-No.- contesté sonriendo. –Buenas noches.- susurré.
-Ñé.- tomó el borde de la cobija para cubrirse con ella hasta el pecho, luego se giró para darme la espalda. Suspiré, me lavaré la boca con cloro por secundar su conducta.
Sólo espero que esto no se lo diga a Suzy o comenzaré a tener problemas.
Suspiré y cerré los ojos.
…
-No le abras la puerta a nadie.- le dije a Taemin mirándolo, pero él seguía maravillado por el sabor de la mermelada de fresa. –Te vas a quedar solo una hora, voy a ir a inscribirte a la escuela.-
-Ñé~- sonrió chupando la cuchara para volver a meterla al frasco.
-¿O debería de llevarte conmigo?- susurré mirándolo, hoy viene Suzy y si no estamos podría ser evasión, pero ella sabe que mi trabajo no me deja estar en un solo lugar, a menos de que me esté equivocando y no sea el día de hoy la visita sorpresa. –Taemin.- me volteó a ver, noté que había ignorado su hot cake y que sólo estaba comiendo la mermelada.
-¿Ñé?- me miró, en sus labios había mucha mermelada de fresa. Suspiré para regresar a la cocina y tomar una servilleta, la humedecí con agua de la llave para pasarla sobre sus labios.
-Vamos a que conozcas tu nueva escuela.- tomé la mermelada para taparla.
-¿Voy a ir a una escuela?- me miró sonriendo, así que asentí. –¿Qué ropa me pongo?-
-Sólo una que se te vea bonita.- salió corriendo hacia su habitación, suspiré mientras recogía todo lo que dejó en la mesa. Los platos que usó o no usó los llevé al fregadero, más tarde los lavaré.
Regresé a la oficina para tomar mis celulares y guardarlos en mi pantalón.
-¡Taemin!- salió corriendo de su habitación traía en sus manos un de los cuadernos que usó con Key. Eso me dio un pinchazo al corazón. –Pero hoy no vas a quedarte a estudiar, sólo vamos a inscribirte.- porque a las tres de la tarde tengo un juicio.
-¿No me voy a quedar?- preguntó tomando mi mano, tomé mi portafolio para salir de la oficina y de mi casa, cerré la puerta y abrí la del auto.
-No, hoy no puedes quedarte.- contesté poniéndole el cinturón en el asiento trasero. –Sólo vamos a decirles que también estudiarás ahí.- ayer en la noche, o mejor dicho, hoy en la madrugada ChangMin me mandó la información de una escuela en la que ya han tenido híbridos como estudiantes, así que iremos con ellos, lo único malo es queda casi al otro extremo de la ciudad y para levantar a Taemin tendré que hacerlo más temprano.
-¿Tendré amigos?- entré del lado del piloto y me puse el cinturón. –¿Y amigas?-
-Esperemos que sí.- presioné los ojos porque lo correcto era sólo decirle que sí. –¿Estás emocionado?- lo miré por el espejo central.
-¡Ñééé!- asintió efusivamente.
-Entonces vamos allá.- porque entre más rápido me desocupe de ahí más pronto podré buscar a un niñero para que lo cuide mientras estoy de juicio.
El trafico estuvo normal, que pudimos llegar a la dichosa escuela cerca del medio día porque aun pasé a otros asuntos pendientes con más clientes, también tuve que detenerme en algunas tiendas porque Taemin quería algo que comer. No lo culpé, porque después de todo sólo comió una o dos cucharadas de mermelada.
Pero tampoco estuve de acuerdo que sólo tomara galletas y refrescos. Aun cuando le dije que eso no era saludable antes de que hiciera una rabieta dejé que eso comiera, tendré que hablar con Kyuhyun sobre esto, porque cuando le dije que no podría comprarlo me contestó “el tío Kyu sí me lo hubiera comprado, hasta dos” y eso no es correcto.
Al final llegamos a la oficina de la Directora para ver qué podrían hacer, porque el curso ya va un poco avanzado, podrían decirle que sí lo aceptan pero hasta el año que sigue, o podrían decirle que sí lo aceptan y que tendrá un extra de tarea y actividades para que se regularice, que espero sea la segunda opción.
-¿Usted es Choi Minho?- volteé a ver a la Directora, que es muy joven por cierto.
-Un gusto.- tendí mi mano para estrecharla.
-Soy la Señorita Bang Minah- asentí soltando su mano. –Soy la encargada del área de primer ingreso.- asentí de nuevo, entonces no es la Directora. Se sentó tras su escritorio y me indicó que me sentara frente a ella, en una silla.
Volteé a ver a Taemin, seguía comiendo las galletas.
-Me interesa que mi hijo.- uy, qué raro se escuchó eso. –Estudie, y me recomendaron esta escuela.- noté que tenía los brazos cruzados, se está cerrando a mí. Así que vamos, has tu magia.
Crucé pero mi piernas, pasando mi pie derecho por detrás de la pantorrilla izquierda.
-Le recomendaron bien.- incluso tiene la nariz alzada, se supone que si siente que está con un igual buscará engrandecerse más, en este caso tendría que ser alguien sumiso, así que sólo asentí sin decir nada, y sin elevar la mirada.
-Tengo interés en saber si mi niño será aceptado aquí y qué tendría que hacer para fomentar su buena educación.- dije asintiendo, juntado mis manos porque ella también las tenía entrelazadas.
-Lo primero será que tendrá que llenar un formulario.- no está funcionando, así que tendré que hacer algo más. Volteé a ver a Taemin que seguía comiendo sus galletas. Me levanté de la silla llamando la atención de la señorita, tomé el paquete de galletas de Taemin, saqué una y la partí para dársela.
-Ñé.- susurró sonriendo para tomarla.
Luego regresé a la silla, la señorita sólo me miraba sorprendida.
-Qué tipo de formularios.- pregunté mirándola.
-Yo los puedo llenar, si gusta.- sonreí para mis adentros, por supuesto, tenía que caer. –¿Cómo se llama su hijo?-
-¡Lee Taemin!- gritó desde su asiento.
-Qué bonito nombre.- sonrió la señorita. –¿Y usted?- me miró sonriendo.
-¡Choi Minho!- gritó otra vez.
-Bien.- susurré volteándolo a ver. –Lo has hecho bien.- le sonreí, Taemin asintió sin dejar de comer su galleta.
Con el tiempo la señorita dejó de ser tan bruja, incluso sintió la comodidad de quitarse la liga que ataba su cabello para “estar más relajada” según ella, ya todos sabemos que quería ligar.
-Desde mañana puede comenzar a venir.- susurró entregándome los papeles. –A las ocho de la mañana. Con su uniforme pero tiene una semana para que lo pueda comprar.- miré la ficha de registro con la que podré decirle a Suzy que lo estoy haciendo bien. –Y su mochila con útiles.-
-¿Ya voy a poder estudiar?- Taemin llegó corriendo hacia mí, tiró de mi saco para que le mostrara, así que le giré la hoja, pero sólo la ignoró para mirarme. –¿Qué dice?-
-Que ahora eres alumno de Larú.- dijo la señorita. –Comenzarás a estudiar aquí desde mañana.- Taemin la miró, noté que sus orejitas de mapache se movieron.
-¿Ya no podré jugar videojuegos?- me miró preocupado.
-Los podrás jugar después de que termines con tu tarea.- añadiría el “y te hayas bañado” pero y si dice algo como “me bañaré contigo” podría ser contraproducente.
Sentí que mi celular vibró así que lo saqué para mirar qué cosa.
Me quedan cincuenta minutos para entrar al juicio.
-Si ya es todo, tenemos que irnos.- volví a programar el temporizador para que me avise cuando falte media hora. Tengo todo listo pero nunca está de más tener tiempo libre para prepararme mejor.
-Si gusta hoy puede quedarse de oyente para que se acople con el resto de los niños.- volteé a ver a Taemin, estaba dándole una galleta a otro niño, al que pasó por la dirección pero le llamó la atención la cola de Taemin.
-No lo creo.- caminé hacia él para tomar su mano e irnos.
-¡Nos vemos luego amigo!- gritó el otro niño para irse corriendo.
-¡Nos vemos mañana!- gritó Taemin despidiéndose de él. –Ya tengo un amigo.- me miró todo emocionado.
-Podría quedarse hoy y seguir fomentando su socialización con ellos.-
-No, de verdad, tenemos que irnos.-
-Sería bueno para él conocer desde hoy las instalaciones del plantel.-
-En serio señorita, no quiero.- le dejé claro incluso usé mi mano para pararla. Ella sólo me miró a los ojos. –No.-
-¿Pero qué es lo que él quiere?- también tengo que tomar en cuenta su opinión, porque no seré el padre autoritario que se impone sobre las decisiones de sus hijos.
-Me quiero quedar.- ¡¿qué sabe Ñé?! Es un ser inimputable que no conoce la trascendencia de sus hechos.
-Nos vamos.- susurré firme, tirando de su mano. Pero no pude hacerlo bien porque la señorita también tiró de Taemin.
-Él ya dijo que quería quedarse, sólo un poco más, el horario de clase finaliza dentro de poco.-
-Soy Choi Minho de Red Dress.- dije tirando más fuerte de Taemin. –Tengo un caso y el juicio empieza en menos de media hora, cada minuto que paso aquí el imputado está en prisión.- cuando soltó a Taemin lo jalé para abrazarlo. –Nos tenemos que ir.-
-¿Usted es de Red Dress?-
-¡Por favor!- grité molesto. –Tengo un juicio y me está haciendo perder el tiempo.-
-Oh perdón, no sabía que su tiempo valía oro.-
-Sí, vale oro, porque para mí la libertad es como el oro.- tomé las cosas que traía Taemin en sus manos antes de entrar para ir hacia la puerta. –Mañana traeré a mi hijo temprano.-
-No.- contestó. –Si ahora se va a juicio, ¿en dónde dejará a su hijo?-
-Hubiera podido buscar un niñero en el tiempo que comenzamos a discutir.- salí de la Dirección para caminar a prisa hacia la salida e ir al auto.
-Yo lo puedo cuidar.- ¿me está siguiendo? Pero pensándolo, si ella lo cuida entonces Ñé no tendrá que estar en el juicio, pero… -Le comenzaré a enseñar lo que los otros niños ya saben para que no tenga un retraso académico marcado.-
-Usted gana.- abrí la puerta de mi auto para que entrara. –Los dejaré en mi casa y por favor, cuídelo bien.- espero que tenga su otra oreja completa y sana cuando regrese. –En cuando salga del juicio iré.-
…
Me serví agua de la jarra que estaba en mi mesa para mirar cómo desarrollaba su interrogatorio este egresado “Niel”. Tomé el vaso para beber un poco.
-Entonces, señorita, usted está diciendo que su aspiradora fue robada por su vecino. ¿Por qué está diciendo que fue nuestro imputado quién la robó?- preguntó deteniéndose en el centro del juzgado, mirándola.
Ella me volteó a ver así que asentí.
-Porque al entrar a mi casa había huellas de sus botas, y cuando la sacó de mi garaje la arrastró hasta su casa. Mi abogado sabe de eso.- me apuntó así que sólo asentí de nuevo.
-En ese caso, Señoría.- dijo Niel, algo está pasando aquí. –La fiscalía llama al estrado a Choi Minho.- ¿a mí?
-¿Choi Minho?- preguntó el Juez, me levanté de mi silla para que me ubicara. –Al estrado.- asentí.
Salí de mi silla para caminar hacia el estrado, después de jurar decir la verdad me senté en el banquillo.
-Como nos dijo la señorita minutos antes, ustedes tienen evidencia de que fue robada la aspiradora, ¿cómo qué tipo de evidencia?-
-Tenemos huellas que coinciden con el calzado del acusado, hay huellas de arrastre como dijo la señorita que llevaba de su garaje a la casa de su imputado, las huellas dactilares en el pomo de la puerta también coinciden con las de su imputado. ¿Qué más quiere, fiscalía?- pregunté mirándolo. Casi sonriendo.
Pero él también sonreía.
-Por favor, criminólogo Minho, ¿me puede recordar qué dice el delito de robo?- preguntó el fiscal mirándome.
- Comete el delito de robo el que se apodera de una cosa ajena o mueble, sin derecho y sin consentimiento de la persona que pueda disponer de ella con arreglo a la ley.- dije.
-¡¿Lo que usted me está diciendo es que mi imputado robó la aspiradora porque hay huellas que así lo dicen?!- gritó mirando hacia el jurado, todo ellos asintieron.
-Así es.- contesté y la multitud soltó una especie de gemido sorprendido.
-Entonces, si fue robo, usted tiene como comprobar que la aspiradora es de la señorita.- me miró sonriendo, pero encogiéndose de hombros. –Y la manera de comprobar que es suya, es con un papel. Criminólogo Minho, ¿nos podría mostrar el ticket de compra de la aspiradora?-
-¿Qué?- ¿cuál ticket? No tengo ningún ticket.
-¡Objeción señoría!- se levantó Suho de la silla. –Pedimos que se borre esto del acta.-
-¡Objeción señoría!- se levantó quien recuerdo era Minsoo. –Nuestro fiscal ha planteado una pregunta meramente objetiva que sirve para el esclarecimiento del caso, no se puede desechar.-
-Objeción denegada, acusadores. Está en lo correcto la defensa.- dijo el Juez. –Conteste criminólogo, ¿tiene el ticket de venta?- mordí mi labios tan fuerte que sentí el sabor metálico de la sangre.
-No.- contesté.
-¡¿No?!- gritó el fiscal. –Es decir, ¿que tiene todo para probar que fue un robo, pero no tiene nada para acreditar la legítima pertenencia de la aspiradora?-
-Sí.- contesté.
-No hay más preguntas, su señoría.- dijo el fiscal sonriendo.
-Puede regresar.- suspiré para levantarme e ir a mi mesa.
-No te preocupes.- susurró Suho mirándome. –Los superhéroes también se equivocan.- me sonrió, pero sólo negué lento.
-Ningún superhéroe se equivoca como yo lo hice.- contesté sirviéndome agua de la jarra de la mesa.
-¿Y sabes por qué?- me miró, pero de fondo vi que el fiscal estaba hablando muy feliz con el resto de su equipo.
-No.- contesté antes de beber agua. –¿Por qué?-