-Weh, Fratello...-
-Estoy aquí, Feliciano... y no hables, sólo te gastas energías idiota-
Siento las sábanas cubriendome, al igual que las manos de mi hermano... Ah, me gusta sentir sus manos porque son iguales a las mías. Pero... más hermosas, con más color. Me gustaría también poder mirar su rostro, más me siento muy débil como para abrir los ojos.
Otra cosa que detesto de todo esto... son las operaciones. Justo he salido de una y, me siento... me siento de la-
De repente siento como se aparta de mi al escuchar el llanto de su bebé. Je, la pequeña Antoine... me hace recordar cuando Lovi estaba en mi lugar a causa de ella, pero ahora es muy feliz. Aunque, me hace sentir triste que aún no comparte esa felicidad con Hermano mayor Antonio. Pero bueno, sólo espero que les llegue ese día...
Aunque yo no esté presente para presenciarlo.
Siento de nuevo unas manos, unas pequeñas y no puedo evitar dar una pequeña risa: -eh, Antoine... ¿Co-Como estas... pequeña?- es difícil hablar, pero de todas maneras lo hago.
Lovino lanza un suspiro mientras ríe también: -Bien, como siempre... es una pequeña muy feliz-
-Buenas tardes-
Abro los ojos de golpe y dirijo la mirada inmediatamente a esos hermosos ojos azules. A mi sereno pero gran pedazo de cielo y le sonrió: -Hola, Luddy...-
Volteo hacia Lovi y noto inmediatamente su molesto rostro ocultando a Antoine: -Mejor me voy, no se vaya a contagiar mi hija con el macho patatas-
-Fratello... No seas malo...- digo y al tratar de reír empiezo a tocer sin poder controlarme. Mi pecho duele, siento un líquido pasar por mi garganta y después salir por mis labios. Lo limpio inmediatamente tratando de sonreír, pero... me parece imposible por un momento al mirar los angustiados y asustados ojos de los otros dos.
El silencio reina por un momento, me limpió bien y está vez si logro sonreír: -B-Bueno... te veré después, Fratello... a ti también, Antoine...-
-Si... te veré después...- y Lovi también sonríe tomando sus cosas y saliendo de la habitación.
Otra vez el silencio.
Luddy no se mueve de su lugar hasta después de unos segundos y se sienta a mi lado, inmediatamente dirigiendo su mano a la mía: -... ¿Te sientes bien?-
-¿Lo dices... por lo de ahorita? Si, estoy bien... solamente un poco cansado- contestó sin apartar mi sonrisa y acarició su mano.
-Si... si tu lo dices...-
Otra vez silencio...
... otra vez sus lágrimas sobre mi mano.
-Feliciano...-
-¿Si, Luddy?...-
-...- espero por qué diga algo, pero, sólo se queda callado. Me parece extraño: -Feli... sabes, haría lo que fuera por salvarte... porque vuelvas a ser feliz y tuvieras de nuevo tu vida-
Me sorprendo un poco al escucharlo, aunque me satisface el por fin cambiar un poco la rutina de siempre: -si, lo se, Luddy...-
Pasa un momento en el que el suelta mi mano y aparta su mirada se aparta de mi unos instantes. Parece... dudativo, ¿Por qué? Nunca pensé que me llegaría a preocupar por algo así.
-Ludwig, ¿Que sucede?-
Lo espero, las ansias me consumen. Tal y como una vez lo consumieron a él.
-Sucede que...- empieza el: -tu... tu corazón...- se pausa un momento, aguantando el querer llorar otra vez: -no tiene solución... esta muy dañado... han hecho de todo y no han podido hacer nada-
-Eso ya lo sabía- le interrumpo de repente: -¿Pero por qué-?
-Lo último que les ha quedado hacer, para mantenerte con vida... es un transplante-
Y mi mente lo comprende de repente.
Luddy... ¿No está pensando en...?
No
No
No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no
-¡FELICIANO!-
Es lo último que escucho, junto con el desesperante sonido de mis latidos antes de consumirme en la oscuridad...
No...