por qué no me bañé?-