—¡Maldita sea! —gritó Kyungsoo.
Las personas que pasaban cerca de él lo observaron con mala cara, ¿como alguien tan pequeño y adorable maldecía de aquella manera en el medio de la vía pública?
Bueno... la verdad es que Kyungsoo nunca era lo que aparentaba.
Saco un pañuelo de su bolsillo y seco sus orejas y su cola. Odiaba andar por ahí con las orejas y la cola mojadas.
Con el ceño fruncido, sus orejas hacia atrás en modo defensivo y su cola moviéndose inquieta ingreso al supermercado.
Las mujeres mayores y los irritantes niños se lo quedaban mirando, Kyungsoo solo trato de no dirigirles la mirada porque sabía que si lo hacia terminaría enseñándole los dientes a alguien.
Una vez en la sección de lácteos suspiro tranquilo y cerró los ojos.
—¿Que clase de gato sale por su leche cuando su dueña se queda en casa holgazaneando? —se preguntó a si mismo mientras se agachaba y husmeaba en la nevera. Su cola se movía despacio de un lado a otro.
Comenzó a impasentarse cuando no encontraba su preciada leche sabor fresa.
Fue hacia otra nevera y nada. Hacia otra y nada tampoco.
Cuando se volteo dispuesto a marcharse hacia otro centro comercial vio a un perro con tres botellas de leche sabor fresa.
Kyungsoo había tenido un muy mal día y aun peor despertar para soportar que un mugroso perro se llevara tres botellas de su leche preferida y lo privara de ésta.
—Lo siento, pero ¿te importaría darme una botella de leche? Te has llevado todas las de fresas.
Kyungsoo trató de sonar y verse como alguien amable pero era difícil cuando un perro con cara de imbécil parecía no dar señales de vida inteligente.
—No quiero.
Kyungsoo se quedo mirándolo y pestañeo una y luego dos veces seguidas.
—¿Disculpa?
El canino de orejas grises lo miro sin expresión alguna y camino ignorándolo.
Kyungsoo abrió sus labios en indignación y comenzó a seguirlo.
—¡Yah! Te estoy hablando, tú, perro pulgoso.
Kyungsoo veía como el perro pagaba sus leches, de su pertenencia (según él) y se marchaba.
Oh no, esto no quedaría así, Kyungsoo tenia mucha ira acumulada que en su terapia de los jueves no pudo descargar, él no estaba gordo como le había dicho su amigo, solo estaba rellenito como todo gatito bien alimentado.
—¡No me ignores, mal educado!
Deberías oír a las personas y-
Kyungsoo no termino sus insultos, no se dio cuenta que lo siguió hacia afuera del supermercado y que el perro se dirigió hacia unos cartones sucios con un pequeño cuerpo recostado sobre ellos.
Cayó en la realidad cuando vio al canino agacharse y despertar al dormido cuerpo, el cual se incorporó dejando ver a un pequeño cachorro con su mismo color de orejas y cola.
—Ten.
—Gracias, Jonginnie.
El cachorro tomo sus ya-no-tan-de-su-propiedad leches y comenzó por beber despacio una.
—Lo siento si no he podido darte aunque sea una leche pero de verdad a Baekhyun le gustan y el no ha comido en días.
De repente Kyungsoo vio sus ropas y que no llevaban calzados, que sus pies estaban lastimados también.
Y se sintió mal, se sintió asqueroso.
—O-oh por dios, y-yo no lo sabia, l-lo siento m-mucho...
—No te preocupes, no es nada. Si quieres, a un par de metros hay una tienda que también vende de esas leches y nunca se agotan, puedes conseguirlas allí —el moreno le dedicó una sonrisa y Kyungsoo no se esperaba ese gesto tan lindo.
—C-claro muchas gracias.
Kyungsoo se alejo rápidamente debido a la vergüenza y la incomodidad de la situación.
En efecto, había una pequeña tienda a un par de metros.
Entro y mientras pensaba en lo que recién había sucedido su corazón le dolió y se sintió mal consigo mismo.
Miró por la ventana y los vio, eran muy delgados y parecian ser de la misma raza. Obviamente vivían en la calle.
Jamas le había tocado ver animales abandonados ya que por donde él vivía esas cosas no sucedían.
Pero lo acababa de hacer y vaya que entristecía y angustiaba.
Mientras miraba como el mayor acariciaba los cabellos y las orejas del pequeño que tomaba despacio su leche, la cajera le hablo.
—Disculpe señor ¿desea llevar algo más?
Kyungsoo la miro y asintió.
Tomó pan, galletas, algo de sopa enlatada y algunas frutas. Pagó todo y se dirigió hacia el pequeño y el mayor.
—Lo siento, quería darte esto en forma de disculpas por haber sido como fui —Kyungsoo ignoró las miradas incrédulas de ambos perros y se sentó junto a ellos.
El moreno lo miro extrañado y quería negarse a semejante caridad pero no estaba en condiciones de fingir modestia cuando su hermano pequeño estaba en situaciones de desnutrición.
—Muchas gracias, de verdad, gracias.
Kyungsoo sonrió adorablemente y negó con la cabeza restandole importancia al agradecimiento.
Bueno... Kyungsoo a veces, tan solo a veces si era lo que aparentaba, eso y mucho más.
—Por cierto tu también deberías comer algo —dijo Kyungsoo cogiendo un pedazo de pan y poniendolo en las ásperas manos del perro —. Mi nombre es Kyungsoo.
El mas alto se quedo mirando el pan en sus manos, de verdad tenía hambre.
Luego miro a Kyungsoo beber de su leche, bebía de la misma manera que lo hacia Baekhyun; estirando los labios exageradamente. Su corazón se sintio cálido.
—Yo soy Jongin y él es mi hermano pequeño Baekhyun.
Pasaron diez minutos en silencio, Kyungsoo y Baekhyun tomando sus respectivas leches y Jongin comiendo. El gato no sabia de que manera preguntarles como habían terminado así, era un tema tan delicado y no quería lograr hacerlos sentir mal.
Pero Kyungsoo a pesar de aparentar ser alguien callado, no lo era.
—Um, ustedes... ¿ustedes no tienen donde ir? —Kyungsoo no podía mirarlos a los ojos, se sentía incómodo.
Baekhyun no le prestó atención y paso a comer una manzana, parecía que el niño no estaba enterado de su existencia y Jongin seguia mirando lo que le quedaba de pan.
—Así es —contesto el moreno.
—¿Pero no hay hogares para animales en abandono?
Kyungsoo recordo las continuas publicidades que veía en la televisión cuando miraba sus novelas preferidas, todas ellas presumían de un lugar grande, confortable y con comida las veinticuatro horas del día.
—He oido que son lugares buenos y que cuentan con comidas y-
—No todo es lo que parece. Hemos estado en esos hogares y la ultima vez que fuimos a uno Baekhyun obtuvo dos moretones del tamaño de la manzana que esta comiendo ahora mismo —Jongin paso a mirar dentro de la bolsa que Kyungsoo les había comprado con comida. Kyungsoo fruncio el entrecejo con enojo.
¿Como podian maltratarlos? Aunque, bueno, después de todo los humanos siempre se creyeron mejores que todo.
Ellos no eran muy diferentes, físicamente eran practicamente iguales, solo que ellos contaban con un par de orejas y una cola, muy peludas por cierto, pero muy lindas.Tal vez también poseían colmillos solo un poquito mas afilados. Después de eso, eran completamente iguales.
Los animales genuinos, aquellos que no podían hablar y que eran físicamente enteros animales ya se encontraban extintos. Y aun así no los valoraban a los híbridos. Que eran lo único cercano a animales en la actualidad.
—Y-yo podría ayudarlos —Kyungsoo dijo sin siquiera pensar sus palabras. Pero el de verdad quería ayudarlos. El sentimiento estaba allí.
Jongin solo lo miro sin expresión y le hubiera encantado rechazar la ayuda pero debía pensar en su hermano. Haría lo que fuera para darle una mejor vida.
Jongin suspiro y cerro sus ojos con cansancio.
—Mira... si es por mí ahora mismo estaría rechazando tu obra de caridad pero haré lo que quieras si eres capaz de darle un hogar y comida a Baekhyun —Jongin se arrodillo frente a Kyungsoo y puso su cabeza en el suelo junto con las palmas de sus manos —. Por favor, ayudalo.
Kyungsoo miró sorprendido a Jongin.
Miro a Baekhyun y este estaba con la cabeza gacha y sus orejas caídas mirando a Jongin.
—Y-yo quiero ayudarlos... a los dos. A ti también —dijo Kyungsoo tratando de dejar eso en claro.
Jongin levantó su rostro y lo miró.
—¡A-ay demonios! Debo irme, Luna me matará — Kyungsoo se paro rápidamente y limpio su ropa del polvo —. Nos vemos mañana, adiós.
Kyungsoo se alejaba corriendo y despidiéndose con su mano. Jongin pensó que se veía muy lindo corriendo y con su cola sacudiéndose para todos lados.
—¿Dijo que volvería? —Baekhyun preguntó mientras rascaba su mejilla.
Jongin agachó la cabeza y jugueteó con el envase vacío de la leche que Kyungsoo había tomado hace unos segundos.
—Eso dijo... hay que ver si lo cumple.
Jongin no quiso sonar duro pero era lo que creía y pensaba, si bien el gato tuvo el gesto más bondadoso que alguien alguna vez tuvo con ellos, no se podía permitir ilusionarse.
Pero había algo, algo le decía que hacía bien en ilusionarse. Recordó la escena del supermercado y río al aire, vaya que tenia carácter el pequeño gato.
—¡Jongin, mira! —Baekhyun gritó exaltándolo — ¡Galletas! ¡Y de chocolate!
El pequeño cachorro alzo un paquete de galletas de vainillas bañadas en chocolates y comenzó a mover frenéticamente su cola de un lado hacia otro.
Una gran sonrisa adornando su rostro. Jongin no lo veia tan feliz desde hace tiempo, sus ojos se posaron en los brazos de su hermano; huesudos y con manchas violáceas. La marca de los golpes aun no se curaban. Apreto sus puños de pura impotencia.
Haría lo que fuera por darle a Baekhyun un hogar caliente, una cama cálida, ropa bonita, baños todos los días y comida.